capitulo 5
Llantos de un bebé se escuchan por toda la habitación, Matt se despierta de golpe.
La pequeña Ayla tiene hambre, Matt levanta su pijama de algodón. Su hija pone su boquita en ese delicado peson para comenzar a succionar.
Esta es la cuarta vez que Matt despierta en medio de la noche, Adiel se negó dormir con ambos, tenía trabajo que resolver. Pero justo ahora esta entrado por la puerta de la habitación.
—Vuelve a lo que hacías, ella solo quería comer—Su voz era cansada, estaba medio adormilado.
—Es una pena que no quiera leche en polvo—Adiel se sentó junto a su esposo e hija.
—Uno jamás deberías de discutí con nuestras madres—¿Qué tan inquieto era yo en mi vida anterior?
Adiel frunció el ceño, pensaba que Matt se refería a Marcela.
—Marcela no lo merece—Susurró.
—No me refiero a esa desgraciad....digo no me refería a ella, Marcela es solo una madrastra, mi madre está muerta.
—¿Creí qué no sabías?
—Yo la viví morir, viví mi la mitad de mi vida con ella.
Bajo su camisa, Ayla ya estaba profundamente dormida, Adiel la tomó en sus brazos, le dio un beso en la coronilla. La puso muy suavemente en la cuna, quería que Matt durmiera bien.
Marcela me dijo; "Yo, estuve con tu padre mucho antes que tú madre se casará con el, su muerte era lo que más deseaba, y cuando murió fui la mujer más feliz. Ahora tú serás una oveja a la que le quitaremos su pelaje, cada vez que lo querramos"
—Eso fue un impulso para que Matt se quisiera.... digo, para que yo me casara. Ya no iba a compartir la casa con ella—¡Diablos, siempre hablo en tercera persona!
El anterior Matt, siempre la ha tenido miedo a Marcela, está no había un momento en el que no le estuviera golpeando o regañando.
—¿Debió ser una desagradable conversación?—Adiel se sentó en la cama.
—Muy horrible, hablando de ello ya no les des dinero.
—Asi lo haré, descansa—Se levantó, está listo para irse.
—¿Que horas son?
—2 de la mañana.
—Ven—palmeo la cama.
Adiel se acercó—¿que pasa? ¿Te duele algo?
Si el trasero—Nada, solo duerme. Ya es tarde, no deberías trabajar tan tarde.
—Pero—No quiero ponerlo incómodo con mi presencia.
—Sin peros, solo acuéstate—Matt bostezo con pesadez.
El se envolvió con la gran frazada, para calentar su cuerpo que se sentía frio.
—Primero tomare un baño.
—Como gustes—Matt cerró sus ojos.
Adiel fue al baño cerro la puerta, se deshizo de su ropa, encendió la regadera. El agua comenzó a mojar cada parte de su cuerpo el que tenía muchas cicatrices viejas como nuevas.
Cuando ya estuvo limpio, apagó la regadera, seco su cuerpo, se puso una pijama color lila de algodón.
Al llegar a la enorme cama, vio que Matt ya estaba dormido con mucho cuidado levantó la frazada para meterse en la cama.
Puso unas almohadas para qué Matt no se sintiera incómodo e inseguro de que vaya aprovecharse de él.
Estaba tan cansado que se durmió en un instante, tanto así que no siento que Matt le tiró la mano encima. Los dos se veía demasiado pacíficos.
Pero eso solo duró segundos ya que Ayla comenzó a llorar, Matt abrió sus ojos, estaba por levantarse pero su esposo lo detuvo.
—Yo iré—Se puso de pie.
—Traela aquí con nosotros, siento que ella quiere estar aquí.
Adiel la tomo un sus brazos, Matt quitó las almohadas de enmedio, su esposo la puso en la cama, la niña solo sonreía encerio quería estar con ellos.
Adiel se volvió acomodar en la cama, era tan grande qué cabían unas tres personas.
—Sera una niña de mami—Expreso Adiel sin pensar las palabras.
—Hablado de eso ¿soy papá o mamá?—pregunté con confusión.
—Como tu te sientas mejor.
—Como ella decida llamarme estará bien para mí, apaga la luz.
Adiel apagó la luz con el control remoto, los dos volvieron a dormir, esta vez si fue hasta el amanecer. La pequeña Ayla no se movió en nigún momento ni volvió a llora en todo el restó de la madrugada.
