#2: Chocolate Disco
En el ático de una casa, estaba Richard limpiando mientras llevaba una mascarilla cubriendo parte de su rostro.
—¿Hace cuánto que no limpian aquí?
Detrás de Richard, levantándose entre el polvo acumulado, una chica de cabello castaño, ojos azules y torneada figura, ayudaba a limpiar.
—Unos tres meses —respondió May Parker, su hermana. Al igual que a Richard ella estaba limpiando.
«Seguramente se pregunten el como llegué a esta situación. Es simple, después de la escuela, May tenía que llegar a limpiar y me ofreció 15 dólares por ayudarla. Y bueno, el dinero es dinero»
—Qué sorpresa —comentó con falsedad el chico mientras revisaba entre unas cajas, encontrando un bolso de cuero y al acercarse notó las letras: "RP" sobre la misma.
Revisando su interior, solamente encontró, unos lentes, un par de papeles y lo que más impresionó, una máscara de Spider-Man que rápidamente ocultó devolvió al bolso.
—¿Te pasa algo? —cuestionó la chica a su hermano, pero esto solo sostuvo fuertemente el bolso.
—N-no, s-sólo creí ver una araña, pero era... una pelusa —mintió Richard mientras dejaba de lado el bolso para seguir limpiando.
Pasó una hora, y tendrían más limpio el lugar. No fue mucho más que ordenar un par de cosas y quitar el polvo. Richard mostró la palma de su mano a May, quien choco los cinco con él.
—No era para eso. Dame el dinero —May rodó sus ojos mientras sacaba los quince dólares de su bolsillo para dárselos a su hermano.
—¿Ya terminaron? —preguntó una voz que provenía de abajo del ático.
—Sí, mamá, ya terminamos —respondió May mientras bajaba del ático siendo seguida por su hermano.
Bajo las escaleras, estaba una mujer pelirroja con una panza que denotaba su embarazo.
—Oye, Mary Jane —comentó Richard mientras le mostró el bolso de cuero—. Encontré esto.
—Eso. Creo que era de tu abuelo pero se lo quedó tu padre.
—Ya veo. ¿Te importa si me lo quedo? Tiene mis iniciales creo que eso lo hará más fácil de encontrar —agregó Richard con una pequeña sonrisa.
—Por supuesto, no hay problema alguno.
—Genial —hubo un corto silencio de unos segundos—. Bueno creo yo debo irme a casa. voy a ayudar a mi madre antes de que queme la cocina o algo mejor —dijo Richard con ironía, bajaba por las escaleras.
—Oye Richie... —aquel llamado hizo que el joven se detuviera en seco y miró a MJ con una mirada fría. Mary Jane tosió un par de veces y trató de hablar con más suavidad y calma— Richard. Richard, Jessica dijo que tu no has hablado con nadie por lo de Peter y pues... Si necesitas hablar con alguien. Recuerda que también tienes familia aquí —la voz de Mary Jane de notaba la melancolía por hablar de su fallecido esposo.
La fría expresión del chico se volvió una menos antipática y suspiró.
—Yo...Gracias, pero estoy bien, enserio, es natural, las personas nacen y mueren todos los días. Bueno llego tarde, adiós —dijo acelerado el chico mientras se iba de la casa.
—Gracias, pero estoy bien. Es natural. Las personas nacen y mueren todos los días. Llego tarde. Adiós —dijo acelerado, marchándose de la casa.
La pelirroja suspiro y susurró: —Pero no todos los días es tu padre el que muere —Mary Jane tocaba su panza pensando en el hijo que tendría, aunque no tendrá un padre. Todo esto era visto por May, ella mantuvo un silencio pero fue hasta su madre y le dió un abrazo.
«¿De qué debo preocuparme, estoy bien, digo, la probabilidad de que mi padre fuera Spider-Man, ¿qué cosa es más genial que esa? Aunque no se lo pude comentar a Mary Jane. Tal vez ella no sabía ¿y si mi papá se lo llevó a la tumba? En caso de ser su secreto, no puedo decirle así como así, sobre todo ahora que está embarazada, mataría al niño o niña que viene en camino... err...Pero a mamá podría preguntarle y si mi teoría de que es Spider-Woman, explicaría el cómo realmente se conocieron, siempre que lo preguntaba me daban respuestas confusas al respecto»
Richard se soltó de su red para caer sobre la pared del edificio en donde vivía. El chico entró por su ventana con el mayor silencio posible. Se quitó su traje para ponerse una camisa roja y pantalones azules.
