13: Rio de las tierras Aurora
Todo estaba hecho, la impaciencia cada vez se apoderaba de mi cuerpo, ya habíamos terminado de empacar todo lo necesario antes de salir de aquella fea comisaría para así ponernos en marcha hacia la búsqueda y rescate de los pobres Indeedee, los cuales anteriormente habían sido vendidos por los dos secuestradores a una pequeña comunidad entre las montañas de las "Crestas Verdeluz" a cambio de una cantidad de dinero. Honestamente y con toda la sinceridad que puedo expresar, me interesaba más el hecho de explorar nuevas zonas en este mágico mundo que en la propia misión.
Seguimos el sendero a través del bosque mientras el sol lentamente se ocultaba en el horizonte para marcar un hermoso ocaso que me quedé viendo durante un buen rato hasta que, sin darme cuenta acabé cayéndome tras tropezar con una raíz saliente en medio del camino. La Inteleon que iba al lado mío intentó contener las risas del momento, pero le fue prácticamente imposible una vez que le levanté a duras penas luego del golpe que me llevé, toda mi cara y parte de mi cuerpo estaba completamente cubierto de tierra. Rápidamente me quité todo de encima con un pañuelo que llevaba en mi pequeña mochila.
CALIPSO: ¿Te parece gracioso?
OCTAVIA: Mucho, sí. Seguía riéndose, cosa que me molestó un poco. Debes estar más atenta en todo momento, recuerda que nos estamos dirigiendo hacia una misión complicada y llena de peligros por encontrarnos, no pienso hacerme cargo de nada si acabas muriendo antes de llegar a las jodidas montañas.
CALIPSO: N-No te preocupes por ello, ya tengo todo preparado en caso de que algo malo suceda. Rápidamente le di una revisada a la mochila para asegurarme de haber traído mis cosas. De la comisaría me traje todo lo necesario, medicamentos, comida, algo de abrigo y unas revisitas para pasar el rato en caso de aburrirnos.
OCTAVIA: ¿Revistas?
CALIPSO: No me juzgues, me pongo de mal humor si el aburrimiento me invade, y créeme, me pongo muy fastidiosa si eso ocurre. Mientras seguía caminando a su lado y hablándole, nuevamente tropezé con otra jodida raíz saliente. ¡Mierda!
OCTAVIA: Claramente no estás preparada para la misión pero para tu mala suerte ya no hay marcha atrás. Solo sigamos adelante y CONCÉNTRATE en la misión. Comentó seria mientras me ponía de pie otra vez. Ya no falta mucho para llegar a nuestra primera parada, allí tendremos que tomar un bote para cruzar el gran río de las tierras Aurora.
CALIPSO: Suena interesante, es la primera vez que cruzo por la zona. Ya me emocioné otra vez, con sólo escuchar su nombre ya me pone los pelos de punta. De seguro es un sitio lleno de magia y otras cosas medievales como en las películas.
OCTAVIA: Es una de las principales rutas que toman los pueblerinos y algunos comerciantes de la zona para transportarse con más facilidad de un sector a otro, es muchísimo mejor que rodear todo el maldito río y tener que lidiar con guardias fronterizos. Me explicó detalladamente, parece que aquí también lidiando con lo mismo como en mi mundo.
CALIPSO: Entonces no le veo mucho sentido tomarse las molestias de recorrer tantos kilómetros simplemente para cruzar las fronteras cuando tienen todo el rio a su disposición para cruzarlo en cualquier momento.
Ella suspiró para luego guardar silencio durante algunos segundos.
OCTAVIA: Desgraciadamente es la forma legal y más segura de hacerlo. Aquello me dejó sorprendida. Este río tiene la mala fama de ser uno de los más peligrosos de la región. Todos los años muchísimos pokémon pierden la vida de forma trágica en un intento por cruzarlo, pero no te preocupes por ello, solo no te fíes de las estadísticas. La última vez que alguien murió aquí fue hace casi dos años
Las estadísticas existen por algo.
CALIPSO: Me lo hubieras mencionado desde un inicio, ahora quiero avanzar de forma legal a pesar de no llevar ningún papel conmigo...
