Peluche 🔥
Hola, ¿qué tal están por aquí? Hemos vuelto de nuevo con un nuevo capítulo, mucho más largo para compensarlos por el de ayer. Pero de verdad, discúlpenme, andaba con un dolor de cabeza que no me dejaba concentrar mucho.
En este capítulo, al inicio, emparejé lo que se pudo con el capítulo anterior para que tuviera mayor coherencia, aunque todavía falta un bache por corregir. Pero eso lo haré en otro capítulo que dará un mejor panorama. ¡Confíen en mí!
Aquí, ¿qué puedo decirles? ¡Valientes aquellos que terminen el capítulo completo sin odiar al líder!
Pregunta: ¿Acaso no les gustó mucho el capítulo anterior? Ya que no tuvo tanta cantidad de comentarios que los demás.
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Cuando vio que su hermano arrancó ese coche con su preciado Omega, fue como si le quitaran una parte importante de sí mismo, aquella que le dolía, le arruinaba en lo más profundo de su ser. Todo con tal de que fuera a buscarlo, de que lo tuviera de nuevo en sus brazos, de mimarlo y darle todo el cariño que se merecía.
Ignorando esos pensamientos que desde lo más profundo de su ser comenzaban a subir hasta su mente, subió a su departamento para darse el baño que necesitaba luego de toda la acción satisfactoria que había mantenido con su amado peluche.
Al entrar al departamento, se dio cuenta de que todavía olía a sexo en el aire, combinado con las feromonas; un olor que causaba satisfacción a su alfa interior. Comenzó a caminar hasta uno de los estéreos para reproducir su música clásica y darse el baño que necesitaba. Continuó dando pasos hasta el baño en una danza casi sincronizada, hasta llegar ahí y encargarse de desnudarse rápidamente, quitándose la camisa, luego los pantalones y la ropa interior.
Admirando su propio cuerpo en el espejo, se sentía tan perfecto. Aquel reflejo le demostraba su superioridad, el ser importante, el ser alguien. Porque en el pasado era un don nadie, una persona a la que pisoteaban; nadie le prestaba atención en esta sociedad tan marchita, más que su esposa.
Su amada era tan perfecta para esta sociedad tan destruida que la tuvo que perder de esta manera tan dolorosa. Lo peor del caso es que él no estuvo para ella cuando entró en los juegos para ganar el dinero de su operación. ¡Oh, sorpresa! Ganó, pero ya era demasiado tarde.
Ahora solo quedaba un cascarón tan vacío, incapaz de sentir emociones o amor por alguien más. La sociedad, para bien o para mal, lo había convertido en aquello que más odiaba. Y lo peor del caso es que acabó fascinado por lo que se convirtió: alguien poderoso e importante.
Alguien a quien nadie más se atrevería a pisotear, mucho menos a atravesarse en su camino para decirle qué hacer, y mucho menos a cuestionar el amor que pudiera sentir hacia su peluche.
Dejo de divagar sobre este tipo de pensamientos para meterme en su jacuzzi a la temperatura perfecta, relajando mis músculos tensos. Comienzo a pensar en mis próximos movimientos: cómo debo actuar ante los demás organizadores de los juegos y cómo dividir mi tiempo con mi Omega.
Porque encontraré la manera de verlo las veces que sea necesario. Así que tendré que empezar desde cero: conocerlo y luego... ¡follarlo hasta cansarlo o hasta que quede embarazado! Sería tan hermoso verlo.
Incluso sentía cómo mi polla se endurecía dentro del jacuzzi. Quise masturbarme ahí mismo, pero llenar mi amada agua importada con mi semen sería demasiado asqueroso. Así que simplemente dejé de pensarlo para que se me bajara la excitación.
