10. El amor más fuerte que la herida


Narra Luna

Aún estaba en la pista llorando. Esperaba que Simón pudiera aclarar las cosas con Matteo de lo contrario, iré a hablarle. No podía dejar que este malentendido nos separe. Lo necesitaba, necesitaba sus hermosos ojos avellanos que me daban consuelo y amor. Era una conexión muy especial entre nosotros. No quería pelear con él...

Alguien : « ¿Qué haces en el medio de la pista llorando? Estamos en una pista de patinaje, no una pista para los corazones rotos. »

Ya sabía quién era. Sólo Ambar podía hablar así. No tenía ninguna compasión por nadie. No tenía ganas de enfrentarme a ella, ni siquiera tenía ganas de levantarme.

Ambar : « ¡Oye, muévete de allí! ¡Estás molestando a los demás! »

Yo : « Me gustaría... pero no puedo. »

Ambar : « Ay pero no tengo lástima. No es mi problema si engañaste a Matteo con Simón. »

Yo : « ¡No engaño a Matteo con Simón! ¡Para nada! »

Ambar : « Él entendió el contrario y además es lo que creemos todos »

Yo : « Los demás pueden creer lo que quieren, sólo quiero que Matteo sepa la verdad. »

Ambar : « Entonces, ¡impediré que lo sepa! Y aunque algún día lo sabrá, créeme Luna, haré todo lo que puedo para que Matteo y tú terminen y que te vuelvas rápido para México con tu « noviecito » Simón. »

Yo : « No te tengo miedo Ambar y tampoco de tus amenazas. »

Ambar : « ¿No tienes miedo de mí? Entonces, ¿por qué te quedas sentada así, inferior a mí? »

Yo : « ¡Yo no soy inferior a ti Ambar! »

Ambar : « Muéstrame que no me tengas miedo y levántate! »

Bufé y me puse a levantar para enfrentarla pero cuando me levanté, me dio un gran golpe en el hueco de mi rodilla por lo que perdí el equilibrio. Caí en el suelo, mi rodilla cayo bruscamente en el cuelo. Ambar no dudó en dar un segundo golpe en mi pierna. El golpe era muy duro por culpa de las ruedas de hiero. No podía moverme por culpa del dolor.

Yo : « ¡Ambar! ¿Qué haces?¿Por qué me golpeaste así? »

Ambar : « Porque te lo mereces Luna. ¡Nunca estarás en mi altura y te voy a dejar muy declaro! Entonces, cuida tus pasos porque puedo manipular todo lo que quiero. Todo. »

Ambar se fue muy satisfecha de su acción. Me dolía mucho mi pierna y ni siquiera podía moverme. Lloré pero no por el dolor sino porque no podía imaginarme sin Matteo. No puedo creer las amenazas de Ambar. Tenía miedo, me dolía y lo necesitaba. De repente, sentí alguien acercarse y secar mis lágrimas. Estas manos. Las conocía.

Yo : « ¿Eres tú? Matteo, eres tú? »

Matteo : « Soy yo mi amor. ¿Qué le pasó a tu pierna? »

Yo : « Eh... me tropecé patinando y caí. No te preocupes... »

Él iba a hablar pero primero tenía que aclarar las cosas.

Yo : « Espera... Matteo... lo... lo siento. Escuchaste bien cuando dije que quería a Simón y que él a mí. Es verdad, nos queremos pero no en el sentido en que tú piensas. Es que cuando éramos niños, Simón y yo vivimos en la misma casa con mis padres adoptivos, me ayudó a aceptarlos y amarlos y sólo lo veo como a un hermano del alma. Para mí, él hace parte de la familia, lo quiero pero lo quiero como un hermano y a ti... y a ti te amo como nunca amé a nadie. Te amo hasta la luna y más alla, hasta la última estrella de la galaxia. Te amo locamente... Yo... »

Empecé a llorar, sentía tantas cosas para él. Nunca me había sentido así por alguien, jamás. Se acercó a mí, puso su mano sobre mi mejilla acariciándola y me besó en la frente.

Matteo : « No te preocupes hermosa, Simón me explicó todo pero él no me declaró su amor. Juzgué muy mal a Simón, lo veía como un enemigo pero me equivoqué, es un buen amigo. Lo siento, me volví celoso y no me controlé. Tengo tanto miedo a perderte... »

Yo : « No me perderás nunca. No te preocupes, hubiera hecho lo mismo que tú. »

Matteo : « Pero, ahora tenemos un problema. »

Yo : « ¿Qué problema? »

Matteo : « No te creo nada cuando me dijiste que te caíste. Mira tu pierna, no se puede poner así sólo por una caída. Así que o te lo has hecho tú misma o alguien te lo ha hecho. »

Miré mi pierna y infló mucho, había una herida arriba y un enorme bulto. Parecía que mi hueso se movió. Grité.