OCTAVIA: No tenemos tiempo para eso, hice un trato con la Lopunny y le prometí traerte de nuevo en dos días, ni más ni menos. Así que mantén los ojos abiertos para evitar tragedias.
Ambas decidimos guardar silencio durante todo el trayecto para poder concentrarnos en la misión. Avanzaba con paso lento por aquél sendero del bosque mientras seguía por detrás a la Inteleon de mirada seria; el camino se retorcía entre los árboles mientras los escasos rayos de luz se filtraban entre las hojas que creaban un escenario algo tétrico en mi opinión que me ponía los pelos de punta. Repentinamente, pudimos escuchar un ruido desde la lejanía que cada vez intensificaba con gran medida mientras nos acercábamos cada vez más.
A medida que avanzábamos el sonido del río se hacía más fuerte, invitándonos a acercarnos. Pero en lo más profundo de mi ser, una sensación de inquietud se apoderaba de mí mientras nos seguimos aproximando luego de recordar las palabras de la Inteleon acerca de la reputación de este río, las historias de peligros ocultos bajo su superficie aparentemente serena. Me mordí el labio con preocupación preguntándome si realmente estaba preparada para enfrentar lo que nos aguardaba al otro lado del camino.
Finalmente y luego de caminar durante un buen rato emergimos de entre los árboles y llegamos al final del sendero, desde donde pudimos contemplar la magnificencia del río enfrente de nuestros ojos. Sus aguas fluían con una fuerza imponente, rugiendo con intensidad mientras se precipitaban por el lecho rocoso. La corriente era poderosa, mucho más de lo que mi mente esperaba, realmente no estaba preparada para lo que se venía pero ya no tenía más opciones. Respiré hondo a la vez que recordaba al motivo por el cual me encontraba aquí: rescatar a esos Indeedee y librarme de estos policías para avanzar en este jodido mundo, solo espero que ese Marshadow sepa valorar todo el gran esfuerzo que estoy haciendo.
OCTAVIA: Bien, ahora solo tenemos que tomar uno de los botes disponibles de aquella zona. Señaló un pequeño muelle en mal estado donde se encontraban varios botes amarrados para que las fuertes corrientes no se los lleven.
CALIPSO: ¡Todos se ven horribles!
OCTAVIA: Lo sé, pero es la única forma de que puedas cruzar el río. Puedo irme nadando sin ningún tipo de problema pero me ordenaron quedarme contigo en todo momento, así que escoge uno de los seis botes disponibles de una maldita vez y no perdamos tiempo.
CALIPSO: Para ti es fácil decirlo, si uno de esos feos botes se destroza a mitad del camino puedes salvarte fácilmente, en cambio yo estaré destinada a hundirme en las profundidades junto con los peces... Es verdad, estoy asustada, toda la emoción que tenía durante el día de esfumó de un momento a otro.
OCTAVIA: Ya deja de llorar un poco, si sigues dudando entonces me veré obligada a lanzarte directamente al rio para que lo cruces nadando. Se me acercó lentamente, no lo dudé y rápidamente fui a escoger uno de los botes, para mi mala suerte todos se encontraban en mal estado.
Con total inseguridad me acerqué al pequeño muelle con cuidado de no caerme al agua para posteriormente buscar uno de los pocos botes que no parecían estar en mal estado. Encontré uno lo suficientemente sólido como para llevarnos al otro lado en una sola pieza, así que proseguimos a subirnos a bordo mientras sentíamos el ligero balanceo del bote bajo nuestros pies. Mi compañera tomó las riendas, posicionándose en la parte trasera del bote y preparándose para remar. Sus movimientos eran sorprendentemente precisos y fluidos, demostrando que ya tenía bastante experiencia tanto dentro como fuera del agua, observé con algo admiración su habilidad mientras las primeras gotas salpicaban mi pelaje.
Con un empuje lo bastante fuerte el bote se deslizó hacia adelante, cortando las aguas tumultuosas mientras la corriente nos arrastraba con fuerza, pero ella no flaqueaba en ningún momento y controló el movimiento con sus remadas de forma sorprendente.
CALIPSO: Eres muy buena es esto. Me asomé para ver con más claridad las turbulentas aguas.
