Capítulo XLIII
El sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas de nuestra casa me devuelve el conocimiento. No obstante, lucho por volver a dormirme, envuelta en un cálido capullo de mantas, a salvo en mi hogar. Soy vagamente consciente de que me duele la cabeza, quizá tenga la gripe y por eso me dejan quedarme en la cama, aunque me da la impresión de que llevo mucho tiempo dormida. La mano de mi madre me acaricia la mejilla y yo no la aparto. Entonces me llega una voz, la voz equivocada, no la de mi madre, y me asusto.
-Nina -dice- Nina, ¿me escuchas?
Abro los ojos y se desvanece la sensación de seguridad. No estoy en casa, no estoy con mi mama; estoy en una cueva oscura y fría, con los pies descalzos helados a pesar del saco, y en el aire noto un inconfundible olor a sangre. La cara demacrada y pálida de un chico entra en mi campo de visión y, después de un sobresalto inicial, me siento mejor.
-Matteo.
-Nina, dios me alegro tanto de volver a verte los ojos.
-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
-No estoy seguro. Me desperté anoche y estabas tumbada a mi lado, en medio de un charco de sangre aterrador. Creo que por fin has dejado de sangrar, aunque será mejor que no te sientes ni nada.
Me llevo la mano a la cabeza con precaución: me la ha vendado. Ese gesto tan simple me hace sentir débil y mareada. Matteo me acerca una botella a los labios y bebo con ganas.
-¿Estás mejor? -le pregunto.
-Mucho mejor. Lo que me inyectaste en el brazo hizo efecto. Esta mañana ya no tenía la pierna hinchada.
No parece enfadado conmigo por haberlo engañado, drogado e ido al banquete. Quizá ahora esté demasiado vulnerable y espere a después para decírmelo, cuando esté más fuerte. Sin embargo, por el momento es todo amabilidad.
-¿Comiste algo? -le pregunto.
-Siento decir que me tragué los tres trozos de ganso antes de darme cuenta de que podríamos necesitarlo para después. No te preocupes, vuelvo a seguir una dieta estricta.
-No, no pasa nada. Tienes que comer. Iré a cazar pronto.
-No demasiado pronto, ¿ok? Deja que te cuide un poco.
La verdad es que no me queda otra opción. Matteo me da para comer trocitos de ganso y pasas, y me hace beber mucha agua. Me refriega los pies para calentarlos y los envuelve en su chaqueta antes de subirme el saco de dormir hasta la barbilla.
-Todavía tenes las botas y los calcetines mojados, y el tiempo no ayuda -dice.
Oigo un trueno y veo los relámpagos iluminar el cielo a través de una abertura en las rocas. La lluvia entra en la cueva por varios agujeros en el techo, aunque Matteo ha construido una especie de toldo sobre mi cabeza y la parte superior de mi cuerpo metiendo el cuadrado de plástico entre las rocas que tengo encima.
-¿Qué provoco la tormenta? Es decir, ¿quién es el objetivo? -pregunta Matteo.
-Carter, Ethan y Lucy -digo, sin pensar aunque con preocupación al recordar a la pequeña-. La Comadreja estará en su guarida, donde sea, y Sierra..., ella me cortó y después... -No puedo terminar la frase.
-Sé que Sierra está muerta, la vi en el cielo por la noche. ¿La mataste vos?
-No, Ethan le aplastó el cráneo con una roca.
-Qué suerte que no te atacara a vos también.
-Me dejó marchar -respondo- Gracias a Lucy, ella lo convenció de que no me hiciera nada.
Al recordar lo sucedido durante el banquete se me revuelven las tripas. Por supuesto, no me queda más remedio que contárselo todo, las cosas que me callé porque él estaba demasiado enfermo para preguntarlas y las que no estaba lista para revivir, como la explosión, mi oído, la muerte del chico del Distrito 1, como salve a Lucy, nuestra alianza. Todo eso me lleva a lo que pasó con Ethan y en cómo había pagado su deuda, por así llamarla
-¿Te dejó ir porque no quería deberte nada? -pregunta Matteo, sin poder creérselo.
-Sí. Igual creo que influencio mucho el que la misma Lucy este haya estado ahí -confieso
-Quizas.
