CAPITULO 9
CONNOR
Sonreí para mis adentros sintiendo como Demian con pequeños besos, iba plantando en todo el camino que era mi cuello y parte de mi hombro, para llegar nuevamente a mis labios subiendo su vista.
Luego, dejó sus ojos vagar por mi cuerpo desnudo y lo atrapé sonriendo.
Su cabello negro de un casi azul, estaba azotado sobre su rostro y por la postura y desde la mía bajo él, fue la visión más linda que vi.
Le sonreí como respuesta y vino sobre mí.
Su boca como su lengua, impulsaron la mía con otro beso y se lo devolví con la misma intensidad.
Acariciándonos.
Recorriéndonos con nuestros dedos.
Y diciendo nuestros nombres.
- Quiero amarte hoy, Connor... - Murmuró, mientras sus piernas separaban las mías. - ...tal vez, toda la tarde... - Se corrigió. - ...pero, no se puede... - Su pene desnudo y tan duro como el mío, se frotaron violentamente, robando a los dos un gemido de excitación. - ...por la noche de Cael... - Jadea fuerte. - ...y quiero que tu primera vez, la disfrutes...
Antes que respondiera, sus labios nuevamente se hallaban con los míos y su lengua otra vez, hizo cosas maravillosas y a medida que soltando el beso y volvía a descender, esas cosas mágicas aumentaban y podía sentir en todo mi cuerpo.
Lo mantuve cerca de mí, dejando que todo su cuerpo me envolviera y tomé su pelo entre mis manos y endurecí mi agarre en ellos, al contacto de su boca comiendo mi pene.
Imposible, reprimir el grito que estalló de placer en todo mi ser, ante el calor húmedo de sus labios, succionando mi erección palpitante y más hinchada.
Y me excitó más sentir el juego de sonido de su lengua con saliva, subiendo, tragando y bajando hasta mi base, para luego volver a subir con su mano trabajándome.
Y mis manos de su pelo, descendieron a su espalda incorporándome apenas, ya que me costaba mantener el control, gracias a todo el dominio que ejercía Demian con su boca devorando mi pene.
Mis dedos acariciaron su trasero y sus músculos se flexionaron ante mi toque y gruñó, relajando más su garganta para meterla más, mientras yo.
Mejor dicho mis ansias y deseo, necesitaban masturbarlo.
Jadeó fuerte ante mi caricia y otra vez, mis dedos apretaban su cabeza enredándose en sus cabellos como si la vida se me fuera en ello y al sentir mi orgasmo acercarse, cosa que aumentó mis movimientos de cadera y empujar más mi pene dentro de su boca tomando ahora los dos el control.
Con cada movimiento de su labios succionando, me llevaba más cerca de la euforia y llegando mi clímax, mis caderas se levantaron hacia él, cuando me iba correr y sin tiempo a nada, rugí mi liberación sin aliento y mi cuero luchando contra el placer como extraordinaria experiencia, golpeando dentro de su garganta con tanta fuerza que no pudo tomar todo de mí y lamió con su lengua el borde de su boca para limpiarse.
Nuestras bocas volvieron a chocar de deseo sintiendo mi aroma y sabor al probarlo, siendo mi turno de terminar lo que no me dejó continuar.
Más caricias mientras lo masturbaba y se molía contra mí al mismo tiempo, nos sumergió a un inmenso placer, sin dejar de susurrarme labios con labios, dulces palabras encima de mi piel, alejándose apenas algo sin dejar de masturbarlo y profundizar, con esas embestidas que hacía excitarlo más.
- Dios...voy acabar... - Soltó y eso aumentó mi deseo de verlo correrse, cuando de repente, se puso a horcajadas sobre mi cuerpo y su mano envolviendo la mía en su enorme pene sin dejar de bombear y echando su cabeza hacia atrás por su orgasmo llegando, en un último impulso disparó todo su semen por mi pecho.
Líquido, blanco y tibio me cubrió, con la seria posibilidad de tener uno mental yo también ante esa visión.
- Connor... - Soltó, flexionando sus caderas hasta vaciar todo lo que contenía y se quedó sobre mí, mientras la palma de su mano y con su propia eyaculación, intentaba limpiar mi pecho desnudo.
Sonreí tan agitado y feliz como él.
- No hagas eso... - Debilitado como estaba, no necesité de mucha fuerza de mi brazo, para recostarlo a mi lado y con el otro bajo mi cabeza usarlo de almohada.
