Un día mas de spidermark
Mark corrió a través de los pasillos del NCIT, intentando llegar a tiempo a su clase de química. El sonido de su respiración agitada se mezclaba con los ecos de las pisadas de otros estudiantes que, como él, intentaban no llegar tarde. Mientras sujetaba su mochila con fuerza, trataba de recordar qué excusa daría esta vez por su retraso. "Atascos en el metro" siempre funcionaba, pero ya lo había usado dos veces esa semana
Finalmente llegó al aula justo cuando el profesor Kim estaba cerrando la puerta.
—Lee Mark, tarde de nuevo. —El profesor lo miró con desaprobación—. ¿Algo que compartir?
—Lo siento, señor. El tráfico estaba... imposible —respondió Mark, sonriendo nervioso mientras deslizaba su cuerpo por la puerta apenas abierta.
El aula estaba llena de sus compañeros, todos con los ojos en sus libros de química. Mark sabía que Johnny estaba observando desde la última fila, seguramente tratando de contener una risa. La doble vida le hacía imposible tener una rutina normal, pero Johnny siempre estaba ahí, cubriéndolo cuando era necesario.
—Toma asiento —dijo el profesor con una mirada cansada antes de continuar la lección sobre reacciones químicas.
Mark se dejó caer en su asiento, sacando su cuaderno. A pesar de todos sus esfuerzos por mantenerse al día, las clases siempre parecían un desafío más grande que los criminales que enfrentaba como SpiderMark.
—¿Otra vez tarde, bro? —Johnny murmuró desde su asiento detrás de él, lanzándole un bolígrafo suavemente en la espalda.
—Ya sabes cómo es... —respondió Mark en voz baja, mirando hacia el frente.
Mientras el profesor continuaba su clase, Mark no podía evitar pensar en las diferencias entre su vida escolar y su vida como justiciero. Aquí, en el aula, era solo Mark Lee, un chico más tratando de sobrevivir en la jungla académica. Nadie sabía que, horas antes, había estado peleando contra criminales o rescatando inocentes. El contraste entre esos dos mundos era abrumador.
El timbre finalmente sonó, anunciando el final de la clase. Mark suspiró aliviado y recogió sus cosas. Mientras se levantaba, sintió un golpecito en el hombro.
—¿Ya te estás escapando, SpiderMark? —Johnny le guiñó un ojo con una sonrisa burlona, asegurándose de que nadie más los escuchara.
—No bromees con eso aquí —susurró Mark, dándole un leve empujón—. No quiero que alguien descubra algo.
—Tranquilo. —Johnny rió—. Aunque, si sigues llegando tarde a todas las clases, alguien va a sospechar que andas balanceándote por la ciudad.
Los dos amigos se dirigieron a la cafetería, donde las charlas de estudiantes llenaban el ambiente. Mark sabía que, al menos por unas pocas horas, podía dejar a SpiderMark a un lado y concentrarse en ser solo Mark. Aunque, claro, siempre había algo en el fondo de su mente que le recordaba que, en cualquier momento, podría tener que correr y ponerse la máscara una vez más.
Mientras estaban en fila para comprar algo de comida, vio a MJ, con sus amigos. Haechan, como siempre, estaba siendo el centro de atención, mostrando algunos pasos de baile que claramente imitaban los movimientos icónicos de Michael Jackson. Los ojos de Mark se encontraron con los de él por un breve segundo, y MJ le lanzó una sonrisa rápida, no pudo evitar sentir sus orejas calientes al tener esa imagen frente a el.
—Oye, Mark —llamó Haechan desde su mesa—. ¡Me debes una! ¿Dónde estabas cuando dije que quería mostrarte mi último cover de Michael?
Mark levantó la mano en disculpa.
—Lo siento, MJ. Prometo verlo después.
—Más te vale —respondió Haechan con una sonrisa, antes de volver a su conversación.