Matteo : « Tranquila... Estoy aquí. ¿Te puedes levantar? »

Intenté levantarme pero caí directamente, menos mal que caí en los brazos del chico que me gusta.

Matteo : « ¿Estás bien? »

Yo : « Si mi príncipe salvador. »

Se sonrojó.

Matteo : « El salvador para el mundo »

Yo : « Ay chico fresa mío. »

Que raro, mi pierna dolía como nunca pero me sentía bien porque Matteo estaba conmigo. La verdad es que con él me siento protegida de todo, me siento especial, siento mi corazón latir, me siento viva y siempre siento esa conexión mágica.

Matteo : « Amor, sólo hay una solución, te voy a llevar hasta la mansión y allí llamaremos a un médico. »

Me llevó en sus brazos y puse mi cabeza en su pecho. Cuidó mi pierna y empezó a caminar. Buscamos a Simón para llevarle con nosotros y lo encontramos con Nina. Cuando nos vieron, corrieron hacia nosotros.

Nina : « ¡Luna! ¿Qué te pasó? ¿Por qué tu pierna está inflada así? »

Yo : « Sólo una caída, no te preocupes. »

Simón : « ¿Es un chiste? Tú nunca te has caído tan fuerte. »

Matteo : « Aunque te caíste, no puedes hacerte una herida tan grande. Alguien te ha hecho daño, ¿verdad? »

Yo : « No pero... bueno si pero no arman un drama o creo que me iría peor... »

Nina : « ¿Quién te ha hecho eso Luna? Estoy lista para golpear a esa persona.

Yo : « Dije que no armen un drama por favor. Si les cuento, ¿prometen no hacer nada? »

Matteo : « ¿Fue Ambar? »

Yo : « Por favor Matteo... »

Matteo : « ¡No! ¡Ambar hizo esto! ¡Dime que no se atrevió a tocarte o le voy a hacer lo mismo. »

Yo : « Tranquilo Matteo, estoy bien. »

Matteo : « Para nada, viste tu pierna hermosa. Puedes tener consecuencias graves y no me molestaré en ir para regañarla. Ahora, vamos rápido en la mansion para llamar a un médico. »

Sentía que Matteo estaba muy preocupado y enojado. Llamó al coche de la residencia para llevarnos lo más rápido posible y en el camino, llamó al medico. Luego, llegamos a la mansión.

Narra Matteo

Primero busqué al bar pero vi a Nina otra vez así que le pregunté.

Yo : « ¿Viste a Luna? »

Nina : « ¿Todavía estás buscándola? »   

Yo : « Bueno es que la encontré hace rato pero hubo un malentendido con Simón y Luna. »

Nina : « ¿Qué malentendido? »

Nina estaba muy curiosa así que le conté todo.

Nina : « Así que se pelearon. Para mí, aún está en la pista, ve a ver. »

Yo : « Voy, gracias Nina. »

Caminé hacia la pista y vi a Luna acostada al suelo. Me acerqué y vi su pierna herida... Estaba inflada y tenia una gran herida con un bulto enorme, su hueso se había movido. Pobre. Lloraba así que sequé sus lagrimas para darle cuenta que estaba aquí.

Luna : « ¿Eres tú? Matteo, eres tú? »

Yo : « Soy yo mi amor. ¿Qué le pasó a tu pierna? »

Luna : « Eh... me tropecé patinando y caí. No te preocupes... »

Es imposible. No se puede hacer una tan grande herida así. Iba a hablar pero no me dejó tiempo.

Luna : « Espera... Matteo... lo... lo siento. Escuchaste bien cuando dije que quería a Simón y que él a mí. Es verdad, nos queremos pero no en el sentido en que tú piensas. Es que cuando éramos niños, Simón y yo vivimos en la misma casa con mis padres adoptivos, me ayudó a aceptarlos y amarlos y sólo lo veo como a un hermano del alma. Para mí, él hace parte de la familia, lo quiero pero lo quiero como un hermano y a ti... y a ti te amo como nunca amé a nadie. Te amo hasta la luna y más alla, hasta la última estrella de la galaxia. Te amo locamente... Yo... »

Mi hermosa se sentía tan mal por la situación pero era yo el que debía disculparme. No hizo anda malo, era yo él que no había entendido nada. Me acerqué a ella, acaricié su mejilla y le di un beso en la frente.