- Lo siento... - Agitado. - ...me superó las ganas...
Me giré a su lado con ambas manos bajo mi mejilla.
Le mostré una sonrisa.
- Fue dominante y descarado... - Exhalé oxígeno para recuperar aire de mis pulmones. - ...me gustó. - Concluyo, provocando que ría.
Y también se pone de lado para mirarme a los ojos.
Su nariz y la mía, casi se rozan.
- ¿Qué voy hacer contigo? - Suspira.
- ¿Quererme? - Propongo y su color, asoma en su pálido rostro.
El rojo por un rubor.
- Eso ya lo hago, corazón... - Me dice, besando suave mis labios.
FRESITA
Después de retozar en la cama hablando de todo un poco y riendo, el reloj cruelmente avanza y nos obliga a levantar, seguido de un segunda ducha para Connor y una para mí.
Saliendo de la habitación y abotonando la camisa que escogí, lo encuentro en la barra de desayuno sentado, bebiendo un vaso de agua y ojeando concentrado la pantalla de laptop.
Y no puedo reprimir un bajo como tierno gemido desde mi lugar, por su forma concentrada de leer lo que sea que está en la pantalla, palmeándome yo mismo y en mi imaginación, mi genial idea de la sesión de fotos, así con ese dinero pueda comenzar a estudiar.
Lo que tanto añora y es su sueño.
Voy a la cocina y también me sirvo un vaso de agua fresca.
- ¿Sabías que entre dos hombres que se aman... - Habla, mientras elevo el vaso para beber. - ...existe un pasivo y un activo... - Termina de golpe.
Y el vidrio tiembla en mi mano, escupiendo el sorbo al escucharlo y tosiendo violentamente.
Dios, con este chico.
Viene hasta donde estoy y me eleva un brazo para que se me pase el ahogo, seguido a palmear mi espalda con cariño.
- ¿Estás bien? - Me pregunta y trato de asentir, limpiando mi boca.
Respiro hondo ya tranquilo, descartando el vaso y de beber.
Porque tengo la leve sospecha, que Connor está muy interesado en el tema y no sé, con que de sus sinceridades me va salir.
Trato de ser casual, abriendo el refri por algo de queso para que comamos antes que venga Cael.
- ¿Eso, estabas investigando? - Natural, prosigo cortando en pequeños cubos, para luego unas rodajas de pan lacteado que saco de su bolsa.
Volviendo a la computadora, maravillado me dice.
- Si... - Señala la info que detalla la página, mientras acerco el plato con la colación para que meriende y amago en meter un cuadradito de queso a mi boca. - ...también dice, que probablemente mi primera vez me va a doler much... - No puede seguir.
Porque aunque quise evitarlo, el jodido queso sigue de largo y casi pasa derecho a mis pulmones al escuchar su siempre y natural sinceridad como si nada y otra vez, vuelvo a atacarme una tos, rompiendo en lágrimas por la fuerza de expulsar el pedazo de mi garganta.
Vuelve a contener mi espalda preocupado y totalmente ajeno al motivo de mi ataque de nervios muy adolescente y como si esto en realidad fuera, la primera vez para ambos cuando llegue ese momento.
- ¿Seguro, que estás bien? ¿Es la segunda vez? - Se alarma.
Tomo un traguito del agua de su vaso para que corra.
Ya en mis cabales, me repongo.
- Creo que hay que dejar esta charla, para otro día con mucho tiempo... - Digo, cerrando la laptop.
- ¿No quieres hablar de ello? - Se cuestiona y tomo sus mejillas con mis manos.
Lo acaricio.
- Claro que quiero... - Soy sincero. - ...muero, porque nos sintamos en ese nivel. - Nivelo su mirada hermosa y castaña. - Pero, desgraciadamente no hay tiempo ahora, Connor.
- ¿Por lo de Cael y su propuesta esta noche?
Afirmo.
- Exacto, corazón...
- ¿Y necesitas de una charla antes?
- Si.
-¿Por eso, no lo hicimos?
Vuelvo a asentir.
- Es tu primera vez y quiero que me permitas, cuidarte cuando llegue ese momento... - Explico.
Toma un cubo de queso y lo lleva a su boca para jugar con él en sus labios.
Mierda, quiero ser ese queso.
Continuo a masticarlo pensativo y sin permitir, que mis manos se alejen de su rostro.