Después dar su comida se dirigieron al lugar donde sabían que podían hablar sin oídos con chismosavirus. Las gradas del patio, justo enfrente de las canchas de deportes. Los únicos que pasaban por ahí eran los deportistas y las chicas que veían a su crush lucir guapos. Mark se dejó caer en una silla junto a Johnny.
—Sabes, tengo un sentimiento como una corazonada de que algo va a suceder pronto pero no se que es, es como si estuviera a la espera de algo y tuviera que estar alerta.
—Duh, obvio, siempre hay algún mono raro de metal o alien apareciendo de la nada para quererte matar.
Mark soltó una risa.
—Ya, pero no me refiero solo a eso. Es más como... —Algo lo seguía inquietando. Sabía que Johnny lo decía en broma, pero esa corazonada no era como las otras veces. Era más... intensa, casi tangible. Algo estaba en movimiento, y no podía quitarse de la cabeza esa sensación de peligro inminente.—Esto se siente... diferente. Es como si estuviera siendo vigilado. Algo grande está por pasar.
Johnny levantó una ceja, fingiendo estar pensativo.
—Tal vez solo tienes hambre. A mí me pasa igual cuando no he comido. O bueno, eso o estás empezando a sonar como esos locos conspiranoicos.
—No es eso —respondió Mark, dándole un leve empujón—. Es serio.
—Ya sé, ya sé. —Johnny rodó los ojos con una sonrisa—. Pero igual, no puedes vivir esperando que algo malo pase todo el tiempo. Relájate un poco, hombre. No todo el mundo quiere verte muerto.
Justo en ese momento, un balón salió disparado desde la cancha, volando directo hacia ellos. Mark, con reflejos rápidos, levantó la mano y lo detuvo antes de que les diera en la cara.
—¡Ah, mira! —Johnny se rió—. Tu sentido de arañita te salvó de un buen balonazo. Creo que esa es la "gran cosa" que estabas esperando.
Mark sonrió, pero ese sentimiento inquietante aún no desaparecía. Algo más estaba en camino.
☣️
Mark se ajustó la máscara con un suspiro y salió disparado desde la ventana de su departamento, balanceándose con gracia entre los rascacielos de Seúl. Mientras volaba de edificio en edificio, podía ver la vida despertando: gente camino al trabajo, repartidores en sus motos, estudiantes con mochilas apresurándose a sus clases. Para todos ellos, Mark era invisible, y él prefería que así fuera.
SpiderMark era un héroe de bajo perfil, al menos en comparación con los grandes nombres. Sí, salvaba vidas y detenía crímenes, pero la mayoría de los días se sentía más como el encargado de solucionar problemas menores: ladrones de bolsos, gatos en árboles, y evitar que los coches se estacionaran en lugares prohibidos.
Primera parada del día: un tipo robando una tienda de conveniencia. Nada complicado. Aterrizó suavemente detrás del ladrón, quien estaba demasiado ocupado llenando su mochila con comida y dinero.
—¿Sabes? —dijo SpiderMark mientras cruzaba los brazos—. Robar un 7eleven es casi el cliché más grande. ¿No se te ocurrió nada mejor?
El ladrón dio un respingo y giró, apuntando con un cuchillo hacia Mark, quien simplemente lo desarmó con una patada suave antes de pegarlo a la pared con telarañas.
—Deberías agradecerme —dijo mientras lo dejaba colgado—. Quizá así tengas tiempo para pensar en laburar.
Un par de fotos rápidas del ladrón para su reporte a la policía, y ya estaba de nuevo en el aire.
El día continuó igual de rutinario. Una vieja señora que necesitaba cruzar la calle con demasiadas bolsas, una alcantarilla atascada que decidió destapar con un tirón fuerte de su telaraña, y un niño que perdió su balón en un tejado. Ese era SpiderMark: el héroe del barrio, arreglando los problemas que, aunque menores, hacían la diferencia en la vida cotidiana.
