11. PEDÓFILO.
Tierra-199999
Casi le da un paro al ver ala persona que, minutos después, salió del callejón, usando una vestimenta más normal y cargando con una mochila, logrando visualizar perfectamente su rostro, con esos castaños cabellos que parecían rizos al estar mal peinados, efecto de la máscara sin duda.
No había forma de describir lo que sintió al ver ese bello rostro, con esos ojos tan deslumbrantes y ¡es que todo él era una obra maestra! Era definitivo, Wade se había enamorado total y perdidamente de ese chico.
Incluso sus voces estaban en shock, tardando varios minutos en recuperarse de la impresión.
<Es un... adolescente>
~Diablos, tenemos que detenernos ¡esto es un crimen!~
<Aún no le hemos hecho nada ¡somos inocentes!>
No, no, no, eso era un grandísimo problema, si, era perfecto y sus ganas de hacerlo suyo aumentaron al verlo, pero ¡que era un menor! Incluso él, con el poco sentido de moral que tenía, había ciertas reglas que respetaba, como la de solo matar a gente muy mala, no hacerles daño a los niños... o en este caso, no violar a un niño.
Más intrigado que nunca, le siguió las cuadras siguientes, viéndolo entrar a uno de los pequeños edificios de no más de cuatro pisos, obligándolo a esperar afuera, pues gracias a su traje, no podría entrar sin llamar la atención y mucho menos sin que su lindo spidey se diera cuenta.
Busco otra forma para poder descubrir cual de esas ventanas era la suya, pero por la parte de enfrente no había escaleras de incendios como para poder averiguarlo.
Debería sentirse satisfecho, sabía en donde vivía y como se veía, pero el quería saber más, quería su nombre, su edad exacta (tal vez solo luciera más chico de lo que en realidad era), quería saber más de su vida y en vista que como Deadpool y Spiderman no se llevaban bien, esa era la única forma en que podía conseguir información.
Dio media vuelta sobre sus pasos, aumentando poco a poco el ritmo hasta que empezó a correr, pues el quería descubrir esa misma noche todo lo que quería saber del chico castaño de lindos ojos y sexy trasero.
~Si es menor de edad, tendremos que olvidarnos de su trasero por un tiempo~
Wade comenzó a negar, era demasiado pronto para sacar conclusiones, pero si realmente era solo un niño, era consiente que no podía tratarlo igual que siempre, tenía que cuidarlo, protegerlo, tal vez fuera Spiderman, pero era demasiado joven, no podía dejarlo a merced de cualquier villano.
Y si, esa vocecita con una pizca de razón no estaba equivocada, si resultaba tener menos de 21, solo tenía dos opciones, enamorarlo y que fuera el mismo chico quien se le entregara o esperar algunos años, desaparecer, volver cuando tenga 21, tal vez 22 y entonces sí, darle todo su amor tal como se lo había estado expresando hasta el momento.
* * *
Su primera idea había sido entrar por la noche y revisar departamento por departamento, donde dormía su niño, pero tuvo que desechar esa idea, pues por muy cuidadoso que pudiera ser, tal vez alguno de los locos poderes de araña que tenía el chico pudieran hacer que lo descubra.
No era una teoría descabellada, lo había visto pelear y había algo que parecía hacerlo reaccionar milésimas de segundo antes de que se diera una acción contra él, tal vez fuera un excelente oído u otra cosa.
Por aquella ocasión, había renunciado a ser Deadpool para solo ser Wade Wilson, una persona cualquiera que caminaba en los alrededores del departamento de Spidey con tal de verlo cuando saliera para seguirlo y descubrir quién era, nada que pudiera parecer sospechoso.
Se vistió como lo haría cualquier adulto con cara de pizza, aunque le fue difícil no verse como un vagabundo, pero era razonable, se había acostumbrado tanto a su doble vida como mercenario, que lo único que se molestaba en lavar era su traje y un par de calzoncillos.
