Mente confundida.


¡Hola! ¿Qué tal están por aquí? ¡Vuelvo a reportarme con un capítulo nuevo! Antes que nada, quiero darles las gracias por todos sus hermosos comentarios, me encanta leerlos. Y todavía sigo sin creerme que con tan pocos capítulos esto haya llegado a tantas personas.

¿Qué puedo decir de este capítulo? ¡Valiente el que llegue hasta el final sin salirse las lágrimas como a mí! Todavía sigo sin creerme todo esto que acabo de escribir.

Un saludo especial para uydyeuu y kiarpil09❤️❤️

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¡Lo siento!...

¡Lo siento!...

Su mente se encontraba muy borrosa, junto con su vista, que no ayudaba en nada. Parecía estar viajando en coche por alguna carretera con alguien que conducía hacia un lugar en particular. Aunque esas palabras seguían retumbando en su mente, el por qué alguien le pediría perdón a él de forma tan fácil sería que él llegara a pedir perdón de rodillas.

Además, quería entender por qué esas palabras lo tenían con demasiado dolor en el pecho, junto con esa sensación de que su parte Omega se sentía incompleta. ¿Acaso alguien lo había reclamado como suyo y luego lo había echado a la calle?

Qué ironía sería eso si estos fueran los hechos. Se hubiera puesto a reír si no mantuviera alguna idea clara de a dónde iba o, mucho más importante, con quién. Su mente se volvió a poner borrosa y solo cerró los ojos, aunque creía que siempre los había mantenido cerrados.

Ahora, de nuevo, estaban las luces de los coches a medida que iba por la carretera, o eso creía él. Se veían demasiado bonitas, aunque solo le pegaba el reflejo de las luces, algo que lo hacía abrir los ojos por unos segundos para luego volver a cerrarlos si sentía mucho sueño. Quería mantenerse en la posición en la que estuviera.

Además, sentía una voz a lo lejos que le hacía gestos con las manos, quizás en su espalda, sin estar seguro. Solo era como para que siguiera durmiendo, pensando que era un sueño. Solo estaba asintiendo, o eso creía, ya que estaba sin tener el control de su cuerpo. Estaba demasiado débil, ni siquiera podía mirar hacia donde iban.

Si alguien le hubiera hecho una foto de su cara justo ahora, sería muy gracioso de ver cuando estuviera en sus cinco sentidos. Aunque ahora estaba sin encontrar mucha gracia a todo esto, o si la tenía.

Otra vez, medio iba abriendo los ojos, sintiendo como lo iban subiendo por unas escaleras. Creía que eran las de su casa, se parecían demasiado. Luego pasó como que abrieron un departamento. Y luego, ¿qué pasó después? Lo acostaron en una cama muy suave, quitándole algunos mechones de su cara.

Qué relajación. Solo medio pudo ver al hombre que iba caminando hacia la salida antes de ponerse cómodo en la cama, enrollándose en las cobijas para dormir a gusto. Sentía demasiado sueño y luego solucionaría los problemas de su vida, o haría el intento, vago.

"Mami, te he extrañado muchísimo. Sabes que me escapé de mi niñera para llamarte. Dime por qué ahora no vivo contigo. Te extraño mucho. Solo me dicen que ya no eres mi mamá y que no puedo verte. Es mentira eso, ¿verdad? Volverás a casa para mi cumpleaños, ¿cierto?"

"Princesa... yo no he podido ir porque las cosas de adulto se han complicado mucho en mi vida justo ahora. No te prometo que estaré en tu cumpleaños... pero quizás nos veremos pronto." Expresaba lo último con palabras entrecortadas antes de cortar la llamada.

Su hija ya no estaba con ella, había perdido su custodia. Fue sus primeros recuerdos cuando pareció tener un poco de conciencia, aunque no dejaba de ser bastante doloroso. Quería olvidar eso. Se quitó algunas lágrimas de sus ojos antes de volver a darse la vuelta en la cama y seguir durmiendo un rato más. No quería ni necesitaba despertar con este tipo de recuerdos.

