CAPITULO 5
Música y Dj por Karluchi93
https://youtu.be/5zuDTvhu6Zk
FRESITA
Locamente, mi pulso se atreve a temblar con mi pincel al mando y sacudo mentalmente mi cabeza.
Y procuro por eso, definirlo como un simple bodypainting.
Pero, no lo es.
Lejos de eso.
Jamás catalogaría algo mío, como simple y muchos menos una de mis obras.
Me atrevo a elevar mis ojos al rostro de Connor que permanece con los suyos, aún cerrados.
Y menos, todavía a él.
Por eso aferro más el pincel entre mis dedos, tanto, que la siento como la continuación de mi extremidad y como si fuéramos una sola cosa.
Cada dibujo abstracto que hago y recorre su vientre como un lado de su torso seleccionado con otro color, el tacto de mi mano por mis terminaciones nerviosas, también lo hacen.
Suspiro terminando esa parte y agradezco que uno de los chicos para darle vida y movimiento, hayan puesto música de fondo como estimulación, ya que fue sin disimulo.
Nadie, excepto al voltear por ayuda a Megan que viene con los elementos de la segunda parte, noto que lo escuchó.
Y es Cael, algo confundido.
Lo parece.
Porque me mira entre atento y desconcertado tanto a a mí, como luego a Connor, para nuevamente su mirada gris en mí y notando algo que yo quiero disimular desde hace tiempo, porque comienza a sonreír negando divertido y afianzando más sus brazos cruzados sobre su pecho.
- ¿Todo, está bien? - Connor pregunta de golpe y me sobresalto, volviendo a él e ignorando a mi oráculo mejor amigo.
¿Connor, pudo escuchar mi suspiro?
Niego, porque es imposible.
No puede ser con la música y además, sigue con sus ojos cerrados.
Aunque no imposibilita sin ese sentido de escucharlo, tampoco vio mi rostro que lo acuse de ello.
- Si ¿Por qué? - Me hago el desentendido y tomando una nueva paleta de colores que Meg me entrega.
Más pequeña y con solo tres colores, cuidadosamente preparados por mí, al igual que seleccionando un pincel de mucho menor tamaño.
Levemente encoje sus hombros desnudos, que por más ínfimo el movimiento dándome a entender que no lo sabe a ciencia cierta, yo sí y a mucha ciencia.
Mierda...
Descubro que por eso su vientre se contrae, marcando y propia de su respiración, sus suaves abdominales.
Miro desesperado a Megan.
- Agua, por favor... - Cosa que se acelera en traerme de una jarra de otra mesa, para luego correr hasta mí, pero se detiene con mi gesto a que se vuelva. - ...con hielo, mucho hielo. - Lo necesito con urgencia.
Frío a mi cuerpo.
Y comprende regresando a la mesa, sumándole al vaso unos cuantos cubos y me lo alcanza al llegar.
Le agradezco con una sonrisa mientras bebo sin parar.
- Lo sentí... - Connor prosigue, pero ahora abriendo sus ojos. - ...como si algo sucediera...
Lo miro a través del vaso bebiendo y mi mano al aire es un gesto de tranquilidad dramáticamente negando.
- Cierra los ojos, Connor... - Es como toda respuesta a su reflexión y no tengo idea que sucede, pero capto que retrocede.
- ¿Por qué? - Vacila.
CONNOR
Abrí los ojos al notar cierta pausa del pincel en mi cuerpo y escuchar a Demian pedir agua.
Y sintiendo algo extraño, supuse que no se sentía bien.
Pero equivocadamente y lejos de eso, su rostro estaba ajeno a esa palidez que lo caracteriza con su maquillaje gótico.
Más bien marcaba mucha salud en él, porque asombrosamente sus mejillas irradiaban rubor rojo por algo y hasta su mirada, aunque nunca fue fría por más azul intenso que son.
Todo Demian es sonrojo y le elevo una ceja por eso y más, cuando me pide que cierre nuevamente los ojos.
