›Capítulo cuatro
Ariel estaba escribiendo las ideas más importantes del décimo capítulo del libro de filosofía. Suspiró cansada; para ella, la Segunda Guerra Mundial le parecía aburrida.
Y para su mejor amiga era peor ya que ni siquiera se dignaba a abrir su libro. Era más interesante actualizar Facebook en su celular y reír con algunos memes. Cuando ya no hubo más imágenes para ver, alzó su oscura mirada y se fijó en Ariel. Le abrumó que estuviera demasiado concentrada en la tarea que le dio un zape en la nuca, tomando a la castaña con sorpresa.
—¿¡Qué te pasa, baka*!?. ¿Algún día dejarás de hablar con golpes?.
Andrea analizó su respuesta mentalmente por un par de segundos para luego negar con la cabeza acompañada de una sonrisa burlona.
—El día que deje de darte zapes, será él día que debes de preocuparte.
—Uy, creo que tienes razón. ¿Qué es lo que querías? —cuestionó curiosa, mientras soltaba la pluma azul y deslizaba su libreta hacia un lado para tomar agua sin preocupación de arruinar sus apuntes por algún derrame.
—Hablemos de tu gringo, es el ser más pendejo que haya pisado el planeta —soltó casi en un susurro que fue audible para Ariel, mientras miraba algún punto fijo recordando momentos algo embarazosos—. Es urgente que capte alguna indirecta, por favor.
—Andy, mira; él no sabe captarla y yo no sé enviarla. Entonces no hay problema, mejor dejalo así. Si se va a dar, que se de. Y sino, no esta destinado y punto.— Humedeció sus labios con su lengua para volver a prestarle atención a su tarea.
—Señorita Ariel, usted debería saber que yo nunca me rindo y yo haré que Mike abra sus ojazos.
Ariel rió negando con la cabeza—. Te reto a que hagas tu tarea, anda.
La sonrisa de Andrea desapareció tan pronto como llegó. Como el dinero lo hace también.
—Eso es un castigo mujer, olvídalo. Mejor hechemos el cotorreo*, ¿sí?. Daniel me invitó ir a la pista de patinaje que hay por aquí, vamos. Le digo que invite a tu novio y que sea una doble cita, así pongo en práctica mi tercera indirecta. —Miró su celular una vez más, decidida a enviarle un texto a su novio, modificando los planes.
Ariel sonrió bobamente; se imaginó por un instante a Mike sobre la pista de hielo mientras se tomaban de las manos y sonaba alguna canción que inmortalizaría el momento. Sus ojos marrones brillarían mucho más que una estrella y los de él tomarían forma de corazón bombeante.pero regresó al mundo real cuando la palma de una mano impactó una vez más en su nuca.
—No mames, culera, ¡ya!. —Fingió llorar tallando sus ojos y darle un poco más de dramatismo a la escena.
—No seas ridicula, ¿quieres escuchar mi tercer indirecta?. —Ariel hizo un movimiento con la mano en una señal de aprobación, por lo que Andrea pudo proceder: —a los chicos les gusta las chicas que se arreglan un poco más, y eso es lo que haremos; cambiar ligeramente tu imagen.
—¿Acaso estas diciendo que visto mal o qué onda? —su voz se agudizó para demostrar su indignación.
—No, no es eso; me gustas tal y como eres, inclusive si a tu estilo le falta un toque femenino, y no estoy diciendo que vistes como hombre y, y ... —Tragó saliva en seco, quizás lo estaba arruinando más.
Ariel río. —Te entiendo, no tienes porque explicarlo. Yo sé cómo me arreglo; sencillo y cómodo. Y mi maquillaje es muy básico al cubrir mi puto acné con corrector e intentar agrandar mis ojos con algo de rímel.
Andrea abrió sus ojos de par en par, sorprendida que supiera qué es el tenue que maquillaje, pero para hacerle burla pues si sabia que se maquillaba ya que la ha visto recién despierta y podía observar sus imperfecciones, un poco más las de ella.
—Le diré a Dan para ir y me vale si quieres o no ¡vamos a ir!. Y nos vamos a arreglar ahora —sintetizó cada palabra mientras la miraba con toda la seriedad posible.
—Ni siquiera hemos acabado con la tarea.
—Ari, sabes que la tarea se inventó para hacerla cinco minutos antes de que se vaya a entregar, ¿de acuerdo? —retó con una ceja levantada.
—¿Y tu sabes que si sigues con esa actitud podrías reprobar?.
Andrea se hizo la oídos sordos y fijó su vista nuevamente hacia su celular para empezar a teclear un mensaje a su novio.
