※ I ※

Título: Romance peligroso.

Personajes: Katsuki Bakugō, Ochako Uraraka, Dabi, Krista Litzer (Oc)

Shipps: Katsuki x Ochako, Dabi x Krista (mención).

Advertencia: AU Villano, OOC leve de algunos personajes.

Cantidad de Palabras: 2154.

¡𝙰𝚚𝚞𝚒́ 𝙴𝚗𝚐𝚎𝚕𝚠𝚒𝚗𝚍!

¡𝙽𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚘 𝚛𝚎𝚏𝚞𝚎𝚛𝚣𝚘𝚜!

𝙼𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚍𝚒𝚜𝚝𝚛𝚒𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝙽𝚊𝚔𝚊𝚗𝚘.

𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚕𝚕𝚊𝚗𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝙶𝚛𝚊𝚟𝚒𝚝𝚢 𝚎𝚜𝚝𝚊́ 𝚌𝚊𝚞𝚜𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚊𝚐𝚘𝚜.

¡𝚁𝚎𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚘 𝚊𝚙𝚘𝚢𝚘 𝚒𝚗𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊𝚝𝚘!


Ese había sido el llamado de ayuda que profesó por el comunicador la heroína azabache, al momento de encontrarse repeliendo el potente ataque que la villana de cabellera castaña estaba dirigiendo hacia ella. Si bien gracias a su viento en conjunto con sus alas podía resistir el mismo, dudaba que pudiera estar en pie por más tiempo, ya que tras ella se encontraba un grupo de personas que debía resguardar de la situación.

—Pensé que tu resistencia era mayor, Engel —bramó Ochako al momento de sonreír con cierta malicia, levantando sus manos mientras ella se encontraba flotando sobre el campo de batalla—. Recuerdo que, en nuestros días de estudios, eras una heroína muy capaz —inquirió, blandiendo su diestra para dejar caer nuevos proyectiles contra la chica.

Para todos había sido una completa sorpresa que la dulce y tierna Uraraka, de un día para otro luego de graduarse de la U.A, abandonara todas esas enseñanzas recibidas en la academia para pasarse al lado contrario. Nadie entendía el porqué de tan drástica determinación y ni siquiera habían tenido oportunidad de averiguarlo, pues perdieron rastros de ella por completo.

—Sabes mejor que nadie... Que sería pan comido para mí, darte una buena golpiza —bramó con molestia Krista.

—Siempre tan graciosa. ¿A quién me recuerda esa actitud tuya?

Una fuerte explosión, seguida de otras más se hicieron presentes de manera repentina, logrando que la azabache se cubriera un instante, para regresar la vista hacia arriba, notando la presencia de Katsuki en el sitio.

—Justo en quien pensaba —espetó Ochako al momento de ver al rubio, había esquivado oportunamente el primer ataque, cubriéndose con los escombros flotantes para repeler los siguientes que el chico propino hacia ella.

—Yo me haré cargo de esto, arpía... Tú ocúpate de esas personas.

La azabache iba a rechistar, pero en cambio decidió hacer caso a las palabras del chico, pues había logrado vislumbrar su semblante en el instante que este observaba a la chica de cabellos castaños. Sin tiempo que perder, Krista se movió hacia los civiles para quitarlos de la zona, mientras que Ochako intentó detenerla, siendo impedida por Katsuki.

—No me sorprende que la hayas venido a ayudar... Después de todo, siempre se llevaron bien entre ustedes —comentó la chica al momento de observarlo—. Siempre pensé que sentías algo por ella.

—Déjate de estupideces, cara redonda —gruñó Katsuki con su característico ceño fruncido.

Una sutil sonrisa se plasmó en el rostro de la villana, logrando que el chico solo sintiera más molestia, lanzando contra ella un ataque de explosiones para seguido ello, impulsarse con una de las mismas para acortar distancia entre ambos.

Ochako logró esquivarlo en el momento preciso que se acercó a ella, intentando tocarlo, más este, previendo un movimiento así logro mover su brazo rápidamente, alejándolo del alcance de la chica para luego intentar que fuera al suelo con un par de explosiones nuevamente. La fémina lo evitó, logrando lanzarle los escombros que aún mantenía en su control, generando varias cortinas de humo al momento que estas rocas se destrozaban por completo.

Tras el último ataque que ambos se habían lanzado, se encontraban a una cierta distancia sobre el pavimento, observándose mutuamente mientras que sus semblantes era un perfecto contraste, pues Katsuki estaba serio mientras que ella le dedicaba una socarrona sonrisa.

—Esto me recuerda a las veces que entrenamos juntos en U.A —comentó de pronto, logrando que la sorpresa invadiera de forma repentina al chico—. Esos tiempos fueron...

—¿Qué mierda es lo que pretendes? —indagó colérico Katsuki.