Al salir de su habitación, Richard vió a su madre, una mujer de cuarenta años con el mismo cabello oscuro que su hijo, Jessica Drew. Ella hablando por teléfono. Richard aún dudaba si contarle o no. Pero Jessica guardó su teléfono, tomó su bolso y caminó en dirección a la puerta, pero se sorprendió con la presencia de su hijo que pareció aparecer de la nada ante ella.
—Richard, ¿Hace cuánto llegaste? —la mujer casi se va de espalda por el susto por culpa de su hijo.
—Hace poco. Pero quería preguntarte algo —el joven aclaró su garganta—, pero si estás ocupada puedo decirte después.
—Vamos, puedes decirme lo que sea —Jessica sonrió de forma maternal -«Pero que sea rápido, no puedo estar llegando tarde» pensó apurada esto último.
—Yo quería saber si... —Richard cerró los ojos— ¿Podría ir a una fiesta?
Su madre lo miró con algo de confusión y extrañeza
—¿Estás bien? Eres tú quien nunca quiere salir. Aún así, debo saber ¿habrá alguien que yo conozca?
—Iré con Butch.
—Bien, bien —Jessica miro la hora y puso una mueca de disgusto pues llegaría tarde— Bueno, recuerda, no bebas alcohol, no te droges, no fumes nada y usa protección —dijo Jessica. Le dió un beso en la frente a su hijo y retirarse de su residencia.
Richard se quedó viendo a la nada por unos minutos, para después ir a su cama, recostarse y gritar cubriendo su cara con la almohada.
• • •
La puerta de la pequeña tienda se abrió, Charlotte Aller levantó su cabeza acostada en el mostrador, notando de inmediato que se trataba de Richard. El chico saludó con la mano, la mujer respondió de igual manera mientras daba un bostezo.
Richard dejó una bolsa de papas fritas y dos latas de refrescos, Charlotte escaneó los precios, apareciendo el total en la máquina sobre el mostrador.
—Son 6 dólares —la chica desinteresada recibió el dinero en su mano derecha.
El joven Parker agarró las frituras y los refrescos para caminar hacia la salida, pero se detuvo a un par de pasos de la misma.
—Oye, Charlotte —el llamado tomó la atención de la pelinegra—. ¿Te puedo pedir un consejo?
—Seguro —la joven sonrió con cansancio.
—Es que quiero decirle algo a mi madre algo que es muy personal para mí y me da algo de miedo su respuesta —dijo Richard tratando de no revelar demasiado.
Charlotte se mantuvo pensativa un momento pensando en el problema del chico. Su boca se tornó a una sonrisa pícara
—¿Es una chica?
—¿¡Qué!? ¡No! —exclamó Richard con un pequeño sonrojo en sus mejillas— ¿Qué te hace pensar eso?
—Pues es algo personal y te da miedo la reacción de tu madre. Regularmente las reacciones así son por madres sobreprotectoras que tienen el miedo del abandono por parte de su hijo —Richard quedó algo sorprendido por la conclusión de la fémina. Tal vez si no fuera por el hecho de que sale disfrazado a golpear delincuentes, esa deducción sería correcta.
—Es más una actividad que realizó y que ella podría considerar arriesgado. —aclaró Richard.
—¿Algo como parkour? —preguntó Charlotte mientras el chico volteó la mirada para pensar en una respuesta.
—Sí, más o menos —contestó con una pequeña sonrisa.
—Pues, podrías no decirle y tratar de mantenerlo en secreto o decirle la verdad y tratar de hacerla entender el porque lo haces —aconsejó Charlotte mientras comía un poco de regaliz que saco de debajo del mostrador.
—Gracias por el consejo —dijo Richard, volteando a la salida—. Adiós.
—Adiós y vuelve cuando quieras, hablar contigo me entretiene —Charlotte sonrió, sin saber que su comentario hizo que la cara de Richard fuera tan roja como el metal ardiente.
