Arco 1. Capítulo 2: París
Peter había iluminado una sala con las velas, usaba la misma chaqueta de siempre y una camiseta negra Since Don't Have You de 1993 sonaba mientras él bailaba con su novia de aquel entonces: Gwen Stacy. Ella tenía un sombreado en los ojos, su pelo rubio y rebelde le llegaba hasta los hombros, sus labios estaban pintados de negro, usaba un pantalón azul, unas tenis y una blusa roja que deja el hombro derecho al descubierto. Peter la sujetaba de la cintura y Gwen tenía sus brazos extendidos sobre sus hombros, luego, como si lo abrazara, recuesta su cabeza en el hombro izquierdo
— ¿Y bien? ¿Qué te parece? — preguntó Peter sintiendo el pelo de su amada acariciar su mejilla
— Es hermoso, Peter. ¿De verdad hiciste todo esto por mí?
— Claro que lo hice por ti. Sé que no he pasado mucho tiempo contigo por ser Spider Man y que sigues muy afectada por lo de tu papá, pero quiero compensártelo, quiero compensar cada segundo perdido
— Oh, Peter, entiendo que estés ocupado salvando al mundo aunque a veces me sienta un poco abandonada, pero esto lo compensa
— La mejor cita hasta ahora, ¿no crees?
— La mejor y la más especial hasta ahora — alzó la mirada — Te amo, Peter Parker
— Y yo a ti, Gwen Stacy. Prometo estar siempre ahí para salvarte
— Oye ¿quién es la que te ayuda a detener a los malos? — dijo de manera juguetona — ¿Y a mejorar tus lanzadores?
— Cierto, Spider Man y su hermosa asistente — ella arqueó la ceja izquierda
— ¿Asistente? — él rodó los ojos
— Tú ganas, Spider Man y su compañera
— Mucho mejor
Ambos cerraron los ojos y compartieron un suave beso como si nada más importara hasta que el sonido de un trueno saca de sus recuerdos al joven arácnido. Peter se aferró al asiento, pues la turbulencia no lo tranquilizaba, incluso entendía mejor el por qué a Logan no le gusta volar. Tal vez sería buena idea pedirle a Dick que le enseñe a pilotar. Deseaba con ansias llegar a París porque el avión había tardado tres malditas horas en despegar y se volvería loco si debía pasar un minuto más ahí dentro
— ¿Por qué no me dejaron volar en el quinjet?
Cuando finalmente aterrizó el avión, Peter tomó su patinete y fue por su equipaje, tuvo que esperar como los demás y a su lado se detuvo un hombre rubio que parecía ser de su edad, tenía los ojos verdes, iba vestido con un pantalón de mezclilla, camisa negra y otra de color blanca y abierta, también portaba un anillo plateado, y junto a él un hombre alto y corpulento de mediana edad con cara de pocos amigos. Varias personas estaban a cada lado de la banda transportadora pero Peter empezaba a impacientarse
— 《El hijo autómata de la moda y su King Kong personal》— pensó Peter — 《Que raro que no esté por aquí el estirado de su padre》
Hace algún tiempo, fue a una fiesta de caridad para tomar algunas fotos, ahí tuvo la oportunidad de conocer a Gabriel Agreste y tuvo la sensación de alejarse de él, lo sintió como un peligro, alguien perfeccionista que no tolera ni el más mínimo error, alguien que ve con desdén a los que considera inferiores a él. En cuanto a su hijo Adrien, bueno, le agradó pero le pareció el típico niño rico que hace todo lo que sus padres digan sin cuestionar. Una de las cosas que a él le molestaban
— Se tarda mucho, ¿no crees? — le preguntó el rubio en un perfecto francés
— ¿Ah? Sí, estas cosas son muy lentas — respondió Peter en francés haciendo una pausa a mitad de la frase
Para él fue un alivio que desde la secundaria le enseñaran el idioma
— ¿Nos hemos visto antes?
— Una vez en una fiesta de caridad de Nueva York
— Con razón te me hacías conocido. Eres el fotógrafo del Daily Bugle. Peter, ¿no?
— El único y original
— ¿Qué haces aquí en París?