Despertó de nuevo sintiendo como su cuerpo estaba bastante adolorido al intentar moverlo, en especial la zona de sus caderas. Además de esto, estaba sin entender el por qué su mente estaba demasiado borrosa, como si hubiera lagunas mentales sobre los acontecimientos que habían transcurrido durante la noche. Tenía muy claro el haber estado en el bar tomando hasta haberse emborrachado lo suficiente para hacer cualquier locura y luego que... ¡joder! ¿Qué más había pasado? Sentía que era algo importante, al menos para sí mismo.

De lo contrario, su parte Omega no se sentiría tan triste y devastada, como si estuviera buscando a alguien o algo en particular. Aunque se seguía diciendo a sí mismo que era imposible haberse pasado la noche con algún hombre, mucho menos que se hubieran fijado por su físico. Además, ¿quién tan siquiera se pararía a observarlo por más de tres minutos?

Exacto, nadie en su sano juicio. Por eso su esposa lo había abandonado y, no conforme con esto, le había quitado la custodia de su hija. Soltó un pequeño grito de frustración, el cual intentó reprimir con sus labios para que no saliera tan fuerte. O eso quería creer al sentir el sabor de la sangre en su paladar. Al pasar por esto, solo se quedó en la misma posición intentando encontrar un alivio para su dolor de caderas.

Siguiendo con este hilo de pensamientos y con mucho pesar, ya que quería seguir acostado en la cama, se fue sentando lentamente. Ya que sentía que su cadera le dolía horriblemente y, sin contar el hecho de que le estaba doliendo el irse cambiando de una posición a otra, quería gritar de nuevo. Aunque esta vez se abstuvo.

Quizás esta era una de las claras señales de que en realidad sí había pasado la noche con algún alfa, el cual quizás se complació solo mientras a su cuerpo no le ignoraba este hecho. Se pasó una de sus manos por la frente intentando aliviar un poco el dolor palpitante que estaba manteniendo sobre sus sienes, aunque seguía sin encontrar ese alivio, aunque fuera momentáneo.

Ignorando su dolor de cabeza, el cual no parecía tener ningún tipo de alivio, comenzó a reunir toda su fuerza para lograr pararse de la cama y no fracasar en el intento. Aunque cayó abruptamente al piso como un bebé que no supiera caminar, todo le estaba doliendo horriblemente. Soltó un suspiro mientras iba mirando hacia el techo antes de volver a tomar el valor para volverse a parar, sintiendo como sus piernas estaban temblando como gelatinas.

Era horrible la sensación de que en cualquier momento se iba a caer al piso de nuevo y sería más doloroso que la primera vez. ¿Cómo hizo para llegar hasta el baño? Se avergonzaba de hacerlo ya que se fue arrastrando por las paredes, todo con tal de estar sin volver a caer al suelo. Debía verse patético con las acciones que estaba realizando justo ahora.

Al entrar al baño, lo primero que hizo fue observarse en el espejo, notando lo pálido que estaba junto a sus labios totalmente hinchados. Tenía claro que no era por habérselos mordido hace unos minutos. Ignorando su estado inicial, agarró un poco de impulso y se sentó en la poceta para comenzar a desvestirse.

Primero comenzó con la camisa de botones, tratando de mirar lo menos posible su cuerpo. Luego, se agachó un poco para quitarse los zapatos y bajar completamente sus pantalones y ropa interior, sintiendo cómo estaba pegajosa. Ignorando esto, las tiró al suelo, importándole poco dónde iban a caer.

Comenzó a mirar hacia cualquier parte: el techo o las baldosas del piso, todo con tal de mirar lo menos posible su cuerpo. Ahí estaba la prueba viviente de lo que había pasado, y él no quería asumirlo, mucho menos de esta manera tan vergonzosa para sí mismo.