- ¿Por qué? - Pregunto ante su demanda, sin entender mi desconfianza.
Logra sonreír, levantando lo que parece otra paleta pero de menos tamaño.
- Toca tu rostro y como final, así comenzamos con la sesión... - Señala a todos, pero en especial cosa que llama mi atención, al fotógrafo que parece haber robado fotos sin comenzar la sesión todavía de nosotros, pero aguardando tranquilo que Demian termine como Cael, editor en jefe y amigo que nos mira a ambos sin dejar de conversar con él.
Arrugo mi ceño y causo que al fin ría, ya lejos de lo que parecía que algo lo perturbó.
- Tranquilo, no va a doler y tampoco causará algo a la piel de tu rostro, Connor... - Me habla. - ...es una pintura especial...
FRESITA
Se acomoda nuevamente y sin necesidad de tomar asiento, el pincel seleccionado comienza con su punta a delinear con suavidad, pero dejando un bello color en su pureza azul bajo de cada uno de sus ojos.
Y por un momento por estar totalmente sumergido en mi arte y tomando otro color como pincel más pequeño todavía, cierro mis ojos y dejo que mis dedos apenas rozando la piel de sus mejillas, lo hagan por si sola al diseño y acariciando con la cremocidad de su pintura naranja, esa porción.
- No los abras todavía, Connor... - Le pido suave mientras yo sí, abro los míos.
Afirma con confianza, ya con mi cuarta opción de color, cual este no lo preparé.
Me lo alcanza Meg como buena asistente de turno que decidió ser para mí, en esto.
Un frasco con el polvo compacto dentro, que solo saco un poco y lo descargo en la palma de mi mano.
Seguido y ante la promesa de Connor de no abrir sus ojos como moverse, yo lo hago hacia él, pero solo lo suficiente invadiendo su espacio personal y por más que mi mano otra vez, amenaza con temblar al aproximarme a Connor sin que lo sepa, tomo la fuerza necesaria acercando mi mano conteniendo el polvo color a mis labios.
Continuo, con una suave exhalación escapando de mi pecho.
De soplar suavemente y que este libremente, vuele en suspensión por el aire y como cometido, su lindo rostro.
CONNOR
Me pide que no abra mis ojos aún y obedezco, solo asintiendo sin abandonar mi postura.
Pero algo y otra vez sin saber que mierda es, llama mi atención o me alerta.
Es como una sensación que no termino de definir, pero lejos de incomodidad.
Más bien, de un espacial calidez si eso existe y que tienen forma, como pequeñas o ínfimas partículas diminutas, cual siendo su meta mi rostro al sentirlas, causa que abra los ojos.
Para encontrar.
Asombrado.
A Demian centímetro su rostro del mío y entre nosotros.
Muerdo mi labio, desconcertado.
Porque totalmente ajeno a sentirme invadido, pero absorto y dejando que mi mirada, no solo se deposite en él mirándome también a esa escasa distancia.
Si no, en lo que nos separa y flota entre nosotros, provocando que sonría sin dejar de sentir ese color en polvo en toda la piel de mi rostro y hasta parte de cuello como pecho.
Un color suspendido y volando entre nosotros, que se niega a caer y brilla entre nosotros.
- Perdón, pero era imposible si no me acercaba... - Se atreve a hablar al fin por descubrirlo tan cerca mío, aunque no se aleja.
Y sonrío, olvidando toda la gente que nos mira y hasta descubriendo que, lo que dudaba es real.
El fotógrafo disparando un par de fotos hacia nosotros y fuera de la sesión antes de comenzar.
- Tranquilo, confío en ti. - Le recuerdo, lo que me dijo e intento no reír, indicando su cara y ya casi sin polvo color entre nosotros y supongo aunque no me vi, ya todo en mi rostro. - Tienes algo acá... - Le indico pero como referencia, mi dedo en una parte de mi cara.
Demian pestañea, palpando un lado del suyo.
