Años conociéndonos, seguíamos hablando y divirtiéndonos, cuando por fin conseguiste a tu primer amor.

Un chico que no me agradó.
El era un jugador, lo conocía bien.

Usaba a las chicas, hacia apuestas hirientes. Pero tú estabas feliz.

A sus ocho meses viniste llorando hacia mi, yo solo me dediqué a consolarte y abrazarte, me pediste que no hiciera nada.

Pasó un año de eso, y me dijiste que el mismo tipo te vino a buscar, el decía que te amaba.

Yo sabía que no era así, el tenía alguien más.

Soportar verte tan confundida.

¿Quien tiene el derecho de entrar a la vida de alguien para destruirla?

Nadie, y yo no iba a permitir que el fuera el primero.

Le dije a su pareja y ella le terminó.

Pero luego te busco a ti, diciéndote cosas hirientes, pero tú no hiciste nada.

Eras vulnerable ante el, y eso me enojaba.

Esta vez lo confronte a el, primero fueron palabras.

Pero el tenía severos cambios de actitud. Y quiso golpear.

Yo me empecé a defender y es cuando tú llegaste llorando.

Me abrazaste, me pediste que lo dejara así, y yo solo te obedecí.

No sabía el porque tus palabras causaban gran efecto en mi.