ᵀʷᵉⁿᵗʸ⁻ˢᵉᵛᵉⁿ⠃ᴘʀᴏᴍᴇꜱᴀ, ¡ʟᴀʀᴀ!

⋆˚☆˖°

Nada en especial. —Le dijo Ban sin voltear a mirarla, pero mirando de reojo a Kaida sabiendo que lo hacía por ella. —Solo queríamos decirte algo.

La capitana se volteó a mirarla. —Nuestra promesa sigue en pie. —Le sonrió mostrando los dientes.

Lo haremos, te lo juro.

La rubia los miró con lágrimas en los ojos, alertando a su hermano.

¡Ban! ¡¿Qué más quieres arrebatarle?!

De verdad, muchas gracias. —La respuesta del hada sorprendió a King mientras Kaida buscaba la cabellera rosa de su amiga.

Espera, ¿dónde está Lara? —Les pregunto un poco preocupada.

¿Mm? ¿Hablas de la cabello de chicle? Creo que se fue hace unos segundos. —Le contesto Ban como si nada.

¡! —A paso apresurado se alejó de ellos hacia la pelea. —¡Cumpliremos la promesa, Elaine! ¡No olvides que te quiero!

¡Oye! ¡Espérame! —El zorro de la avaricia la siguió.

[...]

Solo habían sido unos segundos en los que aquella chica, ahora llamada Lara, se había escabullido hasta la batalla dispuesta a ayudar. Cuando llegó, agarro el florete por el filo antes de que pudiera atacar al rubio y a la gigante.

¿A? ¿Un alma en pena? —Pregunto la caballero al ver su aura brillante que solo las almas de la Necrópolis poseían.

En los recuerdos de su majestad, estas personas son importantes. —Su voz hecha eco daba escalofríos, mirando de reojo al rubio. —Así que, mientras ella llegue, yo me haré cargo de ti.

Ja, ¿y crees que una simple alma podrá contra-?

Una cola escamosa y roja salió por debajo del vestido de aquella chica, dándole un golpe en el cuerpo y mandándola a volar lejos de su alcance. Su boca y nariz se hicieron cada vez más grandes y su cabello desapareció encogiéndose mientras su cuerpo aumentaba de tamaño. Unas grandes alas aparecieron y escamas reemplazaron su piel, dejando a la vista un imponente dragón.

Había escuchado rumores de que el clan de los dragones poseía sus habilidades metamorfas aún después de la muerte. —La fastidiosa voz de la caballero se escuchó a la vez en la que su figura se hacía paso entre el humo. —Pero verlo en persona... es simplemente fascinante.

Capitán... es incluso más grande que yo. —Dijo la gigante un poco temerosa ante la imponente imagen de la chica dragón.

Así es, Diana. —Sonrió unos segundos después de la impresión, recordando de manera vaga las veces en que Kaida había hecho lo mismo.

No importa que seas una majestuosa criatura, no seré suave.

Alzo su florete y de la punta de este una gran bola de fuego apareció sobre sus cabezas, bajo su brazo lentamente hasta señalar al dragón haciendo que la bola se dirigiera hacia ella, sin embargo, la dragona se tragó la bola de fuego que para el tamaño de ella era una bola de chicle, la mastico y se la trago abriendo la boca y sacando la lengua mientras humo salía, como si estuviera satisfecha.

La caballero enojada se lanzó hacia ella y con su espada hizo miles de cortes por sus patas, haciéndola rugir rompiendo unas cuantas esmeraldas. La dragona dio pisotones intentando escapar de la caballero hasta que nuevamente le dio un golpe con su cola, alejándola de ella. Humo salió de su hocico y, justo cuando la iba a atacar, un diminuto toque en su pata la hizo detenerse y bajar la mirada reconociendo el poder que la hacía doblegarse.

No debiste mostrar tu verdadera forma. —La voz de Kaida hizo que Diana, Elizabeth y Hawk la miraran sorprendidos, después preguntarían de donde se conocen. —Está caballero, no vale la pena. —Un chillido lastimero salió de su hocico para bajar la cabeza hasta su altura. —No te preocupes. —Le toco el hocico cerrando sus ojos, haciendo que la criatura también los cerrara.

Una brillante luz violeta la rodeó y esta se encogió hasta dejar a un dragón bebe entre sus brazos. Se agachó y lo dejó en el suelo para encerrarla en un campo de fuerza, sus ojos brillaron y miraron amenazantes a la caballero.

Kaida, la corona de la insuficiencia y la capitana de los ocho pecados capitales. —La caballero apareció caminando hacia ella. —Será un honor que yo, la caballero Guila, pelee contra ti. —Antes de poder atacarla, su florete fue jalado por una fuerza desconocida, bueno, casi.

Creo que ya fue suficiente, ¿en serio eres tan tonta como para pensar en que te dejaría tocarla? —Sus ojos rojos brillaron en advertencia.

Ban el zorro, te pido que sueltes mi florete. —Su tono calmado ya comenzaba a fastidiar.

Tus palabras me ofenden, mujer, mira, yo no estoy tocando nada. —Encogió sus dedos, el corazón y anular, aumentando la fuerza, haciendo que la caballero agarrara el florete con ambas manos e hiciera fuerza para no ser arrastrada.

Ya veo, esa es tu habilidad mágica, 'arrebato'. Muy bien, entonces te daré algo digno de un ladrón como tú. —De su florete salió una bola de luz que quedó hasta en frente de su cara para después explotar. Al dispersarse el humo, se vio a Ban malherido en el suelo. —Escuché que eras indestructible, pero eso te mantendrá fuera de combate un buen rato.

Meliodas intentó derribarla haciéndole un barrido, pero ella saltó antes de que pudiera tocarla. Hizo aparecer humo para después aparecer detrás del rubio y lanzarle una explosión, mandándolo a volar, siendo atrapado entre las manos de Diana.

¡Capitán!

Aun si tu contraataque refleja mi ataque, no puedes hacer nada si no logras anticipar su dirección correctamente.

Hablas demasiado. —Una gran esmeralda que flotaba sobre ella hizo retroceder a la caballero para ver como se dirigía hacia ella y con una explosión pudo salvarse a penas. —¿No te habían dicho que hablar, te cansa más rápido?

Oh, corona, casi ni percibo que estabas ahí. Como tus lacayos hacían todo.

Eres un grano en el trasero, ¿lo sabías? Caballero inútil. —Murmuro entre dientes para aparecer frente a ella y darle un puñetazo en el centro del pecho quitándole el aire. —Deberías. —Ahora fue un rodillazo en su estómago, haciendo que su cuerpo se doblara hacia al frente. —Aprender. —Y finalmente una patada en el trasero que la mando a volar. —A cerrar la boca.

Ban se levantó, quedando sentado en el suelo, soltando un silbido para poner su mano en su frente, mirando hacia donde salió disparada la caballero. —Y salió del campo.

⋆˚☆˖°

-Nota: Lara es la única que puede ver los
pensamientos de Kaida, siendo una habilidad
que le dio Caos para poder ser su confidente
y apoyarla en el trayecto de su vida, pero
no se esperaba que fuera asesinada.

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