Soltó un suspiro un tanto entrecortado para no desplomarse ahí mismo, apretando sus uñas sobre sus manos. Cualquier cosa lo suficientemente fuerte que lo hiciera dejar de pensar en lo que estaba viendo. Cuando sintió que el dolor de sus palmas había sido lo suficientemente fuerte, dejó de hacer esa acción para pararse de donde estaba sentado y acercarse a la ducha.

La abrió, poniendo el agua lo más caliente posible, mientras él se iba deslizando por las baldosas hasta caer en el suelo, un gesto totalmente patético. Mientras tanto, iba tomando el valor suficiente para comenzar a examinar su cuerpo.

Comenzando así por los brazos, los estiró mientras las gotas de agua iban cayendo en todo su cuerpo. Al observarlos, se dio cuenta de las marcas que había en ellos: diferentes mordidas, besos y, en especial, sus muñecas estaban moradas. Parecía que lo habían amarrado en algún lugar para que sencillamente no pusiera resistencia.

Entonces, esto había pasado. Él había resistido, y se habían aprovechado de su persona como si fuera alguien que pudieran usar y luego desechar como una basura. Trataba de ignorar esos pensamientos, de ignorar cómo quizás sus lágrimas ya iban saliendo, solo que se iban confundiendo con la misma agua.

Se sentía patético, alguien que no valía para nada, ni siquiera para poderse defenderse a sí mismo ante los abusos que sufría su cuerpo. No, no era justo pasar por esto solo porque él era alfa y podían hacer lo que quisieran con su cuerpo.

Terminando de armarse más de valor, se atrevió a pararse de nuevo, agarrándose de la pared para ver lo que más temía: aquello que había confirmado lo acontecido esa noche. Soltando un suspiro, comenzó a ver sus piernas, admirando todas las marcas que había dentro y fuera de sus muslos. Algunos ya se estaban poniendo morados también. Al fijarse, vio que sus tobillos tenían las mismas marcas moradas que sus muñecas, lo que indicaba que también lo habían amarrado por ahí.

Ya no quería verse nada más; solo quería dejar de jugar a tener esta valentía repentina; solo quería meterse en sus cobijas, dormir y quedarse ahí por todo el tiempo que fuera necesario. Un dolor de nuevo en las caderas le hizo volver a la realidad tan abruptamente; necesitaba terminar con esto lo más pronto posible.

Sin mirar lo menos posible, acercó una de sus manos hasta su entrada, metiendo un dedo lentamente y comenzando a sacar el semen que estaba pegado. Antes de comenzar a atravesar y meter el dedo mucho más profundo, mientras mordía su otra mano, esto le ardía como un carajo.

Cada vez que iba metiendo más sus dedos dentro de su agujero para sacar todo ese semen, sentía que cuanto más sacaba, más le ardía y se sentía mucho más miserable al estar haciendo esto, y mucho más en esta posición.

Cuando creyó que ya no había más semen en su interior, volvió a deslizarse en el piso y esta vez ya no pudo aguantar más. Puso su cara entre sus rodillas mientras iba llorando.

Soltando toda la frustración que sentía por dentro, el hecho de que las lágrimas calientes se confundieran con el agua lo hacía un poco más liviano, aunque estaba sin quitar todo lo que su interior estaba sintiendo. Quería gritar, quería destruirse así mismo, acabar con todo.

Se fue por el primer pensamiento que pasó por su cabeza, que fue el soltar un grito bastante fuerte.

- ¡Ahhhhh!... Odio esto; odio al alfa y mucho más a mí por reaccionar de esta manera... ¡Ahhhhh! ¿Por qué tengo que ser yo... quien deba sentirse de esta manera?... ¡Ahhhhh!

Tan miserable...

Cuando este último grito salió de su garganta, por fin pudo liberar todas las lágrimas que tenía en lo más profundo de su ser. Sin importarle un carajo si iba golpeando las baldosas con sus manos, necesitaba de alguna manera sacar todo lo que estaba manteniendo en su interior o definitivamente sentiría como si lo consumiera por dentro.

