Ya me sentía mejor después de haber abandonado la prisión. No había tenido ningún contratiempo, pero todo y así, no me sentí nada cómodo en ese lugar, y ahora me preocupaba esa chica Laura.
Había tomado nota de un par de nombres que me había proporcionado ella, con casos muy parecidos a los nuestros.
  Cuando llegue a mi casa me puse a buscar en internet noticias sobre esas personas.
La primera persona descubrí que finalmente se había suicidado. Así que había poco que investigar por esa línea.
   El segundo caso era de varios años atrás. Un hombre Robert Barton, que fue sentenciado a 20 años de prisión. Pero en su caso al ser un hombre adinerado, pudo conseguir buenos  abogados, que lograron una condena menor alegando varios atenuantes. Entre ellos enajenación mental transitoria, a causa de una fuerte depresión que padecía desde hacía tiempo y algún  que otro desorden mental.
    Luego descubrí al seguir investigando, que había tenido dos reducciones de su pena y al final se quedó a la mitad su condena a solo 10 años.
    Como el caso había ocurrido hacia justo 11 años, deducí que esa persona posiblemente ya no estaba en la cárcel.
   Se me abrió una posibilidad. Tenía que localizar y hablar con ese hombre.