21

Ben y Rey se habían establecido en Naboo por invitación de la realeza, sin embargo, su morada se encontraba en la cima de una de las montañas mas altas del sistema.

Ya habían pasado cinco años desde el nombramiento de Ben como emperador de la galaxia, y como lo habían predicho, todo marchaba con tranquilidad, no había guerras, no había discusiones, la paz reinaba, aunque sabían que era solo por un lapso de tiempo, que tarde o temprano alguien trataría de obtener el poder que poseían los emperadores. 

Sus vidas se volvieron rutina, cada cierto tiempo la pareja viajaba a alguna parte de la galaxia para distraerse de sus deberes y regresar a reinar con el amor y comprensión de siempre.

Rey se había enamorado de su trabajo, le gustaba ayudar a los necesitados, iba a orfanatos constantemente a ver a los niños que estaban como ella, abandonados.

La pareja quería tener un bebé, pensaban que ya era tiempo de hacer mas grande la familia, la ilusión de criar a un pequeñito o una pequeña no sólo los inundaba a ellos, sino a toda la galaxia.

La investigación por parte de Luke comenzó, debía saber que riesgo corrían al intentar procrear. Rumores sobre la posible muerte de la emperatriz al tratar de engendrar llegaron a los oídos del anciano, y ciertamente lo preocuparon, el conteo de midiclorias de Rey era muy elevado, aun mas que el de Ben, incluso se atrevía a decir que era mas elevado que el de Anakin.

○●○●○●

La preocupación en el circulo familiar de los Solo-Skywalker-Organa, era cada vez más grande. Leia y Han,  quienes habían disfrutado de su retiro querían ser abuelos antes de morir. La mujer sabía que no les quedaba mucho ya que habían vivido una larga y cansada vida.

Luke por su parte continuaba su investigación con viejos holocrones que había encontrado en el templo jedi de Coruscant. Estos estaban llenos de valiosa información sobre la cultura jedi, pero nada sobre una de ellos embarazada. Esto hacia reflexionar seriamente al anciano, el <<Será mejor que no lo intenten.>> pasó por su mente, Rey podría correr un grabe riesgo al mantener mas midiclorias de la que su cuerpo podría soportar.

Después de varias días, Luke decidió decirle a sus sobrinos lo que pensaba al respecto.

Los citó en su casa. Se reunieron en la sala de la mansión y comenzaron su charla. El decidió iniciar por contar que no había encontrado información al respecto, pero que consideraba que era un grave riesgo.

- Se los digo de esta forma…- calló unos segundos para reflexionar -Ben, sabes que los quiero y que no haría  nada para impedir su felicidad.

- Lo sé, Tío, y estoy de acuerdo. Sí la vida de Rey puede correr riesgo, será mejor no intentarlo.- Ben volteó a verla y la tomó de la mano -Podríamos adoptar, hay muchos niños que merecen amor, amor que nosotros les podemos dar.- trató de persuadirla.

- No, yo quiero esto Ben, quiero que tengamos a nuestro hijo como siempre lo hemos planeado.

- Rey…- dijo Leia – Sé por lo que debes estar pasando, pero si te pones en riesgo… que la Fuerza no lo quiera, pero si mueres ¿Qué pasará con tú  bebé?

- Sé  que si algo me llega a pasar, mi hijo tendrá una familia que lo va a amar.

- Niña,- dijo Han -sabemos que quieres saber cómo es la maternidad, ¿porqué no intentas lo de la adopción? Al niño que elijas lo querremos igual que si lo hubieran engendrado.

Se convirtió en una discusión, todos contra Rey, y Rey contra todos. Nadie quería perderla, de ningún modo era una opción. Luke le contó sobre su abuela, Shmi Skiwalker, y como las midiclorias habían engendrado a Anakin, le dijo que esos microorganismos son impredecibles, que sólo seria voluntad de la Fuerza lo que pasará en el futuro.

-Fue voluntad de la Fuerza que yo conociera a Ben, que yo fuera parte de esta familia…- Rey tomó un respiro. – Sé que será difícil, pero debo hacerlo…- miró un momento al suelo, apretó los ojos y los puños -Hace unos días, fui a la fragata médica, sufrí de leves mareos, creí  que sería anemia, el droide médico me hizo estudios detallados para descartar cualquier cosa,- se giró Ben, lo vio a los ojos, sostuvo sus manos entre las suyas – me dijo que estaba embarazada, por lo menos 10 semanas.

Los rostros de los presentes expresaron pánico en lugar de felicidad, claro que la sentían, pero también preocupación, si Rey llegase a morir, Ben podría retomar su camino al lado oscuro y eso traería caos a la galaxia.

-Entonces estamos a tiempo.-  dijo Ben tenso.

-¿A tiempo de qué?- cuestionó su madre.

- Si este embarazo pone en riesgo la vida de Rey, entonces debe ser interrumpido.

El rostro de  la emperatriz palideció, sus ojos se abrieron como platos, negó con la cabeza, soltó la mano  de su esposo, se puso de pie y sin decir mas abandonó la sala.

- ¿Cómo puedes decir eso, Ben?- le dijo Han -estás hablando de la vida de tu hijo.

Ben volteó la mirada, estaba molesto. Se puso  de pie y salió detras de Rey.

- Será mejor que arregles esto.- volvió a decir el ex contrabandista.

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Ben encontró a Rey a la orilla del río que adornaba su casa. Se puso a jugar con algunas rocas, las lanzaba al agua y después trataba de contar cuantas ondas creaba. Suspiraba fuertemente una y otra vez, pensaba que iba a pasar por ese proceso sola.

