capitulo 9

Ya pasaron dos semanas desde que llegué aquí, la pequeña Ayla paso de ser una cosita a una bolita de masa, si ella está muy saludable, esas mejillas rosas, su piel fina, lo dicen todo. Cada día se parece más a su padre.

La navidad está cada vez más cerca, lo bueno que para ese día ya podré moverme sin la ayuda de nadie, mi relación con Adiel es muy agradable. El está al pendiente de Ayla cada vez que se mueve o llora por las noches, para que yo descansé.

—¿Ya te vas a trabajar?—Matt venía saliendo de la ducha, Adiel se estaba acomodando la corbata de su traje gris.

—Si. Ya casi, regresaré tarde—Le indicó a Matt, que se sentara. Le iba a secar el cabello.

—¿No vendrás almorzar?—Cerre mis ojos, deje que Adiel secará mi cabello.

—No, tengo toda mi agenda llena, almorzare con un socio, más bien un amigo.

—Entiendo.

—Lo hago por obligación, porque prefiero estar aquí, con ustedes dos.

—Asi es el trabajo.

—Sher vendrá hoy a la mansión, ella se graduó de abogacía en la universidad—Termine de secar el cabello, me senté junto a Matt.

—¿Ella será mi nueva asistente?

—Si. Te llevará a cancelar el contrato con la empresa W&R entertainment—Adiel le pasó una tarjeta negra, la que no tiene límite en cuanto pueda gastar.

—¿No tienes miedo qué lo gaste todo?—Nunca en mi vida evisto una tarjeta así, es brillante.

—No—Le sonrió—Me marchó, nos vemos mas noche—Se puso de pie, agarró su abrigo negro. Se puso un par de guantes grises.

—Ve con cuidado.

Adiel se despidió de su pequeña, le dio un beso en la rosada mejilla, salió de la habitación.

Matt se levantó del sillón, fue acostarse a la cama con su pequeña niña.

No he salido desde hace dos semanas, mi cuerpo ya se siente mejor, con paciencia puedo bajar las escaleras, pero Adiel no me lo permite. Dice que tengo que cumplir mi dieta.

¿Cómo se podrían mi hermana y sobrinas al enterarse de mi muerte? De seguro estarán devastadas, no hay día en el que no piense en eso, pero no estoy triste. Ella ya tenía su familia, un hombre que la amaba a más no poder.

Sobre mi padre, no sé si sentiría un poco mal, jamás lo sabré. Y poco a poco a dejado de importarme. Ahora tengo mi propio familia, una que nunca imaginé tener.

Adiel es un hombre tan dulce, mi pequeña Ayla es una bolita de masa, muy hermosa, toda mi concentración está en los dos. Quiero seguír sintiendo la calidez que me transmite.

Lo que Matt no sabía es que Adiel solo es dulce con el, con las demás personas es un témpano de hielo. Es muy rara la persona que lo haya visto sonreír. Siempre anda una cara de poke.

El sonido de la puerta trajo a Matt, a la realidad.

—Adelate—La qué entraba era la señora Lesly.

—Buenos días, ¿aún no se despierta?

—No, se durmió hace poco. Se despertó a las 5:00 AM.

—Adiel me informó que saldría.

—Si, solo será un momento. Es un fastidio el tener que ir a la empresa W&R entertainment—Matt se sentó, la pequeña Ayla tenía sus hermosas gemas muy abiertas.

—¿Tienes hambre?—Le hablo con dulzura, la pequeña bolita solo sonría.

Matt subió su camisa, comenzó amamantar a la niña. Ella se llenó de jubiló. Se veía muy adorable con esa pijama de oso polar.

—¿Llevará a la pequeña?

—No. Los paparazzis estarán como curvos intentado tomar fotos. No quiero que sus fotos ande rodando por todo el mundo.

—Pienso lo mismo, lo bueno es que ella una ves que esta bien llena, no anda llorado. Es más como un oso, solo come y va a dormir.

—Si, es una niña muy tranquila—Le acaricia la mejilla.

Un rato después, Matt hizo qué su pequeña eructara, la señora Lesly la sostuvo en sus brazos para que Matt fuese a vestirse, ya sería la hora en qué Sher, pasará por el.

Me vestí con ropa casual, escogí un abrigo gris, guantes negros. El frío estará muy fuerte allá fuera. Salí del armario, la señora Lesly jugaba con Ayla.

