POV Nicolás.

Rubén se giró rápidamente hasta mí, pude ver el miedo y la incredulidad en su cara, algo similar a lo que vi en la cara de Susana, una gran sonrisa se dibujó en mi rostro, estaba tan feliz por lo que estoy por hacer.

—¿Qué dices?

—Fui yo, no Hugo —metí mi mano al bolsillo de mi short y saqué mi navaja.

Rubén negó con la cabeza, luego intento ponerse de pie, no hice nada para impedirlo.

—¿Es broma? —en su mirada podía ver el terror que estaba sintiendo, sé que en este momento en su mente está tratando de elaborar un plan para poder salir con vida de esta situación, pero no lo voy a permitir, tiene que morir.

Negué con la cabeza y levanté mi navaja, cuando estaba por apuñalarle el cuello, de un fuerte golpe me lo impidió, la nariz me empezó a escurrir de sangre.

Mierda, no tengo que dejar que se me escape, eso me pondría al descubierto, todo mundo sabría lo que he hecho, maldita sea.

—¡Ayuda, por favor! —comenzó a gritar Rubén.

Corrí detrás de él, sé que soy más rápido, pero verdaderamente trata de salvar su vida, no puedo competir con alguien que está lleno de adrenalina, miedo y ganas de seguir viviendo.

—¡Detente! —grité molesto. —No me hagas enfadar, maldito imbécil.

Rubén seguía corriendo, pero a cada paso que yo daba me acercaba más a él, hasta que por fin vi la oportunidad de derribarlo y lo hice, sin importarme nada más, comencé a apuñalarlo por toda la espalda, mientras él forcejeaba y gritaba, la sangre inmediatamente comenzó a salir de todas la heridas que yo le estaba causando.

—¡Por favor detente!

Ignoré lo que decía y la última apuñalada fue en su nuca, fue cuando por fin dejo de moverse. Me tire a un costado de él, tratando de recobrar el aliento, Dios, fue tan excitante y genial.

Cerré los ojos por unos momentos y deje que la frescura del día me relajara, no puedo creer que este sintiendo esta sensación de nuevo, me da vida, me hace sentir tan bien, puta madre, que genial.

Al abrir los ojos, me encontré con el cuerpo de Rubén completamente empapado en sangre y para mi mala suerte yo me encontraba igual.

—No debiste correr, hijo de puta —mis nervios comenzaron a aumentar, ¿Cómo mierda voy a llegar así a mi casa, estoy pero si empapado, parezco Carrie en su baile de graduación.

No, no puedo dejar que alguien me vea, maldita sea, mis huellas, lo toqué, no tenía guantes, suspiré para intentar calmarme, pero no podía, la idea de ir a la cárcel me daba muchísimo miedo.

No iré a prisión, no dejaré que nadie me vea así. Me puse de pie y comencé a caminar, lo primero de todo era alejarme del cuerpo, dudo que alguien más ande caminando por aquí, menos por el miedo del nuevo asesino, pero igual tengo que alejarme de aquí.

No sabía a donde ir, así que mi primera idea fue meterme al pequeño lago que se encontraba muy cerca, tengo que quitarme la puta sangre de mi cuerpo, pero ya.

Lo hice, la maldita agua estaba demasiado congelada, estoy completamente seguro que mañana amaneceré enfermo, pero me da igual, limpie cada parte de mi cuerpo, la sangre no se iba rápido y menos de mi camisa que era color blanco, maldita sea, salí del agua y tomé un poco de tierra, embarrándola en mi camisa por la parte delantera, y entonces comencé mi camino a casa.

La noche había llegado, el clima se estaba poniendo cada vez más fresco y con la ropa mojada en serio era una pesadilla, soy claramente amante del clima frio, pero estar en esta condición me hace querer que haga calor.

Salí a la carretera justo por el mismo lugar por el que había entrado, entonces comencé a caminar a mi casa, mis manos y piernas estaban congeladisimas, pero es eso o dejar que alguien me viera lleno de sangre.

En el transcurso que iba a casa, un auto venia detrás de mí, pude sentir la sensación de estar siendo espiado, luego las luces altas empezaron a alumbrarme, lo que me hizo girarme para ver quién demonios estaba siguiéndome.

Era el auto de Hugo, él se encontraba acompañado de Kenia.

—¿Qué mierda te pasó, Nicolás? —ella asomó su cabeza por el lado del copiloto.

No dije nada y el auto vino hasta mí, viendo a Kenia frente a mí, no sabía que decir, así que simplemente me quedé callado, mirando a Hugo quién me miraba con burla.

—Más bien, ¿Qué mierda te pasó a ti? ¿Qué haces con él?

Ella me miró nerviosa y se cubrió su labio con su mano, lo que me hizo entender que aquí ya comenzaba a pasar lo mismo que con Susana.

—No pasó nada, vamos a casa de Hugo, sube, te acercaremos, no deberías andar así en la calle, no sé qué mierda estabas haciendo, pero ten cuidado, hay un asesino, Nicolás.

Negué con la cabeza.

—¡Vete a la mierda entonces! —dijo Hugo molesto.

Kenia iba a decir algo cuando el auto dio un arrancón, alejándose de mí, sé lo que pasó, pero no puedo hacer nada, ella tarde que temprano se dará cuenta o no, claro que puedo hacer algo, matarlo, mataré a Hugo, debí hacerlo primero.

Seguí caminando a casa, pude ver las casas de mis vecinos, sintiendo que cada uno de ellos me estaba viendo, pero quizá solo sea mi paranoia, porque supongo que cada uno está en su mundo, sin tomar en cuenta lo que pasa más allá de sus puertas. Al llegar a casa, abrí la puerta y oh mierda, había visita.

—¿Estás bien? —mi madre corrió hasta mí y empezó a inspeccionarme como una buena madre. —Hijo, contesta, ¿Qué te pasó? ¿Por qué estas empapado y sucio? ¿Te atacaron?

Negué sin poder saber que decir, no sé cómo voy a explicar esto a todos, Pablo, Charlie, Evan y Danna corrieron también hasta donde yo estaba.

—Creí que estabas muerto, maldito idiota —gritó Evan molesto. —¿Por qué mierda se te ocurre salir de casa?

—Traté de evitarlo —escuché la voz de mi hermana.

Sin decir nada comencé a caminar hasta las escaleras, pero mi madre evito que empezará a subir, pues estaba llenando todo el piso de agua, wow, aún estoy escurriendo.

—¿Dónde estabas? —preguntó Pablo mirándome preocupado. —¿Fue Hugo?

—No, Hugo no tiene nada que ver, fue mi culpa, estaba corriendo cerca del lago, no vi una roca y caí.

—Tienes sangre —Charlie me miró algo preocupado.