11: Finalización del conflicto
Los problemas aun no acaban en el interior de la gran comisaría para un pueblo tan pequeño, pues tanto como la Inteleon como el Incineroar mantenían viva la lucha en el interior de la gran cocina para definir a un victorioso. La tipo agua esquivaba cada puñetazo del Incineroar mientras intentaba contraatacar lanzando un gran número de disparos desde sus dedos, sin embargo, esto no representaba ningún inconveniente para el tigre, pues bloqueaba cada ataque ya sea moviéndose de un lado a otro hasta incluso tapándolos con sus grandes y duros músculos como el acero. Ya llevaban un buen rato intercambiándose movimientos y ninguno parecía querer rendirse.
Aquel Incineroar seguía estando bajo el control total del Hypno, así que este no se detendría en ningún momento sin importar nada hasta cumplir con las órdenes indicadas. Octavia, la Inteleon, seguía esforzándose en intentar regresarlo a la normalidad de una manera u otra, ya sea hablándole bonito o golearlo en la cabeza las veces que sean necesarias.
OCTAVIA (INTELEON): Grandote, ya me estoy empezando a cansar. Dijo con cierto fastidiado, escondiéndose detrás de uno de los grandes pilares para bloquear los ataques tipo fuego del Incineroar. Si me sigues haciendo perder tiempo aquí me veré obligada a cortarte esa estúpida cola y obligarte a comerla... Apuntó con su dedo para dispararle.
Lanzó un disparo hacia la pierna del tigre en un intento por hacerle perder el equilibrio pero era inútil, era una completa bestia y sus ataques cada vez le afectaban menos. Ya se estaba quedando sin opciones, si seguía en ese estado a pesar de todos los esfuerzos que hizo significa que ya se había ido completamente, ahora no era más que una simple bolsa de músculos que deambula por ahí mientras sigue las indicaciones de un pervertido narizón.
Analizó más detalladamente el lugar en el que se encontraba, debía hallar algo que puediera ayudarle en este momento tan complicado, pero fue tomada por sorpresa tras recibir una patada del Incineroar que la mandó al suelo estrepitosamente, dejándola vulnerable durante algunos segundos que el tipo fuego no desaprovecharía. Ella trató de disparar directo hacia su cabeza para acabarlo de una vez, sin embargo, este previó aquel movimiento y rápidamente la levantó de ahí sujetándola fuertemente desde su cola para así laznarla por los aires hasta hacerla impactar contra los conductos de aire que había usando interiormente junto con la Lucario, rompiéndolos e hiriendo un poco a la tipo agua en todo su cuerpo.
OCTAVIA: Mierda, grandote, debí haberte disparado en la jodida cabeza desde un inicio... Intentó levantarse, pero le fue imposible. No puedo moverme... ¡No puedo mover ni músculo!
El impacto del golpe la dejó aturdida, con el cuerpo inmovilizado por el dolor y la sorpresa. Su mente se tambaleaba entre la conciencia y la confusión mientras el mundo a su alrededor parecía distorsionarse. Los latidos acelerados de su corazón resonaban en sus oídos como un eco ensordecedor; con los ojos llenos de desesperación observaba cómo aquel Incineroar se acercaba cada vez más. Una oleada de pánico la invadió mientras luchaba por moverse, por escapar de la trampa en la que se encontraba. Pero su cuerpo se negaba a obedecer paralizado por el shock.
OCTAVIA: ¡DETENTE! Cerró los ojos esperando lo peor, ya no tenía nada más que hacer ante alguien que la supera de todos los aspectos.
Antes de que el Incineroar pudiera atacarla, un fuerte grito se hizo escuchar desde la lejanía que captó toda la atención del tipo fuego, haciéndolo voletar un poco para ver de quién se trataba. La Audino había llegado a la escena, aun herida por el ataque que aquella Zoroark pero decidida en acabar con todo el conflicto de una vez, esta se acercó hacia el hipnotizado tigre con una mirada seria y penetrante mientras la Inteleon solo observaba sin poder hacer nada.
Aquel imponente Incineroar rugió con fuerza con la intención de intimidarla y alejarla del lugar, pero al ver que esta no se inmutaba finalmente optó por la decisión más lógica; atacarla y acabar con ella para no tener más problemas. De un impresionan salto, el tipo fuego se dirigió a toda velocidad hacia la hembra con sus afiliadas garras ya listas para desgarrar su piel.