Ben se acercó a ella, trató de hacer contacto físico, pero ella lo alejó, estaba realmente molesta.

-Sabes que si te pierdo me volvería loco ¿verdad?- ella lo ignoraba -Rey, no quiero perderte, podemos adoptar a los niños que quieras, pero no corras este riesgo.

Rey trató de marcharse, pero el hombre la detuvo sujetándola de la mano, ella dio un tirón para soltar su agarre. Y entonces explotó:

-¡Déjame sola!- le gritó – ¡No voy a deshacerme de mi hijo!- los ojos de la emperatriz dejaban caer algunas lágrimas.

Ben volvió a tratar de acercarse a ella para abrazarla, ella lo dejó está vez, necesitaba consuelo después de sus palabras. Cuando se calmó un poco lo miró a los hijos y continuó.

- Si continúas queriendo deshacerte de mi hijo, considera nuestro matrimonio como terminado.

- No estarás hablando en serio ¿o sí?

- Ben, este bebé es el producto de nuestro amor, y no me voy a deshacer de él.

- ¿Pero sí de nuestra relación?

- Es diferente, estamos hablando de la vida de nuestro hijo.- él se quedó sin palabras -Cuando hayas pensado en esto, búscame.- se dio la vuelta y comenzó a caminar.

- ¿A dónde iras?

- A D'Quar, con mi familia.

○●○●○●

Rey se fue a su dormitorio a preparar sus maletas para su viaje, empacaba lo esencial, hacia bolas la ropa, la guardaba con rudeza, desquitaba su molestia con sus objetos, sobó su vientre y dejó salir una sonrisa.

Dejó de empacar, tomó su sable doble y salió al campo de meditación. Inició su entrenamiento, dejó salir toda la ira que sentía contra Ben por sus palabras.

Espalda y brazos comenzaron a dolerle después de horas de entrenamiento, sentía como el sudor le corría por todo el cuerpo, sus piernas temblaban de cansancio, la derrotaron y cayó de rodillas. Respiraba aceleradamente. Para tranquilizarse se colocó en posición y comenzó a meditar. Inhalaba y exhalaba ampliamente, sintió presencias de la Fuerza, abrió los ojos y se encontró rodeada de espíritus.

Inclinó la cabeza por respeto, a dos los conocía, eran Yoda y Obi-Wan, el resto eran extraños.

-Joven Rey, a verte hemos venido.- dijo el anciano mas pequeño.

-Sabemos que estas embarazada.-dijo Obi-Wan, Rey tocó el vientre.

-A esos niños debes proteger.- dijo un tercero a quien no reconoció, sólo era una voz.

-Y eso aré ¿Maestro?...

-Qui Gon Jin.- respondió de nuevo la voz.

- No logró verlo.

- Es porque yo morí antes de terminar mi entrenamiento.- una leve brisa tocó el rostro de Rey, la sintió como si fuera una caricia – Pero aquí estoy.

-Entiendo.- regresó al tema anterior. – Yo protegeré a mi hijo con mi vida.

-De dos pequeños estamos hablando, joven Rey.

-Entonces son dos ¿eh?- la mujer sonrió ampliamente.

-Tus hijos son los nuevos elegidos de la Fuerza.- dijo el cuarto a quien reconoció de inmediato, el hombre tenia el aspecto de un viejo cualquiera, pero una cicatriz en su rostro hacia que lo reconociera de inmediato. 

-¿Maestro Skywalker?

-Hace más de 70 años, el maestro Qui Gon me llevó al templo jedi, yo era el elegido,- miró al suelo con melancolía – Pero no cumplí con mi destino, no me quedé con los dioses de Mortis, y fue mi culpa que murieran.

- En sueños los he visto.- dijo Rey en voz baja.

-Ellos murieron en forma física Rey, su espíritu se hizo uno con la fuerza.- dijo Obi-Wan, después los hombres se miraron entre sí -Te han elegido para ser su nueva madre, deben regresar al plano físico para continuar con el equilibrio.

-¿Quieren decir que seré la madre de los nuevos dioses de la Fuerza?

-Eso es correcto.- dijo la voz incorpórea.

-¿Entonces no son hijos de Ben?- preguntó ella temerosa de la respuesta.

- No, de dos se necesita para dar vida. Sólo de un caso se ha sabido que las midiclorias han engendrado a un niño.

-Anakin Skywalker.- respondió ella de inmediato.

- En efecto.- dijo el mismo Anakin.

-Sin embargo, en peligro grave tu estas.- dijo de nuevo el mas pequeño.

-¿Qué quiere decir, Maestro Yoda?

-Dar a luz a esos pequeños podría matarte.- dijo la voz de Qui Gon.

-Un ritual será necesario en el parto y de los dos se necesitará.- explicó Yoda -hummm… de los dos padres  el dominio de la Fuerza es necesario, y un sello, sí, para el poder de los recién nacidos controlar.

- No hay puertas a Mortis, la única existente fue destruida hace muchos años, por lo que el poder de tus niños debe ser sellado en Ahch-To.

-Ben no querrá ser parte de esto, maestros.

- Con el tiempo entenderá.- dijo Anakin. -Nosotros hablaremos con Luke para ponerlo al tanto con los preparativos del ritual.

-Gracias por todo, maestros.

- Que la fuerza te acompañe, Rey.- dijo Qui Gon.

Ella se puso de pie y se inclinó ante sus maestros.

Al desaparecer con el viento Rey se sintió desfallecer, era mucha información que digerir. Debía proteger a sus bebés de cualquier peligro y en ese momento Ben era uno.

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