Capítulo XII
De camino a mi piso, dejo el arco y el carcaj en manos de un sirviente que estaba parado en la puerta de ascensor . Después lo aparto y le doy al botón número doce con el puño. Las puertas se cierran y salgo disparada hacia arriba. Consigo llegar a mi planta antes de que las lágrimas empiecen a bajarme por las mejillas. Escucho que los demás me llaman desde el salón, pero salgo corriendo por el vestíbulo hasta llegar a mi cuarto, cierro con llave y me tiro en la cama. Ahí es cuando empiezo a llorar de verdad.
¡Lo hice! ¡Lo eche todo a perder! Cualquier rastro de oportunidad que tuviera se desvaneció al disparar esa flecha a los Vigilantes. ¿Qué me van a hacer ahora? ¿Detenerme? ¿Ejecutarme? ¿En qué estaba pensando? Por supuesto, no estaba pensando, disparé a la manzana por la rabia que me daba que no me hicieran caso. No intentaba matarlos.
Bueno, ¿qué más da? De todos modos, no iba a ganar los juegos, así que ¿qué importa lo que me hagan? Lo que de verdad me asusta es lo que puedan hacerles a mi padres o amigos, lo que pueda sufrir la gente que quiero por culpa de mi imprudencia. ¿Los encarcelaran a todos para que cumplan con mi castigo? ¿Los matarán? No los matarán, ¿verdad? ¿Por qué no? ¿Qué más les da a ellos?
Tuve que haberme quedado para disculparme, o para reírme, como si hubiera sido una broma, quizás eso los habría vuelto más indulgentes. Sin embargo, en vez de eso, voy y salgo de ahí corriendo de la forma más irrespetuosa posible.
Germán y Fiama están llamando a la puerta; les grito que se vayan y, al cabo de un rato, lo hacen. Tardo al menos una hora en llorar todo lo que puedo; después me quedo enrollada en la cama, acariciando las sábanas de seda, viendo cómo se pone el sol sobre la artificial silueta de caramelo del Capitolio.
Al principio creo que van a venir a detenerme de un momento a otro, pero, conforme pasa el tiempo y la cosa parece menos probable, me calmo. Siguen necesitando a los dos tributos del Distrito 12, ¿no? Si los Vigilantes quieren castigarme, pueden hacerlo en público, esperar a que esté en el estadio y así lanzarme animales salvajes hambrientos. Se asegurarán de que no tenga nada para defenderme.
Sin embargo, antes me van a dar una puntuación tan baja que nadie en su sano juicio va a querer patrocinarme. Eso es lo que pasará esta noche. Como el resto de la población no pueden ver el entrenamiento, los Vigilantes anuncian la calificación de cada tributo por televisión, lo que le da a la audiencia un punto de partida para las apuestas que continuarán durante todos los juegos. El número, una cifra entre uno y doce, donde el uno es rematadamente malo y el doce inalcanzablemente bueno, representa lo prometedor que es el tributo. La nota no garantiza quién va a ganar, no es más que una indicación del potencial que demostró el tributo en el entrenamiento. La calificación puede ayudar o perjudicar a un tributo en la búsqueda de patrocinadores. Yo esperaba que mis nuevas habilidades adquiridas con el arco me dieran un seis o un siete, aunque no tenga mucha fuerza física, pero ahora estoy segura de que tendré la nota más baja de los veinticuatro. Si nadie me patrocina, mis posibilidades de seguir viva se reducirán casi a cero.
Cuando Fiama llama a la puerta para la cena, decido que será mejor ir. Esta noche televisarán el resultado de las puntuaciones y no puedo esconderme para siempre. Voy al baño y me lavo la cara, aunque sigue roja y un poco hinchada
Todos me esperan a la mesa, incluso Dominic y Leia; ojalá no hubiesen aparecido los estilistas porque, por algún motivo, no me gusta la idea de decepcionarlos. Es como si hubiese tirado a la basura sin pensarlo el gran trabajo que hicieron en el desfile de tributos. Evito mirar a los demás a los ojos mientras me tomo a cucharaditas la sopa de pescado; está salada, como mis lágrimas.