«¿La entretengo? ¿Eso qué significa?¿Cómo un juguete o amigo?, Bueno ella es mayor que yo. No creo que pueda verme de algún otro modo, ¿verdad?»
En la cima de un edificio estaba Miss Marvel, sentada en el borde mirando la ciudad. La joven estaba exhausta por haber estado ayudando en distintos lugares toda la tarde, desde un incendio, bajar gatos de los árboles e incluso detener algunos robos.
—Creo que necesitas esto más que yo —comentó una voz detrás de la chica. Le dejó un lata de refresco a su lado.
Al inclinar su cuello hacia atrás, se sorprendió de ver a Spider cargando unas frituras y otra lata de refresco. El arácnido se sentó, dejando una rodilla sobre el borde y la otra colgando del edificio.
—Supuse que tendrías hambre. Al estirar tu cuerpo, supongo que de igual forma crecen tus órganos y tu metabolismo, por lo que debes necesitar energía extra —Spider se detuvo un momento. Comenzó a olfatear como sí fuera un perro rastreador, acercándose de forma imprevista a Ms. Marvel «Huele como un montón de especias de comida, como esa chica que se sienta junto a mí en biología» pensó. La miró a los ojos, notandose familiar a ellos. Cuando se dió cuenta de la corta distancia, el chico volvió a su posición inicial—. Perdón por eso.
Ambos se mantuvieron en silencio unos segundos. Spider abrió la bolsa de frituras con sabor a jamón y le ofreció a la chica.
—¿Quieres un poco?
—Yo no como carne —Miss Marvel rechazó de forma cortés.
—No te preocupes —Spider levantó su máscara hasta la altura de su nariz—. El sabor de jamón es más un aroma que sabor en sí mismo. Contiene aceites vegetales, potenciadores del sabor como glutamato monosódico, guanilato e inosinato disódicos, proteína de soja hidrolizada. Siendo una mezcla de de proteínas sarcoplásmicas, aldehidos ramificados, compuestos azufrados, aldehidos lineales. No tiene nada de cerdo real —el chico llevó unas papatas a su boca—. Lo que la hace apto para vegetarianos.
—Wow —Ms. Marvel quedó un tanto sorprendida por la información tan específica. Tomó algunas patatas y comió—. ¿Eres químico o agricultor?
—No.
—¿Puedo preguntar algo?
—Ya lo haces —bromeó Spider—. Adelante.
—¿Eres de Inglaterra? Es que tienes un acento peculiar y me dió curiosidad.
—Eso es algo de identidad secreta, querida.
Ms. Marvel intentó abrir su lata, pero se resistía tanto, que se rompió la chapa sin abrirse.
—¿Es una especie de broma? —ella preguntó. Spider la miró algo confundido por lo dicho.
—¿Qué?
—No se abre, Parece... —Miss Marvel sintió como es que el ambiente era más frío —Congelada.
La chica tenía razón, pero no sólo eso, al notar a su alrededor. En ese tejado había una pequeña capa de escarcha cubriendo todo. Spider caminó hasta el otro lado del techo, notando como es que mientras avanzaba, la escarcha era más y más notoria.
—Oye —dijo Richard llamando la atención de la joven heroína—, ven a ver —ambos vieron como es que una calle entera parecía estar igual, pero el enmascarado notó que esta era la calle en donde estaba la tienda en la que trabajaba Charlotte—. ¡Mierda!
Spider saltó del edificio. Agrietando el suelo con la fuerza de su caída.
«¡Mis pies!» pensó adolorido el chico.
Fue seguido por Miss Marvel.
—¿Qué es lo que sucede? —preguntó Ms. Marvel, pero el chico no le prestó atención.
Ambos llegaron a una tienda de conveniencia. Las ventanas estaban empañadas y no se veía nada del interior. La chica estaba con una clara confusión, Spider sólo quería abrir la puerta, pero estaba congelada. Enojado golpeó su brazo izquierdo contra la entrada, hasta que pudo forzar la puerta. Dentro, verían que detrás del mostrador estaba Charlotte frotando sus brazos.
—Char-... —Spider tosió— S-señorita, ¿se encuentra bien? —preguntó preocupado.
—S-si, de pronto todo se enfrió y cuando quise salir, la puerta estaba atorada —contestó Charlotte, frotando sus manos por el frío.