OCTAVIA: He navegado en estos botes bastante tiempo durante mi infancia, conozco perfectamente el camino hacia las montañas, es por ello que mi compañero me envió a mí para cumplir con esta misión. Comentaba ella sin dejar de remar en ningún momento para que las fuertes aguas no arrastren el bote de su dirección.
CALIPSO: Pero me dijiste que podías atravesar todo el rio simplemente nadando, ¿por qué motivos necesitabas botes en aquel entonces?
OCTAVIA: Desde que era una Drizzle siempre se me había complicado el simple hecho de meterme en fuertes corrientes para nadar, siempre acababa siendo vencida y arrastrada varios kilómetros cuando intentaba seguirle el paso a mi madre. Es por ello que en muchísimas ocasiones tenía que usar estos feos botes para poder estar junto a ella más cómodamente y cruzar hacia el otro lado, supongo que agarré algo de experiencia al navegar...
¿Drizzle? ¿Quién carajo es?
Supongo que así era su antiguo nombre o algo así, tampoco quiero llenarla de preguntas por temor a que comience a sospechar de mí. Tengo que mantenerme completamente neutral y seguirle la conservación con normalidad hasta que lleguemos al otro lado del puto río.
CALIPSO: Eso es sorprendente, por mi parte, nunca me ha interesado la idea de aprender a nadar durante mi infancia, nunca pensé que sería necesario aprenderlo. Lentamente tomé asiento en el feo bote de manera cuidadosa para no caerme. Mi madre siempre que intentó enseñarme pero siempre me terminaba escapando de sus clases.
OCTAVIA: ¿Ella es nadadora?
CALIPSO: Así es, es una profesora y también ex-campeona de natación profesional, la consideraban una de las mejores por mi ciudad natal y alrededores.
OCTAVIA: Me sorprende que no quieras seguir los pasos de alguien tan ejemplar, tal parece que ya tienes una meta por perseguir, ¿no?
Guardé silencio algunos segundos.
CALIPSO: Ese es un tema algo complicado, he estado en un conflicto interno conmigo misma durante muchísimo tiempo sobre mi futuro. No tengo planificado absolutamente nada y el simple hecho de pensar lo que puede suceder el día de mañana me aterra hasta el punto de ponerme los pelos de punta aunque suene exagerado... Quizás mi madre siempre tuvo razón al darme esos sermones, no supe valorarla y lo más probable es que ya sea demasiado tarde para enmendar mis errores.
Ella dejó de remar una vez que ya tenía completamente controlado el trayecto para llegar hacia la zona indicada, ahora las fuertes corrientes se encargaban de hacer el resto del trabajo, llevándonos así por el camino indicado sin que nosotras dos tengamos que preocuparnos.
OCTAVIA: Entiendo perfectamente lo que estás pasando, ya lo he vivido muchas veces. Me comentó una vez dejó de remar. El tiempo puede parecer abrumador especialmente cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, pero piensa en esto; el futuro no está escrito en piedra, es una página en blanco que nosotras mismas podemos llenar con nuestras acciones y decisiones... Eso es lo que mi madre me decía siempre cuando me sentía perdida conmigo misma.
CALIPSO: ¿Qué quieres decir con eso? Me siento aún más confundida ahora. Estoy tratando de expresar lo aterrada que me siento por el futuro y tú estás hablando de explorar posibilidades y aceptar la incertidumbre. No estoy segura de cómo debería interpretar tus palabras.
OCTAVIA: Realmente eres más tonta de lo que pensé, niña. Se rió un poco ante la situación. No te preocupes, yo tampoco lo entendí a la primera, así te lo diré de la manera más sencilla posible; aunque no tengas un plan detallado cada paso que des te acercará un poco más a donde quieres estar. Sé que puede ser aterrador, pero desde mi punto de vista también es emocionante pensar en las posibilidades que nos esperan, simplemente tenemos que dejar que las cosas fluyan hasta alcanzar con un cierto objetivo, tal como lo está haciendo este rio ahora mismo.