—Si llora no dude en llamar, volveré en seguida—Beso la frente de su hija—Volvere muy pronto, ¿no llores, de acuerdo?

—No se preocupe, la cuidaré muy bien.

—Lo sé, confiamos en usted—Adiel me dijo que a Lesly, le debe mucho. Jamás terminara de pagarle todo lo que ella a hecho por el.

La señora Lesly es como la segunda madre de Adiel, por el, ella estuvo muchas veces al bordo del peligro, lo cuido sin importar qué en esa casa de animales le advertían que dejara de ser su Nana. Adiel era el menos querido de toda esa familia, al ser el primogénito, el era una amenaza para sus hermanos.

—Volvere lo más rápido que pueda—Matt se puso su abrigo, el salió de la habitación, afuera ya lo estaba esperando Niel y Sher.

Sher es una bella mujer, su rostro es un poco redondo, su corto y lacio cabello negro lo lleva peinado en un caminó, sus rasgos fáciles están bien definido. Viste un traje negro, marca su cintura y esas afiladas caderas. Más encima lleva un abrigo color caquis. Envidio su estatura, es de 1.80 metros del altura, al igual que el cara bonita de Niel.

—Buenos días señor Taylor—Saludo con respeto, su voz era aguda.

—Buenos días, estaré a tu cuidado. Vamos.

—El maestro me dio la orden estricta de bajarlo—Lo dijo con una expresión seria.

—¿Me sostendras?—Matt arqueó una ceja.

—Si, señor.

—¡No. solo préstame tu brazo! recargare todo mi peso en ti—Ni loco dejaré qué me cargue.

—Pero..

—Pero nada, Adiel es al único que le permito qué me sostenga—Eso sonó extraño.

—Lo entiendo—Ella le ofreció su brazo, así los tres bajaron las escaleras. Salieron de la mansión, el auto ya estaba preparado para irse.

Niel abrió la puerta para que Matt y Sher, subieran. El subió al copiloto. El chófer de Medina edad, se puso en marcha.

La empresa queda a una hora y media de la mansión Taylor, Matt ya extraña a su pequeña, y eso que solo ha pasado unos veinte minutos.

—¿Puedes hacer que el contrato sea cancelado por un mínimo de porcentaje? Ellos no me ofrecían recurso, siempre tenía que buscarlos yo—Adiel siempre ayudo con eso al anterior Matt.

—Tengalo por seguro que lo haré, el maestro ya me explico todo, no se llevarán una gran cantidad—Ella iba leyendo las clausulas del contrato.

—Eso me reconforta—No quiero darles de comer tanto, ellos no se lo merecen.

—¿Porqué se firmó para tantos años?

—Mi padre fue el de eso, despues de todo era su vaquita de oro.

—Lo que recibía era muy poco.

—Porque también esa familia se lleva todo, a mi solo me daban lo que ellos querían.

—¿Pero ya tiene 25 años? Puede manejar su dinero.

—Ese viejo y el Ceo de W&R entertainment, no me lo permitieron. Yo cómo era tan estúpido les cria todo lo que me decían. Cómo dije, era su vaquita de oro.

—Han faltado a muchas clausulas, porque aquí dice que cuando cumpliera 18 años, usted podría tomar el derecho de aministrar su dinero, y el contrato tenía que ser renovado, cambiado todo el anterior.

—Llegamos—El chófer se adentró al estacionamiento, estacionó el auto.

Sher salió, detrás de ella iba Matt. Se arreglan los abrigos, Matt calentó sus manos con los guantes.

—Hagamos esto rápido, mi preciosa bolita de masa me espera en casa—Sher, y Niel lo seguían.

Al entrar por la puerta, todas las miradas se fueron al cuerpo y rostro de Matt.

—¿El Ceo Romero, Se encuentra en la empresa?—Matt, le pregunto a la recepcionista.

—Si.

__Dile que voy a su oficina—Se dirigieron al ascensor, presionó el piso 10.

El ascensor se abrió, ellos bajaron. Matt le dijo a Niel que espere a fuera, solo el y Sher entraron a la oficina.

—Hola Matt, ¿Qué te trae por aquí? ¿No estás cuidando de tu pequeña?—El hombre de media edad, cabello marrón y ojos grises, sonría.

—No me hable como si fuéramos grandes amigos, para usted soy el señor Taylor.

Este viejo siempre quiso aprovecharse de Matt, una ves manoseo sus caderas. Matt se sintió tan asqueado que al llegara a su casa, se la paso vomitado y llorando

—El parto te hizo más valiente__Se burló.

