Flashback...

POV Hugo.

Otra vez no, la estúpida alarma de Kenia ya se encontraba sonando, no me molestaría tanto si se despertará más rápido, pero no, me tiene como un imbécil escuchando ese estúpido sonido, lo odio.

La única razón por la que acepto que Kenia se quede conmigo, es porque cada que despierto puedo saciar mis ganas de coger, eso me ha ayudado muchísimo a estar de mejor humor, supongo que la gente a mi alrededor lo nota.

—Lo siento, ya la apagué, duerme otro rato —Kenia habló y supe que ya era hora de dejar salir a la bestia.

Mi pene ya se encontraba demasiado duro, así que solo lo ayudé a liberarse de mi bóxer y poco a poco me acerqué a Kenia, quién intento huir.

—Solo un poco —dije demasiado excitado.

—No quiero, no me obligues, por favor —dijo ella intentando salir de la cama.

Lo pensé por unos segundos, pero no acepte, así que solo negué con la cabeza.

—Anda —rogué, ella solamente cerró los ojos, sé que no está aceptando, pero tampoco está negándose.

Me subí encima de ella, y pude verla, sus labios apretados, sus ojos húmedos y mi excitación cada vez crecía más y más, baje su ropa interior y posicione mi pene, sin esperar nada lo deje ir completamente, soltando un pequeño gemido por lo delicioso que se sentía, se sentía apretado, pero le va a gustar, una vez que empiece la velocidad no tendrá de otra más que aflojarse y dejarse llevar, moví mis caderas con mucha rapidez, cada vez más rápido hasta que terminé dentro.

Sin decir nada, salí de ella y me fui hasta el baño.

—Prepara mi desayuno.

***

POV Nicolás.

La muerte llega cuando menos lo esperas, cuando menos lo deseas, llega y te arrebata tu vida entera, ¿soy yo la muerte? Ya he arrebatado tres vidas ya, Ariana, la chica solitaria que me encontré mientras corría; Susana, la novia del imbécil más grande de toda la puta escuela y Rubén, un simple chico que se puso a conversar conmigo.

Pensar en esas muertes me resulta fácil, porque sé que yo las ocasioné, pero pensar en la muerte de Kenia, de una persona que me importaba, me hace sentirme muy mal, incluso quiero llorar, es egoísta, lo sé, pero es que ella era mi amiga, sé que no estábamos en el mejor momento con ella, pero iba a volver, las cosas mejorarían para todos.

—Me lo han dicho sus padres, me llamaron y querían saber si yo me encontraba bien con todo lo que está pasando —mencionó Danna cabizbaja, las lágrimas en sus mejillas seguían cayendo a su sudadera.

—No puedo creerlo —Pablo estaba llorando mientras abrazaba a Evan, quién también se notaba que había estado llorando desde antes de entrar a la habitación.

Yo no sabía que decir, enterarme de esto me afecto más que saber que mi padre había muerto, unas pequeñas lagrimas salieron de mis ojos, deslizándose por mis mejillas.

Suspiré hondo y pude ver a Charlie mirándome, mantenía una mirada de tristeza al igual que el resto.

—Lamento interrumpirlos, pero ¿eso significa que hay un asesino suelto? —preguntó Juan desde la camilla de un lado.

—Si, todos estamos en peligro —mencionó Evan. —Debemos estar juntos.

Fernando comenzó a reír desde el rincón.

—Eso no evitará que los maten, piénsenlo, hasta ahora los muertos de su tonta ciudad han sido personas de su misma clase, eso significa que los van a matar a todos, y mejor para el asesino que estén juntos, así terminará más rápido.

Unos leves toques nos hicieron dejar de prestar atención a lo que Fer decía, no tiene razón, lo sé porque yo he matado a dos personas del salón y no pretendo matarlos a todos, bueno si, menos a mis amigos, pero ¿Qué es lo que está intentando hacer la otra persona? ¿Por qué matar a Tom y a Kenia? ¿Qué razón tiene?

Danna abrió la puerta y eran dos oficiales de policía, quienes querían hablar con Charlie y Juan, por lo cual nos pidieron que saliéramos un momento.

—Podrían avisarle a mi abuela, por favor —gritó Charlie antes de que uno de los oficiales cerrará la puerta.

—Yo iré —Pablo se limpió su cara y cuando estaba por marcharse solo, no lo permití.

—Iré contigo.

—Yo los llevo —dijo Fernando.

Y así fue, los tres nos fuimos. Sinceramente yo no sabía dónde era que vivía, pero parece que Pablo si lo sabe, supongo que ahora será mi turno de conocer donde es donde duermes, Charlie.

Al llegar, pude ver una casa un poco pequeña, supongo que mis pensamientos estaban erróneos, me imaginaba una gran casa, pero está bien, creo que es por eso que solo viven él y su abuela, ¿Qué digo? Yo no sé mucho de Charlie, no es muy comunicativo que digamos.

—Voy a tratar de cambiar lo que pasó, no vayan a decir que Charlie esta herido, déjenme hablar a mí.

Fernando y yo asentimos y nos dispusimos a seguir a Pablo, quién ya estaba llegando a la puerta., él dio unos toques y la puerta en unos segundos se abrió.

—Pablo, que gusto verte, Charlie no se encuentra, no ha regresado desde ayer que se fue a la fiesta.

—También me da gusto verla de nuevo, justo de Charlie vengo a hablarle —Pablo sonrió. —No se preocupe, él está bien.

La anciana nos hizo entrar a su casa, recorrimos un pequeño pasillo donde había muchísimas fotos, muchas para mi gusto, no le preste atención a ninguna y llegamos hasta la sala.

—Charlie no podrá venir hasta mañana, estamos con una tarea muy complicada, supongo que se lo habrá mencionado, ¿No?

—No me dijo nada.

—¿Viven solos? —preguntó Fernando por lo cual le di un golpe en el hombro.

La anciana tomó una foto de un pequeño mueble que estaba a un lado del sofá y nos la enseño.

—Solíamos ser los tres, Charlie, Ariana y yo...

—¿Ariana? —pregunté sorprendido.

—Si, la hermana gemela de Charlie, a él no le gusta hablar de ella, la encontraron hace casi un mes en el bosque, un maldito sin corazón me quitó a mi bebé.

Oh por Dios, no puede ser verdad, me puse de pie rápidamente sintiendo mareado.

—Iré al baño —dije y corrí para donde pensé estaría el baño, al abrir la primera puerta que encontré, me había equivocado, era una habitación, era la de Charlie.

En una pared en la esquina de la habitación, había un par de fotografías, parecía el típico collage que hacen los detectives cuando quieren averiguar algo.