Los adultos empiezan a chismorrear sobre el tiempo y yo dejo que Matteo me mire a los ojos. Él arquea las cejas, como si preguntara: «¿Qué pasó?». Me limito a sacudir la cabeza rápidamente. Después, cuando llega el segundo plato, escucho decir a Germán:
-Bien, basta de charla. ¿Lo hicieron muy mal hoy?
-Creo que da igual -responde Matteo-. Cuando aparecí, nadie se molestó en mirarme; estaban cantando una canción de borrachos, creo. Así que me dediqué a lanzar algunos objetos pesados hasta que me dijeron que podía irme.
Eso me hace sentir mejor; Matteo no ataco a los Vigilantes, pero al menos a él también lo provocaron.
-¿Y vos, preciosa? -me pregunta Germán.
Por algún motivo, escuchar que me llama preciosa me molesta lo suficiente para ser capaz de hablar.
-Les lancé una flecha.
-¿Que hiciste que? -exclama Fiama, y el horror que se refleja en su voz confirma mis peores temores. Todos dejan de comer.
-Les lancé una flecha. Bueno, no a ellos, en realidad, sino hacia ellos. Fue como dice Matteo: no me hacían caso mientras disparaba y... perdí la cabeza, ¡así que apunté a la manzana que tenía en la boca su estúpido cerdo asado! -exclamo, alterada.
-¿Y qué dijeron? -pregunta Dominic, con cautela.
-Nada. Bueno, no lo sé, me fui después de eso.
-¿Sin que te dieran permiso? -pregunta Fiama, pasmada.
-Me lo di yo solita -respondo.
Recuerdo que le prometí a mi familia hacer todo lo posible por ganar, y me siento como si me hubiesen tirado encima una tonelada de carbón. Pero me sorprendo mucho cuando escucho la risa de Matteo.
-No lo puedo creer -dice aún riendo- Nina Simonetti, la chica más tímida del mundo le disparó una flecha a un cerdo asado y se fue sin que le dieran permiso. Quien lo hubiera imaginado ¿no? -dice calmando su risa.
Me doy cuenta que tiene razón. La antigua Nina, la que se ocultaba del mundo, la que se avergonzaba de todo, la de los modales perfectos...poco a poco va desapareciendo. Y para ser sincera, no me asusta.
-En fin, ya está hecho -concluye Germán, untándose con dulce un panecillo.
-¿Crees que me arresten? -pregunto.
-Lo dudo. A estas alturas sería un problema sustituirte.
-¿Y mi familia? ¿Los van a castigar?
-No creo. No tendría mucho sentido. Tendrían que revelar lo que sucedió en el Centro de Entrenamiento para que tuviera algún efecto en la población, la gente tendría que saber lo que hiciste; pero no pueden, porque es secreto, así que sería un esfuerzo inútil. Lo más probable es que te hagan la vida imposible en el estadio.
-Bueno, eso ya lo prometieron de todos modos -dice Matteo.
-Cierto -corrobora Germán, y me doy cuenta de que paso lo imposible: están intentando animarme. Germán agarra una chuleta de cerdo con los dedos, lo que hace que Fiama frunza el ceño, y la moja en el vino. Después arranca un trozo de carne y empieza a reírse-. ¿Qué cara pusieron?
-De pasmados -respondo, empezando a sonreír--. Aterrados. Eeeh..., ridículos, al menos algunos. -Una imagen me viene a la cabeza-. Un hombre tropezó al retroceder de espaldas y se cayó en una bandeja con comida.
Germán se ríe a carcajadas y todos lo imitamos, excepto Fiama, aunque está reprimiendo una sonrisa.
