ᵀʰⁱʳᵗʸ⁻ˢᵉᵛᵉⁿ⠃ʟᴀʀᴀ ᴠꜱ ʜᴏᴡꜱᴇʀ

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¡Ay~! ¡Elizabeth te ves tan tierna! —Chillo Diana con sus manos en sus mejillas sonrojadas, viéndola con un brillo especial en sus ojos.

Muchas gracias, señorita Kaida. —Le sonrió mirando hacia arriba.

No hay de qué princesa. —Le sonrió acariciando con su dedo su diminuta cabeza. —Ahora, explíquenos como sucedió esto.

Verás, mamá. Todo empezó con un hongo gigante. —Una gota de sudor bajo por la cien de Kaida confundida.

¿Un hongo gigante? —Pregunto Meliodas lo que Kaida pensaba.

Mhm. —Asintió con la cabeza a la vez que hacía el sonido afirmativo. —Verán, cuando ustedes se fueron decidimos reunir un poco de comida adentrándonos al bosque, entonces escuche el grito de Elizabeth y al llegar un hongo gigante estaba frente a ella. Lo golpeé para capturarlo y soltó un humo rosado que nos cubrió, al abrir los ojos nuestra ropa estaba en el piso y estábamos encogidas. Así que tome prestada la ropa de Elizabeth por el momento.

Pero no pudimos encontrar algo que me quedara a mí hasta este momento.

¿Así que por eso estabas en el escote de Diana? —Pregunto Meliodas sin vergüenza alguna.

¡Meliodas, no seas vulgar! —Lo regaño King con sangre saliéndole por la nariz, Kaida se le acercó con un pañuelo comenzando a limpiarlo. 

Mientras ella hacía eso, King explicaba sobre el hongo mirándola a los ojos con un pequeño sonrojo, al terminar le dio un beso en la nariz para después mirar a Diana.

¿Por qué no nos dijiste antes? —La miro con una ceja alzada.

¿No es obvio, mamá? —De la nada, Diana se tiró como niña chiquita a los brazos de su madre. —¡Quería sorprenderte! —Froto su mejilla con la de ella mientras era agarrada por los muslos para que no se cayera, teniendo cuidado de no lastimar a Elizabeth.

Una flecha con punta de corazón atravesó sus corazones ante la escena, totalmente enamorados.

Las cosas comenzaron a moverse de manera lenta hasta recobrar su velocidad normal. —¡Ahora el siguiente combate! ¡Howser contra Lara! 

Oh, cierto. —Bajo a Diana de sus brazos y le paso a Elizabeth, estiro sus brazos y camino para subir al cuadrilátero.

¡De este lado! ¡Con un metro ochenta y dos! ¡Y un peso de setenta y seis kilogramos! ¡Howser! —El mencionado subió al cuadrilátero emocionando a la multitud. —¡Del otro lado! ¡De un metro setenta y cinco! ¡Con un peso que no dire! ¡Lara!

Silbidos e insinuaciones inundaron al público al ver a la mujer que subía al cuadrilátero. Howser la miro de pies a cabeza notando su incomodidad, así que solo volteo la mirada y no dijo nada.

¡Que empiece la pelea!

Howser decidió dar el primer paso acercándose a ella con sus puños en alto, un remolino se formó en su puño derecho para después lanzarlo hacia ella siendo completamente esquivado. 

Un poco más y me destruía. —Murmuro por lo bajo siendo escuchada por el caballero.

Me alegra que sepas a lo que te enfrentas.  —Se acercó con rapidez tirándole uno y otro tornado a lo cual ella los esquivaba, dando maro metas de aquí allá, sintiendo como de vez en cuando su falda se levantaba, pero no lo suficiente sintiéndose aliviada. —Solo recuéstate y déjate llevar, se siente increíble, ¡te encantara! Es como si volaras. —Sus palabras se podrían malinterpretar fácilmente y para hacer enojar a Kaida, Meliodas hablo.

Es increíble, explica su ataque con doble sentido.

Howser detuvo sus ataques cayendo de cara al suelo por las palabras del rubio. —¡Ay! No era lo que-.

¿Es en serio? —Lo miro con seriedad desde arriba con sus ojos brillantes de la molestia que sentía haciendo temblar un poco al caballero.

¡En lo más mínimo! —Se intentó excusar acercándose a ella sonrojado. —¡No me gusta lastimar mujeres! ¡Es la verdad! ¡No importa que tan fuertes y rudas sean!

¿Oh? ¿Piensas que soy ruda? —Le pregunto emocionada, esquivando sus ataques sin darse de cuenta que estaba a la orilla. —¡Vamos! Dame con todo y te mostraré que tan ruda puedo ser. —Sonrió mostrando sus dientes, chocando su puño con su palma.

Qué bipolar.

¿Es eso lo que quieres? Si es así no tengo opción. —De repente le lanzo dos tornados que la acorralaron.

¡Se han formado dos tornados que rodean a Lara! ¡No puede salir de ahí! Está acorralada. —Hablo el encargado del evento.

¡Sal de ahí! —Escucho el grito de King a lo lejos.

Si decides saltar o quedarte en el suelo, ¡mis tornados te absorberán y llegarás hasta el cielo!Howser corría hacia ella preparando su ataque final.

Kaida miraba hacia todos lados buscando una salida y sintiendo como el caucho de la trenza que le había hecho Meliodas se estaba por romper. Cerro sus ojos y salto en el momento en el que Howser la iba a atacar, sorprendiendo a todos. Los tornados la succionaron y la hicieron llegar al cielo, donde el caucho se rompió dejando su larga cabellera suelta. Los tornados desaparecieron y al estar en el aire extendió una de sus manos hacia atrás para crear una onda que le dio el impulso suficiente para caer en picada.

Al llegar estaba dispuesta a darle un rodillazo en la cara a Howser, pero este lo detuvo con ambas de sus manos. Su mirada brilló al ver su cabello volar y sus ojos determinados junto con su ropa rota por los tornados.

"Qué mujer." —Penso mientras se sonrojaba fuertemente.

Kaida con su otra pierna le dio un golpe en la mejilla al estar distraído, alejándolo de ella y cayendo al piso con sus puños en alto. El público grito extasiado ante la bella imagen de la chica y su largo cabello, esta pelea era muy entretenida.

¡Pero tú dijiste que con un ataque directo te destruiría! —La señalo un poco enojado al volver en sí.

¡Estaba hablando de mi ropa! ¡Si hubiera querido terminar así, para eso me hubiera venido en ropa interior, estúpido! —Le grito devuelta igual de enojada por estar casi desnuda.

La camisa que tenía se le había roto en la parte de abajo rebelando un poco de sus pechos y las mangas estaban deshechas, la falda que no cubría mucho antes, ahora apenas y tapaba lo necesario mientras su única media había desaparecido junto con los zapatos dejándola descalza.

Estaba expuesta.

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