Cuando sintió que su cuerpo ya se estaba arrugando por estar demasiado tiempo en el agua, decidió salir, poniéndose la bata que tenía en su baño y dirigiéndose hasta su habitación. Aunque no pudo dar muchos pasos, hasta que escuchó cómo su teléfono comenzaba a sonar. "¿Quién sería capaz de interrumpir justo ahora?" Soltando una maldición, se fue hasta donde estaba.
Al contestar, se dio cuenta de que eran parte de los organizadores de los juegos y que querían la información de cómo proseguir, así que decidió comenzar a explicar:
"Tenemos todavía un año para buscar a los participantes, así que quiero que comiencen a hacer las listas y buscar a los más endeudados de Seúl. Comiencen a revisar sus vidas, sus horarios, analícenlos desde cero antes de que les entreguemos las tarjetas del juego. Traten de que sean números iguales entre alfas, betas y omegas, además de que cuenten con una buena salud para el tráfico de órganos. Cuando los tengan fichados, me pasan las listas y los revisaré. Respecto a mi llegada, lo haré la próxima semana. Todavía tengo asuntos que resolver".
Terminando de hablar, colgó el teléfono para quitarse la bata y buscar su ropa en su armario. Escogió un conjunto de seda antes de tirarse en la cama, preguntándose si su hermano ya habrá dejado a su Omega en su casa. Aunque por ahora, dejaría de prestar atención a eso y dormiría una siesta.
Solo pudo dormir unas dos horas antes de que su teléfono comenzara a sonar. Dándose cuenta de que era su hermano, decidió contestarle y escuchar lo que tenía que decir.
- Tu Omega ha intentado quitarse la vida en el poco rato que lo dejé solo. Además, apareció otro individuo que parece ser su amigo, pero lo he dejado inconsciente y amarrado. Te estoy esperando para que vengas. Ya he hecho vomitar en gran parte al mismo.
- Solo dame unos minutos y estoy saliendo para allá con el coche.
Terminando de decir esto, la llamada se colgó. Él se levantó de la cama demasiado rápido, ignorando el estado de su ropa, y se puso en marcha hacia el apartamento donde estaba su Omega.
Al llegar, comenzó a tocar el claxon para que este bajara más rápido. Sabía que su Omega podía ser capaz de esto, pero no pensó que fuera tan rápido. Hizo que lo pusieran en la parte de atrás del coche, lo tomó en sus piernas y comenzó a soltar feromonas para mantenerlo tranquilo mientras llegaban al hospital. Necesitaba que se salvara.
Simplemente no podía perderlo de esta manera. No como a su esposa. Jamás se lo perdonaría.
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-¿Cómo que hacer un lavado estomacal? -trata de decirlo sin perder el control ni comenzar a destruir el hospital-. Dígame cuántas pastillas pudo haberse tomado para llegar a estos extremos.
¿Y si hubiera consecuencias hacia su peluche cuando llegara a reaccionar? Por supuesto, esto se merecía un castigo digno de la estupidez que había cometido.
¡Porque, por Dios! ¿Cómo es posible que no hayan pasado más de veinticuatro horas de haberlo dejado solo y ya haya hecho esto? ¿Será que acaso tendría que secuestrarlo y tenerlo bajo sus dominios para que no hubiera margen de error?
La idea de tenerlo secuestrado y amarrado en su cama sonaba demasiado tentadora hasta que comenzó a sentir cómo su polla se excitaba dentro de sus pantalones solo de pensar en esta idea. Aunque sabía que debía controlarse, tenía público presente además de que su preciado peluche estaba en una cama de hospital.
Dio unas cuantas vueltas tratando de alejar las imágenes mentales que estaba teniendo justo ahora sobre su peluche, antes de volver a acercarse al doctor quien ya lo estaba esperando con su hermano. Este hizo algunos gestos con sus manos para que prosiguiera a responderle la pregunta que había dejado en el aire hace unos instantes.