Yo : « No te preocupes hermosa, Simón me explicó todo pero él no me declaró su amor. Juzgué muy mal a Simón, lo veía como un enemigo pero me equivoqué, es un buen amigo. Lo siento, me volví celoso y no me controlé. Tengo tanto miedo a perderte... »

Luna : « No me perderás nunca. No te preocupes, hubiera hecho lo mismo que tú. »

Ella es tan perfecta pero estaba segura que me mentía a propósito de su caída.

Yo : « Pero, ahora tenemos un problema. »

Luna : « ¿Qué problema? »

Yo : « No te creo nada cuando me dijiste que te caíste. Mira tu pierna, no se puede poner así sólo por una caída. Así que o te lo has hecho tú misma o alguien te lo ha hecho. »

Miró su pierna y empezó a alterarse gritando. Yo empecé a alterarme pero traté de calmarme para ayudarle.

Yo : « Tranquila... Estoy aquí. ¿Te puedes levantar? »

Intentó levantarse pero sus piernas temblaron, iba a caer pero la atrapé y cayo en mis brazos.

Yo : « ¿Estás bien? »

Luna : « Sí mi príncipe salvador. »

Me sonrojé pero soy el chico fresa así que no tenia por que mostrar mi debilidad

Yo : « El salvador para el mundo »

Luna : « Ay chico fresa mío. »

Ella es increíble. La pierna le dolía a mil pero sonreía. Tenía que cuidarla y llevarla.

Yo : « Amor, sólo hay una solución, te voy a llevar hasta la mansión y allí llamaremos a un médico. »

La llevé en mis brazos y puso su cabeza en mi pecho. Me sentía tan bien, sentía su corazón latir y se sentía tan bonito. Empecé a caminar hacia el bar para encontrar a Simón cuidando la pierna de mi chica. Nina y Simón nos vieron y corrieron hacia nosotros.

Nina : « ¡Luna! ¿Qué te pasó? ¿Por qué tu pierna está inflada así? »

Luna : « Sólo una caída, no te preocupes. »

Simón : « ¿Es un chiste? Tú nunca te has caído tan fuerte. »

Yo : « Aunque te caíste, no puedes hacerte una herida tan grande. Alguien te ha hecho daño, ¿verdad? »

Luna : « No pero... bueno si pero no arman un drama o creo que me iría peor... »

¿Quién había sido capaz de hacerle algo así a mi Luna? Además, tenía miedo decirlo.

Nina : « ¿Quién te ha hecho eso Luna? Estoy lista para golpear a esa persona. »

Nina tenía razón, todos íbamos a golpear a la persona que le hizo esto.

Luna : « Dije que no armen un drama por favor. Si les cuento, ¿prometen no hacer nada? »

Tenía miedo de que le hagan algo. Pensé unos segundos y me di cuenta que solo había una sola persona capaz de hacer eso.

Yo : « ¿Fue Ambar? »

Luna : « Por favor Matteo... »

Estaba tan enojado como nunca.

Yo : « ¡No! ¡Ambar hizo esto! ¡Dime que no se atrevió a tocarte o le voy a hacer lo mismo. »

Luna : « Tranquilo Matteo, estoy bien. »

No podía ni escuchar lo que decía Luna, estaba demasiado enojado con Ambar y preocupado por Luna.

Yo : « Para nada, viste tu pierna hermosa. Puedes tener consecuencias graves y no me molestaré en ir para regañarla. Ahora, vamos rápido en la mansion para llamar a un médico. »

Llamé al conductor de la mansión para que viniera a buscarnos Luna, Simón y yo. Llamé al médico en el camino antes de llegar a la residencia. Llevé a Luna en mis brazos para entrar con ella. Sus padres nos vieron y se preocuparon.

Mónica : « ¡Ay! ¿Qué te pasó? ¿Por qué tu pierna está así hinchada? »

Yo : « Alguien le hizo esto y ahora quizás su pierna esté rota. »

Miguel : « Vamos a llamar a un médico. »

Luna : « Ya lo hizo Matteo, él se cargó de esto. »

Mónica : « Gracias Matteo, ¿no te molesta si la llevas a su cuarto? »

Yo : « Para nada, me encargo de eso. »

La llevé en su cuarto con Simón quien nos seguía y la acosté en su cama.

Luna : « Gracias amor, gracias por cuidarme. »

Matteo : « De nada hermosa, siempre te cuidaré. »

Simón : « No tengo que preocuparme por nada hermanita, creo que él te protege más que yo. »

Luna : « No, no tienes que preocuparte por nada, puedes confiar en él ciegamente. »

Simón : « Ya confío en él porque confío en ti. »

Luna abrazó a Simón y por primera vez no estaba celoso. Se amaban como hermanos.