-Bueno, lo tenian merecido. Su trabajo es prestarles atención, y no hay excusa que valga para no hacerlo -afirma. Después mira a su alrededor, como si hubiera dicho algo escandaloso-. Lo siento, pero es lo que pienso -repite, sin dirigirse a nadie en concreto.
-Me van a dar una mala puntuación -comento.
-La puntuación sólo importa si es muy buena. Nadie va a prestar mucha atención a las malas o mediocres. Por lo que ellos saben, podrías estar escondiendo tus habilidades para tener mala nota adrede. Es una buena estrategia -explica Leia.
-Espero que interpreten así el cuatro que me van a dar -dice Matteo-. Como mucho. De verdad, ¿hay algo menos impresionante que ver cómo alguien levanta una bola pesada y la lanza a doscientos metros? Estuve a punto de dejarme caer una en el pie.
No puedo evitar soltar una pequeña risa.
-¿Matteo Balsano? -digo con falso tono de sorpresa- ¿El rey de la pista teniendo un desempeño horrible en algo? Eso si que nadie lo hubiera imaginado -termino de decir con una sonrisa.
-Sorpresas de la vida, mi querida compañera ataca cerdos asados -ambos reímos.
No pasa nada, mi familia está a salvo y, si están a salvo, no hay ningún problema.
Después de cenar nos sentamos en el salón para ver cómo anuncian las puntuaciones en televisión. Primero enseñan una foto del tributo, y a continuación ponen su nota debajo. Los tributos de los primeros distritos, entran en el rango de ocho a diez. La mayor parte de los demás jugadores se gana un cinco. Me sorprende ver que Lucy consigue un siete; no sé qué les enseñó a los jueces, pero es tan diminuta que ha tuvo que ser algo impresionante.
El Distrito 12 sale el último. Matteo saca un ocho, así que, al menos, un par de Vigilantes lo estaban mirando.
-No estoy acostumbrado a recibir menos de un 10 -dice con tono algo engreído- pero me conformo
Le sonrío, pero comienzo a clavarme las uñas en las palmas de las manos cuando aparece mi cara, esperando lo peor. Entonces sale el número once en la pantalla.
¡Once!
Fiama Rossi deja escapar un chillido, y todos me dan palmadas en la espalda, gritan y me felicitan, aunque a mí no me parece real.
-Tiene que haber un error. ¿Cómo..., cómo ha pudo pasar? -le pregunto a Germán.
-Supongo que les gustó tu carácter explosivo. Tienen que montar un espectáculo, y necesitan algunos jugadores con carácter.
-Nina, la chica en llamas --dice Dominic, y me abraza-. Oh, ya vas a ver el vestido para tu entrevista.
-¿Más llamas?
-Más o menos -responde, travieso.
Matteo y yo nos felicitamos. Otro momento incómodo. Los dos lo hicimos bien, pero ¿qué significa eso para el otro? Escapo a mi cuarto lo antes posible y me entierro debajo de las mantas. La tensión del día, sobre todo el llanto, me hizo polvo. Me pregunto como habran reaccionado mi familia y amigos con mi calificación ¿estarán sorprendidos? ¿orgullosos? Quizás alguien en el Roller o el Blake hasta este indignado por haber sacado más nota que el rey de la pista, quien sabe. Me quedo dormida, como si me hubiesen indultado, aliviada y con el número once todavía grabado en la cabeza.
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Holaaa
Perdón que tarde tanto en actualizar, fue una semana bastante cargada la verdad pero bueno acá les dejo otro capitulo.
Oh y otra cosa, me esta costando horrores terminar la segunda parte de Mistake, estoy algo seca de ideas y queria ver si alguno de ustedes queria sugerir algo. Todas sus ideas van a ser bienvenidas porque la verdad la unica (y pobre) idea que tengo para esa historia no me convence asi que son libres de contarme lo que quieren que pase
Besooos💘💘
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