Capítulo II: Cabellos negros, los de mi ex / Apoyo Rectilíneo Uniforme
Desde un techo de un edificio, siendo las 8:00 pm del día Miércoles:
Spider-Man: Huh.
Es el año 2024, actualmente. Y ahora, el cielo sigue enviando vibras de frío en forma de viento helado con virutas casi intocables que van cayendo a donde quieran. El cielo es libre, al igual que la tranquilidad que ahora siente Spider-Man. ¿Pero eso está bien? Es decir, acaba de perder a alguien por una causa muy delicada. No debería de ser de este modo.
Pero, después de todo, en el interior de Peter, este entiende que May Parker no murió en vano, sino porque creía que eso era hacer lo correcto. Maybelle Marisa Fitzpatrick, dió su último aliento de vida, protegiendo a quien más amaba en este mundo: Su sobrino. Y eso no es algo que se deba tomar como una pérdida en medio de la batalla.
Spider-Man: Eso fue lo que me dijo. No fue en vano, porque.. Se fue de la forma más admirable en la que una mujer puede irse. *snif* No debería de seguir sintiéndome así. No debería de seguir llorando. May me amó y yo a ella. Pero.. Esta carga con la que estoy cargando.. Puede más que yo.
Dice el superhéroe, con su nuevo traje y sentado sobre el techo del edificio. Este mismo, sería de color blanco y sería bastante fácil notar que un sujeto disfrazado de una manera curiosa anda hablando consigo mismo y con un brazo sobre su rodilla izquierda.
Spider-Man: Y lo peor de todo es que debo hacerlo todo sólo.
?: No estás sólo.
Dice de pronto, una voz misteriosa, detrás de la espalda del Amigable Vecino; aunque algo familiar, de alguna manera.
Spider-Man: ¿¿Qué?? ¿¡Q-qué quieres!? ¿Quién eres y por qué te entrometes en mi conversación?
?: Mi nombre es Daredevil. Y escuché que andas pensando acerca de un familiar tuyo.
Dice el sujeto extraño que habría estado por encima del arácnido y encima de una parte alta del edificio que sería la continuación del mismo. Este, sería un hombre y traería puesto un traje bastante peculiar e interesante, de color rojo y con un símbolo a la altura de su pecho: Una "DD". A parte de ello, su disfraz posee unos cuernos algo pequeños, lentes que estarían medidos a la misma escala que los ojos de la persona que traería puesta la máscara, unos bastones que llamarían mucho la atención, los cuales están guardados en unas especies de maleteros que estarían en ambas piernas del hombre de carácter desconocido, y, por último, unas dos barras de galletas de chocolate con vainilla.
Estas mismas, serían bastante inusuales de ver en un traje tan impresionante y sorprendente como el que está viendo Peter Parker, pero la idea de estos sería la de simplemente compartir un buen momento. O al menos eso quería el llamado Daredevil.
Daredevil: Y tranquilo, no vengo a hacerte daño. Sólo quiero ayudarte, por unos momentos. Necesitas que alguien te escuche, entonces.. Yo estaré cerca.
Spider-Man: ...
Daredevil: Muy bien. *sacar galletas* ¿Quieres una barra? Ten, se ve que tienes hambre.
Spider-Man: ¿Qué?
Daredevil: *sonreír* Vamos. Cómela. No te preocupes por nada, puedes confiar en mí. Después de todo, casi nadie te ofrece unas galletas así de sencillo.
Spider-Man: *ver galletas* Okey, yo.. Uh, estoy confundido. *snif* Pero gracias. De verdad.
Daredevil: Es un placer.
Entonces, después de entablar una conversación un poco más amena, Spider-Man entraría en confianza con el hombre de rojo y le llegaría a contar que, de hecho, perdió a alguien. Y le tendría que comentar que fue su tía, debido a que su opuesto ya lo habría oído todo. Lo que no sabría Peter es que, detrás de la máscara con detalles negros del Diablo Receptor, se encontraba alguien que este ya habría conocido hace poco: Un abogado de oficio, un buen hombre y un amante incondicional de la justicia.. Mathew Murdock, su anterior defensa ante el Caso de Mysterio.
Daredevil: Tu tía May estaría orgullosa del hombre en el que te has convertido.
Spider-Man: Supongo.. Claro. Bueno, no lo sé. Porque..
Daredevil: *asentir* No dudes de eso. Sé reconocer a un buen hombre cuando lo veo. Y tú eres uno de ellos.
Spider-Man: Huh, claro. Eso dicen muchos y, a la hora de la hora.. Te olvidan. Te olvidan de repente.
Daredevil: ...
Al decir el trepamuros esas palabras, Daredevil siente algo en su interior que le dice que, de alguna forma, él ya conoce a la persona con la que está conversando y comiendo unas barras de galletas nutritivas. De algún lugar o de algún modo, pero esto era posible. Y el sentimiento, estaba allí; sólo que no era tan fuerte o tan viable como para considerarlo un hecho.
Daredevil: ¿Qué quieres decir con eso?
Spider-Man: Uh.. Nada. Sólo era un decir.
Daredevil: De acuerdo. Pero hay algo que no entiendo. ¿Por qué no estás con alguien en Navidad? Es decir, sé ahora lo de tu tía, pero.. Debe de haber alguien más. Alguien que está esperándote.
Spider-Man: *negar* No. No hay nadie más. Estoy.. Estoy bien así, creo. Porque estar sentado en medio de una fiesta y todo eso, sólo haría que me duela la cabeza. Y detesto eso.
Daredevil: ...
Nuevamente, el sentimentalismo de familiaridad, regresa. Inclusive, el abogado en secreto, trata de usar su habilidad para reconocer a las personas por medio de su esencia y los latidos de sus corazones, pero.. Nada. No hay nada. No hay algo interesante en los registros de la memoria del otro superhéroe que pueda ayudar a reconocer a aquella voz algo quebrada y tímida que transmite calidez.
...
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