—Descuide solo...
—¡Cuidado! —advirtió Miss Marvel.
Pero antes de poder hacer cualquier cosa, Spider sintió como algo lo tomaba del cuello y lo estrellaba contra una pared. Al levantar la vista, no podía creer frente a lo que estaba. Un espectro cubierto por un manto oscuro, alto. Sus eputridas manos sostenían el cuello del enmascarado, sus esqueléticos dedos subían por sus mejillas, apretando agresivas. Sus destrozados labios eran visibles entre su rasgada túnica negra. Spider sintió un gélido dolor acrecentar en su pecho.
La fuerza de lucha se desvaneció del cuerpo de Richard. El chico intentó levantar sus manos, pero el frío fue demasiado, y caería desmayado.
• • •
Richard estaba preparando dos biberones que contenían leche dentro de cada uno. En eso escuchó unos llantos de bebés provenientes del segundo piso de la casa.
El joven corrió hasta una habitación que tenía dos nombres en la puerta, "Annie y Ben", pero solo encontró un par de cunas vacías.
—Oigan, enanos. ¡No jueguen ahora, Mary Jane y May me matarán si no están aquí!
En su inocencia, no vió como es que detrás suyo, se levantaba una criatura enorme recubierta de escamas, un hocico con dientes cortantes entre los que bajaba un líquido verdoso, afilada cola de un par de metros de largo, patas que se asemejaban a fornidos brazos de humano, garras que desgarraban el aire. La cabeza de Richard se giró con lentitud, sus ojos se vieron con los del ser. Ojos dorados en los que se reflejaba la cara del muchacho. Su hocico se abrió y engulló a Richard en una profunda oscuridad.
• • •
La luz volvía. Figuras indistinguibles tomaron forma para Spider. Frente a él que estaban Charlotte y Ms Marvel.
—¿Que sucedió? —Spider se levantó tembloroso, afirmándose de un estante para no caer.
—Eso sería complicado de explicar —respondió una voz desconocida a la izquierda del chico—. Aún tenemos algo de tiempo, pero antes me presentaré.
Tras Richard, estaba un hombre vestido con un pantalón y guantes de cuero marrones, un abrigo negro de la primera guerra mundial, un amuleto dorado en la parte superior de su pecho, y lo más notable era un casco dorado con una cresta en medio de la cabeza.
—Soy Doctor Fate —se presentó. Su voz era profunda, y sonaba como un eco de la misma—. Eso fue un dementor.
—¿Cómo los de Harry Potter? —cuestionó Spider.
—Así es. Y como en los libros, se alimentan de los recuerdos y emociones felices de las personas. Dejarán solo con la tristeza y pena en sus víctimas. Por eso uso estos —Dr. Fate enseñó que traía dos pistolas semiautomáticas—. Cargas de emociones positivas para que absorban, y emociones agresivas para destruirlos.
—¿Cómo las cargas? —interrogó aún dudoso Spider.
La atención de Miss Marvel se la llevó unas bolsas de frituras en la tienda. Las mismas patatas fritas de jamón que le había compartido Spider hace un rato.
—Con experiencias positivas o agresivas —dijo Fate con calma en su voz. No había contestado realmente la pregunta del chico—. Y supongo que necesitaré su ayuda en esta ocasión, así que les explicaré lo sucedido —la atención de los otros tres presentes fue captada por completo—. Ya lo he dicho, el mundo mágico de Harry Potter escrito por J.K Rowling, además de unos cuantos más, son reales, los personajes y varios hechos no lo son como tal, pero el mundo si que lo es. Así como sus criaturas; Dragones, boggarts, hombres lobo, los propios dementores y varias cosas más. ¿Preguntas? —los otros tres alzaron sus manos—. Pues no tenemos tiempo para responderlas. Hay una plaga de dementores y debemos acabarlos ya —Doctor Fate miró a Charlotte— Señorita, usted debería volver a su casa. ¿Quién de ustedes va a acompañarla?
—Yo puedo...
—Yo lo haré —interrumpió Ms Marvel—. Si me estiró lo suficiente podré llegar más rápido que las telarañas —Spider asintió ante el razonamiento de la castaña. Su expresión de molestia era imperceptible debajo de su máscara.