Su voz podía denotar cierta molestia y rabia, algo que por lo general, no era lo que expresaba al hablar de manera condescendiente, con quien fuera que estuviera cerca de él. Estaba desconcertado por absolutamente todo y mientras viera a la chica ante él, más le parecía una completa desconocida.

Levantó su diestra sin apartarle la mirada, para lanzarle una nueva explosión, más las llamaradas azules de otro villano se lo impidieron, pues las mismas parecían forma un muro impenetrable. No perdió tiempo en desplazarse por sobre este, recibiendo un nuevo ataque que fue repelido por la azabache, quien llegó para apoyar al rubio, observando atentamente al enemigo al momento de notar como ambos se desvanecían gracias a una especie de viscosidad oscura.

—¡Maldición! —gritó el rubio con enojo, dejando salir un par de explosiones de sus palmas.

—Ya... No harás que regresen así.

—¡Mejor cállate, arpía! —vociferó hacia Krista.

—Mira, que tu ex novia se comporte así no es mi culpa —recriminó quedando ante el chico—. Sé que te duele y deseas entender. Todos de hecho queremos hacer eso... —pausó un momento y lo vio a los ojos—. Gracias por ayudarme, King —sonrió con cierta dulzura y abrazó de medio lado al chico, antes de guiarlo junto a las autoridades para llenar los reportes.

Katsuki podía zafarse de aquel agarre, incluso alejarse y dejar a la chica ahí, más entendía que su intención no era siquiera burlarse de él o algo similar. De hecho, además de unos cuantos chicos más durante su paso por U.A, ella había logrado ser su amiga, aunque nunca deseo reconocérselo.

Ya en la noche, en la calma que podía darle la habitación de su morada, se encontraba repasando las noticias de ese día, viendo un par de veces como había sido su encuentro contra Ochako. Aquello de verdad le generaba una cierta sensación de molestia en su interior, después de tantos meses la había vuelto a ver, pero de una forma aunque predecible por los hechos ocurridos, no fue para nada de su agrado.

Apagó todo por completo, lanzándose a su cama con la intención de dormir y así dejar pasar todo lo ocurrido de ese día, más apenas las mantas estuvieron sobre su cuerpo las apartó, sentándose bruscamente en el borde la cama para apuntar con su diestra a la dirección donde se encontraba su escritorio, dejando ver como su palma se iluminaba en anticipación a la utilización de su quirk.

—¿Quién te crees para meterte a la casa de un héroe? —inquirió con cierta malicia en su voz—. Sal de entre las sombras, cobarde.

—No pensé tener un recibimiento así —musitó con suavidad aquel intruso, más por el tono de voz, Katsuki reconoció de quien se trataba.

Ochako se movió al frente, dejando ver su delicada figura siendo iluminada por la tenue luz que provenía del balcón del sitio. Observó detenidamente por unos instantes al rubio, notando un par de detalles que la tenían de cierta manera asombrada y hasta casi que extasiada.

Katsuki solo portaba un pantalón, las noches de verano por lo general eran muy calurosas, lo cual obligaba al rubio a dormirse de aquella manera, teniendo apenas unas prendas ligeras en su cuerpo. Este por su parte, se mantuvo con la mirada filosa hacia la chica, sintiendo como en su interior los sentimientos de tenerla ahí parecían revolverse una y otra vez.

—Creo que no te alegra verme —espetó viendo al chico a los ojos—. Se puede decir que...

Las palabras de la chica fueron cortadas por el repentino y ágil movimiento del contrario, quien en tan solo unos segundos ya la tenía completamente acorralada contra la pared, sujetándola de modo que no pudiera siquiera moverse o activar su quirk. Su mirada viajó sin descaro alguno sobre el cuerpo de la fémina, mientras que el aroma dulce que esta siempre había tenido lograba embriagarlo a medida que lo inhalaba.

—¿Por qué...? —inició al momento de ver a aquellos grandes ojos cafés–. ¿Por qué nunca hablaste conmigo sobre lo que te molestaba o algo? —, la fue soltando mientras daba un par de pasos atrás—. Se suponía que éramos novios, que debíamos tener confianza y todas esas mierdas... ¡¿POR QUÉ NUNCA ME DIJISTE NADA SOBRE LO QUE DESEABAS REALMENTE?! —gritó con la frustración presente en su voz.

La castaña se limitó a observarlo por un momento, notando aquella reacción del chico, mientras que su corazón parecía estrujarse al notar como estaba revelando hacía ella todos aquellos reclamos que de seguro, cargaba desde hacía tiempo. Más ella no tenía nada que decir, nada que pudiera siquiera explicar su comportamiento, salvo el hecho de que, con cierto pesar, lograr estar de aquel lado le había dado ciertos beneficios con los cuales lograba mantener a su familia a salvo.

