ᴱⁱᵍᵗʰ⠃ᴍᴀɢɪᴀ

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Hace mucho tiempo atrás, Kaida caminaba sin rumbo fijo por las tierras de Britania. Caminaba y caminaba, hasta que a lo lejos vio el cuerpo de una niña tirado en el suelo.

Se acercó corriendo a esta notando que era una gigante, sin embargo, eso no le importo y se acercó mucho más a ella, examino su rostro dándole unos cuatro años como máximo. Le toco la mejilla y la movió un poco esperando a que se despertara.

Esta comenzó a mover sus parpados con cansancio, dejando ver unos bellos ojos morados, como los suyos.

Hola, linda.Le sonrió para que no se asustara.¿Te encuentras bien, cariño? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

La niña no contestó con palabras, pero su estómago le dio la respuesta a su primer pregunta.

Y nuevamente la niña cayó dormida, o más bien desmayada. Kaida la hizo levitar levemente llevándola hasta una cueva donde comenzó a cocinar cosas del bosque, encontró algunos cerdos por ahi así que decidió cocinarlos.

La nariz de la niña gigante se movió levemente y se despertó de una como si se hubiera regenerado con magia, aunque no era mentira.

Me alegra que te hayas despertado.Le dio la misma sonrisa que hace unas horas.

¿Quién eres tú?Le pregunto con una voz muy dulce derritiendo el corazón de Kaida.

Me llamo Kaida, dime, ¿recuerdas tu nombre?Se acercó a ella con un gran cerdo asado atravesado con un palo.

No, no lo recuerdo.Miro el cerdo con inseguridad.

Anda, tómalo. Te juro que no tiene veneno.Se rio de su propio chiste.

La niña lo acepto y le dio una mordida ensuciando un poco sus mejillas, una gran sonrisa se extendió por sus labios y chillo de felicidad. Kaida sonrió ante la felicidad de la gigante.

Me alegra que te haya gustado. Levito hasta estar frente a la cara de la gigante para limpiarle sus mejillas, ella se sonrojó.

¿Cómo puedes hacer eso?Le pregunto emocionada.

Con magia.Le respondió con simpleza descendiendo hasta tocar el piso, aunque la magia no era del todo la respuesta.

¿Magia?Ladeo su cabeza con curiosidad, Kaida simplemente le asintió.¿Puedes utilizar magia conmigo? Le pregunto con brillos en los ojos.

No creo que-. Pero fue cortada por la niña.

¡Magia! ¡Magia! ¡Magia! ¡Magia! ¡Magia! ¡Magia! Y siguió gritando moviéndose de un lado a otro con sus cabellos sueltos y sus manos cerca de su cara.

Bien, bien.La calmo.Lo haré.

Una gran brisa azotó con el cuerpo de la niña moviendo sus cabellos, un aura violeta la envolvió y comenzó a flotar por todo el lugar riendo de lo divertido que se sentía. Después de unos minutos, Kaida decidió bajarla con cuidado para después ser ella la que flotara un poco más arriba de la cara.

La niña la miro con su boca abierta y una sonrisa, desde la perspectiva de Kaida ella era una bella luz que brillaba en la oscuridad y entonces se le ocurrió una idea.

Diana.

¿Mh?

Ese será tu nombre.

[...]

Miro con una sonrisa a Mead, sus ojos brillaron con intensidad y de sus manos unos brillos violetas se dirigieron al niño y lo rodearon completamente comenzando a flotar.

¡Yuju! —Exclamo emocionado, deslizándose por toda la taberna sobre la cabeza de los aldeanos. Pronto muchos niños comenzaron a querer que también utilizara magia con ellos, sonrio con alegría y también los hizo flotar.

Sintio una presencia mágica acercándose con velocidad, bajo a los niños lentamente y se acerco a la puerta con sus quejas por detrás.

Tendrán que disculparme, debo salir un momento. —Meliodas salió con ella, pero antes de cruzar la puerta un Mead enojado comenzó a alegar.

¡No es justo! Yo se lo había pedido y ahora por su culpa ya no hará más magia. —Le echo la culpa a los demás niños que comenzaron a llorar.

¡A-ay! No lloren, les juro que no es por eso. Se puso nerviosa y comenzo a mover sus manos de un lado para otro intentando que se calmaran.

¡Ya basta Mead! La señora de esta mañana lo agarro de la oreja —Debes aprender a que todo no dura para siempre, si sigues así terminarás en el Bosque del Sueño Albo. —Lo soltó causando que su oreja se encontrara roja, Mead se la sobaba, pero al escuchar el nombre de aquel bosque su rostro se mostró asustado.

¡Ah! ¡Ahí no! —Exclamo sujetando la falda de la señora en modo de súplica.

¿El Bosque del Sueño Albo? —Preguntaron Meliodas y Kaida mirándosen mutuamente confundidos.

¡Es un bosque siniestro en el que nadie se acerca! —Les explicó Mead aún asustado. —¡Perdón! Se giró hacia la señora, juntando sus manos y cerrando los ojos como si estuviera rezando. —¡Voy a comportarme! ¡En serio!

Dejaron de prestar atención al recordar lo que se estaba acercando, extrañamente se le había sumado un poder muy familiar para Kaida, la preocupación se instaló en su pecho al recordar que Elizabeth se encontraba afuera.

Oigan. —Se les acercó Hawk. —Deberían buscar a Elizabeth, vayan a hacerla sentir mejor, Kaida fuiste muy grosera con ella. —La regaño, sonrio internamente al tener la escusa perfecta para salir, aunque lo que dijo Hawk la hizo sentir un poco mal.

Lo siento. —Responde cabizbaja. —Iremos en seguida. —Agarro la mano de Meliodas y salieron de la taberna.

Al salir la vieron sentada en el pasto, con las piernas pegadas en su pecho y sus brazos envolviéndolas, miraba el cielo con un deje de tristeza, Kaida se sintio peor.

Al parecer los habia escuchado porque sus hombros se movieron dando un brinco asustada; sin embargo, ella seguía sentada ahora mirándolos siendo mas específico, a sus manos unidas.

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