Capítulo 35. "Huye."

POV Pablo.

No entendía nada, ¿Por qué Nicolás quiere que vigile su sótano? Quizá debe ser por lo que pasó la ultima vez aquí, si, eso debe ser. Miré que Nico subió las escaleras tomando de la mano a Charlie, Dios, por fin esos dos harán funcionar las cosas.

-¿Dónde esta Hugo? -Lily se acercó a mí.

-Está en la sala, por allá -señalé a Hugo y sin decir nada más, ella se alejó de mí.

Supongo que quiere disculparse por lo que le hicieron pasar en la cárcel, aunque no los culpo, yo también pensaba que él era el asesino, y que ahora este libre lo único que hace es ponernos nerviosos a todos, bueno, no creo que a todos, porque todo mundo está en esta fiesta.

Lo que me parece extraño es que Nicolás haya organizado una fiesta, no es de este tipo de ambiente, antes únicamente iba con nosotros a las fiestas por la loca insistencia de Kenia.

-¿Dónde está Nico?

Juan y Lu se acercaron a mí, ambos mantenían una gran sonrisa en sus rostros, se ve que se la están pasando muy bien.

-Esta arriba, hablando con Charlie.

-¿Y tu que haces aquí? -preguntó Lu.

No pensé que me fuera a sentir tan estúpido de estar cuidando el sótano, una pequeña risa se escapo de mis labios y esos dos lo notaron.

-Déjame adivinar -mencionó Juan. -¿Estás cuidando el sótano?

Yo asentí inmediatamente, pensando en que quizá se los había pedido a ellos primero.

-Si, no entiendo porque, pero Nico se veía bastante nervioso respecto a que no quería que nadie fuera a entrar.

-¿Sabes por qué? -Lu me miró confundida.

-La verdad es que no -dije serio. -¿Creen que debería echar un vistazo?

-Por supuesto que sí, recuerda que hay otra entrada por la cocina, esperemos que no se haya metido alguien más.

Mierda, mierda, tienen razón, mis nervios aumentaron cuando observé que Nico y Charlie estaban bajando las escaleras y por lo que noté se estaban dirigiendo hasta acá. Juan abrió la puerta y entré, la luz estaba apagada, me daba un poco de escalofríos, pues la ultima vez que estuve aquí fue para ver si Juan estaba con vida.

Empecé a tocar la pared para intentar encontrar el interruptor de la luz, cuando lo logré inmediatamente la encendí y me dispuse a bajar las escaleras.

Al llegar al final, pude ver a alguien, era Víctor y estaba amarrado a una silla, había cuerdas que se miraban muy apretadas uniendo cada una de sus extremidades a esa fea silla de madera.

-¿Qué mierda haces aquí? -pregunté asustado.

Víctor intentaba hablar, pero por lo que tenia en su boca se lo impedía, me acerqué lentamente a él para quitarle eso y poder entender que estaba pasando, pero no lo hice.

Escuché que alguien estaba descendiendo las escaleras, era Nicolás.

-¿Qué hace Víctor aquí? -pregunté temiendo un poco por la respuesta, pues no sabía que pensar.

Él me miró asustado, luego mi mente comenzó a maquinar ideas locas de lo que estaba pasando, una era que Nico era el asesino y estaba a punto de matar a Víctor, y la otra era que Víctor es el asesino y Nico logró capturarlo, ambas ideas suenan locas, pero es que es difícil saber con claridad que es lo que pasa.

Nico caminó hasta mi y yo retrocedí un poco.

-No es lo que parece -dijo él inmediatamente.

-¿Qué es lo que parece según tu? -pregunté estando alerta ante todos sus movimientos.

Me posicione a un costado de Víctor, él estaba llorando, ay no, Dios mío, él es la victima aquí, puedo notarlo por las expresiones de ambos, mientras Nico esta a la defensiva y listo para cualquier cosa, Víctor se encuentra llorando y diciendo cosas que no puedo entender.

Quite la cinta de sus labios y lo primero que emano de su boca fue:

-Nicolás es el asesino, ¡Corre!

Escuchar esas palabras fue como un fuerte golpe en la nariz, pues me sentí mal, desde que lo vi amarrado lo supe, pero mi mente no lo quería aceptar, solo estaba buscando excusas para lo que veía.

-¡Mientes! -gritó Nico, pero él que mentía era él, pues en su mano ya se encontraba una navaja bastante grande apuntándonos a ambos. -No soy un asesino, no lo soy.

Unas lagrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas, tenia mucho miedo de lo que fuera a pasar, yo solo me quede ahí parado a un costado de Víctor, viendo como Nicolás se moría de miedo y su cara negaba una y otra y otra vez.

-Huye de aquí, Pablo -me dijo Víctor con sus ojos llenos de lágrimas. -Sálvate tu al menos, pero has que pague.

Asentí y traté de encontrar el momento perfecto para correr de aquí, pero no lo encontraba, Nico estaba en modo de ataque, esperando quizá una estupidez por mi parte para apuñalarme.

-Nico, yo te creo -dije intentando mostrarme serio y autentico con lo que decía.

-Ambos sabemos que no -la expresión de Nicolás cambió por completo, aun se podía ver miedo en sus ojos, pero había otro sentimiento más grande. -Si soy el asesino, pero, ¿Sabes que? En verdad no quiero tener que matarte, eres mi mejor amigo, así que has lo que te diga, y nadie saldrá herido.

Mi corazón estaba latiendo fuertemente, no sabia que hacer, no quiero morir, pero tampoco quiero ser el nuevo rehén de ese maldito loco que dice ser mi mejor amigo.

-¿Qué quieres que haga? -pregunté asustado.

-No tienes porque estar asustado, ya te dije que no te haré nada si no me haces tener que hacerlo.

Asentí intentando calmarme, me parecía muy difícil pues enterarme de que el asesino siempre estuvo frente a nosotros me dejaba incrédulo, en serio, no proceso todo lo que esta pasando, se siente como una maldita pesadilla de la que no puedo despertar.

-¿Qué quieres que haga? -pregunté nuevamente.

-Solo no vayas a gritar cuando veas lo que voy a hacer -Nico caminó hasta mí, no supe que hacer así que retrocedí más allá de donde estaba la silla en la que estaba amarrado Víctor.

-No le hagas nada, por favor -suplique en vano, pues la mirada de Nico me decía lo que estaba por pasar. -Por favor, no le hagas nada, no quiero tener que gritar.

Nico negó inmediatamente, sonrió y se acercó a mí, me miró directamente a los ojos y pude ver su verdadero yo, estaba disfrutando de mis suplicas.

Apoyo sus manos en mis hombros y ejerció fuerza para hacerme girar.

-No veas, por favor.

-Por favor no, no lo mates, Nico, tu no eres un asesino, por favor -lagrimas comenzaron a escurrir por mis mejillas, maldición, no sé que hacer, no sé qué hacer.

-¡Ayudaaaaaaaa! -Víctor dio un fuerte grito que fue silenciado por la navaja de Nico, la cual incrusto en su cuello, luego la retiró haciendo que la sangre saliera como si de una manguera se tratase, me dieron ganas de vomitar y me sentí mareado.

-No grites -Nico una vez más apuñaló a Víctor, esta vez en uno de sus ojos.

-¡Basta! -grité y me lancé hasta Nico, intenté sostener sus manos, pero me fue imposible, en un movimiento rápido terminé debajo de él. -¡Basta!

Él sonrió y su navaja se incrusto en mi hombro, quise gritar, estaba sintiendo mucho dolor, pero lo único que hizo mi mejor amigo, fue cubrir mis gritos de dolor con sus manos llenas de sangre.

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