Daniel al recibir el texto de su morena se alegró bastante, últimamente había estado compartiendo mucho con el australiano ya que tenían bastante en común. Y hoy tendría una tarde más con él.
De acuerdo, lo último sonó un poco extraño. Pero se exasperaba que él rubio y la mexicana no estaban en él mismo canal. Para él, la atracción que ambos sentían se podía notar desde kilómetros. Pero Mike dice que son solo amigos, claro como él lo es con Ariel.
Otra vez volvió a sonar mal, Dan si es amigo de la chica, se conocieron casi en pañales.
Dan dejó de pensar en todo eso y se dedicó a enviar un nuevo mensaje a Mike donde lo obligaba a ir a la pista de patinaje.
Mike estaba muy entretenido jugando con un videojuego, pero el parpadeo de la luz en su celular llamó su atención y decidió revisar, creía que su mejor amiga de Australia estaba despierta, la extrañaba demasiado y maldecía la estúpida diferencia de horarios que los mantenía incluso más separados. Pero era Dan, invitándolo a ¿qué? ¿pista de patinaje?. No conocía ese lugar por lo que investigó y supo que se trataba de un rink.
Por supuesto que aceptó, la ultima vez que había ido en Australia, descubrió que era muy bueno y no alardeaba ni un poco.
—¡Será una cita doble! —exclamó Andrea emocionada.
Y aunque Ariel intentó ocultarlo, la sonrisa pudo más que ella y se delató.
—¡A mi habitación morra! —volvió a gritar mientras se paraba de la mesa y la rodeaba para jalar a su mejor amiga quien la miraba suplicante.
Las dos subieron de dos en dos las escaleras para ir a su destino final, dirigido por la morocha. Andrea aventó a la castaña a la cama y luego se dirigió a su armario para buscar el conjunto de ropa perfecto. Lanzó un par de blusas un poco llamativas de varios colores, el short de Ariel con algunos bolanes en los bordes era muy lindo, lo que no lo era, era su blusa que cubría sus diminutos pechos y el color gris, en particular creía que era muy aburrido.
Ariel negó con la cabeza, estaba loca si Andy creía que se iba a poner una prenda de ella, no eran de la misma talla.
—Güey, tus chichis son enormes y yo soy una tabla —resongó tomando una prenda—. Y son muchas de afuera con tus blusas, mujer.
Andrea frunció su ceño, tenia razón; sus senos son demasiado grandes a comparación. volvió a hechar otro vistazo a su armario para ver si encontraba algo chiquito y bonito. Lo más probable era que si tenía por comprar en esas páginas de internet.
Dio un una blusa coqueta que quizás era más pequeña, pero Andrea la obligó a ponérselo y mostraba un poco de panza. Ariel no estuvo de acuerdo y luego de medirse otras prendas optó por una blusa sin escote, pero en la zona del pecho había algunos cortes verticales que los enseñaba un poco, además la frase de "Don't take off this" era algo llamativo por sus grandes letras y su color dorado y destellos rosas. Andrea le fajó la blusa un poco ya que era muy larga.
Andrea se puso una blusa algo más escotada y unos pantalones rasgados de las rodillas de color negro, soltó su larga melena oscura y rizada. Se maquilló con un smoke eye color naranja muy coqueta.
—Ahora ven que te voy a maquillar —ordenó Andrea mientras con su dedo señalaba la silla. Ariel negó —. No te estoy preguntando, es una orden señorita.
—Ah, mira, que chingona* me saliste. No. —resopló usando su sarcasmo.
—No quiero pelear Ariel, vamos.
Luego de discutir un poco, Andrea ganó y empezó a maquillarle los ojos con un tono rosita pastel para darle el protagonismo a sus labios rojos.
Ariel se enamoró al ver él reflejo del espejo, pero era muy distinto a lo que ella solia hacer.
Sin esperar más, ambas chicas tomaron sus pequeños bolsos de lado con lo indispensable como lo es su celular, dinero y credencial.
La mamá de Andrea bajó a la cocina por algo de agua para regresar a dormir, pues esa semana le tocaba guardia en el hospital en él área de enfermería.
Por lo que las chicas decidieron tomar el camión y caminar unas cuantas cuadras para llegar a la plaza. Se encontraba a quince minutos desde la casa de Andrea. Se sentaron en la parada para esperar, cuando él camión pasó ambas se subieron y maldijeron al notar que todos los asientos estaban ocupados por lo que les tocaba ir paradas.
