capitulo 10
—En últimas noticias, el Ceo de W&R entertainment, sufrió un terrible accidente, según nuestras fuentes, estuvo embriagandose en un club nocturno, con muchos adolescentes que aspiran hacer contratos en su agencia.
—Y no solo eso, aún sabiendo que no Podía manejar de esa manera, golpeó a su guardespaldas, ese arranque casi le cuesta la vida a un civil, Wil Romero, murió por manejar ebrio, tan grave fue el accidente, que quedó irreconocible. Por favor, no manejen en estado de ebriedad.
—¿Que no era el CEO, dónde trabaja nuestro cuñado?
Una hermosa joven, con piel de porcelana, cuerpo de Modelo, estaba sentada en el lujo sofá, mirado la televisión.
—Si, es el. De seguro fue Adiel el causante de ese supuesto accidente.
—¿Crees que se enteró de todo lo asqueroso que hizo antes de que el se casa con nuestro cuñado?
—Dudarlo, según se, el cuñado fue ayer a cancelar el contrato.
—¿Quien te lo dijo?—Le dio una mirada dudosa.
—Gerson.
—Jojojo, así qué el maestro Gerson—le dio una sonrisa burlona—¿Adiel ya sabe que el está tras de su hermanito?
—No, y no está detrás de mi.
—Amo tu inocencia, mi querido hermano. Ese tipo está tras tus huesos.
—Deja de hablar estupidezes, y pide el almuerzo.
—Zay, dejado eso de lado, ¿no irás a conocer a nuestra pequeña sobrina?—Preguntó la joven hermosa, de cabellera cobriza, ojos color miel.
—Nery ¿quieres que nuestro hermano nos estrangule?—El se acaricio el cuello.
—Deja de exagerar, sabes bien que aquienes les prohibió ir a la mansión, fue a Kandy, Jonay.
—Tenemos años sin visitarlo ¿crees que nos dejará entrar a la propiedad?
—Solo vamos.
Zay Suspiró el no queria que Adiel le cortara el cuello. Pero tenía mucha curiosidad de conocer a la niña de ese sanguinario hermano.
—Esta bien.
—Okey, eres el mejor mellizo del mundo—Sonrio—¿Qué les llevaremos.? ¡No podemos ir con las manos vacías!
—Deja de gritar—se cubrió los oídos—podemos llevar ropa de niña que se yo.
—Entonces vamos al centro comercial a comparar unas hermosas pijamas, Pampers, que otro juguete.
—Si, si, como digas—La mirada de Zay Volvió a la laptop, el estaba jugando.
En cambio Nery fue a quitarse la pijama, para ponerse un bonito vestido celeste.
—No te vayas a comportar como una fanática loca cuando estemos allá, ¿Me escuchastes.?
Mi hermana es la presidenta del club de fans de Matt Taylor, usa una cuenta exclusiva solo para subir contenido del cuñado, y sus nuevos proyectos.
__No prometo nada, entiende—Llego junto a su hermano__Lo tendré de cerca, voy a alardear frente a mis amigas.
—Por esto es que Adie no quiere que vayamos a la mansión, más el hecho que el cuñado no se caso por amor.
—Tienen que entenderlo, el quería otra persona, su hermana lo droga—Ella se sentó en el tocador, comenzó a peinar su su largo cabello—Su mundo se vino a bajo en un segundo, más la manipulación que esa repugnante familia teniene sobre él, es entendible que se comporte molesto.
—¿Crees que algún dia ellos llegué a tener algo.? Más allá de una obligación, para que nuestra sobrina creezca un ambiente cálido.
—Si el cuñado no hubiera cambiado, Adiel no estaría metiendo sus narices en sus asuntos, ellos de seguro ya tuvieron un pequeño avance—Sonrio.
Espero que ese cambio se para bien, los dos ya han sufrido demasiado, se merecen la felicidad.
▫️▪️▫️▪️
Cuando desperté Adiel ya se había levantado, y cambiado a la bolita de masa, es raro ya que el siempre espera que me levante para despedirse de mi. De seguro tenía algo importante que hacer.
Matt se levantó de la cama, aprovechó que Ayla aún estaba dormida, fue a cepillarse los dientes y lavarse la cara.
La puerta comenzó a sonar, de seguro es la señora Lesly.