AUDINO: Lamento por esto oficial, pero mi turno acabó hace ya varias horas y simplemente quiero irme a casa para dormir... Miró fijamente al felino para seguidamente desprender un poderoso brillo directamente desde sus manos que cegó momentáneamente al Incineroar.
Ella se movió a un lado mientras veía caer al imponente tipo fuego al piso sin poder ver absolutamente nada, había usado brillo mágico contra él y para su sorpresa el plan había salido a la perfección. No desaprovechó ni un solo segundo y rápidamente fue hacia la Inteleon para ayudarla a levantarse del suelo y huir de aquella cocina, aprovechando que el Incineroar se encontraba completamente cegado durante algunos segundos.
La Inteleon ya había recuperado la movilidad de su cuerpo, podía moverse libremente sin impedimentos así que sujetó fuertemente a la herida Audino para llevársela entre sus brazos mientras huían de aquel lugar. Mientras avanzaban por los pasillos rápidamente visualizaron la entrada de los baños de la comisaría, así que sin perder tiempo se metieron ahí para esconderse momentáneamente para pensar un mejor plan (pensar planes que terminan siendo un fracaso es lo que llevan haciendo todo el día)
OCTAVIA: ¡Enfermera! Les dije que se quedaran en los calabozos hasta que solucione con todos estos problemas, lo que acaba de hacer fue jodidamente peligroso y lo sabe muy bien. Se sentó en el suelo mientras respiraba pesadamente por todo el desgaste de su cuerpo tras luchar y huir.
AUDINO: Se dice "gracias" por acabar de salvarle la vida. Su cuerpo experimentó un breve momento de inmovilidad tras recibir ese fuerte golpe, cuyo fenómeno se conoce como "congelamiento" o "inmovilidad tónica" y puede durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos, dependiendo de la intensidad del impacto. Explicó con detalle.
OCTAVIA: ¿Siempre tienes que enseñarme algo, incluso en los momentos menos indicados? Dijo con una leve sonrisa. Por cierto, ¿qué carajos sucedió en los calabozos?, pensé que estaban atadas.
AUDINO: Larga historia pero en resumen alguien más vino para ayudarnos. Mientras intentaba irme de este lugar escuché unos fuertes ruidos provenientes de este lugar, así que vine a investigar y encontré al oficial Incineroar luchando contra usted...
OCTAVIA: Ese idiota se confío y le acabaron lavando el cerebro con un puto péndulo, ahora mismo solo obedece órdenes y no acabará de luchar hasta asesinarnos. Se levantó con un poco de dolor en su cuerpo. Es bueno tener algo más de ayuda pero dudo mucho que sea suficiente para detenerlo, ese tigre resultó ser mucho duro de lo que imaginaba.
AUDINO: ¿Algún plan en mente?
OCTAVIA: Atacarlo hasta matarlo, no tenemos más opciones, una vez que cae bajo la hipnosis del jodido Hypno ya no hay más vuelta atrás. Calipso y yo teníamos planeando salir al exterior y dispararles a todos en la cabeza, pero es obvio que fracasó y ahora nos encontramos aquí, en este sucio baño mientras ese tigre está allí afuera buscándonos para meternos la verga.
AUDINO: ¡¿Qué dijo?!
OCTAVIA: Tranquilízate, solo es una expresión, básicamente quiere matarnos de manera lenta y brutal mientras se regocija entre nuestros gritos de dolor. Comenzó a inspeccionar la zona en búsqueda de alguna salida, pero no encontró nada ni algo que le pueda ser de ayuda. Si no actuamos rápido acabaremos de la peor manera posible.
AUDINO: Prefiero el anterior término...
Mientras las dos hembras seguían hablando del tema y planificando algún plan para derrotarlo, repentinamente un estruendo sacudió el lugar cuando las puertas del baño se rompieron de golpe en cientos de pedazos, impactando a las chicas y revelando la imponente figura del Incineroar en la entrada. Su mirada perdida en la nada brillaban como el fuego mientras avanzaba lentamente hacia las dos pokémon acorraladas.
OCTAVIA: ¡Mierda! No pensé que nos encontraría tan rápido.