— Por trabajo. Conseguí un puesto en Stark Labs
— Felicidades. Supongo que tienes donde quedarte
— Sí, la verdad es que sí
Eran las cinco y quince de la tarde, recogieron sus respectivas maletas y Adrien agreste le preguntó donde se quedaría, Peter respondió que en el sexto distrito de París
— Ah, Saint-Germain-des-Prés
Con eso Adrien supo ya en cual edificio se quedaría. Se ofreció a llevarlo, el guardaespaldas no vio ningún problema y accedió sin problemas. Durante el viaje en limosina se pusieron al día como si fueran amigos de toda la vida, al menos Adrien así lo vio, Peter se mantuvo más relajado y disfrutaba del paisaje; era la primera vez que venía a París por algo que no sea salvar al mundo pero sabía que tarde o temprano acabaría volviendo a las andadas para ayudar a Ladybug y Cat Noir. Marinette Bridgette Dupain se encontraba en su cuarto, buscaba en su computadora algo que tenga que ver con los recientes ataques de Shadow Moth para encontrarlo cuanto antes, pues ser la única superheroína en París no era nada fácil
— ¿Por qué Cat Noir se tuvo que ir justo ahora? — se preguntó Marinette mientras estiraba los brazos
Tikki miraba por la ventana, disfrutaba del atardecer, el cielo estaba parcialmente teñido de tonos amarillos y anaranjados, pocas nubes lo adornaban y lo acompañaba una suave brisa
— No deberías presionarte tanto, Marinette. Deberías subir y disfrutar la tarde. Despejará tu mente
— Pero Shadow Moth...
— Solo hazlo, Marinette, y no le des más vueltas al asunto
No tenía caso discutir con Tikki, apagó la computadora para que sus padres no pudieran descubrir en qué asuntos se había involucrado en caso de que entren al cuarto, subió las escaleras y abrió la trampilla. Tikki tenía razón, se dirigió a la orilla y se apoyó en la baranda. ¿Era mucho pedir que hayan más tardes así?
Se había convertido en la portadora del miraculous de la mariquita cuando tenía casi trece años, le encantó la idea de ser una superheroína pero no se esperaba la responsabilidad que eso conlleva. Se había visto obligada a crecer rápido cuando se enfrentó a los parademons, cuando vio a Darkseid asesinar a gente inocente, fue el baldazo de agua fría que necesitaba para darse cuenta que el negocio de los héroes no era ningún juego y vio que sus problemas de adolescente eran insignificantes comparados con lo que se ha enfrentado y enfrentará. Desde muy pequeña coleccionaba cosas relacionadas a sus superhéroes favoritos, ya sean figuras de acción, pósters, incluso fotos de periódicos que había descargado y guardado en un archivo para mandarlo a imprimir. Si bien parte de su cuarto estuvo adornado con fotos de Adrien Agreste, lo que siempre lo adornó en su mayoría eran pósters de Superman, también tenía dibujos que había mejorado con el paso del tiempo
— ¡Esto es muy frustrado! ¡Eso tonto viejo de la mariposa aterra París, desaparece por quien sabe cuanto y regresa para quitarnos los miraculous!
— ¿Y por qué no llamas a los Jóvenes Titanes? Nightwing era el primer Robin de Batman, según Starfire. Él podría ayudarnos a descubrir quién es Shadow Moth
— Está demasiado ocupado salvando al mundo. La semana pasada publicaron un video en YouTube y era él dándole una paliza a Deathstroke
— Yo vi que fue al revés
— ¡Él punto es que está ocupado! — gritó como desquiciada
— Bien. ¿Qué hay de Daredevil?
— ¡¿Y como lo llamamos?! ¡Ni siquiera tiene una super nave como Batman o los Vengadores!
— ¿Y Wonder Girl?
— Nadie la ha visto en meses. Corre el rumor de que fue asesinada
— ¿Kid Flash?
— Muerto. Fuimos a su funeral, ¿recuerdas?
— ¿Spider Man? Bien que te le quedabas viendo la retaguardia. Tanto columpiarse y hacer acrobacias dieron frutos
— ¡Tikki!
— ¿Qué prefieres a Nightwing? Recuerdo que Wonder Girl los llamó "Nalgwing" cuando peleamos contra el ejército de Thanos
— Dios, mátame ahora
— Cambiando un poco de tema. Desde que Wonder Girl te dio algunos consejos sobre combates y te enseñó algunos movimientos, has mejorado mucho. Lo de hoy, por ejemplo
Marinette le dio la razón. De vez en cuando usaba un teletransportador oculto en París que los lleva directo a Mount Justice, pero los que más andaban ahí eran los miembros originales y algunos más nuevos, sin embargo, Spider Man era el más ausente. Si tan solo supiera lo que pasó en realidad, lo que lo llevó a aislarse de los demás. En enero, Spider Man había llegado a la casa de Gwen con un ramo de rosas, tocó la puerta unas cuantas veces pero no hubo respuesta y cuando se asomó por la ventana sintió una angustia inimaginable, los muebles estaban tirados por todas partes y las paredes estaban más o menos quemadas. Spider Man atravesó la ventana para buscarla por toda la casa mientras gritaba su nombre, temiendo que algo malo le haya pasado y de pronto sonó su celular, el cual contestó sin fijarse en el número
— ¡¿Hola?!