—¡Pase!—La pueta se abrió, alguien entró. Matt siento que algo no estaba bien.
Salio corrido del baño, en su mano traía el palo de metal donde cuelgan las batas y toallas.
—¡Dios!—Baja el palo—me asustastes.
—Lo siento, señor Taylor—El que entro era el cara bonita de Neil.
—¿Adiel, te dejo a cargo de la vigilancia?
—Si, me dijo que le entregara esto cuando despertará.
Neil me entregó una hoja de papel, no podía solo enviar un texto a mi celular, estamos por entrar al siglo XXll.
—Sube mi desayuno cuando este listo, revisa que no le hayan puesto nada raro.
—Entendido—Niel salió.
Matt comenzó a leer lo que estaba escrito en la nota.
No me esperes despierto, llegaré tarde. Darle un beso a la pequeña Ayla por mi.
Que le costaba decirme esto por un texto.
Matt dobló el papel para a guardarlo en el cajón de la mesita de noche, lo que Matt no sabía es que Adiel no tenía su número de celular, siempre que el lo conseguia de alguna manera, Matt cambiaba de número al instante,.
La señora Lesly entro a la habitación—Buenos días, Sr Matt.
—Buenos días, señora Lesly.
—Cuidare de ella, puede darse un baño.
—Gracias.
Matt fue al baño, se quitó la ropa. Fue a la regadera, encendió la llave, el baño duro unos cuántos minutos. Matt ya deseaba que su mes se cumplirá, para disfrutar de un baño digno, no solo mojarse limpiarse y ya.
Cerré la llave, me vestí con ropa casual. Se que mi cabello, cuando ya estuvo bien secó. Puse la pequeña toalla en la repisa.
Salí de ahí, la señora Lesly había llevado a la pequeña Ayla a fuera en la terraza de la ventana, siempre la protege con pijama peludita de animales, más guantes, gorro.
Me dejé caer a la cama, ayer logré ver cómo el espíritu navideño adornaban todos los edificios y casas. Le diré a Adiel que también comencemos a decorar la mansión.
Sin darse cuenta, Matt volvió a quedarse dormido.
La señora Lesly entró a la habitación, al ver como Matt dormía, no quiso despertarlo. Puso a la pequeña Ayla en la cuna.
Ella salió muy despacio, le indicó a los sirvientes que no fueran a molestarlos. Pero Matt volvió a despertar, el rugido de su estómago era más fuerte.
—Señor Taylor, su desayuno—Hablo el cara bonita de Niel, aún sin abrir la puerta.
—Entra—Niel entro a la habitación, colocó la bandeja de comida en la mesa a la izquierda de la habitación.
—Gracias—Me senté en la silla.
Niel salió de la habitación, no sin antes darle una pequeña mirada a su joven señorita.
Matt de gusto de su comida, el dolor en el cuerpo ya se estaba esfumado, ahora ya puede moverse un poco más libremente. Todo su tiempo lo pasa cuidado de su hija, es algo que lo hace feliz.
Después de que termine mi desayuno, llame a Niel para que se llevará la bandeja, no me gusta que los sirvientes entren a esta habitación, eso pondría a mi niña a su alcance, e visto demasiadas series y programas de televisión, donde las empleadas son las que raptan a la niña para pedir un rescate.
Matt se levantó de la silla, la pequeña Ayla se movía en su cuna, el la sostuvo en sus brazos, se fue asentar en al cama. Levantó su camisa, la bolita de masa comenzó a comer.
—Cada día Creces un poquito más—Las gemas color miel, estaban fijas en los zafiros azul celeste, ella prestaba atención a las palabras de Matt.
—Eres el mejor regalo que la vida haya podido darme, siento que esta nueva vida es una recompensa por todo mi sufrimiento en la anterior, tengo un gran esposo, una hermosa hija, dinero, belleza, que más puedo pedir.
Amor, no sabes cómo es sentir que tú corazón palpita desenfrenado al ver esa persona especial, el sentir que cada fibra de tu piel grita el nombre de esa persona. Eso es lo que Matt se decía así mismo.
Tal vez Matt ya sentía un poco de eso, pero el prefería tacharlo como si se estuviera enfermando.
—¿Ya estás llena? La pequeña ya no quiere comer—Ayla sonreía, su Sonrisa es hermosa.