La Inteleon sin perder un segundo, se lanzó hacia el lavabo más cercano, saltando hábilmente sobre los escombros que obstruían su camino. Con movimientos rápidos se deslizaba esquivando los fuertes puñetazos del tigre mientras buscaba desesperada alguna vía de escape. Mientras tanto la Audino, con su corazón latiendo con fuerza igualmente miraba a todos lados apresurada intentando hallar una salida alternativa. Sus patas temblaban ligeramente mientras observaba al Incineroar acercarse sintiendo el calor de su aliento en el aire. Sin embargo, su instinto de supervivencia no flaqueó y con un último vistazo a su compañera, se abrió paso entre los fragmentos de la puerta destrozada para estar más segura junto a ella.
El Incineroar rugió con furia al ver cómo las dos pokémon se escabullían entre sus garras, y con un rápido movimiento intentó atraparlas. Sin embargo, la agilidad de Octavia y la astucia de aquella Audino les permitieron eludirlo, deslizándose fuera de su alcance en un desesperado intento por salvar sus vidas.
AUDINO: ¡E-Está bloqueando la salida! Había intentado escabullirse, pero este simpre se ponía en medio de su camino para que no pudiera pasar y escapar.
OCTAVIA: ¡Apártate del camino! Llenaré su cuerpo de agujeros aunque tenga que usar hasta la última gota de mi energía para conseguirlo.
Con determinación la Inteleon se preparó para enfrentar al Incineroar, lanzando rápidamente una serie de potentes disparos de agua hacia su enemigo. Aunque los ataques no causaron daño directo al pokémon de tipo fuego sí consiguió mojar el suelo del baño, creando una superficie resbaladiza que dificultaba el avance del Incineroar. En un momento crucial, el imponente tigre perdió el control sobre su propio peso y resbaló bruscamente cayendo con fuerza sobre el suelo mojado. Rápidamente intentó levantarse con torpes movimientos y algo aturdido por el porrazo que se acababa de llevar pero nuevamente acabó perdiendo el equilibrio. El sonido del impacto resonó en el baño mientras el pokémon se golpeaba la cabeza contra uno de los escusados con un golpe sordo y contundente.
Ante el repentino silencio que hubo en aquel sucio baño, ambas hembras decidieron acercarse lentamente para corroborar el estado del Incineroar con precaución para evitar cualquier tipo de ataque sorpresa.
OCTAVIA: ¿Está muerto? Veía al tipo fuego tirado en el suelo mientras el agua que antes se encontraba dentro del escusado caía sobre su cuerpo, mojándolo por completo.
AUDINO: No, está respirando... Suspiró aliviada tras ver con más detenimiento su cuerpo. Pero si está bastante apestoso, nadie se ha tomado las molestias de limpiar estos asquerosos baños durante varias semanas.
Tras algunos minutos de estar tirado y empapado el Incineroar comenzó a despertar lentamente. Su mente aturdida luchaba por comprender lo que acababa de suceder mientras el agua goteaba de su pelaje y sus ojos parpadeaban con confusión ante las hembras que rápidamente se colocaron en una posición ofensiva en caso de que el tipo fuego quiera seguir luchando nuevamente, sin embargo, poco a poco la neblina que nublaba su mente comenzó a disiparse, y el pokémon se dio cuenta de que había sido liberado del control mental que lo había impulsado a perseguir a las dos chicas. Su antigua mirada perdida ahora estaba centrada únicamente en el desastre que había provocado.
Sabía perfectamente que todo objeto que haya sido destruido por sus manos se lo descontarían de su salario.
INCINEROAR: Mierda, mierda... Se llevó la mano a su cabeza para calmar un poco el dolor. ¿Qué carajos sucedió aquí? ¿Acaso tengo algo que ver en todo esto?
OCTAVIA: Claro que sí, ¡estúpido! Le dio un fuerte coscorrón que le causó un gran dolor.
INCINEROAR: ¡T-Tranquilízate! En todo momento estuve bajo el control mental de ese estúpido narizón, solo seguía órdenes...
OCTAVIA: Es tu culpa en primer lugar por dejarte controlar.
INCINEROAR: Me tomó por sorpresa, me confíe mucho ese momento.
Audino dio un paso adelante.
AUDINO: Parece que solo teníamos que mover un poco su cerebro para regresarlo a la normalidad. Me alegra mucho que le tengamos con nosotros nuevamente, oficial. Sonrió dulcemente, causándole un leve sonrojo al Incineroar el cual rápidamente se percató de la gran herida que tenía en su abdomen.