Mientras se mantenía en esta posición, intentaba recrear en su mente cuáles habían sido los hechos que lo habían llevado hasta este punto tan miserable.

Su mente comenzaba a trabajar a medida que mantenía los ojos cerrados, como una manera de que esos recuerdos vinieran mucho más rápido a su cabeza.

Un hombre se le acercó, tomaron una bebida juntos, luego todo se volvió borroso y de nuevo había llegado, por sus propios medios, hasta el departamento de este hombre. Y luego, cuando intentó huir de ahí, para nada tenía sentido. O sea, intentó hacerlo, entonces ¿qué lo detuvo? ¿Cómo llegó hasta su departamento por sus propios medios?

¿Acaso esta persona lo conocía? Porque de lo contrario, lo hubieran dejado en ese lugar y se hubiera ido por sus propios medios. Pero si esto era así, solo podía significar que lo estaban siguiendo, quizás desde hace algún tiempo.

Si esto estaba siendo así, no quería comenzar a pensar lo peor: que tal vez esa persona que le hizo esto estaba involucrada con los juegos que el mismo intentaba destruir y que esto era algún tipo de venganza o algo para que él mismo dejara de pensar en este asunto y se olvidara. Esto solo lo hacía crearse un millón de pensamientos que estaban sin llevarle a ningún lugar en particular.

Y quizás lo más cumbre de toda esta situación es que su parte Omega se sentía tan devastada como si le hubiesen quitado a lo más valioso, aunque él mismo estaba sin sentirlo así. Para él era como si hubiesen abusado de su persona.

Se atrevieron a tocarlo sin su consentimiento, a violarlo. Ohh, joder, al fin se le terminaron cruzando esas palabras en su cabeza, aquellas a las cuales sencillamente no quería creer a pesar de haberse sacado el semen de su interior hace unos minutos. Pero admitirlo significaba que era patético y que así como un desconocido se atrevió a hacerle esto, cualquier otra persona podría hacerlo solo porque él dictaba ser un Omega.

Cuando estos pensamientos seguían rondando en su mente, lo único que podía hacer era continuar mordiéndose los labios fuertemente para acallar esos sollozos que querían escapar de lo más profundo de su ser, mientras volvía a sentir como las lágrimas calientes volvían a mojar sus rodillas, las cuales habían parado hace algunos minutos intentando encontrar un culpable. Pero ahora, al ver esta situación de nuevo, volvían con mucha más intensidad.

Ya ni le importaba que el agua continuara cayendo en su cuerpo, el cual se iba poniendo más arrugado por haber pasado demasiado tiempo aquí en la ducha, y mucho menos que las lágrimas siguieran a las gotas de agua. Quería parar todo, un interruptor, a pesar de que él no fuera culpable.

Se sentía culpable y nunca debió haber salido esa noche para llegar a tomar. Sentía que su cabeza estaba palpitando mucho más del dolor, quizás fue la señal para llegar a pararse, apagar la ducha y salir de ahí cuidando de no resbalarse.

Para acercarse hasta el lavamanos donde había dejado unas pastillas hace unos minutos, las agarró con sus manos totalmente temblorosas que hasta se le llegaron a resbalar el frasco, cayendo muchas de las pastillas en el suelo. Soltó un quejido por tener que agacharse y recoger algunas, intentando meterlas en el pote.

Hasta que sencillamente se cansó de eso al ver cómo caían de nuevo en el piso y él de nuevo estaba ahí agachado, totalmente desnudo, intentando agarrar unas pastillas.

Con las lágrimas que de nuevo no podía contener, sencillamente agarró unas dos pastillas, las cuales se metió en su boca, tragándolas de un solo golpe bastante seco por la falta de agua.