- ¿En serio? ¿Dónde?
- Acá... - Vuelvo a tocar de mi lado. - ...ahí... - Al ver que no se limpia, llevo mi índice pero sin tocarlo a ese lado arriba de una de sus mejillas.
En realidad cerca de su ojo, causando que parezca una linda lágrima brillante.
- ¿Salió?
Niego.
- ¿ Y ahora?
- Tampoco, más abajo... - Indico sobre su mano, procurando limpiarla otra vez.
- ¿Se fue?
Vuelvo a sacudir la cabeza, porque la lágrima brillante sigue y resoplo, tomando la iniciativa y sinceramente, sin pensarlo mucho.
FRESITA
Lo segundo que capto, es algo tomando mi cuello por atrás.
Su mano como si nada para atraerme a él.
¿Por qué describo lo segundo, antes que lo primero?
Esperen que tome aire por la emoción y no, no es por un beso, no se emocionen.
Porque lo primero, fue el tibio calor.
Sentir.
Del dedo de su otra mano humedecido apenas por sus labios y con suavidad pero decisión, limpiar bajo uno de mis ojos lo que parece parte del polvo color que nos rodeo al echarle sobre su rostro y como maquillaje final.
Soy bastante más alto que Connor.
Pero mi mirada estaba a su nivel como su altura, porque tuve que disimular con ese gesto de su parte, en auxiliar mis manos en mis rodillas que temblaron, porque me desmayaba y obligado por él también lo reconozco, para tener acceso a la limpieza que me estaba dando.
- Ahora, sí. - Me dice natural, mientras toma un paño que Megan le ofrece para que limpie ese resto de sus dedos.
Y no puedo decirle nada más, que solo retroceder, ya que tanto el fotógrafo como Cael notando que todo está listo, me obligan a que salga de escena mientras los chicos acomodan las luces.
Me ubico con los chicos y miro a Connor.
Y el mundo de la sesión con su fotografía, da comienzo.
El primero que haremos, porque otra gran idea tengo en mente y por tal los lienzos vírgenes de pintura de fondo.
- ¿Qué rayos, fue eso? - Cael me susurra muy bajo para no interrumpir, sin dejar de ver como yo, los continuos disparos de la cámara profesional del fotógrafo que se mueve de un lado a otro para diferentes ángulos y pidiendo a su vez a Connor otras posiciones.
- ¿Qu...é...cos..a? - Logro preguntar por tener mi pulgar en mi boca, asesinando mi esmalte.
Su manotazo no se hace esperar para que lo saque y me indica con mímicas exageradas de sus brazos en el aire como expresión de su rostro, que supuestamente yo solo debo entender, pero Matías un paso adelante, notando sus expresiones silenciosas nos mira curioso.
Cael se calma, pero voltea a mí.
Indica mi uña masticada momentos antes.
- Jamás, porque odias las imperfecciones, tocas algo de tu perfecta apariencia, menos tus adorados esmaltes... - Me recrimina.
Extiendo mi mano frente mío y chequeo mi uñas.
- Me aburrió el azul noche, estoy pensando en el amarillo...
- ¡No me jodas! - Exclama bajito y me da risa.
Lo miro de reojo haciendo una mueca.
- Lo siento corazón, ya los nórdicos no me van y menos, si es mi mejor amigo... - Sonrío divertido.
- ¡Fresita! - No sabe si reír o bofetearme, pero se decide por lo primero notando al igual que yo, como Connor con cada flash y de la nada, comienza a sonreír y ese gesto, enamora a la cámara fotográfica. - Me refería a lo que vi momentos antes... - Nos mira a ambos. - ...te gusta, no?
Para qué, mentirle.
- Algo...
- ¿Algo?
Sonrío.
- Bueno, sí...bastante...
Cael suspira pensativo.
- ¿Y él?
Niego, permitiéndome otro suspiro mientras con otro gesto a Megan y comprendiendo, busca los otros elementos para la segunda sesión fotográfica.