— ¿Quiere Spider Man venir a jugar? — preguntó una voz masculina y macabra
— ¡Maldito, ¿qué le hiciste?!
— Nada, aún. Si quieres que tu noviecita siga vivita y coleando, ven solo al puente Brooklyn y si veo que alguien te acompaña, aunque sea tu dulce hermanita, me divertiré lentamente con ella. Tienes diez minutos
Spider Man no lo pensó dos veces y se columpió tan rápido como pudo, mucho más rápido que nunca. Cuando llegó aterrizó en el puente Brooklyn y vio al Duende Verde sosteniendo del cuello a Gwen, sintiendo que todo sus esfuerzos por protegerla habían sido en vano
— ¡Al fin llegas! — exclamó el duende con una sonrisa de oreja a oreja
— ¡Déjala en paz, Norman! — gritó — ¡Esto es entre tú y yo, ella no tiene nada que ver en esto!
— ¡Claro que tiene, después de todo es ella la que te ayuda en tus peleas!
Gwen se sujetaba del brazo de su captor y Spider Man le prometió que todo estaría bien. El Duende Verde la arrojó como si fuera una muñeca de trapo
— ¡No! — gritó Spider Man
Corrió hacia la orilla, saltó hacia ella y cuando la atrapó disparó una telaraña para columpiarse por debajo del puente. Cuando subieron por el otro lado, el sentido arácnido vibró y una bomba calabaza explotó cerca de ellos, Spider Man agarró a la fémina y dio un gran salto pero la explosión los alcanzó y cayeron en el pavimento, y casi fueron atropellados por un camión. Spider Man saltó hacia la orilla y le dijo que corriera
Ella no tuvo más opción que hacerle caso, el sentido arácnido vibró con fuerza porque el Duende Verde se dirigía hacia él con unas bombas calabaza que arrojó, por lo que dio un gran salto y se adhirió a las vigas, hasta que vio por encima de su hombro como volaba hacia él contra bomba calabaza en mano
Gwen se detuvo un momento para ver como peleaban con fiereza por los aires, vio como su novio disparaba bolas de telaraña para hacer detonar las bombas calabaza, vio como esquivaba los rayos láser que salían disparados de la punta de los dedos índices del duende. La pelea fue dura, ambos enemigos intercambiaron golpes y patadas con más fuerza de la que normalmente usan hasta que cayó la noche y Spider Man ya estaba herido, se sostuvo el brazo derecho y se mantuvo oculto
Un gas lo envolvía para dormirlo un poco, luego de dos minutos Spider Man empezó a espabilar, sintió que el gas perdía efecto y cuando se levantó notó que el Duende Verde se había ido, por lo que regresó con Gwen. El sentido arácnido comenzó a actuar como rastreador para llegar a ella, justo donde había comenzado la pelea. El duende se mantenía en el aire en su planeador, sujetando a Gwen
— ¡Al fin sabrás cuál es la recompensa de un héroe! — gritó el Duende Verde al verlo llegar
— ¡No lo hagas! — gritó llegando a lo más alto del puente para luego saltar con todas sus fuerzas, fue un salto de más de setecientos metros
— ¡Señorita Stacy, feliz viaje!
Al dejarla caer otra vez, Spider Man le disparó una telaraña pero recibió de un rayo de energía de parte de su enemigo; cayó en las vigas, se levantó con rapidez sin darle importancia al dolor y saltó tras ella pero al ver que no la alcanzaría a tiempo, le disparó una telaraña, disparó otra al puente para detenerse, unió ambas telarañas y se dejó caer. Al aterrizar tomó a Gwen en sus brazos, le quita la telaraña y se agachó. Intentó despertarla pero ella no respondía
— Gwen. Oye. Respira — le dijo temeroso — Oye, Gwen — los labios le temblaron y su voz se quebraba — No te vayas, no te vayas, ¡que no te vayas! — finalmente rompió en llanto — ¡Gwen! ¡No, por favor, por favor! ¡Por favor! No puedo hacerlo sin ti
La carcajada del Duende Verde le hizo hervir la sangre, la expresión de Peter era de odio e ira en todo su esplendor, subió a una velocidad inhumana gritándole:
— ¡Osborn!