—Sé que no tengo una justificación para esto... Sé que no me creerás, aunque te lo diga, pero yo... —pausó un instante—. No tenía opción.

—Siempre hay una opción, maldición... Siempre hay una salida —gruñó Katsuki.

El silencio volvió a hacerse presente en la estancia, mientras las miradas de ambos jóvenes se mantenían fijas en el otro sin ningún titubeo. Tras dar unos pasos hacia el frente, ambos lograron encontrarse a medio camino, expresando a través del silencio la manera desesperada en que se estuvieron necesitando durante todo ese tiempo.

Fue cuestión de un leve impulso, de un ligero balanceo entre ambos antes de que sus labios estuvieran juntos nuevamente, tras aquella prolongada separación. Katsuki tenía muchas dudas, deseaba la respuesta a cada una de ellas y comprender en verdad lo que había llevado a su amada Ochako ser parte del bando contrario, más en aquel instante solo deseaba embriagarse con el sabor de sus dulces labios y fundirse con su cuerpo por completo.

La mañana llegó, sorprendiendo a los amantes envueltos entre las sábanas, durmiendo plácidamente luego de una noche cargada de entrega, deseo y pasión por parte de ambos.

Ochako despertó primero, debiendo abandonar al rubio casi que a regañadientes, escabulléndose por el balcón, tal como había logrado entrar en la noche anterior, dejando eso sí, una nota de que próximamente volverían a estar juntos. Ingresó a la guarida de la Liga sin hacer el menor ruido, esperando que nadie se percatara de su ausencia, más su plan falló en el momento de entrar a su habitación y encontrar en el sitio a Dabi.

—Hasta que apareces.

—¿Qué demonios haces aquí? —increpó con cierta molestia.

—Quería estar seguro de que dormirías plácidamente después de tu pelea, pero... Creo que tuviste más que eso~ —contestó con cierta picardía, mientras le dedicaba un sutil gesto.

La castaña no dudó en observarse en el espejo que estaba en el sitio, notando un par de marcas bastante visibles en su cuello. La pena la invadió, logrando que sus mejillas ardieran ligeramente tras recordar el cómo las mismas fueron hechas en esa zona.

—Mejor vete —ordenó evadiendo por completo el asunto, señalando la puerta sin verlo.

—Descuida, tu romance con el chico explosivo queda a salvo conmigo —comentó y logró que Uraraka desmesurara levemente los ojos antes de verlo a través del reflejo del espejo—. Claro que no será sencillo mantenerme con la boca cerrada.

La sonrisa de burla del mayor era perceptible, ocasionando que la molestia invadiera el rostro de la fémina, quien simplemente rodó los ojos, desplazándose hacia su cama, observando de reojo a Dabi. Por su parte, este estaba dispuesto a salir del sitio, más en su andar, una pluma blanca cayó de entre sus pendras, llamando la atención de Ochako quien con cierta sorpresa observó la misma.

—Creo que no soy la única con un romance peligroso aquí~ —mencionó al tiempo que se acercaba a tomar la pluma del suelo, enseñándosela al chico—. Quien iba a decir que te fijarías en ella —detalló la pluma un instante—. Aunque lo entiendo, Krista tiene su encanto... Solo me resta decirte que, si tratas de jugar con ella, terminarás perdiendo.

En el rostro de Uraraka una curva se logró apreciar, la cual estaba cargada de socarronería mientras el contrario la veía fijamente, fallando enormemente en ocultar su asombro y la forma de siquiera expresar algo, parecía haberse esfumado de su mente.

—¿Piensas decir algo, cachetona? —cuestionó serio.

—Para nada... Siempre que mantengas la boca cerrada, no hay nada que comentar —expresó con firmeza.

Pasados unos minutos sumidos en el silencio, Dabi se limitó a cerrar los ojos, dándole la espalda a la chica y dejándola sola, demostrando con aquella acción que de cierta manera, no diría absolutamente nada de lo ocurrido con el rubio y por ende, ella tampoco delataría a su "compañero" con respecto al romance que al parecer, estaba teniendo con quien fue en su tiempo, una gran amiga que pudo conocer en U.A.


Los encuentros con Bakugō se fueron incrementando, pues el chico parecía poseer alguna especie de droga que sin duda, Ochako nunca pudo siquiera rechazar, algo que le recordaba sus años en la Academia U.A y como es que había conocido al chico, de quien indudablemente seguía completamente enamorada. Mientras que éste por su parte, lograba obtener de cierta manera, más detalles de lo que hubo sucedido con la fémina, juntando las piezas de ese rompecabezas que deseaba resolver para así, volver a tenerla a su lado completamente.

Publicado: 27/07/2020.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top