Ambas chicas dejarían el establecimiento, dejando al enmascarado y al Doctor solos en la tienda. Spider notó como el calor de su aliento se hizo visible en un tibio vapor. Los cristales de la tienda volvieron a nublarse
—Ya están aquí —avisó Fate— ¿Estás listo? —preguntó. En respuesta, Spider solo negaba con la cabeza— Pues no tenemos alternativas, chico —Doctor Fate habría creado un portal para meter su mano por el mismo—. Dame otra, niño —ordenó Fate, sacando una escopeta que se la daría al joven araña—. ¿Sabes usarla?
—De pequeño use una con corchos para derribar latas en una feria, ¿eso cuenta? —Spider tomó la escopeta, analizando el arma para colocar su dedo tras el gatillo.
—Esperemos que sí —opinó Fate.
La puerta de la tienda se abrió. Cuatro dedos se asomaron. El primer dementor entró. Fue destruido por dos disparos del doctor.
Así aparecerían aún más dementores, los disparos del Doctor eran precisos, parecía acostumbrado a estas situaciones, no así Spider, quién se mantenía quieto, deseaba huir. La tienda fue inundada por el cúmulo de dementires. Doctor Fate podía mantenerlos a raya, pero si seguían llegando más, no era probable que pudiera con ellos.
Spider apretó la escopeta debido al miedo, ya sintió el como un solo dementor absorbía su felicidad ¿O tal vez lo estaba matando? Ni siquiera pensaba con claridad. Respiraba agitado por el pánico, llamando la atención de una de las criaturas y luego de otra y otra más. Todos los dementores se fijaron en Spider, dirigiéndose hasta él, rodeándolo en un rincón.
—No, niño, ¡Debes enfrentarlos, así solo los atraerás! —gritaba Fate mientras seguía disparando. Los espectros habían dejado de interesarse en él, pasando junto suyi como si no hubiera nada.
—¿Yo qué? —Spider temblaba. Vería cerca de sí, un lápiz, lo que estaba por hacer, era sin duda lo más estúpido o más ingenioso en su vida.
Spider de un salto alcanzó el lápiz y con todas sus fuerzas, lo clavó en su pierna, sintió una descarga de adrenalina y con la escopeta disparó al primer dementor que vió.
El joven disparaba a cada dementor a diestra y siniestra. Ellos se desintegraban con los disparos de las balas especiales. No importó cuántos disparos daba, seguían apareciendo y no dejaban de arrinconar al enmascarado.
«Los efectos de la adrenalina probablemente sean más potentes debido a mis poderes o tal vez no, eso no importa, ahora debo acabar con estas cosas. Mantenerme enfocado. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara. Aprieta, dispara»
La euforia de la adrenalina se esfumó. Su miedo volvía, pero seguía disparando. El arma se atascó, le dió algunos golpes en el costado con la esperanza de que volviera a funcionar, esfuerzos inútiles. Por los nervios le lanzó la escopeta a uno de los espectros, eso le estorbó un instante y siguió avanzando. Los dementores lo rodeaban, pero esta vez, los espectros estaban desapareciendo mientras Doctor Fate disparaba de manera perfecta a cada uno. Cada destello proveniente anaranjado de las pistolas, equivalía a la destrucción de un dementor.
El doctor acabó con los dementores restantes. Humo salía de los cañones de sus armas. El frío seguía, pero disminuyó a comparación del anterior. El arácnido sintió el punzante dolor en la herida de su pierna que se había autoinflinjido, sin duda una idea estúpida.
—Lo hiciste bien —comentó Fate mientras recogía la escopeta.
—¿En serio? —preguntó incrédulo el arácnido.
—No. Pero lo hiciste mejor que yo en mi primera vez.
—¿Y como fue su primera vez? -—el chico mientras alcanzó unas vendas de abajo de detrás del mostrador, para así envolver la herida sobre su pierna.
—Me desmayé. Tomaron mucha de mi energía positiva. Desperté en una camilla a la semana.
Spider no sabía que contestar a eso, por lo que decidió cambiar de tema:
—¿Esos eran todos?
Fate negó con la cabeza, esa era la respuesta que esperaba, pero también era la que menos quería deseó.