-Realmente fueron 8 pastillas, pero al ser calmantes tuvimos que hacerle el lavado -tomó una pausa antes de seguir con su explicación, viendo fijamente al alfa-.Y explicaría el porqué llegó en el estado que estaba: de no haberle hecho el lavado estomacal, hubiese sido bastante difícil que por sus propios medios hubiera eliminado la cantidad de pastillas.
- ¿En cuánto tiempo podrá ser consciente para llevármelo de aquí? - soltó con un tono bastante autoritario, esperando que la respuesta fuera hoy mismo.
Necesitaba, más bien exigía, que hoy mismo saliera de aquí. Su peluche detestaba este tipo de ambientes; todo lo recordaba a su esposa antes de que muriera. Su hermano pareció notar su angustia, ya que le puso una de las manos en la espalda, dándole ánimos. Qué ridículo, pero de verdad lo apreciaba. Ya que el pasar más tiempo aquí era algo que no podía permitir, además tenía muchas cosas que atender: los berrinches de su Omega.
- A más tardar mañana permitiremos que reciba visitas y, cuando hayan transcurrido cinco días, le daremos el alta. Todo esto con el fin de que se recupere lo suficiente.
¡Cómo que cinco días en total! Escuchar eso fue como recibir un balde de agua fría. Antes de atreverse a poner al doctor contra la pared, agarrándolo por el cuello para cortarle la respiración...
- Será mejor que estos cinco días se reduzcan a dos como máximo.-continuó cortando la respiración del médico, viendo cómo se ponía morado hasta que se cansó y lo soltó, escuchando la tos del doctor.-Además, quiero que le quiten los sedantes y le pongan lo que quiero, con tal de que esté listo para mí.
- Sí, señor Hwang In-ho. Ya se le van a quitar los calmantes y se le avisará cuando esté despierto para que pueda pasar a verlo.
Vio cómo el doctor terminó de decir esas palabras para agachar la cabeza e irse lo más rápido posible de esta sala de espera. A pesar de ser un alfa, él siempre demostraría todo su poder ante quien fuera necesario. Ignorando esta escena tan patética del doctor, solo se fue a sentar en la sala de espera, soltando una que otra risa antes de ver cómo su hermano venía con dos cafés en la mano, llegando a entregarle uno.
- Te has divertido bastante jugando con el médico, de verdad, hermanito - decía dándole un trago a su café amargo antes de mirarlo fijamente. - Porque ese hombre ha salido más pálido que el papel y cuando me vio, sencillamente bajó la cabeza ante mí.
- ¿Qué te puedo decir? Aquí las personas son tan incompetentes y cuando intentas hacerles ver tu punto de vista, es que te vienen haciendo el merecidísimo caso - le dio un trago a su café amargo antes de volver a hablar. - Es que mírate, todos tienen que bajar la cabeza ante ti porque eres superior, no importa que seas un omega y quién diga lo contrario, lo mato.
- Basta, cambiemos de tema. Sabes que los halagos no se me dan muy bien. ¿Qué pretendes hacer a continuación considerando que todos tus planes se te están atrasando? - decía mientras se iba sentando al lado de su hermano, continuando tomando el café.
- ¿Qué hacer? Por ahora me encargaré de volver a disfrutar el cuerpo de mi omega, asegurándome de que ya no pueda llegar a entrar en depresión porque yo no esté a su lado. Y luego me encargaré de continuar con los preparativos de los juegos.
Vio cómo su hermano iba a decir algo más, pero más rápido fue la llegada del médico, quien simplemente le dio un asentimiento de cabeza indicándole que todo estaba más que listo con su preciado peluche.
-Hermanito, como verás, me llama la acción, así que me iré a disfrutar. Eres libre de irte o esperarme, no quiero que te pase nada malo por estar esperando más tiempo del necesario.
-Voy a estar bien, no tienes que preocuparte tanto por mí, aunque por ahora iré de nuevo al comando para que me tomen por loco con mi supuesta investigación sobre unos juegos que nunca han existido.