Su estómago rugió mientras se balanceaba hacia el centro de la ciudad. Una rápida parada en el puesto de tteokbokki habitual y estaba de vuelta, comiendo mientras colgaba de una farola en la intersección principal. Las cosas parecían tranquilas por el momento, y ese pequeño respiro siempre era bienvenido.
—Aquí tigre blanco, busco a bebe foca cambio.
—Si tigre blanco habla bebe foca, cambio. Oye porque soy bebe foca debería ser la viuda negra o algo así, que tal araña radioactiva.
—Arañita Mountain dew—La voz de Johnny irrumpió en su comunicador—. He estado revisando las cámaras y parece que hoy te están dando un día libre. ¿Cómo van las cosas por allá?
Desde su "silla de mando" en su departamento, Johnny lo asistía con tecnología, información y, más que nada, soporte moral.
—Tranquilo hasta ahora —respondió Mark con un bocado en la boca—. He salvado una tienda de conveniencia, ayudado a una señora, y rescatado un balón. Todo un héroe.
—Wow, ¿en serio? Quizá deberías pedir un aumento —rió Johnny—. Oye, hablando de cosas importantes, ¿has hablado con Haechan?
Mark se quedó en silencio. Con todo el tiempo que pasaba siendo SpiderMark, cualquier intento de ser cercano a él había sido casi imposible.
—No realmente... He estado, ya sabes, ocupado —dijo Mark, sabiendo que esa era una excusa que usaba demasiado.
—Haechan ya te escribió como tres veces . Te va a odiar si sigues ignorándolo.
Mark rodó los ojos debajo de la máscara.
—Lo sé, lo sé. Le diré algo después.
Mientras el sol comenzaba a bajar, Mark siguió patrullando. Ahora estaba en los callejones del barrio más modesto de Seúl, donde los problemas serios podían surgir de un momento a otro. De repente, escuchó un grito. Saltó hacia la fuente del sonido y encontró a un grupo de matones acorralando a un joven. Nada fuera de lo común, pero no por ello menos importante.
Aterrizó silenciosamente detrás del grupo.
—Ey, ¿No se supone que deberían estar en casa cenando o algo así? —bromeó, mientras los observaba girarse sorprendidos.
Uno de ellos trató de atacarlo, pero Mark lo evadió con facilidad, lanzando una rápida ráfaga de telaraña que lo inmovilizó en una pared cercana. El resto no tardó en seguir el mismo destino, quedando todos atados y colgando como marionetas antes de que pudieran siquiera reaccionar.
—Gracias, SpiderMark —murmuró el joven antes de huir.
Mark sonrió bajo su máscara, satisfecho de que, al menos en las pequeñas cosas, estaba haciendo una diferencia.
I always feel like somebody's watching meee...
Johnny estaba sentado frente a su monitor, en su cómoda silla gamer, con la música resonando a su alrededor. De reojo, algo en una de las pantallas de su computadora, donde tenía las cámaras de seguridad hackeadas, llamó su atención. Las vistas de varias cámaras se glitcheaban, y en otras, un destello de color morado se hacía presente de forma intermitente.
—Oye, Mark —habló a través de su intercomunicador—. Estoy viendo algo extraño en las cámaras... algo que no tiene sentido.
—¿De qué hablas? —Mark no terminó su frase, interrumpido por un estruendo en el cielo.
—¿Ves esa luz en el cielo?
Mark, que colgaba de una farola, alzó la vista rápidamente. El cielo sobre el distrito financiero de Seúl se distorsionaba, formando una brecha que nunca antes había presenciado. Era como si el mismo aire se quebrara, revelando destellos de luz que parpadeaban, casi desafiando la lógica.
—¿Qué demonios es eso? —susurró Mark, sin poder apartar los ojos de la anomalía.
—No lo sé —respondió Johnny, la preocupación evidente en su voz—, pero sea lo que sea, parece peligroso.
Sin pensarlo dos veces, Mark disparó una telaraña y se lanzó en dirección a la anomalía. El viento rugía en sus oídos mientras cruzaba la ciudad, y su estómago estaba en un nudo. Las grietas en el cielo se hacían más visibles cuanto más se acercaba. Era una escena surrealista: las calles iluminadas por la luz artificial contrastaban con la perturbación apocalíptica que flotaba en lo alto.