Matteo : « Cuando los veo así conociendo su historia, me parecen tan lindos. Forman una muy linda familia. »

Simón : « Sí tan sólo tuviéramos la misma sangre. »

Matteo : « Lo que viven ya es muy lindo. »

Luna : « Claro, los lazos del corazón son más fuertes que los lazos de sangre. »

Simón : « Nadie te contradirá. Es la más linda forma de amor. »

Alguien toca en la puerta.

Luna : « ¡Pasan! »

Vimos a Mónica y Miguel con el médico.

Sr Hernandez (el médico) : « Buenas tardes. Eres Luna Valente, ¿verdad? Vine lo más rápido posible. »

Luna : Soy yo, gracias por venir. »

Sr Hernandez : « Es mi deber. Muéstrame tu pierna por favor. »

Luna le enseña su pierna. El médico abre los ojos en grande.

Sr Hernandez : « Wow, la herida está muy grande. ¿Cómo te hiciste eso? »

Veía que Luna no iba a decirle la verdad así que hablé primero.

Yo : « Luna no digas que sólo una caída, dile la verdad. »

Luna : « Sí, bueno en realidad, una chica me hizo esto. »

Sr Hernandez : « ¿Y cómo te hizo esto? »

Luna : « Bueno, estábamos platicando y luego intenté levantarme pero me dio un golpe en la rodilla y me caí al suelo. Entonces me dio otro un golpe pero en mi tobillo. Y como estaba en patines, era mucho más fuerte que si hubiera sido con zapatos. »

Sr Hernandez : « ¿Sabes que puedes denunciarla al lugar en donde patinas? »

Luna : « Sí pero no pasa nada... »

Sr Hernandez : « Será lo mejor pero bueno, lo pensarás con tus padres. Ahora vamos a ver lo que podemos hacer con tu pierna. »

El doctor chequeó la pierna de Luna, le pidió que la levantara, que la doblara y que la estirara. Al final, le puso un yeso en la pierna, le prescribió algunas medicinas para el dolor y le ordenó que no practicara ningún deporte durante tres semanas.

Mr Hernandez : « Bueno, terminamos. Tenemos una cita dentro de tres semanas. Hazte ayudar con tu yeso y cuídate mucho. Les deseo una linda noche. Hasta luego. »

El médico estrechó su mano con todos nosotros y se fue.

Miguel : « No te preocupes, los tres semanas pasarán rápidamente. »

Mónica : « Si y nos encargaremos de ti. Todo estará bien hija. »

Luna : « Gracias papás, no se preocupen. Estaré bien. Son los mejores padres del mundo. »

Miguel y Mónica : « Y tú la mejor hija del universo. »

Mónica : « Vamos a preparar la cena, te la llevamos en tu cuarto. Matteo, ¿vas a comer con tus padres? »

Yo : « No, voy a comer con su hija si no les molesta. »

Miguel : « Para nada. Simón, ¿dónde comerás? »

Simón : « Con ustedes Mónica y Miguel. »

Mónica : « Perfecto entonces haré tu postre favorito. Ven a ayudarnos. »

Mónica, Miguel y Simón se fueron a la cocina, dejándonos solos. Me acosté al lado de Luna.

Yo : « ¿Te molesta no poder patinar durante tres semanas? »

Luna : « Un poco sí pero no podemos hacer nada... »

Yo : « Voy a hablar con Ambar, ella me va a escuchar. Podemos denunciarla al Jam&Roller como lo dijo el médico. »

Luna : « Non mi amor, deja esto, no sirve de nada... Podré patinar dentro de tres semanas y todo estará bien. »

Yo : « Eres demasiado buena con ella, no lo merece. »

Luna : « Quizás pero hablemos de otra cosa por favor o más bien, hagamos algo más interesante si entiendes lo que significa. »

Sabía muy bien lo que significaba así que me acerqué a sus labios y la besé apasionadamente. La amaba tanto y aún la amo. Me separé de ella y la miré a los ojos. Elle me besó otra vez pero con más intensidad que antes. Le seguía el paso. Puso sus manos en mi nuca y luego en mi cintura. Mis manos estaban en sus mejillas pero los bajé en su cintura. Seguimos besándonos e hizo pasar su lengua acariciando la mía. Sin darnos cuenta, nos estábamos besando durante diez minutos y ninguno de nosotros se había soltado, nadie quería parar ese maravilloso beso. Pero, estuvimos obligando a hacerlo cuando escuchamos la puerta abrirse. Nos soltemos rápidamente antes de que los padres de Luna nos vieran. Estaban a punto de descubrirnos.

El amor de Lutteo es más fuerte que la herida de Luna.
¿Qué pasará después?
Espero que les gustó.
¿Qué les pareció?

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