Nos quedamos unos momentos en silencio.
-Entonces, Carter e Ethan, ¿eh? Supongo que sería mucho pedir que se matasen entre ellos.
Sin embargo, esa idea sólo sirve para entristecerme.
-Creo que Ethan nos hubiese caído bien, y que en el Distrito 12 podríamos haber sido amigos.
-Entonces, esperemos que Carter lo mate, para no tener que hacerlo nosotros -responde Matteo, en tono lúgubre.
No me gustaría nada que Carter matara a Ethan y dejara sola a Lucy, es mas, seguramente si encuentra a Ethan también la encuentre a ella, y dudo que Carter la deje vivir; de hecho, no quiero que muera nadie más, pero no es el tipo de cosa que los vencedores van diciendo por el estadio. A pesar de que hago todo lo posible por evitarlo, noto que se me llenan los ojos de lágrimas.
-¿Qué te pasa? -me pregunta Matteo, mirándome con cara de preocupación- ¿Te duele mucho?
Le doy otra respuesta que, aun siendo cierta, puede interpretarse como un breve momento de debilidad, en vez de algo más radical.
-Quiero irme a casa, Matteo -le digo en tono lastimero, como una niña pequeña.
-Vas a volver allá, te lo prometo -responde él mientras me corre un mechón de pelo de la cara.
-Quiero irme ahora.
-Vamos a hacer una cosa: dormite y soña con casa; antes de que te des cuenta, estarás ahí de verdad, ¿ok?
-Ok -susurro- Despertame si necesitas que haga guardia.
-Yo estoy bien y descansado, gracias a Germán y a vos. Además, ¿quién sabe cuánto durará esto?
¿A qué se refiere? ¿A la tormenta? ¿Al breve respiro que nos da? ¿A los juegos en sí? No lo sé, pero estoy demasiado cansada y triste para preguntar. Sin embargo, le pido una ultima antes de domir.
-Matteo -lo llamo en un susurro.
-¿Que pasa?
-¿Podrías cantarme algo? -le pido con algo de timidez.
Él sonríe y asiente. Se acomoda mejor y yo apoyo mi cabeza en su pierna buena mientras siento como me acaricia el pelo y, por un instante, siento que estoy a salvo.
Si soy lo que hago
y lo que hago termina, me muero
me pierdo
Si soy lo que hago
tal vez me pregunte quién soy
a quién busco
Me vuelvo mentira
y no es nuestra esta vida....
Ser hoy es un riesgo de extrema valía
Ser hoy es ser despierto o seguir sin vida
Ser hoy es semilla de un nuevo día
Ser hoy, en tinieblas, ser luz, ser la guía
Si hago mi cuento
y soy el que soy
y hago lo que siento
Si soy lo que hago
y lo que hago termina, me muero
me pierdo
Si soy lo que hago
tal vez me pregunte quién soy
a quién busco
Me vuelvo mentira
y no es nuestra esta vida....
Ser hoy es un riesgo de extrema valía
Ser hoy es ser despierto o seguir sin vida
Ser hoy es semilla de un nuevo día
Ser hoy, en tinieblas, ser luz, ser la guía
Si hago mi cuento
y soy el que soy
y hago lo que siento
Mi ser tendrá flores
raíces y el viento se lleva
los desiertos
Me vuelvo mentira
y no es nuestra esta vida....
Ser hoy es un riesgo de extrema valía
Ser hoy es ser despierto o seguir sin vida
Ser hoy es semilla de un nuevo día
Ser hoy....
Me vuelvo mentira
y no es nuestra esta vida....
Ser hoy es un riesgo de extrema valía
Ser hoy es ser despierto o seguir sin vida
Ser hoy es semilla de un nuevo día
Ser hoy, en tinieblas, ser luz, ser la guía
Ignoro cualquier cosa externa que no sea Matteo, su voz y sus caricias. Ni siquiera Lucy pudo transmitirme con tanta potencia esta sensación de sentirme en casa, a salvo...feliz. Y con esa sensación de sentirme completa, dejo que el sueño me lleve.
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Va otro capitulo💘 Espero que les guste😘
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