Guardé silencio algunos segundos mientras contemplaba la vista, podía ver como lentamente las orillas desde donde partimos se alejaba desde la lejanía mientras nos adentrábamos, el rio parecia ser extremadamente enorme ya que ni siquiera podía ver el otro extremo. Estaba por comentar acerca de aquellas palabras, pero, de manera inesperada la tranquilidad inicial se vio interrumpida por un aumento repentino en la turbulencia del agua. Olas agitadas golpeaban los costados de nuestro pequeño bote, sacudiéndonos con fuerza mientras luchábamos por mantener el equilibrio y no caernos. Pude ver como la Inteleon se ponía alerta, sus sentidos se agudizaron ante cualquier señal de peligro que pudiera acechar bajo la superficie.
La tensión en el aire era palpable cuando, lentamente, comenzamos a percibir algo más que el simple vaivén de las olas debajo de nosotras. Un temblor imperceptible se extendía a través del agua como un susurro que anunciaba la llegada de algo grande, algo poderoso. Intercambiamos miradas nerviosas compartiendo un gesto silencioso de preocupación mientras nos preparábamos para lo peor, era bastante obvio que las cosas se pondrían feas a partir de ahora.
CALIPSO: ¿Q-Qué carajos pasa?
OCTAVIA: Creo que decidimos cruzar el rio en mal momento, este sujeto se pone de muy mal humor cuando lo despiertan de su siesta...
CALIPSO: ¡¿De quién estás hablando?!
Entonces, de manera repentina, como un titán emergiendo de las profundidades, un enorme pokémon con una imponente apariencia de dragón marino hizo acto de presencia frente a nosotras. Su cuerpo serpenteante se retorcía bajo el agua con movimientos mortales mientras sus escamas brillaban bajo la luz de la luna como una armadura de plata. Sus ojos brillantes con una ferocidad indomable mientras nos miraban con una intensidad penetrante que cortaba hasta lo más profundo de nuestro ser; mi cuerpo leyó de manera involuntaria el aura de la bestia mientras esta rugía con ferocidad, ahí fue cuando supe el nombre de esta gran cosa, tratándose de un gigantesco Gyarados.
Mi cuerpo se paralizó por completo.
El mundo parecía haberse detenido por completo mientras veíamos directamente a la criatura que teníamos delante, la cual nos veía de una manera con una mirada penetrante y llena de ira, hasta que de un simple momento a otro la escena se volvió caótica en un instante cuando el Gyarados atacó sin previo aviso. Su cola golpeó el agua con una fuerza devastadora, destrozando así nuestro pequeño bote en un instante, nosotras completamente indefensas fuimos lanzadas al agua tumultuosa antes de que pudiéramos siquiera asimilar lo que estaba sucediendo.
El agua me envolvió con una fuerza abrumadora mientras me arrastraba hacia abajo en un torbellino de corrientes y remolinos. Pánico y desesperación se apoderaron de mí cuando me percaté de un pequeño detalle en ese mismo instante; no sabía nadar. Mis pulmones ardían con la necesidad de aire mientras luchaba por mantenerme a flote en medio del caos.
OCTAVIA: ¡Mocosa! Rápidamente esquivó uno de los ataques provenientes del Gyarados para seguidamente sumergirse en el agua para buscarme.
Seguía intentando subir a la superficie desesperadamente pero era inútil, continuaba descendiendo hacia el oscuro fondo del rio mientras lentamente el agua invadía mis orificios impidiéndome respirar. Por un momento pensé que ya no tendría ningún de salvación, moriría dos veces y de una forma tan patética, pero desde la lejanía pude ver a la Inteleon aproximándose a toda velocidad para rescatarme. Una vez estuvo lo suficientemente cerca extendió su mano para que pudiera agarrarla.
Agarré su brazo con desesperación, aferrándome a ella con todas mis fuerzas mientras luchaba por mantenerme a flote. Sentí la fuerza de las corrientes intentando arrastrarme hacia abajo, pero ella era mi ancla en medio de la tormenta. Con su ayuda, logré mantenerme firme mientras ascendíamos hacia la superficie a toda velocidad hasta que finalmente emergimos a la libertad, puede sentir el aire fresco llenando mis pulmones con una dulce sensación de alivio mientras vomitaba toda el agua que mi cuerpo ingirió allí abajo.
OCTAVIA: ¿Estás bien? Me preguntó mientras nadaba por el extenso rio intentando perder de vista al Gyarados. Yo me mantenía aferrada fuertemente a su brazo.
