4. Viaje
Narra Matteo
Me desperté, me vestí, comí, arreglé mis cosas y me fui en el coche con Luna, mis padres y los suyos hacía el aeropuerto. Recogimos a alguien, un amigo de Luna quien nos acompañó al aeropuerto para despedirse de Luna. Ella era feliz de ver a ese Simón.
Simón : « ¡Ay Luna, te voy a extrañar mucho! »
Luna : « ¡Yo también te voy a extrañar! ¿Me mandarás tus nuevas canciones? »
Simon : « Te lo prometo y tú me llamarás todos los días para contarme con quien has chocado con tus patines. »
Rieron juntos. Me sentí interesado por la última frase así que me metí.
Yo : « Así que no soy el único quien fue empujado por Luna Valente. »
Simón : « ¡No Luna! ¡Ya lo empujaste a él! »
Simón rió a carcajadas y Luna rió también, entonces me reí también con ellos porque debía confesar que estaba un poco celoso de su complicidad.
Llegamos al aeropuerto. ¡Simón tenía que irse! Luna abrazó a Simón.
Luna : « ¡Nos volveremos a ver pronto Simón! »
Simón estaba triste. Lo entendí, no debió ser fácil separarse de ella... ¿Qué? ¡Pero que estaba diciendo! ¡Mejor así! ¡Nos se podrían ver más al menos! ¿Qué? ¿Qué estaba diciendo? Simón se acercó a mí.
Simón : « Hola Matteo, me gusto conocerte y aunque nos conocemos hace poquito, quería pedirte de cuidar de Luna por mi por favor. Quiero que esté bien y que no sufra. »
Estaba sorprendido por su pedido. La protegía de verdad como su mejor amigo o algo más...
Yo : « No te preocupes, la cuidaré mucho. »
Nos estrechemos las manos y él caminó hacia la salida. Miró por última vez a Luna y a ella le salió una lágrima de sus ojos. Simón se fue de veras. Fui hacia Luna.
Yo : « ¿Estás bien? »
Limpió su lágrima.
Luna : « Si, sólo que lo voy a extrañar. »
Tomé su mano y anduvimos hacia la puerta de embarque y luego nos sentamos en los asientos, estábamos juntos.
Narra Luna
Me desperté un poco tarde esta mañana, ¡de hecho era de costumbre! Menos mal que mi madre preparó mis maletas anoche. Me vestí, comí y fui en el coche con los demás.
Ayer hablé con Simón para avisarle de mi mudanza, me pidió recogerlo para que nos veamos antes de que me vaya. Llegamos a su casa. Era tan feliz de verlo.
Simón : « ¡Ay Luna, te voy a extrañar mucho! »
Yo : « ¡Yo también te voy a extrañar! ¿Me mandarás tus nuevas canciones? »
Simon : « Te lo prometo y tú me llamarás todos los días para contarme con quien has chocado con tus patines. »
Estaba exagerando, ¡no era tan torpe!
Matteo : « Así que no soy el único quien fue empujado por Luna Valente. »
¡Ay no! !Lo olvidé! ¡Ya había chocado con él! Debí tener más cuidado.
Simón : « ¡No Luna! ¡Ya lo empujaste a él! »
Nos reímos todos juntos pero siento que Matteo se forzaba un poco. ¿Sería celoso? No, deja de inventar Luna. Bueno, llegamos al aeropuerto y tenía que despedirme de México y de Simón. Le di un gran abrazo.
Yo : « ¡Nos volveremos a ver pronto Simón! »
Simón asintió, estaba triste y yo también lo estaba, ra mi mejor amigo y íbamos a estar separados. Simón caminó hacia Matteo quien nos miraba. No sabía lo que se dijeron pero se dieron la mano. Simón caminó hacia la salida pero antes nos miramos y una lágrima salió de mis ojos. Simón se fue y Matteo se acercó a mí.
Matteo : « ¿Estás bien? »
Limpié mi lágrima.
Yo : « Si, sólo que lo voy a extrañar. »
Me tomó la mano y caminábamos hacia la puerta de embarque, después entramos en el avión, nuestros asientos estaban juntos. ¡Iba a pasar el viaje con el chico fresa!
