ᵀʷᵉⁿᵗʸ⁻ᵉⁱᵍʰᵗ⠃¡ᴍᴜᴇʀᴇᴛᴇ ᴘᴇʀʀᴀ!

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No importaba lo que hicieran para dejarla fuera de combate, la fastidiosa caballero sacro volvía y los atacaba nuevamente. Kaida solo quería que desapareciera de una vez, pero se reprimía al saber que ya estaba muerta y por eso suponía que siempre volvía, o eso dedujo al verla en ese lugar.

Y con bastante fuerza creo una gran explosión que si no fuera por Diana, todos estarían como Ban en ese momento.

Ah, capitanes, ¿están bien? —Pregunto con un hilo de voz totalmente 'herida'.

Sí, gracias, Diana. —Le respondió Meliodas.

No debiste arriesgarte así. —Le dijo a su hija platónica mirándola con preocupación.

Si resististe el golpe me hubieras cubierto a mí también. —Alego Ban ensangrentado soltando humo mientras sus heridas se curaban.

A ti no. —Le contesto.

Eres inmortal, zorro.

Ya que.

Mamá... creo-creo que ya no puedo. —No se movió de su posición y junto su frente con el suelo, cerrando sus ojos hasta que sintió un suave toque en su mejilla, siendo un beso de Kaida.

Un beso y un descanso bastarán. —Le sonrió para después ponerse seria y mirar a la caballero. —Ahora sí, me haré cargo de ti por lastimar a mi pequeña. —El espíritu de mamá protectora salió a la luz.

Albino y rubio retrocedieron sentándose en el suelo, apoyándose en la pierna de Diana para ver el espectáculo, maldecían al no tener palomitas.

Y esta es la orden de caballe-. —Kaida se teletransporto muy cerca de ella para atinarle una patada, pero Guila logro reaccionar agradecida de que no la haya alcanzado a tocar mandándole una explosión, a lo cual ella se teletransporto esquivándola.

Apareció detrás de ella, alzando su brazo, acumulando una bola de fuego morado en esta, pero la caballero se giró, clavándole su espada en el estómago, atravesándola por completo, viendo como salía por el otro lado. Los pecados se alarmaron ante esto, aunque Kaida ni se inmutara.

Subestime tus reflejos. —Le escupió la sangre acumulada manchando su mejilla, haciéndola fruncir el ceño. Al ver algo acercarse con velocidad sonrió mostrando sus dientes. —Puedo percibir tu poder demoniaco~. —Canturreo cerca de su oído logrando que bajara la guardia.

De repente, chastifol se hizo presente atacándola y mandándola a volar hasta chocar con unos cristales derrumbándolos sobre ella. Kaida escupió nuevamente sangre cuando la espada salió de ella temblándole las piernas y antes de caer las manos de King la sujetaron por la cintura.

Hola capitana. —La miro seriamente cerca de su rostro, haciéndola sonrojar por su atractiva apariencia y aunque su versión gordita no le molestara, esta estaba mucho mejor.

Me alegra que hallas regresado, King. —Le sonrió devuelta, sintiendo como la alzaba al estilo nupcial y se acercaba a los demás pecados.

A mí me alegra verla de nuevo, pero debo botar la basura primero. —Le sonrió dejándola en brazos de Ban. Los cristales en los que la caballero había caído explotaron anunciándoles que estaba de vuelta. —Cúrala, Ban. —Y se alejó en camino a la pelea.

Debo decir que tu traición no es del todo inesperada, bueno oso de la pereza. Dicen que lo bueno no dura por siempre.

Beba, capitana. —Apretó su mano tan fuerte que clavo sus uñas sacando sangre dejando caer unas gotas en la boca de Kaida, al poco tiempo la sangre de su comisura se evaporó y el hueco en su estómago se cerró desapareciendo.

Inesperado para mí es lo que tú dices, no recuerdo haber abrazado conscientemente a los caballeros sacros. El reino quería muertos a los ocho pecados y yo quería acabar con Ban. Tuvimos intereses en común un tiempo y ya, pero la situación cambio.

Si como sea, pero ya comiencen a pelear. —Se quejó Ban acomodándose en el suelo junto a Meliodas con la capitana en brazos.

Ya veo, excusas sin justificación. —Ignoro el comentario del zorro para crear varias explosiones con su florete y dirigirlas hacia King. —¡Disparo bomba!

La lanza dio varias vueltas en el aire, neutralizando las explosiones sin ningún esfuerzo. Kaida rodó los ojos al escuchar como la caballero daba una clase de herrería sobre chastifol, explicando su poder y su procedencia.

Los incitó a que atacaran al mismo tiempo, sin embargo, King se negó.

No haré que la capitana se esfuerce más en alguien tan insignificante como tú, así que será uno a uno.

¡Tú puedes, King! —Kaida alzo su brazo en un puño cerrado dándole ánimos.

¡Es toda tuya! —Le siguió Meliodas como si fueran porras.

¡Si pierdes pateare tu trasero en frente de la capitana!

Mamá, creo que yo no juego. —Se quejó en voz baja la gigante.

Solo descansa cariño. —Le acaricio la cabeza moviendo sus cabellos.

Como gustes, quien sea que ataq-. —Su largo monólogo fue detenido cuando la lanza paso a su lado con velocidad, cortándole el cabello y la mejilla, haciéndola sangrar.

¡Así se hace, King! ¡Manda a callar a esa pe-! —Ban le tapo la boca para que no fuera tan obscena.

Puedes esquivar, ¿qué no te dijeron? —Se burló aún con su rostro serio, reprimiendo una sonrisa por el entusiasmo de su capitana.

Con simples movimientos de mano hacía que la lanza la atacara con velocidad y precisión una y otra vez sin parar, la caballero las esquivaba con esfuerzo haciendo sonreír con malicia a Kaida que ya quería verla destruida. Guila escapaba subiendo por unos cristales hasta llegar a la cima, donde creo una gran bola de fuego con su florete que se dividió y se dirigió hacia ellos, alarmando a los demás pecados que iban a interferir si no fuera por Kaida que los detuvo con su brazo.

Lanza sagrada, chastifol, modo cinco: aumento. —La lanza se dividió en miles de dagas que con un chasquido se dirigieron con velocidad a las bolas de fuego, neutralizándolas y creando una gran explosión en el cielo.

Para sorpresa de Guila, las dagas se hicieron detrás de ella, amenazándola con rebanarla. King miró a su capitana esperando una señal, ella asintió con la cabeza y el cerro su mano haciendo que todas las dagas cayeran sobre ella destruyendo la esmeralda en la que estaba haciendo sonreír a Kaida que se encontraba más que satisfecha.

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