—No solo eso, también más inteligente—Tome asiento.

—¿Qué te trae por aquí? ¿Quién es ella?

—Es mi nueva asistente, y abogada. Vengó a cancelar el contrato.

—¡Te volvistes loco, sabes bien que cancelarlo te costará una fortuna, una que no tienes!—Romero hablaba informal, el creía que Adiel no respaldaba a su esposo.

Aparté no quería dejarlo ir, Matt, era muy popular. Sin importar los escándalos o chismes, sus fans siempre lo defendían, en toda la empresa el es quien tiene más seguidores y el que genera más dinero.

—No es como si fuera apagarla, mi abogada te explicará.

—Revisé el contrató, usted rompió como diez clausulas. Por lo tanto tiene que recompensar a mi cliente, y esto se cancelara por tan solo dos mil dólares, ya qué usted se quedó con el mayor porcentaje de sus ganancias.

—La familia de mi cliente se quedó con el otro porcentaje, eso fue durante nueve años, lo cual es una clara violación del contrato.

—Agregale acoso hacia mi persona, más amenazas, siempre decía que podía poner mi cabeza en una bolsa.

—Ceo Wil Romero, esas amenazas lo pueden poner en cárcel, eso está prohibido. El dinero no lo salvará.

—Ja, quién le va a creer ha una zorra que solo pasa buscando al joven maestro Félix Duck—Sonrio con superioridad.

—Vuelva a repetir eso—Sher tenía una navaja en el cuello de Wil—No crea que por ser abogada, no puedo ensuciarme las manos con las personas asquerosas.

Quién diría que una abogada podía ser tan feroz, ella me ganó, porque yo también estaba por darle una paliza.

—Señor Matt, puede salir por favor.

—Por supuesto, si le das una paliza, darla en un lugar donde no se vea—Salió de la oficina, Sher se quitó el abrigo.

—Ahora todo se cancela, es mejor que firme. Oh tendré que llamar a mi maestro—Subio las mangas de su camisa.

—¡Te demandaré por esto que acabas de hacer!—Se tocó el cuello—No vengas amenazarme con el maestro Adiel Taylor, a el ni le importa esa perr...aah!—Sher le dio un puñetazo en el pecho.

—No te estoy amenazado, soy empleada de el, me ordenó que lo protegiera muy estrictamente—Le dio otro puñetazo—Firma ahora, no esperes un compensación.

Ella saco su celular, Wil estaba en el suelo, revolcándose de dolor.

—¿Sucedió algo? ¿Matt, está bien?

—No, su esposo fue acosado sexualmente y amenazado por el Ceo Romero, también lo llamó de una manera vulgar, lamento no romper esa sucia boca, pero el señor Taylor estaba conmigo.

—Has que firme, sacas a mi esposo de ese lugar, yo me encargó de demás.

—Entendido—Finalizo la llamada—Ya escuchastes verdad, firma.

—¡Esta bien. Lo haré!—Con dificulta agarró la pluma, firmo ambos contratos.

Sher se volvió a poner el abrigo, llamo a Matt, para que firmara.

Firme, por fin soy libre. Salimos de ese maldito lugar, ya quiero ver a mi niña, para purificar mi alma. Ya son casi las doce, debemos de llegar a la mansión en menos de medía hora, mi pequeña debe de estar triste.

Mientras tanto en el restaurante donde esta Adiel y su socio a punto de comer.

Adiel tiene una mirada muy molesta, el mismo quiere ir a quebrar la mano que se atrevió a tocar a su esposo.

—¿Le pasó algo a tu esposa?—Preguntó un elegante hombre con su cabellera castaña, y unos hermosos ojos marrónes verdosos.

—Si, pero ya lo solucionare—Bebio de la copa con vino.

Ya había enviado un mensaje a Jay, para que se encargue de los arreglos.

—Veo qué ya arreglaron sus indiferencias, ¿ya no discuten?

—No—Sonrio.

—Esa fue una sonrisa, entonces si sabes cómo hacerlo—Se burló.

—Estas imaginado cosas, Gerson.

Gerson es uno de los 5 mejores amigos de Adiel, los que le ayudaron a tomar la presidencia de la empresa, y controlar a sus dos hermanos que son un año mayor que el, los otros dos que solo tienen 22 años, respetan a Adiel y no desean tener nada que ver con la empresa.

