Capitulo 5
El sol alumbra mi habitación y da de golpe contra mi rostro y con auto reflejo lo cubro con mí ante brazo.
-No quiero levantarme –digo consiente de que estoy solo en mi habitación, pero lo he comentado para hacérmelo creer a mí.
Ayer ha sido un día tan pesado, ¿Por qué? Gracias al bastardo de mi nuevo compañero, me ha sacado de quicio más de lo que Baekhyun puede hacerlo en una semana. Es tan engreído y prepotente, lo peor es que las chicas se lo hacen creer aún más. Park ChanYeol, quien se cree el centro del universo.
Lo que daría por no ir y verle la cara...
Llevo puesto mi camisón blanco que me llega hasta los muslos. La sabana me cubre hasta la cintura y mi cabello esta revuelto, como cada mañana.
-Vamos nene, levántate –abro los ojos de golpe importándome nada que el sol dé de lleno en ellos.
-¿Qué? –me reincorporo de inmediato y como supuse, ahí está él. Parado en el marco de la puerta con los brazos cruzados comiéndome con la mirada-. Jongin, ¿Qué haces aquí? –le pregunto.
-Viene a ver a mi chico. Saldremos, tienes el día libre –me avisa.
-¿Qué? –inquiero incrédulo.
-KyungSoo, sabes que no repito las cosas dos veces –sentencia.
-Pero-
-¿Acaso quieres que te eche un polvo mañanero para que te quede claro? –el color carmesí sube hasta mi orejas al escucharlo decir tal cosa-. Anda bonito, arréglate. Estaré en la sala, si me quedo te desvestiré yo y juro que nos perderíamos todo el día aquí; yo asiéndote mío una y otra vez mientras escucho tú canto de gemidos –cabizbajo me quedo mientras el color rojo se apodera de mi rostro.
Asiento y me lo figuro sonriendo ladino por ver lo que puede ocasionar en mí.
¿Qué hace aquí? No tengo ni idea. Pero es extraño, el solo viene por la noches y se va en las mañanas muy temprano. Es inusual verlo ahora.
Ayer él parecía molesto por juguetear con Sehun en el área de trabajo, además de saber que es un celoso sin control.
Me levanto y con pasos lentos camino hasta el baño.
-Sabes, no puedo resistirme. Debo hacerlo o no soportare tenerte a varios metros de mí por unos minutos –me sorprende por detrás.
Me gira y quedamos cara a cara. Me rodea posesivamente con su brazo la cintura y yo me sostengo de este. Sin previo aviso, toma mis belfos entre los suyos, el beso me dice que me ha extrañado, no, que ha extrañado mi cuerpo, no a mí. Me muerde tenuemente el labio dándome indicar que abra mi boca y así lo hago, el da paso a su lengua y esta simula penetraciones en mi cavidad. Sigue besándome, sigue devorándome, consumiéndome y yo casi me estoy quedando sin aire.
Cuando creo que moriré de asfixia, se separa, pero sus dientes se mantienen sujetando mi labio inferior. Yo lo miro a los ojos y él hace lo mismo. Ambos nos miramos. Esto está siendo muy extraño, pero sin duda, un momento que anhelo. Suelta mi labio después de segundos para luego darme un húmedo pero lento beso.
-A bañar, hermoso –me voltea y después me empuja dentro del baño, pero antes, me da una nalgada que duele.
-¡Jongin! –gimoteo.
-Vamos, precioso. Báñate que me muero de hambre y si te tardas mucho, la comida serás tú –advierte para después salir de mi habitación.
Inconscientemente una sonrisa de oreja a oreja se forma en mis labios. ¡Estoy feliz!. ¿Acaso este es un nuevo Jongin?.
-Dios, me beso y aun no me lavo. ¡Sucio! –gimoteo.
Cepillo mis dientes mientras me observo en el espejo y lo que veo en él, es a un ser despreciable que solo se pone feliz y que su cambio de humor cambia por unas cuantas sobras de cariño.
