POV Nicolás.

De camino a mi casa, no dejaba de pensar en lo que Lucrecia había dicho en el salón, Dios, creo que fue mala idea elegir a Susana como mi primer víctima, debiste ser tú, hijo de puta. Para mi suerte o mala suerte, pude vislumbrar a Hugo caminando por la carretera, llevaba una mochila colgada en su brazo y su celular en la mano.

—¿Podría acabar con él ahora mismo? —me pregunté en voz alta, como esperando respuesta de mí mismo.

Miré que carros pasaban a mi alrededor, entonces me di cuenta que no es algo viable, yo quiero ser discreto, si acelero y lo atropello todo mundo sabría que fui yo, no puedo hacer hacerlo, negué y deje ir esos pensamientos de mi mente.

Cuando estaba por pasarlo de largo, Hugo se dio cuenta de mi presencia, por lo cual se puso frente a mi auto, haciéndome frenar de golpe.

—¿Qué mierda quieres? —grité con inmensas ganas de pisar el acelerador y pasarle mi auto por encima.

Hugo rodeo hasta llegar a la puerta del copiloto, puso su mano en la manija e intento abrir la puerta, pero no quite el seguro.

—Abre la puerta, Nico.

Negué con la cabeza, pero él insistió, así que terminé por ceder, presioné el botón y el seguro de la puerta se quitó, Hugo movió su mano y en unos segundos ya estaba sentado a mi lado.

—¿Qué quieres?

—Disculparme —dijo mirando hacia enfrente. —Estuvo horrible lo que hice y sé qué he sido una mala persona, así que quiero que me perdones.

Yo asentí y no supe que decir, sentí su mirada sobre mí, sé que está esperando que diga algo, pero no sé qué decir, no sé cómo reaccionar, no puede estar haciendo esto, no puede arrepentirse de lo que me hizo, las malas personas no pueden retractarse por sus acciones.

—Susana estaba embarazada —nuevamente habló, pude escuchar su voz entrecortada. —Creo que ella quiso decírmelo ese día cuando te di la golpiza, pero después ya no la vi, no supe como regreso a casa, ni siquiera creo que haya regresado, es tan raro, ¿Sabes? Y todo es culpa de mis problemas de ira, no creas que estoy excusándome, ni nada de eso, simplemente quiero empezar a hacer las cosas bien.

—Lu te estaba buscando al terminar las clases, cree que es tu culpa —dije sin más.

—Lo sé, ese mensaje me deja claro que yo soy el puto culpable, pero no era mi intención, yo —hizo una pausa y se limpió los ojos. —yo la amaba, yo la amo.

Puta madre, no, no puedes estar diciéndome esto a mí, no sé cómo reaccionar, no sé cómo sentirme, se suponía que yo lo hice porque tú eres una mala persona, pero si pides perdón no eres una mala persona, eres una persona que se equivocó, que esta arrepentida.

—Arranca, puedes dejarme cerca de casa.

Yo asentí y pisé el acelerador. Durante el trayecto a casa, ninguno de los dos dijo palabra alguna, simplemente todo se había tornado muy incómodo.

—¿Qué vas a hacer?

—No lo sé, ¿Qué debería hacer? —Hugo agachó su mirada, como esperando que la respuesta a esa pregunta yo la tuviera, luego se giró hasta mí. —¿Estuvo aquí?

Frené de golpe, ocasionando que Hugo chocará en el tablero de enfrente.

—¿Qué dices?

—Susana estuvo aquí, oh mierda, ¿Qué hiciste, Nico? —Hugo abrió la puerta del carro, limpiándose la sangre que comenzaba a salir de su nariz.

Mi corazón comenzó a latir demasiado fuerte, no sabía que hacer, lo único que se me ocurrió fue acabar con él, metí mi mano en mi bolsillo izquierdo y mierda, mierda, no está, mi navaja no está.

Abrí mi puerta y salí, di unos leves pasos hasta el otro lado, donde Hugo tenía sus manos sobre su cabeza, mientras lagrimas caían por sus mejillas.

—¿Eran amantes? —preguntó limpiando su nariz con su brazo, embarrándose la sangre en toda la mejilla. Yo rápido negué, ¿Qué mierda le pasa. —¡Responde!

—No éramos amantes, ¿Por qué piensas eso?

—Ella estuvo en tu auto, ahí está la pulsera que le regale cuando cumplimos 3 años de novios, ¿Qué hace la puta pulsera en tu auto? ¿Te la cogiste ahí maldito idiota? ¿Por eso te defendió cuando te estaba golpeando? ¡Responde!

Di un suspiré y él lo notó, así que de un fuerte golpe me lanzó al suelo.

—¡No éramos amantes! Le di un aventón ese día, ¿Qué no te acuerdas que parecías un lunático? Ella no quería ni verte, yo solo ayude un poco.

—Mientes, debí matarte cuando tuve la oportunidad.

Retrocedí un poco intentando ponerme de pie, cuando lo logré Hugo me dio un fuerte puñetazo en la nariz, lo que me hizo llorar de golpe y sentir ganas de vomitar, ya que empecé a sangrar casi de inmediato.

—¿Me vas a matar maldito asesino? —le grité, antes de que me diera una respuesta me reí y negué repetidas veces, antes de que una patada en el estómago me hiciera caer de espaldas.

Hugo se lanzó encima de mí, él era grande, incluso más que yo, así que sin poder hacer mucho mis manos comenzaron a moverse de manera torpe para quitármelo de encima, ya que sus intenciones eran claras, este enfermo quiere matarme, me dio unos fuertes puñetazos en la cara y después sus manos fueron hasta mi cuello y comenzó a presionar, sentí la falta de aire casi de inmediato.

—¡Ayuda! —intenté gritar sin mucho éxito.

Moví mis manos alrededor de mi cuerpo, hasta que logre tocar una piedra, la tomé con demasiada fuerza y le golpee la cabeza, haciendo que se fuera de lado. Me puse de pie y cuando estaba por destruirle la maldita cabeza, sentí que me sostuvieron la mano.

—No vale la pena, Nico —era la voz de Danna.

Solté la piedra y caí al suelo, por poco lo mato sin darme cuenta que alguien estaba viéndome, pero estoy seguro que no iría a prisión, es defensa personal.

—¿Qué pasó aquí? —preguntó Evan.

—¡Hugo es un puto lunático! —grité y él se levantó de golpe.

—Te voy a matar, Nicolas —dijo, escupió a mi lado y se fue.

Danna y Evan lo miraron confundidos sin entender que era lo que pasaba, sin saber por qué Hugo me estaba amenazando de muerte.

Estuvo cerca, una sonrisa estaba en mi cara, creí que sospecharía que yo mate a su novia, pero Dios, es tan estúpido para darse cuenta, simplemente piensa en él.

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Espero les haya gustado:)