El padre de Adiel se creía un rey, tenía tres esposas, unas lacras. Solo la mamá de Adiel era la principal. Las demás se les podría llamar concubinas.

—¿No me presentarás a tu hija?

—Es ella—Le mostró la foto de bloqueó, era la adorable imagen de Matt durmiendo, con Ayala en su pecho.

—¡Dios, es idéntica a ti! No tiene nada de tu esposo.

—Me hubiera gustado que tu viera los ojos de Matt—Me encanta ese color azul celeste.

—Te entiendo, esas gemas son hermosas, sus fans y público eso es lo que más veneran. Tienes suerte que sea tu esposo, apesar de los chismes ridículos, el es muy codiciado.

—Lo sé—Me gusta más y más esta versión de Matt, el están sinceró.

Después de un rato hablado de trabajo y de nuevos proyectos, Adiel y Gerson regresaron a sus respectivas empresas.

Las horas pasaba y pasaban, el ya quería volver a su casa. Se puso tan feliz cuando ya era hora de marcharse, salió de la empresa, subió al auto.

Todo el proceso fue de casi dos horas, cuando llegó a la mansión, el clima estaba más frío, y ya era de noche.

—Bienvenido maestro—Lo recibió Melwin—El señor Taylor, está en la habitación.

—¿Sher ya se fue?—Le paso su abrigo y guantes.

—Si, se hace una hora.

—Entiendo—Subi a la habitación.

Toque la puerta, la voz de Matt me dio el permiso de entrar.

—Estoy de vuelta.

—Bienvenido—Le sonrió, Ayla se durmió hace poco.

—¿Estas bien?—Se arrodilló en el piso para quedar a la altura de Matt.

—Si, ¿Por qué no lo estaría?—Con sus dedos acaricio los pómulos de Adiel—Si es por lo que te informó Sher, estoy bien. Fue hace muchos años, aún no estaba casado Contigo.

—Lamentó que hayas pasado por ese desagradable momento—se cercó más al rostro de Matt, los labios de su esposo están a unos centímetros de distancia. El quería besarlos.

—Ya dije que estoy bien—Queria romper esa distancia, quería saber que se sentía besar esos labios, pero me contuve. Tengo miedo, miedo de lo que pueda sentir.

—Vamos a cenar—Adiel se alejó de Matt, este se sintió un decepcionado.

—Si, vamos—Los dos salieron a cenar, dejaron a Jun, a cargo del cuidado de Ayla.

La comida fue silenciosa, ninguno de los dos hablo durante el transcurso. La comida se sintió simple, al terminar, Adiel lo volvió a cargar en sus brazos Subieron a la habitación, Jun se retiró cuando vio llegar a sus maestros.

Me fui a cepillar los dientes, este silencio incómodo me está hartado.

Matt salió del baño, fue al armario para ponerse una pijama, al regresar a la cama miro fijamente a su esposo, el que está sentado en la orilla, su mirada esta pérdida.

Quién sabe que estupidezes absurdas estás pensando, de seguro se esta cuestionandose sobre lo que estaba apunto de hacer.

__¿Te quedarás ahí, no te pondrás tu pijama? O piensas dormir contraje?—Se burló.

—No, tomaré una ducha.

Suspirar, así está mejor, esa incomodidad se fue. ¿Qué hubiera pasado si lo besaba? Sin darle mas vuelta al asunto, subí a la cama.

Unos minutos después, Adiel salió de bañarse.

—Cada día la veo más gordita—Expresa con una sonrisa, Adiel.

—Es una bolita de masa—Matt le tocó la pequeña nariz a su niña.

—¿Qué haremos para navidad?—Pregunte.

—Nunca he celebrado esas fechas, siempre estuve ocupado en el trabajo—se puso de lado, sostenido su cabeza con la mano derecha.

—Ese día es mi cumpleaños—Susurró.

—¿Que no es el primero de enero?—Preguntó confundido.

¡Mierda metí la pata, es verdad!. El cumpleaños de este Matt es el primero de enero, justo el año nuevo.

—El sueño está logrado que diga cosas sin sentido, no me hagas caso.

Adiel asíntio, pero sus dudas no se esfumaron, quería que su esposo siguira hablado. Solo que Matt no daba el brazo a torcer, siempre que decia algo que jamás dijo el anterior Matt, y Adiel lo cuestionaba, este solo se hacia el desentendido.

—Buenas noches.

—Igual para ti—Adiel apagó la luz.