INCINEROAR: ¡¿Qué rayos le pasó, enfermera?! Se acercó a ella para ver con más detalle su estado. No me diga que yo también fui el causante de esa fea herida...
AUDINO: ¡N-No! Para nada. Esto lo causó la Zoroark que capturó hace dos días, por suerte, alguien más acudió a la comisaría para ayudarnos con este problemilla, ahora todos los prisioneros están completamente neutralizados.
OCTAVIA: No todos. La Inteleon recordó al Hypno que seguía por la comisaría, siguiendo a la Lucario para capturarla. El narizón está suelto, tenemos que capturarlo antes de que siga causando más problemas.
INCINEROAR: Oh, de él me encargo yo. Hizo crujir sus nudillos con un semblante enojado. Tengo algunas cuentas pendientes por arreglar con ese estúpido narizón de mierda.
AUDINO: ¿Pero como lo encontramos? Los más probable es que ya haya escapado de este lugar.
INCINEROAR: No, no lo hizo, sigue aquí y tal parece que está luchando con alguien ahora mismo, puedo olerlo perfectamente con mi nariz. Comenzó a seguir el rastro, no se encontraba muy lejos de ahí. ¡Vámonos ahora mismo y acabemos con esto rápido!
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Narra Calipso:
Estaba allí, luchando desesperadamente contra aquel narizón que me tenía acorralada por completo en contra de una de las paredes con la ayuda de sus poderes psíquicos. Estaba a escasos centímetros de mi mientras movía lentamente su péndulo de manera hipnotizante delante de mi cara con la intención de tomar control de mi cerebro, tal como lo hizo con ese Incineroar.
HYPNO: ¡Míralo, míralo! Seguía moviéndolo, pero seguía negándome desviando un poco la mirada a pesar de estar sometida con sus poderes psíquicos. ¡Serás completamente mía y harás todo lo que te diga!
CALIPSO: ¡Sueltáme puto narizón!
HYPNO: ¡Serás mía, serás mía, serás mía y te encantará! Sonría de manera tétrica, obligándome a mirar ese objeto suyo. No puedes resistirte por siempre, tú y tus amigas vendrán conmigo para pasarla bien je~
CALIPSO: ¡Antes muerta! Escupí directamente en su ojo para alejarlo, lo cual sorprendentemente funcionó.
Se llevó las manos a su cara para calmar un poco la irritación y dejando de mover su péndulo durante algunos segundos. Sus poderes dejaron de funcionar conmigo, ya estaba completamente libre de su agarre y podía aprovechar esos pocos segundos que tenía para huir lo más lejos posible del lugar, pero, sabía que eso ya era absurdo, no podía seguir haciendo lo mismo todo el día para que al final acaben capturándome de nuevo. Esta vez tenía que luchar para que todo acabara, tenía la ventaja tras verlo completamente vulnerable enfrente mío, cosa que no desaproveché.
Lo tenía justo enfrente, a pocos metros de mí, vi como lentamente recuperaba la compostura mientras sujetaba de nuevo aquel péndulo para volver a intentar tomar control, pero esta vez no me iba a dejar. Apunté con mis ojos hacia él, un punto en específico para acabarlo, podía sentir como mi corazón latía con furia contenida tras todos los problemas que este idiota me hizo pasar, ahora mismo no había espacio para la duda, solo para la acción. Mis músculos se tensaron mientras calculaba mi movimiento; y con un giro rápido y preciso lancé una patada directa a su entrepierna, la debilidad de cualquier hombre, dejando escapar así toda la fuerza acumulada. El impacto resonó en el aire y lo vi doblarse de dolor, cayendo al suelo con un gemido de dolor ahogado.
Qué satisfacción sentí en ese momento.
HYPNO: ¡Maldita perra! Se retorcía de dolor en el suelo. Intentó agarrar el péndulo para contraatacar pero lo había dejado caer accidentalmente tras recibir el golpe.
Rápidamente lo recogí del suelo antes de que él pudiera hacerlo, ahora mismo estaba completamente vulnerable sin la principal fuente de su poder. Se levantó del suelo usando todas sus fuerzas para intenar arrebatármelo de mis patas inútilmente, podía verlo desesperado, y me encantaba. Le di un fuerte bofetazo que lo mandó de nuevo al suelo sin oportunidad de poder defenderse.
CALIPSO: Veo que no eres nada sin este estúpido juguetito o tus marionetas, así que será mejor rendirte antes de que las cosas empeoren para ti, maldita escoria. Lo miré amenazante, con su péndulo entre mis patas.