-Absurdo –le digo-, así te ves –me rio en su cara.
Lo más lamentable de todo es ese del espejo soy yo. Me giro, ya no quiere verme ahora. Así que solo me enjuago rápido para poder bañarme ya.
Con rapidez pero cuidado, me deshago de mi camisón y después de mi bóxer para meterme a la ducha donde me tardo alrededor de 20 minutos. Siempre tardo más, pero hoy no me da tiempo a ponerme a pensar en lo lamentable, estúpido y absurdo que soy.
Una vez fuera, me encamino a mi guardarropa. Busco que ponerme, quiere andar cómodo y sencillo. Siempre tengo que andar bien vestido para ir a la empresa y eso, me incomoda aunque ya estoy acostumbrado.
Veo mis pants negros, los tomo y luego mi playera negra junto con un bóxer blanco. Los pongo sobre mi cama, para poder secarme. Una vez lo hago, me pongo las prendas.
Camino descalzo por el suelo frio hasta hallar mis tenis blancos. Voy por unas calcetas a mi closet y me los pongo.
Solo seco mi cabello y listo.
Cuando estoy fuera del trabajo, el maquillaje no existe para mí y eso, que me ponen el natural, solo para cosas especiales uso maquillaje pesado.
Aspiro y suspiro. Estoy tomando "fuerza" para enfrentar a ese hombre. Salgo y con paso sigiloso camino hasta la sala del departamento. No lo veo, pero lo ubico en la concina. Se encuentra recargado en la barra tomando café mientras mira su reloj, parece que mi mirada pesada sobre él hace que se percate de mi presencia.
-Ven –me ordena y yo como tal sumiso que soy a su lado, voy.
Estoy a un metro de distancia de él. Bajo mi cabeza y le pongo interés a mis tenis.
-Más cerca –pide pero no me muevo-. KyungSoo –sentencia.
Aun así, no me muevo. Sé que eso le desespera. Y aunque no me debe sorprender, lo hace. Jongin me toma de la cintura y me levanta hasta sentarme en la barra de la cocina. Él se posiciona entre mis piernas, con su brazos rodea mi cintura hasta apegarme a él.
-Bésame –ordena.
Yo paso la bilis. Jongin me pone muy nervioso.
Debo hacerlo, ya lo he desesperado lo suficiente. Posiciono mis manos tensas y temblorosas en sus hombros y mirándolo a los ojos, pego mis labios a los suyos. Estoy a punto de sepárame de él ya que planeaba que fuese un beso fugaz, pero no es así, él toma el mando, como siempre. Me toma de la nunca y profundiza el beso. Yo solo me abrazo a su cuello.
El beso va húmedo e intenso, como a Jongin le gustan.
Una vez que me deja libre, me dice:
-Sabes que me gusta que cunando te ordene algo, lo acates de inmediato. No me obligues a tratarte como el niño que eres ¿Esta bien? –amenaza.
Yo asiento. Sé que si se lo discuto, no terminaremos bien.
Me toma de la muñeca y me ayuda a bajar de la barra.
-Vamos bebé –sus palabras me derriten, sin embargo, son etiquetas falsas que son las originales para mi hermana.
-¡Kyung! –escuchamos.
La puerta se abre de golpe y ahí esta TaeYeon, mirándonos sorprendida. Temo. Tengo miedo.
¿Aquí es cuando le pongo fin a mi vida? ¿Aquí es donde todo termina? ¿Aquí es mi fin?
******
N/A:
¡Hola Donitas!
He vuelto después de casi dos meses.
¡Lo lamento! Abandone la historia mucho tiempo buuuuu
Pero bueno, aquí estamos de vuelta.
*
¿Que les ha parecido el capitulo?
¿Les gusto?
¿Creen que sea el fin?
*
Bueno, solo pase rápido. Me voy ahora. Nos leemos muy ponto.
¡Muchas gracias por su espera y por leer!
**Disculpen las faltas ortográficas**
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