Y mierda otra vez, me estoy derritiendo de amor por ese gesto de cariño a mí, suyo.
- ¿Mañana?
- ¿Mañana, qué? - Pregunto.
Sus manos rodean las mías, que todavía siguen en su rostro.
- Si mañana lo hablamos, Demian...
Sonrío frente a él.
- ¿Tienes mucha curiosidad?
Niega con sus ojos.
- No, porque me lo puedo imaginar. - Continúa. - En realidad, muchas ganas... - Sonríe feliz.
O tengo otra erección o estallo de rubor.
Mi sistema opta por abandonar su cara mis manos para poder tapar mi rostro sobre una carcajada.
Bajo apenas estos, para mirarlo.
- ¿Sabes, que eres muy sincero?
Cruza sus brazos sobre la mesa de desayuno y me mira sonriente.
- ¿Virtud o defecto? - Curioso.
Y también me apoyo con los míos en esta, para perdernos en nuestras miradas frente a frente.
- Ni uno, ni lo otro... - Contesto y lo dejo perplejo, no dejo de sonreír. - ...ya te lo dije en la cama.
Mi respuesta lo hace pensar, hasta que encuentra la suya.
- ¿Amor? - Murmura y yo digo que sí, con mi barbilla.
- ¿No te avergüenza eso? - Me consulta.
Niego rotundo y a un suspiro de besarnos.
- ¡Ay por Dios, que yo sí! - Pero nos interrumpe la voz de Cael en compañía de Megan que nos mira serio y sin moverse, por más que nos volvió a interrumpir.
Jamás, tanto Connor como yo lo sentimos llegar.
Ni siquiera, el sonido de la puerta de entrada abriéndose.
Nos señala siempre serio, con su índice en el aire.
- Ustedes chorrean miel, chicos... - De golpe, su sonrisa nace y se expande totalmente en su rostro, pero ahora con ambos pulgares en alto a modo aprobación y feliz. - ¡Sigan así! ¡Es lo que necesito para motivar el ambiente y continuar con los últimos preparativos! - Nos alienta con Megan dando saltitos aprobatorios a su lado y seguido a voltear y totalmente en su mundo de enamorado, seguir como si nada en el salón con su ayuda en los preparativos.
Con Demian nos miramos.
- Creo, que ya debo irme... - Largo, buscando mi cosas y saboreando otro pedazo de queso.
Demian exhala aire, siguiéndome.
- Lo siento otra vez, realmente quiero estar contigo hoy. - En la puerta, señala al enamorado que va y viene con guirnaldas rojas y plateadas que lleva en sus manos, para ver donde ponerlas con Meg. - Pero tengo que estar para su gran noche, en sus últimos arreglos del plan propuesta...
La abro y lo tranquilizo.
- Me agrada eso y no me enoja. - Soy sincero, mirando la hora de mi reloj. - Además, solo tengo poco más de dos horas para entrar a mi turno de medianoche en la tienda de comestibles...
- ¿Tienes libre mañana?
- Solo durante el día, hasta nuevamente mi entrada al trabajo. - Respondo ya afuera.
- ¿Te agradaría que te busque y lo usemos para ir a tu Universidad y ver los ingresos del semestre? - Se ofrece y es imposible que no sonría.
Aunque ya tengo el dinero, iba a esperar mi día libre para hacerlo con tranquilidad de tiempo.
Pero el ofrecimiento de Demian me entusiasma y mientras sea antes, mejor.
Mención aparte, que pasaremos el día juntos.
Acomodo mejor mi mochila en mi hombro sonriente.
- ¿Temprano en mi departamento? - Digo, caminando sobre mis pies hacia atrás para no perderlo de vista.
- Con desayuno incluido. - Promete él, apoyado contra el marco de la puerta tan sonriente como yo.
Muerdo mi labio y sonrisa, ante sus palabras de pura felicidad, mientras lo despido con mi mano en alto y me imita, seguido a girar sobre mis pies para correr feliz por la situación.
Etapa o realidad por más que ahora, mientras corro de pura alegría sobre la acera en dirección a casa y esquivando alegre pequeños obstáculo, como un perro que descansa sobre ella y hasta una niñas jugando a la soga.
Nunca llegó.
En realidad, Demian nunca apareció ni al otro día esperando de muy temprano su gótica y bella presencia para desayunar e ir a la universidad.
Tristeza.
Mucha bronca.
Como en los días siguientes...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top