HYPNO: Oh no, las cosas sólo se pondrán feas para ti, niña... Se levantó del suelo débilmente. ¡INCINEROAR, VEN AQUÍ Y AYÚDAME DE INMEDIATO! Gritó al aire desesperado.
Una fuerza imponente comenzó a venir directamente hacia nosotros con sus fuertes pisadas resonando por todo el lugar; a lo lejos se podía visualizar la figura del gran Incineroar el cual corría rápidamente hasta aquí. Hypno sonrió victorioso mientras me veía fijo a los ojos creyendo que ya había ganado la pelea, sin embargo, cuando estaba por dirigirme la palabra fue repentinamente interrumpido por un poderoso puñetazo directo en su rostro que lo mandó contra el suelo de manera estrepitosa a pocos centímetros de mí. Rápidamente me aparté de la zona, observando al tigre que ya se había librado de su control de alguna u otra forma.
INCINEROAR: ¡TOMA ESTO! Se abalanzó contra él para aplastarlo con su peso, haciendo que el Hypno suelte un alarido de dolor.
Aprovechó que lo tenía justo debajo de él para seguir golpeándolo salvajemente para vengarse por lo haber tomado control de su cuerpo. Desde la lejanía vi como llegaba Octavia junto con esa Auidno algo cansadas tras correr rápidamente tras el imponente Incineroar.
CALIPSO: ¡Nueva amiga! Me dirigí hacia la Inteleon para abrazarla, me alegraba de que se encuentra bien. ¿Qué carajos fue lo que sucedió?
OCTAVIA: Primero, no soy tu amiga, y segundo, solo tuve que golpearlo fuertemente en la cabeza para regresarlo a la normalidad. Respondió seria mientras veía a su compañero golpear el Hypno. Veo que te las arreglaste para lidiar con el Hyno, eso es bastante admirable.
"¡Quítense de mi camino!" Gritó alguien mientras se acercaba cada vez más a la escena, todos miramos confundidos hacia el lugar por donde provenía aquella voz hasta divisar la figura de una Lopunny aproximándose rápidamente para posteriormente dar un increíble salto en dirección al Incineroar, parece que quería atacarlo por algún motivo. Sin embargo, aquel tipo fuego no se quedó de brazos cruzados y rápidamente se movió del lugar para evadir el sorpresivo ataque de la coneja, la cual acabó aterrizando fuertemente sobre el cuerpo del malherido Hypno que había caído debilitado ante ese último golpe.
INCINEROAR: ¡Buen intento! Lanzó una bola de fuego directamente desde sus manos. ¡No sé quién eres pero veamos si esto es de tu talla conejita!
NOAH: ¿Solo eso? Desvió el ataque fácilmente con una de sus piernas, haciendo que el movimiento impacte contra una de las paredes. No me detendrás con algo tan débil.
Audino elevó la voz.
AUDINO: ¡Ya deténganse! Exclamó molesta, todos dirigieron la mirada hacia ella. Si estamos todos reunidos aquí mismo significa que todo se solucionó, ya no hay motivos para seguir peleando como animales.
NOAH: Nada de eso, me llevaré a la Lucario aunque tenga que luchar con cada uno de ustedes, y créanme que no seré nada gentil. Se colocó en posición ofensiva, mirándome directamente.
¿Eh?
¿Yo?
¿Por... Qué... Yo?
¡Ya me tienen harta! Acabo de librarme de un puto problema de encima y acaba de llegar otro. No conozco en lo absoluto a esta puta coneja y veo que también tiene la misma intención de secuestrarme sin motivos.
CALIPSO: No, para nada, no pienso irme con extraños, mi mamá siempre me lo dejó en claro. Me crucé de brazos, desviando la mirada muy molesta ante la situación.
NOAH: Tu mamá es una tonta.
CALIPSO: ¡Ey! Mi madre puede ser muchas cosas pero jamás una tonta. Además, ¿se puede saber quién mierda eres y cuáles son tus intenciones conmigo?
NOAH: Me ordenaron llevarte conmigo, desconozco los motivos. Se supone que ese era el trabajo de Diana y Seraphina pero simplemente acabaron fracasando, así que me enviaron a mí para acabar con la labor. Me explicó, aquello me sorprendió. Así que no perdamos más tiempo, no quiero hacer esperar más a mi señor.
