17

**Advertencia: Este capítulo contiene smut/lemon**

Al día siguiente después de su rápido desayuno, Ben se entrevistó con Leia y Poe.

Leia permanecía sentada, relajada y atenta a todo lo que sucedía, analizaba cuidadosamente las palabras de Ben y Poe sin interferir, solo estaba como moderadora y consejera, por su experiencia, sus consejos eran muy bien recibidos por ambos.

-Muy bien.- dijo Poe –Entonces nosotros tendremos presencia militar, quiero que regresemos a D'Quar, nos darán armamento.

-Te puedo ofrecer lo siguiente.- dijo Kylo cruzando sus dedos sobre su escritorio –Un representante tuyo de confianza estará en la base principal que tenemos en el borde desconocido, ahí se concentra nuestra armada. Esa persona tendrá autorización a nivel de mis caballeros de Ren, por lo que sabrá casi todo, nuestros planes y misiones principales.- se dejó caer en su silla de cuero negra. –Tu tendrás autorización a nivel de Hux, por lo que sabrás parte de nuestras cuentas de contabilidad entre otra información que mantenemos como clasificada.

-¿Porque no a tu nivel?- cuestionó Poe.

-Porque soy el emperador, puesto que conseguí políticamente, hubo una votación en el senado y fueron ellos quienes me entregaron el poder, y como emperador hay cosas que no pueden salir del senado, de los políticos, cosas que no puedes saber.

Antes de que Poe pudiera decir algo Leia habló:

-Entonces se le dará a la resistencia el armamento para defender a la galaxia en caso de que la primera orden desee atacar.

-Exacto, y tendrán acceso a información clasificada, para que esta relación tenga la mejor transparencia.

-Muy bien, es un trato.

-Por supuesto también les voy a pedir que sus hombres estén bien entrenados, ya que serán como una segunda defensa a la galaxia en caso de que nosotros no podamos hacer nada. De igual forma enviaré a uno de mis caballeros para que tenga el mismo nivel de autorización que tu persona de confianza.

-Me niego.- dijo Poe de inmediato. Leia tomó su mano y lo miró a los ojos.

-Poe es justo y necesario, si ellos te darán su información clasificada es justo que hagamos lo mismo.

-Muy bien.- dijo a Regañadientes. – ¿Tienes a alguien en mente?

-Sí,- afirmó –Es una de mis caballeros de Ren, es de confianza y necesita un cambio, su nombre es Zynda.

-Si me permites, Poe- hablo Leia –Te recomiendo que envíes a la Teniente Connix.

-Es en ella en quien pensaba.

-Es un places hacer negocios con usted, General Dameron.

-Igualmente, Emperador.

Ben le extendió la mano, Poe la recibió, antes de soltar el agarre Ben agregó:

-Le recuerdo que la resistencia no es necesaria, pero que estoy haciendo esto por mi madre y Rey, no me dé motivos para actuar políticamente contra ustedes.

-Lo mismo digo.- respondió el piloto sonriendo de lado.

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Mientras hablaban Poe y Ben, Rey estaba con Luke entrenando en el jardín de la azotea del edificio. Estaba lleno de flores de todo tipo. En ese momento, la chica hubiese querido disfrutar de un descanso ya que resentía la resaca provocada por el día anterior. Una pelea básica de sable era lo planeado, debía acostumbrarse a pelear con ambas cuchillas, no era lo mismo que usar el bastón y poder tomarlo por donde fuese, ahora era más peligroso.

-Creo que debimos conseguirte uno de entrenamiento.

-¿Cuál es la diferencia?- preguntaba mientras realizaba sus maniobras esquivando y deteniendo los ataques de Luke y el dispositivo de entrenamiento.

-Con el de entrenamiento no te puedes cortar la mano.

-Sí, creo que necesito uno de esos.- dijo bromeando.

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Al terminar su reunión Poe, Finn y Leia viajaron a Paucris Major para informar a la resistencia sobre los cambios y su nuevo trabajo. Han y Chewie los acompañaron en el viejo carguero.

Luke se dirigió al templo Jedi, que ahora era un museo de historia. Advirtió que pasaría algunos días ahí, buscando información que podría ser de utilidad para continuar el entrenamiento de Rey.

Ese día Hux estaría en el senado, debía arreglar papeleo con algunos senadores, para continuar con la ayuda para los planetas necesitados.

Aneu había viajado esa mañana, debía dar nuevas instrucciones a Zynda y al resto de caballeros.

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Rey estaba sentada en el sofá, viendo por una gran ventana, bebía un poco de té de Chandrillia, uno de los más famosos de la galaxia por su singular aroma y textura al saborearlo. Ben estaba parado en el umbral de la puerta, sonreía al verla tan serena, recordó con alegría cada instante que la vio en secreto, le parecía encantadora. Sonrió de lado y se acercó a ella, la abrazó por la espalda.