Seguimos hablando de Simón y de Ambar un poco. Quizás era ideas mías pero parecía que Matteo no la quería de verdad. De repente, el piloto anunció que estábamos en una zona de turbulencias. ¡No me gustaba eso! El avión empezó a temblar. Matteo cerró los ojos para olvidar ese momento desagradable así que cerré mis ojos también. Sentí una sacudida más fuerte y atrapé la mano de Matteo. No sabía porque lo había hecho pero ra la primera cosa que me vino. Apretó mi mano aún más fuerte y estábamos acá tomados de la mano. De repente, el avión empezó a caer despacio. Matteo mantuvo sus ojos cerrados y nuestras manos aún estaban entrelazadas. Escuchamos a gente gritar pero nosotros nos quedamos en silencio para evitar alterarnos. Toqué mi medallita de luna en mi camiseta con la esperanza de que nos salvara. Cuando la toqué, el avión subió y encontró una altitud correcta de nuevo. ¡Qué miedo tuvimos! Matteo abrió sus ojos, nos miramos y después nuestras manos.
Yo : « Perdón, es que me asusté. »
Matteo : « No te preocupes, yo también me asusté. »
Iba a soltar su mano pero la apretó más.
Matteo : « No deja tu mano aquí, así estaremos listos a la próxima sacudida. »
Le sonreí y luego nos pusimos a mirar una película juntos antes de dormir. Me desperté después de algunas horas en el hombro de Matteo. ¡Esperen! ¿Dormimos así de pegados? Se despertó también y nos miró.
Matteo : « Parece que mi hombre es muy cómodo chica delivery. »
Me sonrojé.
Yo : « Uy pero me dejaste en tu hombre así que no te molestó. »
Se sonroje también. El piloto anunció el aterrizaje. Esperamos un poco y llegamos en Argentina. Noté que en todo este tiempo, nunca habíamos soltado nuestras manos.
Narra Matteo
Pasaría el viaje con la chica delivery. Seguimos hablando de Simón. Me dijo que sólo era su mejor amigo y que no pasaría nada más que la amistad entre ellos. Esperaba que Simón opinara lo mismo. También hablamos un poco de Ambar pero sólo un poquito. El piloto anunció una zona de turbulencias. No me gustaba mucho eso pero no lo iba a aparentar delante de Luna. No quería que se diera cuenta de que tenía miedo de una pequeña sacudida aunque no era tan pequeña. El avión empezó a temblar y cerré mis ojos para controlar mi miedo. Sentí una sacudida fuerte y una mano sobre la mía, era la de Luna, elle debió tener miedo también. Apreté su mano aún más fuerte. No porque tenía miedo no, sólo para tranquilizarla, no se imaginan que tenía miedo porque no era verdad.. Bueno, el avión empezó a caer despacio, escuchamos a gente gritar de pánico y aunque quería gritar también no lo hice por nuestros manos entrelazadas que me hacían bien. Tomé la medallita de Sol en mi bolsillo y la toqué para que nos salvara. Cuando lo toqué, el avión subió de nuevo. ¡Uy fue por poquito! Abrí los ojos y miré a Luna, después a nuestras manos.
Luna : « Perdón, es que me asusté. »
No podía disculparse por eso y además no me molestó para nada.
Yo : « No te preocupes, yo también me asusté. »
Pensó en dejar mi mano pero la apreté más fuerte.
Yo : « No deja tu mano aquí, así estaremos listos a la próxima sacudida. »
Tomarnos de la mano me hizo sentir cosas lindas y no quería soltarla. Vimos una película y nos dormimos. Me desperté después de algunas horas y vi a Luna en mi hombro.
Yo : « Parece que mi hombre es muy cómodo chica delivery. »
¡Se sonrojó! ¡Era tan linda cuando se ponía nerviosa! ¡Ay pero qué estaba diciendo!
Luna : « Uy pero me dejaste en tu hombre así que no te molestó. »
¡Touché! También me sonrojé... El piloto anunció el aterrizaje y cuando llegamos en la tierra, noté que nuestras manos aún estaban entrelazadas.
El viaje de Lutteo.
¿Que pasará después?
Espero que les gustó.
¿Que les pareció?
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