CALIPSO: ¡Claro que no! ¡Por poco y muero por culpa de ese estúpido gusano! Señalé al imponente pokémon que nos seguía persiguiendo a toda velocidad desde la lejanía.
OCTAVIA: Quizás unas cuantas clases de natación con tu madre te hubieran sido de mucha utilidad. ¡No es momento para esa clase de bromas estúpida Inteleon!
Me aferré con todas mis fuerzas al brazo de mi compañera la cual nadaba con una velocidad asombrosa a través de las aguas tumultuosas, su cuerpo se movía con una velocidad increíble mientras cortaba las fuertes olas para que no pudieran hacerme daño. Observé hacia atrás y mi corazón casi se detiene en ese mismo instante al ver como el Gyarados nos seguía persiguiendo velozmente a pocos metros, lanzando ataques feroces en un intento desesperado por alcanzarnos, sus rugidos resonaban en el aire con la única intención para intimidaron y con su cola agitando el agua con una fuerza devastadora para crear más turbulencias en un inútil intento por hacer perder el equilibrio a Octavia.
Cada vez que el Gyarados lanzaba un ataque podía setir perfectamente como mi corazón se paralizaba en mi pecho debido al miedo y la adrenalina que se mezclaban en mi sangre. Pero para mi fortuna tenía a una verdera experta a mi lado que seguía esquivando cada ataque hábilmente, ya sea moviéndose rápidamente de un lado a otro o hasta incluso sumergiéndose en el agua conmigo durante breves segundos para intentar perderlo de vista; sin embargo todo intento parecía ser completamente inútil contra él, no parecía querer rendirse en ningún momento y eso ya comenzaba a fastidiarme.
CALIPSO: ¡¿Algún plan en mente?!
OCTAVIA: ¡No parece tener intenciones de detenerse, tendremos que usar la fuerza si queremos deshacernos de ese estúpido dragón!
CALIPSO: ¡¿Estás loca?! ¡Solo harás que nos mate a las dos de un simple mordisco! Exclamé al estar en total desacuerdo. ¡Acercarnos a él así nada más sería prácticamente imposible y dudo mucho que puedas atacarlo desde esta misma distancia!
OCTAVIA: No seré yo quien lo ataque... Murmuró mientras terminaba de planear una estrategia para derrotarlo de una buena vez.
CALIPSO: ¡¿QUÉ DIJISTE?! Pude sentir como la Inteleon me sujetaba fuertemente del brazo.
La tipo agua tomó una inesperada decisión en medio del frenesí del combate, sin esperármelo sujetó fuertemente de mi brazo izquierdo para posteriormente ejercer una increíble fuerza mientras me apartaba de ella, fue en ese momento donde me lanzó en dirección hacia el Gyarados con gran esfuerzo. El mundo giró a mi alrededor mientras volaba por los aires, sorprendida y confundida por el repentino cambio en la situación, gritando y maldiciendo fuerte y desesperadamente a la putísima Inteleon por aquel movimiento.
Mientras volaba por los aires hacia la imponente figura del Gyarados repentinamente me invadió una sensación de confusión y desconcierto. Mi mente se tambaleaba, mareándose, luchando por comprender la situación mientras mi cuerpo se movía de manera casi instintiva, impulsado por una fuerza que no podía comprender. Una energía desconocida comenzó a reunirse en mi interior, una fuerza poderosa y abrumadora que parecía fluir a través de cada fibra de mi ser. Sentí como si el mundo se detuviera a mi alrededor, el tiempo se ralentizara mientras mi conciencia se enfocaba únicamente en el poder que estaba creciendo dentro de mí.
Entonces, como si fuera una simple espectadora en mi propio cuerpo, observé de manera lenta y con asombro mientras mi brazo derecho se alzaba, impulsado por una fuerza más allá de mi comprensión. Mi puño se arremolinó con una energía deslumbrante, una luz brillante y resplandeciente que parecía emanar de lo más profundo de mi ser.
Pude sentir como el mundo a mi alrededor se oscurecía lentamente mientras aquella energía invadía mi cuerpo. Lo último que pude observar antes de caer completamente inconsciente fue a ese Gyarados, a escasos centímetros de mí mientras abría sus fauces para intentar comerme.
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