Los nublados rayos del amanecer golpeaba toda la mansión, el reloj biológico de Adiel hizo qué abriera sus ojos, noto qué ya eran las 5 de la mañana.
La pequeña Ayla estaba más que despierta pero no hacía ruido.
—Es hora de cambiarte—Le susurra.
Fue al armario tomo una hermosa pijama peludita con orejitas de gato, un nuevo pañal.
Le quitó la ropa sucia, la tiró al sesto de ropa que es solo para la de ella, la limpio muy suavemente con toallitas húmedas para bebé. Ya estando lista, procedió a ponerle la nueva ropa.
Suspirar, fue bueno decirle a mi Nana de que me enseñará como cambiar un bebé, jamás he tenido tanto miedo de herir a alguien, como lo siento con ella. Tengo gran pavor de lastimarla en algún momento de descuidó.
—Listo mi pequeña ¿tienes hambre? ¿Tenemos que despertarlo?
—Estoy despierto, desde hace ratos—Se sentó en la cama, le indico que pusiera a la bebé en sus brazos.
Adiel lo hizo tal como lo pidió, Matt se levantó la pijama sin pena alguna, pues en su anterior mundo se bañaba sin camisa enfrete de sus amigos, entonces creía que era normal entre "hombres" solo que ésto es muy diferente que solo bañarte.
Matt, no se consideraba Gay, pero después de todo lo que está viviendo están empezando a dudarlo. Eso no significa que le guste Adiel, solo le parece atractivo.
—Mi Nana Lesly vendrá ayudarte, para que no te rindas tu solo
—¿Me quedaré todo el día en la habitación?—No quería eso, pero no es como si pudiera hacer algo en su estado.
—Si, es mejor así. Puedes salir cuando ya estés más recuperando.
—Entiendo.
Adiel no podía creer el comportamiento tan calmado de Matt, ya que ellos nunca tuvieron una conversación que no terminará con Matt tirándole algo.
—Matt.
—¿Si?—Matt dejo de ver a su bebé para darle una mirada a su esposo, que estaba de pie como una estatua.
—¿Te acuerdas de lo que hablamos cuando tenías fiebre?—Lo dijo como un susurró.
—Si me acuerdo, sigamos hablando de eso cuando estemos solos.
Un silencio incomodo se apoderó de la habitación, Adiel sintió que con esto habían vuelto aretroceder.
Adiel se fue al baño a tomar otra ducha, tenía que ir a la empresa Taylor que se especializa en vender los mejores autos, Jeep, del mercado. Tienen como 6 tiendas de ropa que se especializa en ropa deportiva, Pero eso solo era una tapadera para lo que realmente se dedica.
La familia Taylor tiene 5 de los viñedos más grandes y más ricos de todo el país, dicen los rumores que hay entierran los cadáveres de las personas que les falta el respecto y los enemigos.
Matt hizo qué la bebé eructara, la pequeña lo hizo sin ningún inconveniente.
Cuando iba a poner a mi pequeña en al cuna, Adiel salió de la ducha. En su su cuerpo solo llevaba una toalla que cubría su cintura hacia bajo, trague grueso. Es el mejor y más atractivo cuerpo que haya visto en mi perra vida, esos pectorales, ese abdomen. Los brazos son como dos troncos.
Esa mediana cicatrice en forma de "X" en su estómago debió de dolor, las quemaduras de cigarros en su pecho son pequeñas, se nota que son de hace años pero aún son visibles. ¿Qué animal le hizo eso cuando aún era un adolescente?
Matt se cruzó con la mirada de Adiel. El doncel, mira hacía otro lado, creyó que se vería raro que lo observará tanto.
Pero Adiel pensó de otra manera, pensó que eran demasiado fea sus cicatrices, y que asustaron a Matt.
—No quería salir así, pero no había otra bata, no quería asustarte.
—¿Asustarme?—pregunté confundió.
—Por ésto—Señalo su cuerpo.
—Eso no tiene por qué asustarme, toda las persona tiene cicatrices, solo que unas son visibles y otras invisibles. Duelen más las invisibles porque no puedes ver qué herida la causó.
Adiel sintió un cosquilleo en su corazón, no sabía que era ese sentimiento, pero le gustaba sentirlo.
—Retire la mirada porque no quería incomodarte, no por miedo.
Mentiras, me sentí raro por eso no quise seguir viéndolo, pero eso no lo diré en voz alta.
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