Finalmente, aterrizó en la azotea de un edificio, justo en una plataforma de metal donde se encontraban antenas de telecomunicación y lo vio: no era la grieta en el cielo lo que lo aterrorizaba, sino lo que la causaba.
Un tipo con un traje de armadura verde oscuro, con una cola metálica gigantesca que lo envolvía. Parecía un Escorpión, aunque Mark nunca lo había visto antes, parecía alguien que claramente no estaba allí para dar abrazos.
—Bueno, parece que llegué justo a tiempo para el show de luces —bromeó Mark, saltando de la azotea y lanzándose directamente hacia el villano—. Lo siento, chico bestia, pero no parece que estés organizando un espectáculo de láseres con esas luces en el cielo.
Antes de que el Escorpión pudiera reaccionar, Mark lo embistió con una patada voladora, enviándolo tambaleándose hacia atrás. La cola del villano se agitó violentamente, tratando de estabilizarlo.
—¡Pulga entrometida! —gruñó el Escorpión—. ¿Siempre tienes que aparecer cuando alguien intenta hacer algo importante?
—¡Soy muy metiche! Es parte del encanto. —Mark esquivó la cola que intentaba golpearlo y disparó telarañas para sujetarla, tirando con fuerza para inmovilizarlo.
Pero algo no estaba bien. Mientras Mark lo mantenía ocupado, el Escorpión activaba discretamente un dispositivo extraño en su cinturón. Desde el suelo, Mark vio cómo una serie de pequeños autómatas, de aspecto mecánico, comenzaron a aparecer, moviéndose rápidamente hacia él. Eran pequeñas criaturas con formas letales, hechas de metal, que comenzaron a rodearlo.
—¿Robots asesinos? —exclamó Mark mientras una de las criaturas saltaba hacia él—. De donde los sacaste, pudiste haber entrado a la feria de ciencias.
Johnny, desde el auricular, le advirtio—Mark, esos bichos están distrayéndote. El Escorpión está usando un coso para controlar el clima o yo que se. ¡No dejes que lo active!
—¡¿Por qué alguien quisiera controlar el clima?!
— NO SE, EL GOBIERNO.
Mark esquivó a uno de los robots, golpeándolo contra una pared y lanzando telarañas para desmantelar a otro—. Pero estos mini optimus prime son muy pegajosos.
Mientras luchaba contra las criaturas, Mark pudo ver de reojo cómo el Escorpión manipulaba el dispositivo y comenzaba a abrir el portal. La energía crepitaba en el aire, y las grietas en el cielo se hicieron más pronunciadas. Las luces Inter dimensionales bailaban en el cielo nocturno de Seúl, y algo peor se sentía venir.
Johnny volvió a hablarle —¡Tienes que detenerlo ahora! Si ese portal se abre completamente, no sabemos lo que podría pasar. ¡Intenta destruir su cinturón! — A ese punto Johnny había decidido dejar su computadora atrás y salir a combate con su moto a donde se encontraba Mark, serviría más a su amigo que ahí sentado.
—¡Voy, voy! —Mark lanzó una ráfaga de telarañas hacia el Escorpión, tratando de atrapar el dispositivo, pero el villano lo bloqueó con su cola justo a tiempo.
—No tan rápido, insecto —se burló el Escorpión, que usó la fuerza de su cola para lanzar una ráfaga de energía desde el dispositivo, creando un campo que empujó a Mark hacia atrás.
De repente, las luces del portal se intensificaron, —Siempre con los chistes, ¿eh? —dijo Escorpión mientras contraatacaba con un golpe masivo, impulsado por su cola, que apenas Mark logró esquivar.
Las chispas volaron cuando la cola del Escorpión impactó contra el metal de la plataforma, dejando un cráter humeante en su lugar. Mark respondió con una ráfaga de telarañas, tratando de inmovilizarlo, pero Escorpión las cortó con facilidad usando las garras de su traje.
