Capítulo 16: "Lymfort, el dragón dorado."

Capítulo 16: "Lymfort, el dragón dorado."

—¿¡Qué mierda es eso!? —A lo lejos, empiezo a ver una especie de templo griego. Lo peor de todo es que justamente allá es donde estamos yendo. Perdón por reaccionar así, che. Se me escapó.

—¿Qué cosa? ¿Aquel edificio o el monstruo limo mascota del Dios de la Esperanza? Si es por el edificio, ese es el ministerio de los cielos de la comida. Es el lugar donde se prepara la comida para los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de los dioses. Seguro que te encantará conocer a Lymfort, es un dragón dorado que, al igual que tú, prepara comidas en parrilla, aunque él hace cosas muy diferentes. Lo llama "barbiquiú" o algo así. Si te refieres al monstruito, es una mascota muy popular entre los dioses, se trata de una bola de baba que casi siempre tiene una cara sonriente con ojos brillosos. Son adorables. —Gracias por la información, Freixla...y por el dato extra...por cierto, una vez enganché a mi gurí viendo porno hentai, y justo estaba en una escena donde uno de esos limos se garchaba a una chica con sus tentáculos babosos. Asi que son reales aquí, ¿eh? Creo que me voy a llevar muy bien con esas cosas.

—¿Lo mejor de los limos? Sus varios tentáculos escondidos. Les permiten realizar casi cualquier tarea. Pueden ayudarte en todo, desde cortar el cummulus, hasta forjarte una espada. Son mascotas muy prácticas. —Como dice un meme: 'Callate y tomá mi dinero'...bueno, lo dice en inglés, pero ustedes entienden a cual me refiero, ¿verdad? Gracias por el dato, mamá de Freixla.

—A propósito, mi casa está acumulando mucho cummulus, debo encargarme de eso alguno de estos días. —La pendejita ya me contó una vez sobre ese cummu no se que. Es lo mismo que el pasto en el jardín de una casa en la tierra. Eso va creciendo con el tiempo y si no lo cortás, a la mierda con tu hogar.

—Sí, deberías tomarte un descanso de ayudarlo a él con el restaurante, y venir a ocuparte de tu casa. No solo afuera están los problemas. Ayer tuve que encargarme yo misma de una plaga de insectos en tu baño —Creo que preferiría nunca visitarla en su casa a esta chica—. Por cierto, ya hemos llegado. —Mierda, se hizo rápido el viaje. Ya estoy ahí, en frente de esa especie de templo griego, tengo muchas ganas de empezar a preparar los choripanes acá.

—Hola, Nikeyra. ¿Trajiste invitados hoy? En unos segundos, estará listo el desayuno que prepara Nikolai. —¡A la mierda! De la nada aparece un dragón dorado del interior de ese lugar, tremendo cagazo me pegué. Seguramente sea ese otro parrillero del que me habló la madre de Freixla.

—Oh, aquí estás. Señor parrillero, le presento a Lymfort. Es un dragón de oro encargado de preparar parrilladas, aunque son un tanto diferentes a las que haces tú, ¿verdad? —Confirmado, es el que me había dicho.

—Así es, señora. Yo preparo parrilladas estadounidenses. Son solo algunos pocos cortes de cerdo y hamburguesas. Nada muy variado. Eso sí, veo que en la parrilla argentina hay muchas mas cosas, usan todos los cortes vacunos, incluso las entrañas. También le agregan pollos y hasta pizzas. Son unos genios. —Ey, ey, ey, pará un poco. ¿Pizzas? ¡Quien haya hecho eso, es tremendo hereje! No hay mayor deshonra para el asado argentino que sumarle pizzas.

—Olvidate de las pizzas. Un verdadero asado argentino es solamente carne, embutidos, chinchulines y nada más. Ah sí, y no te olvides de un buen vino argentino o fernet para acompañar. —Las cosas como son. ¿Es así o no, gente? Claro que sí. A propósito, hablando de chinchulines...se me antojó un poco.

—Veo que tengo mucho por aprender de usted, señor. Sería un honor tenerlo de compañero. —La madre de Freixla levantó la mano para hablar en medio de nuestra conversación sobre comida. ¿Acaso puede haber algo mas importante que una charla sobre esto? No lo creo.

—Lymfort, quería avisarte que, solo por hoy, él será el jefe de cocina. Tú serás su principal ayudante en reemplazo de mi hija, ¿estás bien con eso? —Bueno, esta va a ser la primera vez que no preparo una comida con la ayuda de Freixla. Me pregunto si esto será bueno o malo...aunque creo que va a ser para bien.

—No hay problema. Sabes que lo único que me molestaría sería que pongas como jefe de cocina a ese vikingo loco que prepara las ensaladas. Por cierto, tú, señor...no sé como te llamas, pero eso no importa. Sígueme, te llevaré hasta la parrilla en donde prepararás tus choripanes para las deidades para las cuales sirvo. —Su cabeza de dragón me hizo señas para que lo siguiera hasta el interior de ese lugar.

—Pregunta, ¿vos venís de Estados Unidos? —La pregunta es un poco estúpida, sí. Claro, ¿cómo va a haber vivido un dragón en mi mundo? Solo quiero asegurarme por las dudas.

—Sí, soy estadounidense y veterano de la guerra de Vietnam. Tenía en California una tienda dedicada enteramente a insumos para cacería y pesca, pero un día cuando fui a cazar patos, tropecé con mis propias trampas y me morí. Como verás, los dioses me trajeron aquí transformado en un dragón. Creo que querían usarme como arma mágica en una guerra, pero logré escaparme. —A la pelotita, que historia fuerte.

—Debe ser difícil ser veterano de una guerra, ¿no? Uno de mis hermanos fue a la famosa guerra de Malvinas...pero nunca regresó. Supongo que es complicado saber que podés morir y dejar a tu familia a la deriva, extrañándote. Al igual que debe ser duro ver morir a tus compañeros, con quienes... —Bueno, quise seguir hablando pero me interrumpió.

—¿Difícil ser veterano de la guerra? Amigo, con el subsidio del gobierno más las ganancias de mi negocio, vivía de prostituta en prostituta todas las noches. Tenía la mejor vida que me pudo haber tocado allá. —Bueno...parece que se toma muy a la ligera todo esto.

Al cabo de un rato, llegamos los dos a una elegante cocina, con paredes doradas, suelo celeste, como si estuviera hecho de diamante, y herramientas para cocinar plateadas. No cabían dudas de que había demasiado dinero invertido en este lugar...y los cocineros...eran todos totalmente diferentes y de distintas culturas. Un brasilero preparando una capirinha, un mexicano haciendo tacos, una española armando la paella, una china preparando una sopa wan tan, un japonés preparando sushi, un alemán cocinando salchichas y sirviendo una cerveza, y una parrilla sin trabajadores, con una gran bandera argentina colgada por encima. No cabían dudas de que esta, era una de las mejores cocinas en las que he estado, tanto en esta, como en la anterior vida.

—Esa parrilla es donde trabajarás por hoy, señor. Faltan pocas horas para el almuerzo de los dioses, asi que lo mejor será que vayamos empezando desde ahora, ¿qué me dices? —Yo creo que sí.

—Bien, tráeme carbón, un poco de leña, algo para encender fuego, los chorizos, y consígueme pan francés. El día de hoy haré los mejores choripanes de todas mis dos putas vidas. —Ese grito que pegué pareció haber motivado mucho al dragón dorado. Que así sea, quiero un ayudante eficiente.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top