¿Viene con esas dos chicas que me rescataron de aquella casa? Si es así, supongo que también será alguien buena y con intenciones de ayudar, aunque sigo sin confiar en ella y su mirada me lo dice todo. Ella se acercó lentamente hacia mi, caminando elegantemente para posteriormente sujetarme fuertemente del brazo y jalarme con fuerza para que la siguiera.
CALIPSO: ¡¿Qué mierda haces?!
NOAH: Te vienes conmigo.
INCINEROAR: Oh, nada de eso.
El tipo fuego agarró igualmente el brazo de aquella Lopunny con fuerza para que no pueda librarse. El silencio invadió todo el lugar, ninguno de los presentes dijo alguna oración en los segundos trascurrieron hasta que finalmente la coneja decide tomar la palabra y encarar al tipo fuego.
NOAH: ¿Qué mierda haces?
INCINEROAR: Ella se viene conmigo.
NOAH: ¡Claro que no! De un simple movimiento consiguió librarse de su agarre para posteriormente alejarse de todos ellos. ¡Esa Lucario vendrá conmigo y punto final!
¿Están peleándose por mí?
INCINEROAR: Esa puta Lucario está involucrada en la desaparición de una pareja Indeedee, además, también fue participe en la destrucción de una propiedad privada. Así que permanecerá encerrada hasta que su juicio se lleva a cabo.
NOAH: Tú y tus estúpidas leyes pueden besarme el trasero, tengo órdenes y pienso cumplirlas. Así que, si no te quitas de mi puto camino me veré obligada a romperte cada hueso de la cara hasta dejarte como un Muk. Ambos se miraron desafiantes.
Están peleándose por mí.
OCTAVIA: Muy bien, ya fue suficiente espectáculo. Interrumpió la Inteleon, todos la miramos fijamente. La Lucario y esa coneja nos ayudaron a solucionar el problema, así que, creo que podemos tachar algunos nombres de los expedientes y olvidar todo esto, sería lo más justo.
INCINEROAR: ¡Nada de eso! La decisión ya está tomada y no pienso arriesgarme a perder mi trabajo por una simple ayudita.
OCTAVIA: Pues esa "ayudita" nos sacó de un gran aprieto.
INCINEROAR: No es no. Y no pienso discutirlo más tiempo.
Ante la pequeña discusión que ae había armado, la Auidno que permaneció callada todo el rato se acercó lentamente hacia el tipo fuego para luego sujetarlo tiernamente del brazo, este la miró directamente a los ojos mientras un leve rubor de formaba en la cara del imponente tigre. Vi la escena con muchísima ternura mientras que la Lopunny a mi lado solo suspiró fastidiada con los brazos cruzados.
AUDINO: Oficial, creo que lo justo sería darle a la señorita Lucario una oportunidad para que pueda demostrar que no es una mala pokémon y que todo este asunto no es más que un simple malentendido. Comentó con su característica voz dulce.
Para el Incineroar era prácticamente imposible decirle que no, solo con la mirada ya lo tenía más que acorralado. Tal parece que todo grandulón pierde sus poderes con la enana correcta.
INCINEROAR: Ya, bien, le daré una oportunidad. Celebré internamente, ya no tendría que estar más tiempo encerrada. ¡Pero debes ayudarnos a localizar a los Indeedee desaparecidos!, una vez que los encontramos te dejaré ir con esa rarita Lopunny.
NOAH: ¿EH? ¡PARADA NADA! Exclamó en desacuerdo. Me tomé dos días enteros para llegar hasta este lugar y no pienso quedarme más tiempo, quiero regresar lo antes posible y darme un merecido descanso.
OCTAVIA: Estimo que toda la investigación no nos llevará más de un día, pues tenemos a todos los demás involucrados en el caso aquí en la comisaría que nos proporcionarán la información deseada. Se acercó a la Lopunny para susurrarle unas cosas al oído. Además, puedes quedarte en el lujoso hostal que tiene nuestro pequeño pueblo, yo pagaré tu estadía así que no tienes nada por qué preocuparte~
Se lo pensó durante algunos segundos, no era para nada una mala idea y además también le vendría bien descansar un poco tras el largo viaje que realizó. Así que finalmente acabó aceptando la petición mientras yo obervaba todo de fondo muy confundida, pues sigo sin conocer las intenciones de esa Lopunny.
Espera.
¿Me pondrán a chambear ahora?
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