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Después de unas palabras, Howser decidió lanzar su ataque de remolino de choque estrellándolo directamente en el cuerpo de Kaida.

—¡Kaida! —Gritaron los pecados junto a la princesa preocupados.

Al disiparse su cabello estaba completamente enredado y lleno de tierra, sus puños se cerraron con fuerza y sus ojos brillaron mientras los escombros flotaban a su alrededor envueltos en una luz violeta.

—¡Cómo te atreves a ensuciar mi cabello y arruinar mi peinado! —De su boca salía humo mientras sus dientes se afilaban. —¡Las pagarás! —Su voz se oía un poco distorsionada y todos los escombros que levitaban se dirigieron al caballero.

Howser juntó sus manos en el suelo mientras sonreía emocionado por la pelea, un gran tornado se generó en todo el cuadrilátero bloqueando la vista de todos los presentes que se alejaron un poco alarmados.

De repente todo se detuvo cuando el tornado se disipó y Howser estaba en el suelo con los ojos en remolino fuera de sí mismo, mientras Kaida respiraba pesadamente al frente de él, mirándolo fijamente.

—¿También lo vieron? —Pregunto Ban con seriedad, recibiendo un asentimiento de Diana y de King, mientras Meliodas veía todo con seriedad en su rostro, siendo notado por Elizabeth.

—De repente... mamá se vio tan aterradora. —Comento Diana temblando levemente, apretando su mano libre en su pecho aún impactada.

—Sí, su boca se abrió más de lo normal y sus dientes se vieron muy afilados, sus uñas se mezclaron con su mano quedando como garras y una cola escamosa salió de su falda aplastando a Howser. —Hablo King un poco preocupado y asustado, siendo la primera vez que la veían de esa manera. —Pero su mirada... su mirada reflejaba tanta... locura.

—Me hizo acordar de cuando la cabello de chicle se transformó en dragón, pero esta vez... fue más aterrador. —Murmuro Ban recordando la pelea en la necrópolis.

—No hablen así, ella los podría escuchar. —Ante las palabras de Meliodas todos miraron fijamente a Kaida. Teniendo miedo que de verdad los haya escuchado y se halla herido por sus palabras.

La chica recobró la conciencia y miro a Howser en el suelo desorientado, sus ojos se abrieron con temor y miro sus manos asustada teniendo leves flashbacks de estas ensangrentadas, ¿en verdad ella se había visto aterradora? Levanto la mirada para ver a su hija postiza y al ver el miedo reflejado en sus ojos una fuerte punzada se hizo presente en su corazón.

—¡Howser cayó por alguna razón! ¡Así que la ganadora es Lara! —El locutor la saco de sus pensamientos soltando un chillido al ver el estado de Howser.

—¡Ay, no! —Se arrodilló frente a él, agarrándole la cabeza para levantarla un poco acomodándolo. —Creo que me excedí un poco... —Murmuro con tristeza pensando en la mirada de Diana y el estado de Howser sintiéndose mal consigo misma. —¿Te encuentras bien?

—Sí, solo... me sacaste todo el aire...

—En verdad lo siento, no me pude contener cuando dañaste mi cabello.

—Pude enfrentar a la capitana de los ocho pecados capitales y aunque no usarás ni la mitad de tu poder... —Hablo adolorido levantando su brazo y corriendo uno de sus mechones violetas para detrás de su oreja. —Fue todo un honor.

Un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas. —A-ah, gracias, pero no sé de qué hablas. —Se hizo la loca mirando a otro lado.

Howser soltó una risa. —No engañas a nadie.

Kaida lo volvió a mirar para esta vez sonreírle agarrando su mano y bajarla juntándola con su pecho para darle un beso en la frente, renovando sus fuerzas y ayudarlo a levantar. —Fue una gran pelea Howser, espero que nos volvamos a ver. —Con sus brazos intento tapar su cuerpo.

—Sí, opino lo mismo. —Le sonrió con un sonrojo rascando su cabeza.

—Adiós. —Comenzó a alejarse.

—Hey, espera. —La llamo haciendo que se volteara para tirarle su chaleco en la cabeza. Ella se lo quitó y lo miro entre sus manos. —Tómalo como una disculpa por tu ropa. —Le sonrió y ella se la devolvió.

—Gracias. —Se lo coloco y lo abrocho tapando todo su cuerpo, saco su cabello y le dio la espalda para caminar hacia sus compañeros. —Hola, lamentó la demora. —Sonrió con falsedad.

—Bien hecho, capitana. —El rubio se acercó a ella abrazándola por el cuello haciendo que se agachara. —No te preocupes, no diste mucho miedo. —Le murmuro en el oído dándole leves caricias en la cabeza.

Sus ojos se cristalizaron y le devolvió el abrazo ocultando su cara en su cuello, los demás se sintieron un poco mal por hablar así de ella hasta que Meliodas le empezó a manosear el trasero con cara chibi.

—¡Capitán! —Diana le dio un golpe mientras King se desmayaba con sangre saliendo de su nariz.

—Oye, Rey Ruco. —Ban lo saco de sus pensamientos morbosos. —Te toca.

Kaida se separó limpiando sus ojos para acercarse a King y limpiar nuevamente su nariz estando arrodillada y el sentado en el suelo. —Si quieres yo puedo tener a chastifol. —Le sonrió y este le devolvió la sonrisa para pasarle la almohada.

—Acaba con él, Rey Ruco. —Lo apoyo Meliodas mientras Kaida se sentaba sobre chastifol para más comodidad al ver la pelea.

—Kin- ¡Rey Ruco, tú puedes!

King se giró en su forma regordeta para alzarles su pulgar de forma decidida. —Esa es su cara cuando todo va en serio. —Hablo Ban burlón.

—Ay, qué suavecita. —Kaida se acurrucó frotándose en la almohada. 

—¡De apenas un metro cincuenta! ¡Y menos de cinco kilos! ¡Rey Ruco!

—"Te odio, zorro estúpido." —Maldijo en pensamientos a Ban por el absurdo nombre.

—¡De un metro cincuenta y cinco! ¡Y cincuenta y dos kilogramos! ¡Caín!

El anciano se comenzó a tambalear en su lugar y la gente del público le preguntaba si estaba bien hasta que dejo de tambalearse, Meliodas decidió contarles las habilidades del hada sin armas a los demás mientras King hacía una pose extraña. De repente, King comenzó a correr hacia el anciano, ya cerca de él, alzo su brazo dispuesto a propinarle un puño en la cara, pero por un pedazo de suelo levantado este se tropezó cayendo al suelo a un lado del anciano.

Apenas y pudo levantarse cuando Caín le dio un puño en la cabeza para nada fuerte.

—Ay, es rudo. —Se quejó sobando su cabeza.

Ban y Diana se cayeron sobre Kaida decepcionados.

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