-Así me gustas, juicioso en lo que yo te pido, aunque ten claro: si comienza a haber sospechas, sal de ahí corriendo o di que es una mentira. Lo que menos quiero es que algo malo te llegue a pasar.
Terminando de decir eso, le dio un beso en la frente a su hermano antes de comenzar a seguir al doctor por el gran pasillo hasta la habitación de su amado peluche. Cuando llegó a entrar hasta ahí, se aseguró de ponerle seguro a la puerta, admirando lo hermoso que estaba su amado.
No tenía ningún tipo de máquina conectada en su cuerpo, además de que estaba en una cama matrimonial con sus ojos medio abiertos. Esta fue su señal. Primero comenzó a moverse por toda la habitación, cerrando absolutamente cualquier ventana o filtración de aire para que no se difuminaran en el ambiente sus feromonas.
Para luego comenzar a liberarlas, primero con pequeñas dosis para comenzar a ver cómo iba reaccionando. Al inicio, estaba sin pasar nada, así que continuó liberando más dosis hasta sentir como su Omega comenzaba a jadear inconscientemente sin saber que lo que estaba ocasionando. Esta fue señal para irse acercando lentamente hasta la cama.
Subiéndose lentamente sobre el cuerpo de su Omega, comenzó a acariciarlo suavemente, observando cómo estaba un poco pálido. Algo que solucionaría más tarde. Por ahora, se dedicó a darle besos lentos y suaves por todo el cuerpo, disfrutando de los pequeños jadeos que eran música para sus oídos.
Amaba la fragancia que emanaba del cuello de su Omega. Quería volver a marcarlo y reclamarlo ahí mismo, sería tan fácil sacar sus colmillos. Se vería tan precioso con su marca, pero también sería demasiado pronto y arruinaría toda la diversión que tenía planeada. Quería esperar a que quedara embarazado, aunque para eso tendría que continuar trabajando duro.
Repentinamente, sintió como su Omega se estaba comenzando a remover demasiado, y no era gracias al placer que estaba sintiendo. Así que se atrevió a detener sus acciones por unos instantes, subiendo su mirada. Encontró a su pareja con los ojos más abiertos, aunque llorosos, y se dio cuenta de que las feromonas ya estaban haciendo efecto. No se preocupó y continuó besando el cuello de su Omega, deleitándose con el olor a excitación que este estaba soltando.
-¿Quién eres?...-soltó con la voz entrecortada al sentir los besos en su cuello.- ¿Por qué estás en mi cuerpo besándome como si fueras mi dueño? ¿Acaso lo eres?- Soltó un jadeo al sentir como tocaban su polla. Eso lo excitaba mucho más, y comenzaba a sentir cómo se estaba mojando en su parte trasera.
De nuevo, todo estaba muy borroso a su alrededor. Parecía que alguien más estaba encima de su cuerpo, dándole ese placer que lo hacía gemir inconscientemente y a su Omega ronronear de puro placer. Sin contar las feromonas que olían tan exquisitas, ni siquiera sabía cómo fue capaz de soltar esas preguntas al sentir ese placer tan satisfactorio en su polla.
-Soy tu alfa, el dueño de todos tus gemidos, al que debes entregarte cada noche.- decía, subiendo y bajando su mano alrededor de su polla.- Ahora dime lo que quieres, Omega.
Al terminar de soltar estas palabras, comenzó a meter una de sus manos por debajo de la ropa del hospital para acariciar sus pezones, mientras su boca seguía en el cuello del Omega, chupándolo y dejando saliva ahí, haciéndole pequeños chupetones. Escuchaba los gemidos de placer que estaba dando su Omega, al igual que sentía cómo se retorcía intentando encontrar esa satisfacción del placer.
Era tan hermoso verlo de esta manera y cómo quería encontrar esa liberación. Ya había dejado de masturbar su polla para encargarse solo de sus pezones. La escena era sencillamente magnífica: tan hermoso verlo retorcerse de este placer, con los ojos llenos de deseo y las mejillas totalmente sonrojadas.
