Lentejuelas.
Lentejuelas
Predecesor: Videojuego
—Esta tela es bonita— le dije a mi primo mostrándole un lienzo color amarillo, hecho de algodón. George era diseñador de moda, o algo así, y se había mudado a la ciudad en busca de "nuevas oportunidades para sus modelos"; ahora me había hecho acompañarlo a comprar algunas telas.
—¿Bromeas?— alzó una ceja, —Alex, el amarillo está pasado de moda— exclamó tajante.
—Bueno, yo solo decía; además es de algodón— me encogí de hombros, —sería más cómodo.
—La belleza duele, no importa si es nylon, poliéster o plástico puro, lo importante es verse bien.
—Sí, ya entendí— ondeé la mano; —disculpa mi ignorancia.
Entonces, mi móvil sonó, así que rebusqué en mi bolsillo mientras George seguía observado las telas.
—Hola— saludé a mi novio.
—Hola, ¿está todo bien? Salieron desde las ocho de la mañana y ya es casi medio día.
—Sí Will, lo que sucede es que George aún no se decide.
—¿Tardarán mucho?
Miré a mi primo, estiraba algunos lienzos y los veía minuciosamente, —tal vez unas tres o cuatro horas más— calculé.
—¿De verdad?
—Creo que si— dije con pesadumbre.
—Bueno, tengan cuidado al regresar. ¡Ah! y una cosa más, los chicos van a pasar la tarde en mi apartamento, a David le dio por jugar videojuegos.
—Entiendo, tarde de amigos— noté que George frunció el ceño, estaba prestando atención a mi charla.
Will rió, —suena extraño cuando lo dices así.
—Pero eso es lo que es.
—Supongo que sí— exhalo, —¿te veo mañana?
—Sí, claro— sonreí.
—Te amo.
No pude evitar ensanchar mi sonrisa como estúpido ante ese par de palabras, —y yo te amo más— confesé.
Tras despedirnos y cortar la llamada encaré a mi primo para decirle que no estaba bien escuchar conversaciones ajenas, aunque en parte yo tenía la culpa por no alejarme lo suficiente.
—¿Will estaba buscando a su novio?— indagó sin dejar de mirar las telas.
—¿No te da algo de vergüenza admitir que estabas escuchando?— me hice el indignado.
—No, la verdad es que no— sonrió y caminó hasta un estante donde había otro tipo de lienzos, todos llenos de brillos y lentejuelas.
Exhalé y lo seguí, —sí, era Will.
—Vaya con el tipo, ¿está celoso?— no me sorprendía demasiado su actitud, George siempre había hecho burla a los muchachos que me pretendían, y ahora que salía con Will de manera seria sus críticas y palabras a veces eran más rudas.
—No George, sólo estaba preocupado porque hace horas que salimos de casa.
—Ah, bueno— exclamó y examinó una tela con lentejuelas rojas.
—Y también me dijo que pasará la tarde con sus amigos; los que conociste la otra noche en el club, ¿los recuerdas?
—¿El tonto de David?
—¿Tonto?— fruncí el ceño, luego le corregí, —sólo es David.
—Sí, claro— dejó las lentejuelas rojas para pasar a las verdes.
—¿Y ahora qué sucede? Entiendo que le digas cosas a Will, pero ¿David?, vamos, es amigo de Will, él no quiere algo conmigo.
—Eso no lo hace menos patán.
—¿Qué quieres decir?— entrecerré los ojos.
—Nada, sólo que es un tonto de mierda— no despegó su mirada de los lienzos, ahora parecía examinar uno con lentejuelas azules.
—Mírame y dime qué sucedió; ¿no se llevaron bien?
—No.
—¿Entonces qué es?— le quité la tela de sus manos para llamar su atención.
—Él me besó la otra noche, en tu cumpleaños.
—¡¿Qué?!
—Así como lo oyes, el muy estúpido me besó de una forma magnífica y luego se fue, dejándome como un idiota en medio de la pista de baile.