—¿Donde debemos ir?
—Los dementores irán donde se reúna una cantidad considerable de felicidad, más gente, mejor para ellos, como una fiesta —explicó Doctor Fate.
—¡Oh, mierda! —Spider había recordado la fiesta en los muelles a la que lo había invitado Butch.
• • •
Mientras tanto, Ms Marvel cargaba a Charlotte llevándola en su espalda mientras usaba su elasticidad para alargar sus piernas, pasando tramos largos a tan solo algunos pasos.
—Estamos a una calle —indicó Charlotte. Descendieron cuando las piernas de la heroína se redujeron a su tamaño regular.
Una vez en el piso, Charlotte buscó sus llaves para abrir la puerta del conjunto departamental donde vivía. Ms. Marvel se preparó para irse
—¡Oye! —Charlotte llamó la atención de la castaña— Un amigo mío pudo estar cerca de la tienda cuando esas cosas llegaron. Así que si no se te hace problema, ¿podrías buscarlo para saber si esta bien? —pidió Charlotte algo incómoda por aquella situación. No parecía del todo agitada, incluso era más cercana a la calma que alguna otra exaltación, cosa que intrigó a heroína, pero no le dió importancia.
Ms. Marvel sonrió al tiempo que asentía.
—¿Y cuál es el nombre de tu amigo?
—Richard. Richard Parker.
—Descuida. Yo lo encontraré —Ms. Marvel levantó su pulgar derecho y guiñó su ojo derecho. Dos de sus manos se elevaron hasta un tejado y la impulsaron para un controlado despegue.
—Gracias —susurró Charlotte, entrando en el edificio poco después.
«Richard Parker, ¿eh? Es uno de mis compañeros de clase. No puede ser una coincidencia que haya estado cerca del lugar al igual que Spider. Ese chico ya tenía ciertas actitudes peculiares» pensaba con cierta sospecha Miss Marvel mientras estiraba sus piernas para cruzar entre las calles. «No puedo negar que sus voces se parecen ahora que lo pienso. Es solo que Parker suena como un chico de Queens. En cambio, Spider suena como un acento Cockney de Londres»
• • •
En un almacén abandonado en la bahía de la ciudad, había una fiesta, llena de luces, música, adolescentes con hormonas desenfrenadas, alcohol y hasta incluso un globo con forma de foca saltando entre las manos de los asistentes.
De entre todos los jóvenes, estaba Butch Thompson, tratando de llamar por teléfono a su amigo Richard, pero siempre siendo recibido por el buzón de voz:
—"Habla Richard... ¡Ja! Era broma. Deja tu mensaje, ciao."
—Hermano, es la cuarta vez que te llamo. La fiesta está de lujo, espero que llegues pronto, a lo mejor te gradúas de virgen. En fin, llámame cuando puedas, amigo —el rubio guardó su teléfono en su bolsillo para después agarrar una de las latas de cerveza, pero al tratar de abrirla notó que estaba congelada. Levantó su mirada, viendo que el cristal de los ventanales se cubría por escarcha. Al respirar, podía ver su aliento caliente saliendo de su boca en forma de vapor.
Al mismo tiempo, Spider se balanceaba en sus redes, sin saber que su teléfono tenía cuatro llamadas perdidas de su amigo. El joven transportaba al Doctor Fate llevándolo sobre su espalda.
«Viejo, esto es tan gay» pensó incómodo mientras cambiaba de telaraña— ¿No sería más fácil teletransportarnos? Ví como hizo un portal para sacar la escopeta.
—Eso no funciona así. Solo hice el portal a mi casa y mi aprendiz fue quien me entregó el arma —explicó Fate igual de incómodo que el enmascarado.
—Por cierto, tengo una duda ¿Por qué Rowling escribió una historia con información real del mundo mágico?
—Primado negativo. ¿Creerías algo que lees en un libro para niños de 11 años? —preguntó sarcástico el doctor.
—Soy más de las películas, pero sí. Estuve hasta los trece buscando túneles secretos en paredes de ladrillos —ese comentario solo se ganó una mirada extrañada de parte del hechicero.
—Normalmente la gente no lo haría.
—¿Y por qué hay dementores en Nueva York?
