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La Inquisición era un grupo creado por Darth Sidious para perseguir a los jedi sobrevivientes a la orden 66. Al igual que los sith ellos manejaban la fuerza del lado oscuro, siempre fueron fieles al emperador y su discípulo aunque en la caída del Imperio se olvidaron de ellos, de los pocos que quedaron. Después de tantos años cualquiera imaginaria que ya no quedaban, que se habían extinto pero no fue así. Asajj Ventress se encontró por casualidad con el último grupo de inquisidores, con el paso del tiempo engendro a Zigor, quien fue entrenado por sus padres para dominar el lado oscuro de la fuerza.
Con el paso del tiempo y gracias a las historias de sus padres, Zigor emprendió la tarea de encontrar personas sensibles a la fuerza para ser entrenados por él. Al saber que había una Academia Jedi, supo que debía destruirla, los alumnos de Skywalker eran niños, los de Zigor eran hombres, y tenían una considerable ventaja.
Al descubrir donde estaban los nuevos jedi, tomó a un grupo de sus mejores alumnos, pero al llegar estaban todos muertos. La furia recorrió su cuerpo, necesitaba saber quien le había robado el placer de acabar con lo que restaba de la religión Jedi.
Tiempo después lo descubrió, el rumor de que Ben Solo había traicionado a su familia llegó a sus oídos, debía tomar venganza, o al menos eso pensaba.
Con la proclamación de la Primera Orden, Zigor quizo hacer lo que su padre, hacer que sus inquisidores fueran la nueva mano ejecutora, pero nunca lograron ese objetivo.
En su tiempo de meditación, la fuerza le mostró una visión, se trataba de los difuntos dioses de Mortis y un par de bebés que aún no nacían, en esa visión él vio equilibrio, el cual no deseaba, en su mente, la idea de que el caos debía reinar era persistente, y ya sabía que debía hacer: sacrificar al lado luminoso para que la oscuridad reine la galaxia.
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Ventress había hecho su tarea, contrató caza recompensas para vigilar a los emperadores, buscó sus direcciones y consiguió sus agendas gracias a un maestro decodificador que hakeó su base de datos. Con unos cuantos códigos podían dejar a las Primera Orden en quiebra, pero no, el saber donde estarían cada instante del día era más valioso que todos los créditos de la galaxia.
Al analizar la información dada por el maestro decodificador vio que había un espacio de al menos un mes que estaba marcado en un color diferente y sobre el área coloreada decía “viaje Ahch-To”, hizo cuentas y sus cálculos coincidieron con la fecha del nacimiento de los bebés de la profecía. Ahora ya sabía donde sería el ritual.
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Habían pasado cinco meses desde que regresó Rey con Ben. Ella quería vivir su embarazo con tranquilidad, pero su marido se negó a ir a Naboo, los médicos de Coruscant eran reconocidos por ser los mejores en toda la galaxia y tenerlos cerca por cualquier emergencia era mejor a tener que esperar años luz a que llegarán a su planeta hogar.
Rey ya tenía 7 meses y medio de embarazo y era notable, las dos criaturas hicieron que él vientre de la emperatriz creciera exponencialmente. Aún no le contaba a Ben lo que los espíritus de la fuerza le habían dicho y debía hacerlo antes de que llegará la fecha.
Mientras más pasaba el tiempo, más crecía el nudo en la garganta a la mujer, no sólo por el miedo de perder a sus hijos en cualquier momento, sino el de no decirle por completo la verdad a su amado esposo.
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Ben se despertó sobresaltado, su cuerpo dejaba caer litros de sudor, había tenido una pesadilla, una en la que perdía a los tres, su esposa y a sus hijos, en su sueño no había podido hacer nada para ayudarlos, se sentía impotente.
Salió a la terraza a tomar aire, meditaba con los brazos cruzados en la espalda. De un momento a otro sintió una presencia, al abrir los ojos se encontró con el espíritu de Anakin, su abuelo.
-Estas preocupado.- afirmó su abuelo.
-Si, tengo miedo de perderlos.
-Recuerda que el miedo lleva al lado oscuro.
-Que más da temer, si ya estoy ahí.- dijo sin perturbar su posición.
-Hace tiempo, me pasó igual.- el tono de Anakin cambió al recordar como se unió al lado oscuro. -Tenía visiones donde perdía a Padme, traté de buscar ayuda y los consejos que me fueron dados no los escuche.- Ben volteó a mirarlo. -El futuro aun no está escrito, pronto nacerán mis bisnietos, debes tener paciencia y no dejarte guiar por tus impulsos.
-Lo sé, aunque no sé hasta que punto seré capaz de aguantar este sufrimiento.
-Cuando sientas ese temor, ven aquí y te acompañaré.
-Gracias abuelo.- dijo dando una sonrisa de lado.
Cuando el espíritu de Anakin se marchó, Rey salió con una capa entre las manos y se la colocó a Ben, le dio un beso en la mejilla y se paró a su lado a contemplar el amanecer.
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Luke viajó esa mañana a Ahch-To en compañía de su viejo amigo R2-D2, debía iniciar los preparativos para el ritual de sellado.
En cuanto llegó fue bien recibido por los lugareños de la isla, quienes de inmediato le ofrecieron su vieja choza para que descansará.
