※ VII ※

Título: La mejor heroína.

Personajes: Katsuki Bakugō, Ochako Uraraka, Eri (mención), Eijirō Kirishima (mención), Minoru Mineta (mención), Sir Nighteye (mención).

Shipps: Katsuki x Ochako.

Advertencia: Línea temporal del manga, OOC leve de algunos personajes.

Cantidad de Palabras: 776.

Desde la misión de rescate a Eri, Ochako había estado un tanto distante de su novio, si bien, Katsuki le había reclamado tanto a ella como a Kirishima que no le hubieran mencionado nada desde antes, aquella actitud de la chica era muy distinta a la que pudiera mostrar tras una pelea.

Si bien el rubio deseaba mantener su orgullo en alto, hablar con su novia y saber lo que realmente estaba sucediéndole, era algo que sin duda se sobrepuso a ese sentimiento suyo, por lo que pisando el mismo, se dirigió a la cafetería, pidiendo una orden especial de mochis, unos cuantos refrescos y demás cosas para luego regresar a la residencia.

Las clases habían terminado hacía ya unas horas, la mayoría de los integrantes de la clase 1-A se encontraban esparcidos entre la cocina y el lobby del sitio. Apenas Katsuki ingresó al lugar, escaneó visualmente el parea, notando la ausencia de su chica.

Sin tiempo que perder, se encaminó a los elevadores de la sección de chicas, siendo interceptado por Mineta, quien estaba por cuestionarle algo, más este se deshizo del pequeño con una explosión proveniente de su palma derecha.

En el habitáculo de metal, presionó el botón del piso en donde se encontraba la habitación de la castaña, cruzó el pasillo una vez fuera, deteniéndose frente a la puerta de ésta y tocando sutilmente. Tardó unos segundos de pie ahí, antes de oír como el seguro era quitado para seguido a ello, notar la figura de su novia.

—Katsuki...

—Cara de ángel —dijo con suavidad—. ¿Puedo pasar?

Apenas oyó esas palabras, la fémina se apartó de la puerta, dándole paso al chico de lograr ingresar en el sitio. La mirada de Katsuki viajó por aquel espacio, yendo a depositar la bolsa que cargaba sobre la mesita de medio del sitio, al tiempo que se giraba para observar de nueva cuenta a la chica.

Extendió sus brazos, siendo estrechado por ésta en menos de un minuto. El abrazo que la chica estaba dándole era bastante apretado, necesitado. Como si con el mismo buscara de cierta manera refugio, algo que sin duda, Katsuki siempre estaría dispuesto a brindarle.

Se acomodaron en la cama de la chica, manteniéndose en completo silencio casi por una hora. Disfrutando en medio del silencio, de las presencias de cada uno, del apoyo y cariño que eran capaces de demostrarse entre sí.

—Ya me dirás porque estás rara.

—No lo estoy.

—Ochako... —espetó el chico con seriedad—. Sabes que odio que me mientan o que intenten ocultarme las cosas.

—Es que... No quiero pelear contigo.

—¿Por qué haríamos eso? —cuestionó con cierta curiosidad.

—Es... Por lo sucedido en la misión que estuve involucrada —espetó la chica sin verlo.

—Ah, eso... Bueno, sabes que al principio me molestó, pero algo que es muy cierto es que yo aún no cuento con mi licencia provisional —habló el rubio con cierta frustración—. Pero la misión fue exitosa, no entiendo porque te estas actuando así desde que regresaste.

—Se debe a que... Creo que yo pude hacer algo más por el señor Nighteye... Es decir, el pidió mi ayuda para lograr salir de ese lugar... Yo estuve a su lado —pausó un instante mientras que las lágrimas bajaban por sus mejillas de manera sigilosa—. Seguro que pude hacer algo más... Yo...

—Hiciste todo lo que estaba a tu alcance, cara redonda —interrumpió el rubio—. No había más, y si hubiera existido otra forma, estoy seguro de que tú habrías utilizado esa opción.

Katsuki afianzó más su agarre, logrando que Ochako ocultara su rostro contra su pecho, dejando escapar aquella angustia que la embargaba desde días atrás, misma que se había estado resistiendo en dejar salir. Pasados unos minutos, la fémina secó sus lágrimas, removiéndose un poco para así levantar la cabeza, notando la mirada carmesí de su pareja.

—Gracias, Katsuki —musitó con voz baja.

—Eres una gran heroína y sé que serás de las mejores cuando salgamos de U.A —apremió el chico, antes de buscar los labios de la chica, depositando en estos un beso.

Tras aquel momento, Ochako observó lo que el rubio había dejado en la mesita, siendo invadida por la curiosidad. Se apartó del chico, esbozando una gran sonrisa al notar el detalle que su novio tuvo con ella al comprarle aquel aperitivo que tanto le gustaba.

Sin tiempo que perder, tomó un par de cosas y regresó junto a él, agradeciéndole nuevamente por cada una de aquellas acciones que realizaba hacia ella, otorgándole una mirada cargada de amor y una sonrisa llena de satisfacción, logrando que Katsuki, con aquellos dulces gestos, se sintiera completamente afortunado de tenerla a su lado.

Publicado: 02/08/2020.

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