—Ellos crecen en lugares donde hay cosas negativas que hacen que aparezcan como hongos —respondió Fate.
—¿Pero porque ahora y no antes? —cuestionó Spider, un tanto interesado.
—Digamos que existe lo que algunos llamamos, "El atractor de lo Bizarro" y se encuentra en varias partes del mundo, lo que hace que pasen cosas que podrías catalogar no-normales, extraterrestres, cosas paranormales, monstruos y bastantes más. Y digamos que Estados Unidos tiene bastantes puntos atracción. En Estados Unidos está Nueva York que tiene múltiples puntos de atracción, y uno de los más grandes puntos del atractor en Nueva York es esa tienda en donde te encontré.
—¡Perfecto! ¡Charlotte estará en peligro constante y por solamente un "los usuarios de Stand se atraen"!—dijo Spider. Aterrizó sobre un contenedor que estaba frente al almacén.
—¿Charlotte? ¿Esa es la chica que te acompañaba o la que atendía la tienda?
—Era la de... —Spider mordió su lengua antes de revelar más información— ¡Eso no es su asunto! —en ese momento se escucharon unos gritos provenientes de la fiesta. Varios de los asistentes estaban saliendo a grupos, aterrados—Creo que llegamos a tiempo.
Dentro del almacén, Butch se escondía en un casillero, mantenía su mano sobre su boca para no delatar su posición. El rubio solo veía como es que los dementores pasaban cerca o alcanzaban a sus compañeros. Butch, confundido y aterrado, no sabía que hacer en esta situación. De pronto, la puerta sería arrancada por un dementor, antes de que Butch pudiera hacer cualquier cosa, el espectro ya lo habría agarrado del cuello. El rubio solo se rindió y cerró los ojos para esperar su fin. Escuchó el sonido de un fuerte disparo y cayó al suelo. Al abrir sus ojos vió a Spider de pie con escopeta en mano frente a él.
—¿Estás bien? —el arácnido ayudo al rubio a levantarse— Sal de aquí tan rápido como puedas —habló tratando de hacer una voz más grave, pero Butch estaba en shock, como para notarlo la similitud de la voz con Richard— ¡Ven, vamos a salir de aquí! —Spider ayudó a levantar a Butch. Caminaron a la salida. Spider disparaba a cualquier dementor que se les atravesaba.
«Esto se ha vuelto más simple. No es tan difícil si están esparcidos. Solo debo preocuparme de que Butch logré salir de aquí»
Richard habría logrado salir del almacén junto a su amigo. Doctor Fate seguía disparando a los espectros tras ellos.
—Aquí viene la ayuda —señaló el enmascarado, viendo llegar algunos coches de la policía.
—Sí, digamos que no estábamos aquí de manera legal —confesó Butch.
—Pues...Piensa en una buena excusa —aconsejó Spider, dando una palmada con fuerza extra en la espalda del rubio para que le doliera—. Suerte.
«Desgraciado. Por su culpa me hubiera agarrado la policía de haber venido a la fiesta. Espero que logre escapar»
Al volver a entrar, Spider vió como es que Doctor Fate y Ms Marvel, estaban siendo rodeados por los dementores.
«¡Denme un respiro! ¿¡Cómo llegó ella y cómo es que fue atrapada tan pronto!?»
Spider usó la escopeta para abrir espacio entre los dementores.
—¿¡Cuándo llegaste!? —preguntó Spider a la chica. De un disparó destruyó dos dementores.
—Hace un par de minutos, estuve buscando a un amigo de la chica, pero no lo encontré. ¿Cómo daño a estas cosas? —Doctor Fate le entregó a Miss Marvel un par de manoplas— ¿Y solo los golpeó?
—Son mágicas. Si tienes alguna cosa mejor, te escucho —respondió con cierta molestia el hechicero mientras seguía disparando.
Miss Marvel colocó las manoplas en sus puños, estiró sus brazos, giró en un huracán de golpes que destruyó a una gran cantidad de dementores.
—Eso fue humillante —comentó Spider al ver como es que la chica acabó con prácticamente todos los espectros.
—Un momento —Fate levantó su mano, apuntando a un dementor que se encontraba flotando a una distancia de los héroes—. Ese el último.