Se agacho a amarrar las cintas de sus tenis cuando noto a alguien salir, dándose cuenta entonces que su lindo castaño no era el único adolescente que vivía ahí, lo que solo le demostraba lo difícil que hubiera sido el infiltrarse, aun cuando hubiera logrado robar al arrendador los datos de las personas que vivían ahí, jamás hubiera encontrado al chico sin una fotografía.
Podía verlo de reojo, con un suéter azul que parecía de poliéster, un cuello de camisa de cuadros que sobresalía, atándose las agujetas del otro pie más de prisa para levantarse y comenzarlo a seguir apenas el chico estuvo a cierta distancia.
Estaría mintiendo si dijera que esa bella sonrisa en su rostro no lo había puesto a delirar, era algo tan inocente y puro, algo que ni de chiste debería estar caminando solo por la ciudad con aquellos audífonos puestos, donde cualquiera podría aprovechar para secuestrar a ese ángel caído del cielo.
No le fue difícil seguir sus pasos, iba tan lento y tan distraído que, aunque caminara a su lado no lo habría notado. Era una caminata que estaba dispuesto a hacer cada día de su vida si con eso podía verle el rostro, aunque deseaba verlo de frente, apreciar aquellos ojos, sus gestos, poder acariciar su pelo, hundir su nariz en su cuello y poder aspirar de su aroma.
~¿creen que huela a perfume para bebé?~
<Estoy casi seguro de que sí ¿Cómo pude lucir tan adorable? Debería ser ilegal>
~Es ilegal~
-Shhh-las calló Wade, pues lo último que quería pensar en esos momentos, era en su edad, quería poder admirarlo sin que nadie lo molestara ¿acaso era mucho pedir?
Estuvo tentado varias veces a acercarse a él, caminar un poco más rápido para ir a sus espaldas, pero sería demasiado obvio, aunque al tomar el metro, se pudo dar el lujo de ponerse a su lado, apenas si girando el rostro para poder mirarlo, notándolo bastante perdido en sus pensamientos.
¿de verdad él era ese héroe arácnido que le daba lucha cada que lo veía intentar cometer un asesinato? Claro que lo era, estaba seguro de que ese había sido el chico que salió del callejón.
Su corazón dio un pequeño salto al sentir un suave contacto con su mano, haciéndolo que se volteara a ver de inmediato, notando había sido aquel castaño de hermosos ojos color miel que se había movido de lugar para poder bajar. Había sido algo accidental, si, pero aun así lo hizo sonreír.
~Se está yendo.~
<¡Wade! ¡Esta también es tu parada!>
Parpadeo un poco confundido, terminando por moverse de forma torpe para también bajar, habiendo olvidado por un segundo que estaba siguiendo al chico, pero es que ese contacto lo había dejado un poco atarantado.
<¿Se imaginan que se hubiera dado cuenta de quienes éramos y nos toco la mano como una señal para que le hiciéramos cositas?>
~Si... pero no creo haya sido así~
Todas las esperanzas que tenía, que eran muy pocas en realidad, se fueron por el caño al ver la escuela a la que se dirigía, terminando por morder sus labios al ver al chico alejarse.
~Midtown High...~
<Es una escuela secundaria...>
~¡esto es un crimen!~
El pánico creció dentro del mercenario, quien tuvo que tomar un respiro, deteniéndose justo al bajar las escaleras del metro hacia la calle, tomándose su tiempo para pensar que hacer.
Era algo bastante obvio para él, tenía que cambiar su comportamiento, esperando aun no haber cometido ningún error lo suficientemente grave como para que el chico decidiera no volverlo a ver en la vida.
~¿Sabes que si podemos hacer? Buscar información~
<¡El anuario escolar! Es la forma más fácil de descubrir el verdadero nombre de nuestra arañita>
Asintió a lo que decían sus voces, tenía tiempo antes de que el chico volviera a salir, pues planeaba esperarlo para poder cuidarlo en la vuelta a su departamento o a ser Spiderman.
Ni loco lo dejaría solo de nuevo, Nueva York no era lo bastante seguro como para que un bebé caminara por sus calles.
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