Baje mi camisa, hice que eructara. Solo le daré pecho por seis mes, dicen que más haya de eso, la leche ya es suero.
Matt está por cambiar a la bolita de masa, ella ya había ensuciado su pañal. Cuando la limpio con toallitas húmedas, Ayla arrugó su ceño.
—¿Esta fría? Lo lamento, ya casi termino—La cambié lo más rápido posible, le puse una nueva pijama gris de gatito.
—Listo, ahora estás más linda, y limpia—Le beso la frente, estaba tan concentrado en hablarle y cuidar de Ayla, que no se dió cuenta que el reloj, ya casi marca las once.
Mientras tanto en la Empresa Taylor.
—Adiel, ¿No irás almorzar a la mansión?—Jay ponía muchos papeles en el escritorio.
—No, hoy volveré muy tarde.
—¿Qué sucede.? ¿Se volvieron a pelear?—Me sente en la silla.
—No, nada de eso.
—¿Entonces?
Adiel dejo de firmar, observo a su amigo y asistente.
—Nos besamos.
—¡¿besarse?! No hace mucho ni siquiera podían hablar sin que te lanzara cosas—Esto es un gran acontecimiento, que cambió tan drástico.
—Lo sé, pero el momento fue el correcto, sentir esa calidez, algo que es nuevo para mi, yo me dejé llevar.
Pero que mierda, Adiel está habla como una colegiala al descubrir que le gusta alguien.
—¿Como tu vistes el coraje de besarlo? No tuvistes miedo de que tú esposo estrellara tu cabeza contra la pared, ese pequeño cuerpo esconde una fuerza letal.
Aún siento que me duele la mandíbula al recordar ese gran puño, desde ese día los guardespaldas no se atrevieron a verlo feo.
—El fue quien me besó.
—¡¿Qué?! vuelve a repetirlo, creo que estoy sordo.
—Dije que fue el quien me beso—Lo dijo como un susurró.
—Esta nueva información es muy sorprende. ¿Entonces por eso lo estás evitando.?
—Si, siento que yo también me aproveché, no puedo verlo a los ojos sin sentirme culpable.
—Eres un idiota—Se cruzo de brazos—Si lo evitas, ese pequeño avance se irá por el caño.
—¿Que le digo? No puedo decir que no fue mi intención, porque estaría mintiendo, no quiero que me vea como lo hacía antes, como si fuera una peste.
Esta versión de Matt me parece linda, siento que no me agradaría la idea de que me vea solo como el hombre que arruino su vida.
—¡Oh, dios mío! El gran Adiel que desde pequeño se a criado peleando con leonés, tiene miedo de lo que dirá su esposo. Te diré esto como amigo, los malentendidos no son buenos, eso solo agrande el problema. Habla con sinceridad.
—Lo haré mañana.
—No, lo harás ahora mismo. Largo de aquí, yo haré un poco de tu trabajo.
Adiel se levantó, se puso su abrigo. Salio de la oficina, Jay se sintió orgulloso, como si de su hijo se tratara.
Baje rápido del ascensor, salí por la puerta. Jun ya tenía la puerta del auto abierta.
—¡Adiel!—Un hermoso joven, con rasgos faciales bonitos. Lo abrazo—¿Por qué no contestas mis llamadas?
—¿Qué haces aquí, Donald?—Adiel muy sutilmente se alejo de el.
—Solo quería tomar un café contigo, ¿vamos?__Se sujetó del brazo de Adiel.
—Sera otro día, tengo que ir con mi esposo e hija—Se soltó del agarré.
—Tan compresivo como siempre, entonces vamos, quiero conocer a tu pequeña niña—Se subió al auto.
Jun quería decirle a su maestro que esa no sería una buena idea, pero decidió callar, ya que Donald, es el hijo doncel de la familia Fénix.
Crecieron juntos, ya que en el futuro serían pareja, pero Adiel rompió ese compromiso, no sentía nada por Donald, después se involucró con Matt, a Donald no le agrado eso, pero no tenía el derecho a decirle algo.
Adiel subió al auto, jun lo puso en marcha. Ellos se dirigen a la mansión donde el par de hermanos acaban llegar.
Lo que Adiel no sabía es qué había sido fotografiado.
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