—Yo me encargo —dijo confiado el arácnido. Saltó hasta llegar a un par de metros de distancia del espectro. Apuntó la escopeta, jaló el gatillo, pero el arma se atoró otra vez.
El dementor lo agarró del rostro. Lo elevó. El chico solo sintió ese frío recorrer su cuerpo nuevamente. Su alma se le iba a ser arrancada de manera cruenta y despiadada.
Richard estaba en su casa, se levantó de su cama, sentándose en el borde de la misma, aún traía puesto su traje. Escuchaba el llanto de un niño pequeño. Salió de su habitación para buscar de donde provenía. Ahí estaba, era el propio Richard, pero un tanto más pequeño como de unos siete años. Ambos se quedaron mirando por un rato. Richard sentía aversión por su yo más pequeño, débil, inútil, dependiente, un maldito parásito.
Spider lo agarró del cuello con sus dos manos, así asfixiando poco a poco a su versión más joven. El rostro del niño se deformó, la piel se le caía, mostrando escamas de reptil por debajo. Su cuerpo crecía, su carne y huesos de destrozaron, dando paso a una bestia de inmenso y rostro malforme de una mandíbula destrozada que devoró al Richard mayor.
• • •
Spider abrió sus ojos. Ya no se encontraba en el almacén. Ante sus ojos, veía algunas estrellas en el cielo nocturno. Se puso en pie con algo de dificultad. Estaban en la azotea de un edificio, en el borde se encontraba Ms Marvel y otro sujeto que no reconoció a primera vista.
—Ya despertó —dijo Miss Marvel al voltear a ver al arácnido. El hombre junto a ella, el amuleto sobre su pecho le dejó claro a Spider que era Doctor Fate sin su casco.
—Veo que despertaste, chico -comentó Fate, colocándose su casco de nuevo. El arácnido se le quedó viendo sin responder—. ¿Qué? ¿No esperabas que fuera afroamericano?
Spider sonrió bajo la máscara para así contestar:
—Nah, solo creí que eras más viejo y que no tuvieras cierto aire a Jango Fett —Spider río, pero los otros dos solo lo vieron sin entender de qué hablaba.
—En fin, me debo ir. Agradezco su ayuda —Fate tomó la palabra, acercándose al arácnido para así darle un objeto con forma rectangular envuelta en un papel aluminio rojo con la palabra WONKA estampada sobre el mismo—. Es simple ciencia. Endorfinas, chocolate. Tú entiendes, ¿no? —el chico asintió al recibir el dulce. Fate también les entregó una tarjeta—. En caso de algo similar ocurra, pueden usarla para llamarme.
Un brillo dorado los cegó. Fate se desvaneció, dejando a los adolescentes en el tejado.
Spider abrió su chocolate. Miss Marvel se acercó al arácnido por la espalda.
—¿Sabías que aquella chica que salvamos tenía un amigo que estaba cerca de su tienda? —interrogó Miss Marvel a Spider— Y que curiosamente esa tienda tiene unas frituras iguales a las que llevaste, además de que...
—¿Eres Kamala Khan? —preguntó directamente el chico, inclinando un poco su cabeza a la izquierda.
—¿¡Qué!?
—No me engañas —comentó Spider mientras tomaba a la joven de las mejillas y las estiraba. Ella se sonrojó un poco por la cercanía—. Tal vez modificas un poco tu cara, pero no solo fue ese el factor que me ayudo a descubrirte. Tienen el mismo olor de... —Spider tosió para interrumpirse a sí mismo— Peculiar olor —exhausto, Spider se dejó caer en el suelo de espalda—. ¡Ya me rindo!
Miss Marvel se vería encorvada a cierta distancia del chico.
—Entonces, ¿eres Richard Parker?
—Sí.
—¿Sueles fingir otro acento con la máscara puesta?
—¿Lo hago muy mal?
—Para ser honesta, prefiero como hablas sin la máscara. Podría haber gente que no te entienda.
—Bueno —Richard suspiró—. Hablaré normal entonces.
Spider se quitó la máscara. Ms. Marvel de igual forma se quitó el antifaz. Kamala se recostó en el suelo y ambos miraron las brillantes estrellas. Era una noche fresca, perfecta para estar afuera y relajarse.
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