—Yy-yo... no puedo creerlo— declaré, sosteniéndome de uno de los rollos de tela, las lentejuelas se incrustaron suavemente en la palma de mi mano, pero las ignoré; —hasta donde sé, él no es gay; incluso tiene una novia.
Levantó las cejas sorprendido, luego las frunció, —es un cabrón— masculló; se dio la vuelta y rodeó el estante para alejarse de mí.
No conocía mucho a David, podía decir que él no era del tipo de personas que engañaba, pero tampoco podía meter mis manos el fuego por él.
—George— llamé a mi primo, —vamos por un café, ya me cansé de caminar; yo te invito— lo convencería de ir a un lugar más relajado, debía saber un poco más sobre este asunto; David no me parecía una mala persona, debía haber alguna explicación lógica.
Una vez que tuvimos nuestras bebidas decidí tocar el tema.
—Entonces, ¿no te la pasaste bien en mi cumpleaños?
—El muchacho que Jane me presentó era lindo, me gustó coquetear con él, pero no era mi tipo— confesó.
—¿Y David sí lo es?
—No quiero hablar de eso.
—Sí lo es— afirmé.
—Por supuesto que no— de inmediato se llevó la taza a los labios, ocultaba su leve sonrisa.
—Vamos George, olvidemos el hecho de que es un patán y todo lo demás que dices; estoy seguro de que le echaste el ojo desde el primer momento.
Dejó su bebida en la mesa y me mostró su sonrisa, —si, es guapo.
—Ahora dime, ¿cómo ocurrieron las cosas; en verdad él te besó?
Afirmó, —yo lo provoqué y cayó, pero luego dijo algo como "lo siento, no debí", y se marchó; cuando llegué a la mesa de nuevo, Claire me dijo que se había ido del lugar.
Me acomodé mejor en mi silla y exhale, —lo que sé es que tiene una novia, bueno, sale con una muchacha llamada Tess.
—¿La conoces?
—Sí, es bonita, pero es muy... demasiado reservada; una vez fuimos a una fiesta, cumpleaños de Gina, ya viste que a ellas les gusta bailar, y que los únicos que no bailaron fueron David y su novia; aunque siempre estaba sonriente él parecía no divertirse del todo.
Mi primó soltó la risotada, —¿es un pusilánime?
—No lo creo— negué con la cabeza, —Will dice que ella nunca le prohíbe nada, es él quien hace o no hace con tal de complacerla.
—¿Will?
—Ellos, junto con John, son amigos desde el colegio.
—Entonces se conocen bastante bien, ¿no es así?
—Eso supongo; la otra vez escuché a Claire decirle a John que creía que la relación de David con Tess no era del todo sana, que era más... algo así como costumbre.
—¿Y qué dijo John?— mi primo se acercó por sobre la mesa, como si fuera a contarle un secreto; entonces caí en la cuenta de que probablemente estaba mal lo que hacía: hablar a las espaldas de los amigos de mi novio, pero bueno, nadie me había dicho que no podía comentarlo.
—John es muy dulce, no lo justificó, pero tampoco lo señaló, solo respondió que era decisión de ellos dos.
—Oh, vaya— se sentó bien y se quedó pensativo.
—Tal vez... bueno, si dices que él te besó, puede ser que... en verdad le gustaste— traté de reconfortarlo.
—Pero él ya tiene a alguien; no quiero ser "el otro".
—Probablemente él tampoco lo quiera, por eso dijo eso, ¿no?; se disculpó y explicó que no debió hacerlo.
—Esto es tan confuso— lanzó un gruñido; —es muy guapo.
—¿Entonces sí admites que te gustó?
—Me encantó, y besa como los dioses.
Yo solté la carcajada; mi primo era gracioso.
—Ahora démonos prisa, creo que compraré la tela con lentejuelas azules y tú serás mi modelo para mi próximo diseño.
—¿Yo?— me señalé a mí mismo.
Retiro lo dicho, mi primo no era gracioso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top