Al llegar a su destino, Andrea presionó el botón que le avisaba al chofer que se detuviera, y al ignorar a la chica Andrea volvió a presionar y mantuvo su dedo ahí, haciendo ruido mientras maldecía al conductor y Ariel reía, era muy fácil de sacar a su acompañante de sus casillas.
Al llegar a la entrada del local, ambos chicos se encontraban en la entrada conversando amenamente.
La morocha no dudó ni un segundo para lanzarse a los brazos de su novio para llenarle la cara de besos, afortunadamente su labial mate no se transfería. Daniel la rodeo con sus brazos y la alzó por el aire.
Ariel y Mike los observaron con ternura y cuando ellos cruzaron sus miradas, el rubio la examinó de pies a cabeza y le pareció muy extraño que se haya maquillado de esa manera, y no fue que le haya disgustado, pero la prefería al natural.
—¿Un clown te vomitó en la face? —cuestionó el rubio con una ceja alzada y en tono de broma.
Ariel abrió sus oscuros ojos, algo indignada y decidió seguirle el juego por lo que su puño cerrado se estrelló en el hombro derechos del chico que le sacó una mueca de dolor fingida, se sobó con su mano y luego depositó un beso en la mejilla de su mejor amiga mexicana para saludarla.
Andrea estaba un poco ajena a lo que estaba pasando entre ellos dos, pues estaba muy concentrada en su novio. Sin esperar más, Dan y ella entraron al local con dirección de la caja registradora para pedir patines, y tras ellos estaban Mike y Ariel.
Cuando tomaron los patines y se sentaron para intercambiar su calzado, Dan le puso los de su novia. Andrea sonrió con dulzura y luego miró a su mejor amiga quien se estaba poniendo ella sola sus patines mientras el australiano hacia lo mismo.
—Gringo —llamó Andrea. Mike alzó su mirada, lo que le permitió continuar a la morena—: Creo que Ari necesita ayuda.
Ariel alzó su mirada y negó con la cabeza, diciendo que ella podía sola. Andrea refunfuñó, nunca podía captar sus indirectas, inclusive Daniel las entendía.
Cuando los cuatro pisaron por fin la pista, Andrea se concentró en su novio y dejó solos a sus amigos. Mike por una parte patinaba muy bien mientras que la castaña tenía muchos problemas y no soltaba ni por un instante el borde de la pista. Mike reía y ella gruñía.
—Idiota —gritó la chica mientras sacaba el dedo del corazón y sonreía con inocencia.
Mike se acercó a ella y la empujó ligeramente, Ariel se sostuvo fuertemente y gritó. Mike rió y negó con la cabeza, después alzó su brazo doblado y lo tendió para que se sujetara. Ariel aventó el brazo y se lanzó al centro de la pista deslizándose sin medir absolutamente nada. Y cuando estuvo en el centro se congeló al no saber qué hacer, empujó un poco su cadera, pero uno de sus pies se abrió un poco más y sus rodillas se doblaron hacia delante y para evitar un increíble dolor de cara, sus manos intervinieron pero nada cubría la piel de sus piernas por lo que se abrió un poco en las rodillas.
Mike abrió sus ojos aterrados y patinó hasta llegar con su amiga y se agachó para levantarla, ella agarró su hombro y se levantó por su cuenta, solo necesitaba un pilar cuando estuvo de pie golpeó al rubio enojada y no se percató que sus otros amigos estaban en frente de ella.
—Ari, tu rodilla sangra. —Observó la morocha indicando con su dedo.
—Sí, duele un poco —confesó mientras tocaba con delicadeza y seguía aferrándose al rubio.
—Yo sé que un beso quita el dolor —dijo Andrea, con esperanza de que por primera vez entendieran la indirecta.
Ariel rodó los ojos y Mike los miró confundido para después decir:
—Her mom is not here to give her a kiss.
Andrea se imaginó que lo estaba ahorcando por lo que alivió un poco su frustración.
—Pendejo.
Ariel la fulminó con la mirada.
—Pendejo por dos —apoyó Daniel divertido.
—What? —cuestionó el rubio. — You are not in online conversation, please. Don't do that, stupids.
N/O
Si les gustó demuestren su amor con un comentario y una estrellita arriba. Aceptó cualquier critica mientras sea constructiva y no destructiva. Ahora van las palabras mexicanas:
Baka: Significa idiota, no es mexicana; de hecho es del medio oriente y suena cool.
Hechemos cotorreo: chismear
Chingona: Significan varias cosas, pero en este caso es como listilla.
¡Gracias por leer y nos vemos en el siguiente capítulo!.
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