Capítulo III

Huir.

Esa es mi especialidad. Siempre que me ganaban mis nervios solía huir del causante de mi alteración, generalmente es Gastón el que hace que mis nervios aumenten y provoquen que huya, sin embargo, hoy las causantes de que se me pongan los nervios de punta fueron Ámbar y Jazmín.

Por un lado estaba Ámbar que lo único que hizo desde que llegamos al Roller es quejarse sobre como parece que el nuevo gobierno ya no sabe diferenciar entre los mediocres y la gente con clase, que personas como ella no deberían ser incluidas en la elección porque solo deberían ser seleccionados los que estorban (una clara indirecta hacia Luna) y que no podía creer lo groseros que fueron los funcionarios al llegar a su mansión. Y por otro lado estaba Jazmín, que estuvo todo el tiempo lloriqueando porque si llegaba a ser seleccionada seguro la obligarían a usar ropa de hace cuatro temporadas atrás, se angustio muchisimo al imaginar que sus uñas no combinen con su vestuario.

Si, definitivamente me alteraron los nervios así que decidí huir a mi casa a ver si podía relajarme con algún libro o algo. Al llegar y darme cuenta que el ambiente era mucho mas pesado que en el Roller, decidí ir a mi buscar mi cámara y salir a tomar algunas fotos, eso siempre me relajaba.

Fui a un parque que estaba cerca de mi casa, era un lugar hermoso, sin embargo, se respiraba un aire a tristeza y desesperación, básicamente lo que sentía cada persona del país desde el anuncio. Muchos de los que no eran aptos para la selección tenían algún hijo, hermano o amigo que si lo era, por lo que no hace falta tener entre 12 y 18 años para sentir la desesperación y la tristeza que todo esto genera. Incluso muchos estaban mas preocupados por los niños pequeños que si bien ahora no tienen edad para ser elegidos, en unos años si.

Cuando me canse de tomar fotos fui a sentarme a un banco, me quede un rato admirando todo hasta que noto que alguien se sienta a mi lado.

-Hola -me dice Gastón cuando volteo a verlo y se saca su casco en cuanto se sienta.

-Hola -le digo algo nerviosa, aún no puedo dejar mis nervios cuando el esta cerca. Si bien ya puedo dirigirle mas de dos palabras seguidas, él aun seguía causando fuertes emociones en mi- ¿Que haces acá?

El me señala sus patines y yo quiero darme una bofetada por la pregunta estúpida que hice

-Claro, que tonta. Era obvio -dije sintiéndome una tonta.

-Estaba patinando y te vi acá sola, así que quise acercarme a vos -lo dijo con esa sonrisa tan perfecta en su cara que, en vez de tranquilizarme, solo me ponía mas nerviosa- ¿Y vos? ¿Que haces acá sola?

-Nada, solo salí a tomar algunas fotos para relajarme.

-¿Puedo verlas? Siempre me encantan tus fotos, sos muy buena -me dijo sonriendo mientras yo sentía que la cara me iba a estallar de lo roja que debía tenerla con su cumplido.

-S-si, claro -y le pase mi cámara para que las viera.

Mientras las veía, podia notar que su sonrisa se ampliaba y hasta parecía cada vez mas sorprendido, lo que me dio mucha intriga. No sabia si preocuparme o alegrarme por su reacción.

-Wow -dijo una vez que termino de verlas- No se si te lo dijeron antes pero te lo digo yo, sos la mejor fotógrafa que existe -terminó de decir con una de esas sonrisas que tanto me gustan.

Por un momento tuve que recordarme respirar, siempre me ponía así cuando Gastón me hacia cumplidos y debo decir que es más seguido de lo que hubiera podido imaginar. Él siempre fue amable conmigo, nunca se burlo de mi ni me trato de menos solo por no ser popular como él, sin embargo, que me haga cumplidos sigue siendo algo irreal para mi. No podía evitar ilusionarme cada vez que lo hacia, y me detestaba por eso, porque sabía muy bien que el nunca se podría fijar en una chica como yo, pero aún así mi lado ingenuo no podia evitar pensar que quizás muy en el fondo, sienta algo por mi.

-Gr-gracias Gastón, aunque se que estoy lejos de ser la mejor fotógrafa, pero gracias igual -no pude evitar sonreirle.

Se río un poco.

-Deberías tenerte un poco más de confianza, enserio sos muy buena.

-Si..bueno, la confianza no es algo con lo que me lleve bien la verdad.

-¿Y por qué no?

-Así soy yo, supongo, tengo mas inseguridades que libros en mi casa, y eso que tengo muchos.

-Pues no deberías ser tan insegura, sos increíble Nina, enserio.

No podía creer lo que decía, enserio no se daba cuenta que diciéndome estas cosas solo me hacia ilusionarme más, no es su culpa pero igual siempre terminaba lastimada cuando caía de golpe a mi triste realidad en la que no era mas que otra tonta e invisible chica enamorada del chico imposible.

Y justo cuando estaba por decir algo, el parece volver a la realidad también

-Ehh, bueno, yo.. tengo que irme. Mis papas deben estar preocupados, así que...chau Nina -se despidió mientras se levantaba del banco y se ponía su casco.

-Si, chau Gastón -le dije y luego se fue patinando.

Diganme loca, pero por un momento me pareció ver a Gastón nervioso, ya se que suena imposible, pero yo se muy bien como alguien nervioso se comporta y podría jurar que él lo estaba. Sin dudas, toda la tensión de los últimos días me esta pasando factura, así que debería ir a descansar a mi casa.

Cuando llego voy directo a mi cuarto a recostarme, y mientras me quedaba dormida, mi mente se invento una escena en la que los nervios de Gastón eran por mi, porque yo le gustaba y lo ponía nervioso como él a mi.

Aunque fuera algo imposible.

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