-Nunca había visto algo así.- dijo ella en voz baja.

-Hay lugares más hermosos que me gustaría mostrarte.- La besó en la mejilla.

Ben se recostó en el sillón acomodando su cabeza en las piernas de Rey, ella de inmediato comenzó a acariciar su espesa cabellera, pasaba sus dedos por sus orejas, sonreía al verlas tan grandes escondidas entre su cabello, contaba los lunares de su rostro, dibujaba con sus dedos sus cejas, acariciaba su crecida barbilla. Rey memorizaba cada detalle como si fuese su último día junto a él.

Le pelinegro acercó el rostro de Rey al suyo para poder besarla tiernamente, poco a poco fueron subiendo la intensidad de sus acciones. Se deseaban desde hace tiempo. Ben se puso de pie, la cargó y la llevó a su habitación, la puso sobre la cama.

La besó con intensidad, pasó a besar su cuello, después subió su blusa y besó su estómago, colocaba delicadamente sus labios sobre cada parte de su piel. Le quitó la blusa encontrándose con sus pechos, los admiró como si de una obra de arte se tratara. Beso el contorno circular llegando poco a poco al centro. Se encontró con sus pezones erectos, los comenzó a besar. Rey soltaba leves gemidos casi insonoros de placer. Él volvió a bajar, para encontrarse con su pelvis, continuaba besándola, desabotonó su pantalón, vio el inicio de su intimidad.

El hombre se sentó en la cama, tomó los pies de Rey y le quitó los zapatos y calcetines, dejando sus pies desnudos. Volvió a su pantalón y se lo quitó delicadamente. La respiración de la chica comenzaba a ser más profunda. Para suerte de Ben, su amada no traía ropa interior. Volvió a los besos, hizo que Rey abriera las piernas para contemplar si intimidad. Rey se cubrió el rostro con sus manos, estaba apenada por la posición en que se encontraba.

Ben sonrió al ver la reacción inocente de su amada. Comenzó a lamer su intimidad, Rey se retorcía levemente por el placer que provocaba debajo de sus caderas. Él sonrió de forma traviesa y continuó, sus gemidos ahogados se hacían más sonoros. Mientras el continuaba su trabajo ella le sujetaba la cabeza, segundos después ella sintió como un espasmo que se fue multiplicando y recorriendo todo su cuerpo. Su respiración pasó a ser más relajada.

Rey se arrodillo sobre la cama, y comenzó a quitarle la ropa a Ben.

-Es injusto que solo yo esté desnuda.- dijo levemente, su rostro aún estaba ruborizado.

El calor comenzó a invadir a Ben, al sentir como la chica le quitaba la ropa, la dejó continuar, ahora era él quien respiraba hondo. Rey pasó sus dedos por su abdomen, depositaba suaves besos sobre sus notorias cicatrices de batalla. El hombre no soportó más y la arrojó con delicadeza a la cama. Se quitó el resto de su ropa, y se colocó sobre ella. Había esperado ya más de cuatro años, no podía contener su deseo un momento más.

Comenzó a introducir su miembro en la cavidad inmaculada de Rey. Ella contenía la respiración, y sentía el leve dolor que provocaba la primera vez que era perturbada por un objeto extraño. Hizo un leve gesto de dolor, él se detuvo y esperó.

-¿Estas bien?- preguntó con la voz entrecortada. Ella asintió lo abrazó por el cuello y lo besó con desesperación.

Después de unos segundos continuó haciéndose paso, encontrando la muestra de su pureza. Casi se arrepintió por lo que estaba a punto de hacer. Entró en ella por completo, ella soltó un grito ligero. Lo abrazó con sus piernas, comenzó a moverse. Entraba y salía delicadamente, poco a poco fue aumentando la intensidad. Él bajo a juguetear con sus pechos, como si de un felino son su juguete se tratada, los masajeába mientras el movimiento de su cadera se intensificába.

Rey decidió tomar el liderazgo, hizo que se dieran la vuelta, ahora ella estaba sobre él. Comenzó a subir y bajar, tomó las manos de su hombre y las puso en sus pechos para que los siguiera tocando. Su cabello suelto cubría su rostro.

La castaña se dejó caer, lo confrontaba con la mirada, sus manos estaba sobre la cama, continuaba moviendo su cadera.

Ben la abrazó y se sentó sin salir de ella, Rey lo abrazó por el cuello mientras él la ayudaba a moverse sujetando sus caderas. Ella lo besaba con pasión, saboreába sus labios como si nunca los fuese a probar de nuevo.

Segundos más tarde sintió un calor intenso que la invadía, espasmos recorrieron su cuerpo. Ben terminó junto con ella, como si lo hubiesen planeado, liberó su semilla dentro de la cavidad de Rey. Se besaron de nuevo, él se dejó caer sobre la cama, Rey se recostó en su pecho, él la abrazaba. Se quedaron dormidos por el agotamiento. 

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