A duras penas el Duende Verde pudo esquivar el letal golpe, sacó un cable que se enrolló en el torso del superhéroe y se lo llevó volando a un edificio abandonado, donde lo arrojó. Peter atravesó las paredes, se levantó una vez más y una bomba calabaza explotó a milímetros de él. Si Marinette supiera lo que pasó, si supiera lo que lo llevó a ser más como Batman...
— ¿Qué tal Moon Knight? — preguntó Tikki
— ¡¿Estás loca?! — exclamó con voz chillona y pavor — ¡Moon Knight es el Batman esquizofrénico que corta las caras de sus enemigos para usarlas como máscaras!
— No las usa como máscara, aunque es muy tétrico eso
— ¡Desearía nunca haber visto eso! — exclamó agarrándose del pelo — ¡¿Qué pasará si Shadow Moth lo akumatiza y le hace un sentimonstruo?!
— Eso jamás pasará. Lo único que conseguirá es que Moon Knight estrelle su nave contra su guarida, como hizo con Taskmaster y compañía
— ¡Ese tipo está loco y me da miedo! Hace que lidiar con Shadow Moth parezca un juego de niños. Ese tipo tiene super fuerza dependiendo de las fases de la luna, ¡y si hay luna llena es el fin del mundo!
— ¿No crees que estás exagerando? Moon Knight es un desquiciado asesino que es revivido por un dios egipcio cada que lo matan, (que ya pasó dos veces), pero no puede provocar el fin del mundo. Ni que fuera kryptoniano
— ¡¿Revivió dos veces?!
— Tengo que cerrar la boca
Marinette estaba teniendo un ataque de pánico y se alegraba de no vivir en Estados Unidos. Nightfall, como se hacía llamar Teresa, se encontraba junto a Nightwing en un almacén en Metrópolis, esperando a que llegaran un dos de los seres más temidos del planeta y llevaba puesta un antifaz como el de su compañero. Una de las cosas que ella nunca le había revelado a su hermano es que era miembro de los Outsiders, un equipo de héroes creado por Batman para ir a misiones secretas a las que la Liga de la Justicia no podría ir por cuestiones políticas, uno que funciona como un grupo de ataque implacable y que pueda cruzar la línea si la situación así lo requiere; básicamente una versión de la X-Force pero con integrantes más variados, pues estaba formado por Psylocke (a quien confunden con Nightfall por sus trajes tan parecidos y por su belleza, aunque físicamente no son tan parecidas), Wolverine, Batman, Ravager, Katana, Domino, Deadpool, Moon Knight, Dr. Strange, Johnny Blaze y Danny Ketch. Algunos de ellos se habían unido a la Hermandad de Asesinos y otros eran solo aliados
De pronto escuchan acercarse el sonido de las motos y perciben el olor a azufre. Los Ghost Riders volvieron a la normalidad cuando se detuvieron, uno era castaño con ojos verdes, el cuál era Danny Ketch y el otro era rubio con ojos azules, Johnny Blaze
— Veo que recibieron mi mensaje — dijo Nightwing
— Imagino que también llamaste a alguien más — le dijo Johnny
— Solo a los Cuatro Fantásticos y a Lady Deathstroke
— ¿La hija de Slade?
— Sí pero es de los buenos
— ¿Y el verdadero Spider Man? — preguntó Danny
— A salvo, donde Waller y S.H.I.E.L.D. no puedan encontrarlo — respondió Nighfall — Nightcrawler llamó hace unas horas y dijo que los de A.R.G.U.S. le están siguiendo la pista. Si encuentran algo que los lleve a él, difícilmente podrá escapar. Es por eso que los llamé, ustedes pueden enfrentarse a quien sea sin morir
— También recibimos la ubicación del Spider Man falso en Pensilvania — continuó Nightwing — Uno de ustedes se encargará de A.R.G.U.S. y el otro irá a Pensilvania con nosotros
— Ve con ellos, Danny, yo iré por A.R.G.U.S. — dijo el rubio y él asiente. Luego mira a los héroes — ¿Alguien más vendrá?