Con todo el dolor de su cuerpo, se volvió a parar, apoyándose del lavadero antes de, por última vez, admirar su rostro en el espejo. Ahora, aparte de los labios hinchados y algunos rastros de sangre, sus ojos también estaban hinchados por tanto llorar.

Ignorando esto último, salió de ahí e ir hasta su habitación buscando la primera ropa que encontrara. Se trataba de su ropa interior, un mono y una camisa blanca totalmente calientitas, las cuales se puso lo más rápido que pudo, ignorando su cuerpo antes de volverse a tirar en la cama, entre las cobijas.

Solo necesitaba ignorar todo. Quizás pasaría si dormía por unas horas. Volvería todo de nuevo a la normalidad. Nada de esto estaría pasando. Si esto era lo necesario, cerraría sus ojos y descansaría.

Dormir y dormir todo lo que necesitara hasta que su propio cuerpo se recuperara del dolor, se iba diciendo a sí mismo a medida que estaba arropado con las cobijas e iba cerrando sus ojos lentamente para dejar de pensar en esto.

¡Qué maravilloso se sentía el que estaba durmiendo! Su mente estaba en blanco, los pensamientos estaban fuera de su radar.

Aunque repentinamente sintió como alguien le quitó la comodidad de sus cobijas y lo comenzaba a sacudir para que reaccionara. No quería que nadie lo despertara, solo quería seguir durmiendo hasta que todo pasara o dejara de doler.

-Sung Ki-hoon, ¡por un carajo reacciona! No me hagas esto,- expresaba la persona al borde de la preocupación mientras lo continuaba moviendo.-Me puedes ayudar a entender qué rayos ha pasado contigo. Te desapareces durante tres días, no sé nada de ti y mira en el estado en que te encuentro.

Tres días... ¡ah! Entonces esa persona lo mantuvo secuestrado más de una noche. Un dato interesante, aunque lo que quería hacer era continuar durmiendo, no que su amigo viniera hasta aquí solo para despertarlo de su sueño y además revelarle lo obvio de no estar en su casa.

-¿Acaso te encuentras drogado o qué te ha pasado?- comenzó a darle algunos toques suaves a sus mejillas para que reaccionara y no se durmiera de nuevo. -Vamos, ¡por un carajo! Trata de mantener los ojos abiertos más de unos segundos, intentando entender qué te pasa, pero no entiendo.

Hasta él mismo estaba tratando de entender lo que había pasado en estos tres días, porque en definitiva lo habían violado y drogado en contra de su voluntad. Su antigua pareja tenía mucha razón al decir que no era capaz de cuidarse a sí mismo, mucho menos que su hija.

Soltó una risa muy suave antes de volver a medio abrir los ojos, enfocando a Park Jung-bae frente a sus ojos y dándose cuenta de que lo estaba intentando despertar.

-¡Oh, mi buen amigo Park Jung-bae! Qué bueno que te veo aquí para contarte las últimas novedades de mi desaparición. Resulta y acontece que me secuestraron, violaron y drogaron, ¡y oh, sorpresa! Ahora estoy aquí.

Terminó de decir lo último soltando una risa muy rota que se transformó en lágrimas y medio viendo las expresiones que estaba poniendo su amigo antes de que este lo abrazara fuertemente sin soltarlo.

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Y bueno, hemos llegado hasta el final. A quienes llegaron hasta aquí sin que se les salieran las lágrimas, los leo.

Como dato curioso (que nadie pidió), sé lo que siente la sensación de sentirse sucio y culpable, aunque no seas tú. Así que, de cierta manera, fue como expresar lo que no se dijo en su momento.

Cambiando de tema radicalmente, abro oficialmente la sección del bebé de nuestro protagonista.

Opciones:

A) Que el bebé nazca antes de los juegos y lo deje al cuidado de alguien más.

B) Que entre embarazado al juego del calamar pero en sus últimas semanas y que el parto se le adelante en el segundo juego, complicando más la trama.

¡Los leo!

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