La última vez que el droide azul y blanco había estado en la isla, no pasó de las escaleras, está vez Luke uso la fuerza para hacer al droide levitar y llevarlo hasta lo alto. En cuanto dejó al droide en su choza, Luke fue donde unas cuidadoras, les explicó el motivo de su visita y los materiales que necesitaría, entre ellos estaban las cenizas del viejo árbol que sirvió como biblioteca.
Al tener todos los materiales se dirigió a la cueva de lo alto de la montaña donde una vez le dio lecciones a Rey. El viejo hombre sonrió al recordar el pasado, en ese momento había puesto su fe en Rey, su última alumna, ahora se alegraba de haberlo hecho.
Con uso de la fuerza colocó una enorme plancha de roca en el centro de la cueva, justo donde entraban los rayos de los soles del sistema. Con ayuda de los cuidadores colocó antorchas al rededor de las paredes de roca y dentro de cada antorcha apagada puso un poco de ceniza del viejo árbol.
Llevaba consigo un generador de escudo que colocó en la sima de la montaña para que cubriera por completo la cueva, no sabían que ocurriría ese día y era mejor prevenir a lamentar.
Las cuidadoras comenzaron a tejer mantas de un hilo especial, sus manos se movían con velocidad entretejiendo las hebras para formar un solo producto.
Luke fue donde de encontraban otros lugareños y con su ayuda se puso a hacer velas azules.
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Rey, que estaba medio dormida, buscó en la cama a su esposo, al no sentirlo se puso de pie y lo fue a buscar al balcón, se encontraba sólo aunque sintió un leve rastro de energía conocido.
-¿Estuvo aquí tu abuelo?- le preguntó conforme se acercaba.
-Si, se acaba de marchar.- dijo mirando la inmensidad del espacio.
-Es agradable, me hubiera gustado verlo en vida.
-No era como ahora- respondió de inmediato -Antes estaba lleno de confusión, se dejaba llevar fácilmente por sus instintos.- la abrazo del hombro y la acercó a él -Esa fue su perdición.
Rey escuchaba los comentarios de Anakin, aunque los dejaba en segundo plano, algo le decía que ese era el momento de decirle el resto de la historia a Ben.
-Ben, necesito hablar contigo seriamente.- dijo interrumpiendo.
-¿Es sobre nuestros hijos?
-Si…- Rey miró al suelo, el nudo en su garganta no la dejaba articular palabra, tenía miedo a la reacción de Ben.
Le contó todo, la visita de los espíritus, sobre sus sueños, quienes serían sus hijos y porque había elegido Ahch-To para realizar el parto. La reacción del hombre no fue la que esperaba.
-De algún modo, ya lo presentía. Sabía que nuestros hijos serían especiales.
-Lamento no habérselo dicho antes.
-Te di motivos para desconfiar en mi.- le dijo él con la voz entrecortada. – Debemos protegerlos, no sólo porque son nuestros hijos.
Fueron interrumpidos por Hux, quien entró abruptamente al balcón.
-C-3PO me dijo que estaban aquí.
-¿Qué ocurre? ¿pasó algo malo?- Preguntó Ben.
-Estaba revisando nuestra base de datos y alguien nos Hakeó. Extrañamente sólo se llevaron una copia de su agenda.
-¿Sabes quien fue?
-Algo me dice que fue el maestro decodificador que ayudó a los rebeldes a infiltrarse en la Supremacía hace años.
-¿Por qué se llevaría sólo nuestra agenda?- preguntó Rey incrédula.
-Porque quieren saber donde estarán en cada instante del día.- dijo la voz de una mujer que no reconocieron.
Entraron al balcón Han y Leia, acompañados de una mujer togruta que traía puesta una capa blanca y traía un bastón largo del mismo color.
-¿y usted es?- Preguntó Ben.
-Ahsoka Tano- dijo Leia -Ella fue padawan de Anakin.
-Entonces es Jedi.- dijo Rey.
-No,- dijo Ahsoka, su voz estaba realmente desgastada -Nunca terminé mi entrenamiento, por razones mayores renuncie a la orden Jedi.- los miró a todos y se detuvo en el vientre de Rey, sonrió ligeramente -He descubierto que un grupo de fanáticos al lado oscuro quiere a sus hijos, si logran su objetivo traerán caos a la galaxia.
-¿Sabe donde están?- preguntó Ben.
-No, tampoco sé que planean hacer. Pero algo es seguro, estarán en Ahch-To el día del parto.
-¿Cómo podemos confiar en usted?- cuestionó Hux.
-No estaría aquí si no fuera importante.- respondió ella.
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Ben abandonó el balcón, lo siguió Hux. El emperador se dirigió a su despacho y tomó asiento en su silla de cuero negra.
-Aumentaré el nivel de seguridad en los códigos, nadie volverá a entrar en nuestro sistema.
-Eso no es lo que me preocupa.- dijo Ben entrelazando sus dedos sobre el escritorio. -llevaré con nosotros a parte de la flota rebelde, habla con Poe y dile lo que escuchaste.
-Sabes que me gustaría ir contigo.
-También sé que tienes una esposa embarazada, no te puedo pedir que vengas.
-Lo siento tanto.
-Solo promete que mientras regresamos continuaras haciendo un gran trabajo.
-Así haré.- respondió Hux extendiendo la mano para apretar las palmas con su amigo.
**Notitas llenas de Love**
Gracias a todos por leer, espero que les esté gustando está extraña historia. Les deseo unas excelentes vacaciones, si viajan, háganlo con precaución.
Que la fuerza los acompañe 😙.
Abrazos y besos Yahaira MoRz.
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