capitulo 7

—Felicidades Ceo Taylor, por el nacimiento de su primogénita—Decian las tres líneas de empleados.

—Gracias—Su voz sonó más suave de lo normal, los empleados pensaron que la paternidad le hizo un poco de efecto a su cambio de humor.

—Vuelvan a sus puestos.

—¡Si!—Todos desaparecieron en un instante.

Adiel subió al ascensor personal junto a Jay su asistente, presionaron el piso 10, la empresa cuenta con 20 pisos. Pero Adiel quiso que la oficina presidencial quedará en el 10.

Del 10 para arriba son donde trabajan los diseñadores, las oficinas de los demás directores, así sucesivamente.

Al llegar al piso 10, los dos bajaron, entraron a la oficina de Adiel. Este se quitó la gabardina negra, luego el saco quedando solo con su chaleco gris,. Enrolló las mangas de la camisa, se sentó en la silla camel café.

—Dame los pendientes.

—Las 10:30 tiene que hacer una supervisión en una de las tiendas, 12:00 almuerzo con su suegro, 3:30 de la tarde una reunión con el maestro Dick Doven para firmar el contrato del nuevo lote de vinos. La reunión concluirá en uno de sus restaurantes cinco estrellas el Edén.

—¿Eso es todo?

—Si, Ceo—Jay cerró su libreta.

—Cancela el almuerzo con el Maestro Jones.

—¿Eso no le traerá problemas al Joven Matt Jones?

—Matt Taylor—Corrigió Adiel.

—¿Qué?

—Matt empezó a usar mi apellido, ahora es Taylor no Jones.

__Me disculpo por mi descuido—Hizo una reverencia.

—Cuando estemos solos no me llames con respeto, nos conocemos desde pequeños.

—Comprendo, como decía. ¿Eso no le traerá problemas a tu esposo?

—El me dijo que deje de darles dinero a esa familia—Adiel comenzó a trabajar.

—¿Entonces ya comprendió quien es el enemigo?

—Eso parece.

—Ya puedes divorciarte—Adiel dejo de mover la pluma—y cuidarlo desde lejos.

—No.

—¿Por qué? De todas maneras no se quieren.

—Me gusta esta nueva faceta de Matt, quiero seguir viéndolo.

—¿Lo retendras a tu lado solo porqué te gusta el nuevo actuar? tu no eres así, Adiel.

—El tampoco lo quiere—Volvio a firmar los documentos.

—¡Qué!—Jay se sentó en la silla, no esperaba esa respuesta.

Matt siempre trataba de bastardo a su amigo y jefe, una vez casi le rompe la frente con una taza, solo porqué este le impidió ver a Félix,.

Adiel tiene el defecto de ser amable con las almas en desgracia, le recuerda su pasado con esa maldita familia llena de animales salvajes.

Muchos le tienen miedo porqué corría el rumor de que el mato a su propio padre. Pero nadie sabe lo que en verdad paso, a sus hermanos los tiene a raya, pero eso no significa que ellos dejarán de codiciar lo que Adiel tiene.

—Como lo escuchastes, el tampoco quiere el divorcio, estábamos hablando de eso cuando tu me hablaste.

—Interrumpi una agradable charla, ¿sin tirar cosas de por medio.?

—Nada de eso sucedió, con decirte que hasta me dejó subir a la cama...junto a el—Una sonrisa fugaz apareció en ese hermoso rostro.

—¿Qué diablo le pasó a tu esposo el día que dio a luz? Es como si se convirtió en otra persona.

Eso era lo que quería..el anterior Matt, el anterior Matt murió, metafóricamente.

Esas palabras fueron las que resonaron en toda la mente de Adiel.

—Tal vez..tengas razón.

—Eso sería espeluznante—Puso una cara de terror.

—No pienso lo mismo.

—Esta es la pregunta del millón de dólares. ¿Aun esta enamorado de Félix?

El rostro de Adiel se puso frío, tan frío como la nieve que amenaza con caer, Jay sabía que había metido la pata.

—¿Quieres tomar algo? ¿Un café?—Cambiemos de tema, estoy por congelarme, ni la nieve estan fría como Adiel.

—No, puedes volver a tu escritorio.

Jay asintió, salió corriendo de la oficina. Estando afuera el ya podía respirar con tranquilidad.

                                                        ▪️▫️▪️▫️

—Maestro Jones, el Ceo Taylor canceló el almuerzo con usted—Le informó su asiente.

Un hombre entre los treinta y seis años, bajito, cabello caoba, ojos cafés oscuro. Algo escuálido, rasgos fáciles normales.

—¿Por qué?—Pregunta.

El es un hombre de medida edad, cabello rubio, ojos azules, de 1.72. su cuerpo es algo rellenito, no se parecen en nada a su hijo Matt.

—Su asistente informo que irá a la mansión con su esposo e hija.

Ja, que excusa más absurda. Entonces le haré una visita sorpresa a mi querido hijo, tengo que conocer a mi nieta.

—Franco, cancela todas mis citas, y dile a kensy que me acompañe. Su hermano le hace caso a ella en todo lo que le pide, necesito esa inversión por parte de mi yerno.

Franco salió de la oficina para llamar a su joven señorita.

Mientras tanto Matt estaba acomodando a su pequeña Ayla en la cuna, ya la había cambiado por tercera vez, Matt no podía creer como puede hacer sus necesidades a los minutos.

No se cómo mi media hermana, lograba hacer de todo sin cansarse, no iba a visitarla seguido solo para no cuidar a los pequeños diablos que tenía, y mirenme ahora, tan dócil limpiado a mi bebé cada vez que se hace del dos, aún con mi estómago que no es muy bueno con ello.

Matt tomo el cuarto vaso de agua, camino un poco para mover su cuerpo, ya listó se subió con cuidado a la cama. Suspiró con alivió.

No me había fijado que la decoración de está habitación es europeo moderno, de está recámara puedes hacer una casa con dos cuartos y una gran sala, si, asi de grande y espaciosa es.

Me gusta el color, es de un color suave nada llamativo ni feo para la vista. Adiel movió la cuna de Ayla a nuestra habitación, pero cuando ya tenga unos cuantos meses, ella dormirá en su propia habitación. La cual aún no se cómo es, ni de que color está pintada.

Matt vio el reloj que marca a las 11 de la mañana, no tenía más que hacer, su pequeña estaba durmiendo.

El se acomodo de lado mirando la cuna, sus ojos se cerraron lentamente. Sin saber o imaginar las personas indeseadas que estaban por llegar.

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