- Yo... yo te quiero dentro, Alfa. Quiero ser tuyo... sentir tu nudo dentro de lo más profundo de mí.
Escuchar esas palabras lo encendió más de lo necesario, llegando a sentir cómo su polla se iba haciendo más grande aunque ya pronto tendría la liberación que tanto estaba necesitando.
- Esta era la respuesta que estaba esperando, peluche. Ahora vamos a hacerte disfrutar como lo mereces. Mira que estás tan necesitado de una polla dentro de tu agujero.
Cuando terminó de decir esas palabras, se aseguró de arrancarle la bata del hospital de un solo golpe, admirando cómo se encontraba su hermoso cuerpo de los actos recientes. Eso solo lo excitaba mucho más rápidamente. También le quitó la ropa interior a su Omega, viendo cómo su polla ya estaba goteando el presemen. Algo tan fascinante de ver.
- Omega, ponte en cuatro dándome la espalda. Te voy a follar como nunca lo ha hecho un alfa.
Iba diciendo mientras veía cómo estaba de obediente y dócil al ponerse en esa posición. Rápidamente se quitó su pantalón y ropa interior. Comenzó a pasar sus manos por los muslos del Omega, casi acercándose hasta su trasero peligrosamente. Así estuvo en este juego por algunos minutos más antes de atreverse a meter sus dedos dentro del Omega.
Para comenzar a dilatar este precioso agujero que hacía solo unas horas había estado tomando, aunque también iba viendo cómo iba escurriendo ese líquido, se sentía tan excitado que se atrevió a probar algo nuevo como meter la lengua dentro de ese agujero. Escuchando los gemidos de su Omega, aunque ahora estaba más concentrado en chupar todo este lubricante natural de su amado peluche.
Cuando se había cansado de hacerlo, metió su polla de un solo golpe, escuchando el gemido placentero que había soltado su Omega. Esperó unos minutos antes de que se adaptara a su tamaño y comenzó a embestirlo muy suavemente a medida que lo iba sentando en sus piernas para que fuera más satisfactorio para ambos. Estuvo así durante bastante rato antes de soltar su nudo dentro de su Omega, algo que los llenó de placer a ambos.
Mientras esperaba que su nudo bajara, comenzó a tocar el cuerpo de su Omega, enfocándose en sus pezones. Amaba lo rojizos y erectos que estaban.
- No preguntaré ¿quién eres? ni cómo llegaste aquí, lo único que quiero saber es si eres mi alfa y si me amas para marcarme de esta manera.
- Claro que te amo, precioso omega, y me encargaré de demostrarte mi amor todo el tiempo. Pero respondiendo a tu antigua pregunta, solo pasaba por aquí y olí tu olor a celo. Perdóname por aprovecharme de ti de esta manera.
- Para nada tienes que disculparte, alfa. Más bien te agradezco el que me hayas tomado en cuenta para darme tu amor. Me siento tan tranquilo y amado contigo que no quiero despertar nunca de este sueño. Alfa mío, te amo.
Escuchar estas palabras llenas de amor de parte de su peluche fue tan satisfactorio, aunque igual no dejaba de ser su diversión personal con su amado juguete, que dentro de poco estaría embarazado de su hijo.
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¡Bueno, con esto hemos terminado el capítulo! ¡Cuántas emociones, verdad?
Aquí hablamos de todo un poco. En este capítulo, volvimos a tocar el tema de los espejos. Y si mi beta tester estuviera ayudándome con esta historia, ya me estaría dando su sermón psicológico sobre lo que significa. Es que ya hasta escucho su voz. Se le extraña.
Un minuto de silencio por él.
Por aquí pueden dejar su opinión sobre el líder.
Aquí pueden compartir sus teorías.
Y lo más importante: ¡aquí está el link de WhatsApp para que hablemos de la historia! Como no me deja pegar el link en los comentarios, tendremos que usar este.
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