Mark saltó por encima de él, lanzando golpes rápidos y precisos, pero cada vez que intentaba ganar ventaja, la poderosa cola del Escorpión lo mantenía a raya. Estaba claro que la tecnología del villano había sido mejorada, y el portal seguía creciendo en el cielo.
Recibió un golpe que lo hizo caer de espaldas al piso, lo que permitió a su enemigo de metal posarse encima del apresándolo son sus brazos y piernas dejándolo inmóvil, con el aguijón de su cola de metal brillando justo frente a su nariz, su cabeza iba a mil por hora, espero a que tomara impulso la cola, saltaría y...
—AAAAAHGG.
Algo o más bien alguien había saltado a la cabeza del escorpión tacleándolo antes de poder ejecutar su jugada. No se había detenido a pensar que había pasado, solo sabía que tenía que cerrar el ''hoyo en el techo''.
Cuando se acercó a toda velocidad al lugar donde estaba escorpión y la figura, lanzo una telaraña al cinturón que parecía controlar el portal y tiro de él. En el segundo que lo tenía en su mano sintió una felicidad que le duro menos que su dinero en la semana. Había recibido una patada de la figura consecuente de un puño y una llave con los brazos y fue lanzado contra una caja de aire acondicionado que se encontraba en el techo.
Un traje oscuro con detalles plateados y una guitarra colgando en su espalda. Al igual que Mark, llevaba una máscara de Spider-Man, pero algo en él era completamente diferente.
—¿Quién... eres tú? —Mark lo miró atónito, aunque no perdió de vista al Escorpión que seguía tratando activar un dispositivo.
—¿Otro villano? —preguntó Mark, poniéndose en guardia, todavía tambaleante.
El extraño SpiderMark levantó las manos, pero no tuvo tiempo de decir nada antes de que Mark lo atacara. Estaba demasiado acostumbrado a que las cosas empeoraran justo cuando parecía haber una oportunidad para que mejoraran.
La pelea fue rápida y fluida. Mark lanzó un golpe, pero el otro lo esquivó con una agilidad asombrosa. Parecía que sabían los movimientos del otro. Cada patada y golpe era bloqueado de forma perfecta, como si ambos estuvieran peleando contra un reflejo.
El Escorpión aprovechó este momento de distracción y, con una sonrisa sádica, pulsó un botón en su cinturón. El suelo tembló cuando una enorme explosión de energía oscura emanó del portal. La onda expansiva golpeó a Mark de lleno, lanzándolo contra una pared con una fuerza brutal. Aturdido y con la vista nublada, apenas pudo reaccionar.
Cuando recuperó el sentido, vio que el Escorpión había desaparecido, probablemente utilizando la explosión para escapar.
La figura de ese otro Spidermark se acercó, dudo si era amigo o enemigo, justo hace un momento atrás lo sabía saboteado y golpeado. De un salto se puso de pie listo para un combate el cual no llego.
—¡Espera, espera!
Entonces lo sintió, era como una vibración dentro de su cabeza, un cosquilleo en su nuca, era como si hubiese tenido comezón en una parte del cuerpo que no podía alcanzar y al fin se pudiera rascar ¿Era eso lo que estaba percibiendo?
El tipo del traje se quitó la máscara.
Mark se quedó congelado, confuso y alerta al mismo tiempo cuando vio su propio rostro mirándolo desde el otro lado. Era él... pero no era él. Había algo en su mirada, algo que lo diferenciaba.
—Tu... tú también eres Spiderman.
Siempre dicen que una imagen dice más que mil palabras y en este caso no podía decir ninguna, así que hizo lo mismo que el chico frente a él y se quitó la máscara.
—No sabía que mi mama me escondió un hermano gemelo.
—¿Que? ¿Quién...? —Mark no tenía palabras por el shock.
—Soy REM —dijo el otro—. Y soy Spider-rem.
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