Los dos cerraron ojos, pero no podían dormí. Ninguno se digno seguir hablando. Fingieron dormí hasta que el celular de Matt sonaba sin parar, el lo tomo antes de que despertara a la pequeña bolita.

Cuando vio el nombre que decía Félix, Matt se lo paso a su esposo, indicado que contestara.

—Matt ¿por qué no me has llamado?—Preguntó con preocupación.

—Joven Félix ¿por qué mi esposo tendría que llamarle?

Matt levantó su pulgar, indicado que le gusta la pregunta.

—Maestro Taylor—Su voz se hizo pequeña—Kensy me informó que Matt me hablaría porque tenía algo que decirme.

Adiel me dio una mirada un poco fría, yo negué rápidamente, que no sabía nada de eso. Fue mi imaginación o Adiel sonrió.

—Joven Félix, no llame con familiaridad a mi esposo, para todo el mundo el es Matt de Taylor.

Este hombre suena tan malditamente sexy, más con esa voz de Ceo dominante.

—No era esa mi intención. Conozco desde hace mucho tiempo a Matt Jones, que es una costumbre...digo Matt Taylor.

Félix lo llamó así solo por molestarlo y hacerle saber que el lo conocía más. Adiel estaba molestó, sus manos se habían convertido en un puño, su aura era sofocante, si seguía así, despertara a la niña.

No me quedo de otra que levantarme de la cama, caminar hacia el. Lo levanté. Adiel algo aturdido me siguió, llegamos al armario donde Ayla no escucharia aunque gritara.

—Darme el celular—Adiel no quería pero aún asi se lo entregó.

—¡Joven Duck deje de molestar a las personas a estás horas de la noche!

—Matt, yo solo quería...

—¡Lo que quieras no me interesa, tal vez el anterior Matt, el que era un estúpido bufón le gustabas. Pero a mí nuevo yo, solo le causas repulsión!—La llamada finalizó.

—Ya puedes guardar tu molestia, no te pongas enojado solo por algo que dice ese idiota. No me gusta, ese hombre no me gusta, grabate eso en tu cerebro.

Matt iba a volver a la cama, acto que fue detenido por dos brazos que lo abrazaron por detrás. Matt no se inmutó, pero en su interior todo era un caos. Sus mejillas se tiñeron de rojo.

Adiel soltó a Matt. Este estaba por respirar, pero fue levando por los aires. Cuando reaccionó, tenía el rostro de Adiel enfrente de él.

Sus miradas se cruzaron, miradas qué eran electrizante, el color miel brillan por el reflejo de la luz que llegan a ellos, mientras tanto Adiel estaba perdido en ese azul celeste.

Ya sea por impulso o curiosidad, con mis manos sujeté el rostro de Adiel. Cerré mis ojos, lleve mis labios a los carnosos rojos de mi esposo.

Pude sentir como su agarré se apretaba suavemente.

Creí que iba asentir incómodo al tocar ese par de labios, pero fue todo lo contrario, es placentero tan placentero que rodee su cuello con mis manos, el beso se volvió más profundo más cálido.

Adiel le gustaba el olor que Matt transmitía, Matt olía a flor de cerezo con un toque de a lavanda, ese era el shampoo y Colonia que usaba.

Sus labios se sienten como el delicioso algodón de azúcar al deshacerse en tu boca, ese sabor calido, lleno de dulzura y adictividad.

Sus respiraciones cálida golpea el rostro del contrario, poniendo más caliente ese espacioso lugar. Matt enrolló sus piernas en las fuertes caderas de Adiel.

El beso se volvió tan salvaje al punto que Matt gimió, al sentir como Adiel mordio su labio.

Al separarse por la falta de aire sus frentes quedaron unidas, cuando estaban por decir algo, el fuerte llanto de Ayla los volvió a la realidad.

—Bajame—Adiel, asi lo hizo.

Matt salió corriendo para ver qué sucedía.

—¿La pequeña Ayla se sintió sola?—Le hablo con ternura, cuando Ayla siento la presencia de ambos, ella dejo de llorar.

Matt se levantó la camisa, ya que también quería comer.

Adiel aún seguía en el armario, no sabía como enfrentarse a Matt, después de lo que hizo sin el consentimiento de su esposo. Se sentía la peor persona del mundo.

Si Matt supiera lo que esté está pensado, ya le hubiera dado un puñetazo en su perfecta cara para que reaccione.

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