— Algunos siguen buscando a Punisher, el Cap está en la casa blanca tratando de convencer al presidente de no aprobar esa ley y otros tienen sus propias misiones
— Recuerden que esto no es solo para acabar con Waller, lo hacemos por el verdadero Spider Man — les dijo Nightfall — En unos minutos un convoy llegará a la ciudad. Johnny, alcánzalos antes de que lleguen, el resto saben que hacer
Johnny y Danny subieron a sus respectivas motos y una vez afuera, Johnny se convirtió una vez más en Ghost Rider para así llegar mucho más rápido a sus objetivos, mientras Nightwing y Nightfall salieron del almacén para subir al batijet, y Danny metía su moto en la misma. Ella iba al lado de Nightwing, estaba muy callada en el transcurso del viaje; Danny fue el primero en notarlo pero no dijo nada, pensó que se trataba de algo muy personal
— ¿Estás bien, Nightfall? — preguntó Nightwing — Estás muy distraída desde que despegamos
— Solo estaba pensando
— En Punisher, ¿cierto?
— Solo quiero matarlo
— No es la primera vez que matamos a alguien, pero solo lo hacemos cuando no hay de otra
— No empieces. Suficiente tengo con los sermones moralistas del Cap
— Pero tiene razón
— No siempre. Él también mató y hasta Wolverine dijo que dejó un reguero de cadáveres en la segunda guerra mundial y en cada maldita invasión
— Si alguien hubiera intentado matar a mi madre, lo habría matado — comentó Danny
— Gracias por apoyarme, Danny — dijo con una expresión de victoria, con un toque de burla, mirando a Nightwing
— Siempre es un placer, niña
Esa expresión se borró de la cara de Nightfall, pues odiaba que la llamaran niña
— Danny, esto no es como uno de los demonios que mandas al infierno — recriminó Nightwing
— A cualquier criminal, Chico Maravilla
— Por centésima vez, soy Nightwing. Dejé de ser Robin a los dieciocho y a diferencia de ti, Nightfall no tiene que lidiar con el espíritu de la venganza. Que a veces tenga mal genio es otra cosa
Nightfall le hizo el gesto del dedo medio
— ¿Y? No lo necesita para mandar a Castle al más allá. Además, el tipo se lo merece
— Lo que menos necesitamos es pelear entre nosotros — les dijo Teresa — Danny, ¿crees que tu hermano haya terminado de hacer su parte?
— Conociéndolo ya debió mandarlos al infierno. Él no se pone a jugar como cierta persona — dijo refiriéndose a Nightwing
— ¿Sabes? Siempre quise golpear al vengador fantasma con algún arma angelical — dijo el pelinegro
— ¡Nightwing! — recriminó la fémina
— ¿Qué? Él empezó
Nightfall soltó un pesado suspiro y se llevó la mano al puente de la nariz. No quería acabar en medio de una discusión con ellos, no era el lugar ni el momento para eso, y deseó que Peter haya llegado a Francia sin problemas y que no hiciera nada estúpido. Cuando la limosina se detuvo al frente de un edificio de apartamentos, se despidió de Adrien y entró al edificio; al parecer sí tenía cosas en común con él como su gusto por los videojuegos y las bromas. Se dirigió a la recepción aunque se sentía un poco incómodo porque se veía muy lujoso y él estaba acostumbrado a lugares sencillos a pesar de haber estado en la mansión Wayne, en la mansión de los Vengadores y en la Torre Stark
— Esto tiene pinta de hotel — dijo para si mismo hasta llegar a la recepcionista y en francés le dijo: — Disculpe, el Sr. Stark dijo que reservó un apartamento para mí. Soy Peter Parker
— ¿Parker? Ah Parker, el Sr. Stark llamó hace unos días y pagó por adelantado para un año
— ¿Un año?
— Sí. Dijo que no debe preocuparse por los gastos, que él se encargó de todo — respondió sacando unas llaves y para entregárselas — Aquí tiene sus llaves, su apartamento es el C-23
— Gracias
Caminó hacia el ascensor pero al abrirse ve que estaba una anciana, así que se hace a un lado para que pueda salir, luego entra al apartamento y se sorprende al ver lo grande y lujoso que era, sin mencionar que estaba amueblado con lo mejor
— Este no es el tipo de ambiente al que estoy acostumbrado pero al menos no tendré que soportar al Sr Ditkovich
Cerró la puerta y miró alrededor, se dirige a su cuarto y podía ver la Torre Eiffel por la ventana, las cuales eran como dos puertas, se quedó un momento en el balcón y soltó un silbido; tal vez sí sea buena idea hacerle caso a Teresa y dejar que Ladybug y Cat Noir se encarguen de todo. La brisa le revolvía el pelo, puso las manos en la baranda y contempló el paisaje; por primera vez en mucho tiempo se permitió disfrutar de este tipo de paisajes sin ser Spider Man, sin estar pendiente de cada pequeño delito, solo era Peter Parker. Luego se mantuvo pensativo sobre todo lo acontecido, tal vez sea mejor dejar atrás a Nueva York y vivir su propia vida, al fin y al cabo los héroes abundan en esa ciudad, luego pensó en el Dr. Connors y las posibilidades de que vuelva, involuntariamente, a convertirse en el Lagarto. Alguien debía proteger a las personas y a la familia de Connors
Luke Cage era fuerte y casi invulnerable pero no era veloz ni ágil, Iron Fist era fuerte y ágil pero no lo suficientemente veloz, lo mismo pasa con Daredevil, Moon Knight usaría toda su artillería pero destrozaría la ciudad, tal vez el Capitán América pueda detenerlo, tal vez Te... No, Teresa jamás podría contra él, solo Spider Man. Un remolino de dudas azotaba su muy atormentada mente. Tomó la maleta y se fue a su cuarto, la puso en la cama y procedió a desempacar. En sus manos tenía el traje rojo y azul, lo puso a un lado, sacó el comunicador de los Titanes, el cual era circular con detalles amarillos en la orilla y en el centro tenía una "T" de color plateado como símbolo; apretó un botón rojo estaba en la orilla, casi por encima del símbolo, y de este se activó una pantalla holográfica. Peter buscó en la lista de miembros y entre los primeros estaba Starfire, puso el dedo índice sobre el nombre de la fémina y lo deslizó hacia la derecha
Espero unos instantes hasta que oyó su voz
— Hola, Peter. ¿Cómo estás?
— Sobreviviendo. Kori, necesito un favor y es muy importante
La princesa de Tamarand oyó cada palabra que decía su amigo arácnido mientras volaba sobre el océano, aceptó hacerle ese favor y le dijo que no se preocupara, que se aseguraría de que el Dr. Connors no se convierta en el Lagarto, y si lo hacía lo detendría sin matarlo. Peter sintió un inmenso alivio al oír esas palabras, le agradeció y se despidió. Lo tranquilizaba saber que, a pesar de su difícil situación con el Spider Man falso, aún tenía amigos que no le han dado la espalda. Esperaba que en Stark Labs hubieran las herramientas necesarias para mejorar su arsenal. En el fondo de su maleta había un traje negro pero no era de Spider Man, pues la máscara dejaba expuestos los ojos, tenía dos franjas rojas en cada muñeca y otras líneas del mismo color que recorren parte del traje
Desde que la situación empeoró, desde que Black Cat murió, hizo ese traje de Ninja para poder enfrentar al otro Spider Man y no ser reconocido por la policía. Adrien subía las anchas escaleras de su hogar, no había rastro de su padre pero fue recibido por Nathalie, una mujer en sus treinta y tantos años, de pelo negro parcialmente teñido de rojo, y vestida de oficinista; se dieron un abrazo y ella le dijo que se alegraba de volver a verlo. Quiso saber como estuvo el viaje y el joven Agreste le contó todo, incluyendo lo de Peter
Nathalie, que estaba enferma y muy débil, se alegró mucho por él, pues lo veía como su sobrino. Era quien más se preocupaba por él y quien más atención le daba
— Mi padre está trabajando, ¿verdad? — preguntó Adrien
— Él... dijo que tal vez cene contigo, Adrien
— Tal vez — respondió sin mucho entusiasmo
No era la primera vez que su padre brillaba por su ausencia a la hora de cenar o en cualquier otra cosa. Una vez en su cuarto cerró la puerta con llave y se acostó en su cama, sacó el celular y vio en YouTube la pelea de Ladybug contra aquel caballero akumatizado, quien resultó ser un pastor de la iglesia
— Le fue bien, ¿no crees? — comentó Plagg, un kwami similar a Tikki pero negro en su totalidad y más parecido a un gato
— Los akumatizados se han vuelto mucho más peligrosos de lo que ya eran. Incluso los sentimonstruos
— Sí pero eso no quita el hecho de que puede arreglárselas sola
— ¿Sabes? Debería enfocarme más en proteger París que andar modelando para una tonta revista
— Bueno, eso no te lo discuto
Si bien le preocupaba que los akumatizados se hayan vuelto cada vez más y más poderosos, él también había mejorado como héroe pero no tenía ni idea de lo que a Ladybug y a él le esperaban
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