- Solo le gusto, pero de la forma amistad, Cael. - Prosigo en voz baja para no molestar, girando a una de las mesas, cual entre muchas cosas que Megan a mi par presta alistó, yo tomo un pote de mi desmaquillante. - Después de mucho tiempo, creo que al fin conseguí que me quiera como amigo... - Sigo, destapando este y con ayuda de un espejo de mano, comienzo la labor con toallitas de limpieza en hacerlo en mi rostro.
- ¿Es hetero?
Me encojo de hombros, sin dejar de desmaquillarme.
- Tiene una meta, no piensa en lo demás.
Cael quiere seguir preguntando, pero algo llama más su atención.
Verme como me saco todo mi maquillaje.
- ¿Qué diablos? - Entiende menos y notando mi cara despejada, seguido a verme desabotonar la camisa que llevo puesta y como sin pudor de mis pantalones negros, para reemplazarlo por unos jeans que pasarían por blancos.
Igual prenda que Connor usará al finalizar esta primera parte de fotografías.
- Segunda sesión, cariño...
- ¿Tú, participarás en ella? - Pregunta al ver como Megan retoca mi pelo ahora suelto y apenas polvorea con mi rostro por las luces, libre de mi siempre maquillaje.
Hago rotar mi cuello para liberar tensión y porque me siento algo nervioso, pero muy decidido.
- Si. Alguien me dijo que y aunque, la tapa de la revista con su entrega de temporada va a estar plasmada con mis obras... - Señalo a Connor siendo mi arte y ya finalizando la primer sesión, cual Meg lo conduce a su biombo para el segundo cambio de ropa.
Únicamente y con los mismos jeans que yo visto.
- ...yo, no estoy en ello...
- ¿Saldrás en las fotos? - Curioso, ya que esporádicamente lo hago.
A excepción de Connor, yo me pongo una camiseta blanca.
- Y lo quiero en primera plana, corazón. - Lo paso por mi cuello, mientras se lo digo con un guiño de ojo.
CONNOR
Acomodando el jeans que ahora toca ponerme y evitando rozar las partes de mi cuerpo pintadas, salgo del biombo mientras me dejo por Megan nuevamente peinar y corregir desperfectos de mi pelo.
- ¿Sucede algo? - Le pregunto, cuando al fin libera mi boca de poner otra vez un brillo natural.
Porque veo bastante más movimiento de todos yendo y viniendo.
No solo a Cael revisando con Matías y sin dejar de dar su opinión al fotógrafo y señalando desde la pantalla de un ordenador lo que supongo son, las docenas de fotos que me sacó.
También, que el resto de los chicos que calculo por orden de Demian siendo el alma maestra en todo esto, medianas cubetas con colores líquidos llenas, lo dejan a un lado donde fue la sesión y aún los grandes lienzos en blanco descansan como cortina de todo.
- Todo preparándose para la segunda parte. - Megan me dice, mientras caminamos hacia allá.
Ni me preocupo en cubrirme, porque estoy demasiado ocupado mirando todo este movimiento.
Y más.
Me detengo sobre mis pasos de golpe.
Casi llegando al telón improvisado de las sesiones, al ver a Demian en él y espalda a mí por estar diciendo unas cosas a los gemelos como últimas directivas de la puesta en escena.
Inclino mi cabeza.
¿Lo es?
Lleva una simple camiseta sin mangas tan blanca como su piel y exactamente los mismos pantalones que yo me puse, mención aparte descalzo como yo.
Su pelo que antes lo llevaba a medio recoger para que no le moleste en el proceso de la producción, ahora está suelto y cae con su apenas largo a la altura de sus hombros, denotando que Megan hizo su magia peinándolo.
Al sentirnos llegar, voltea a nosotros y carajo.
No puedo evitar mi cara de asombro, cosa que veo que no pasa desapercibido, porque él como muchos se sonríen.
Ya que.
Guau, con la sorpresa.
Porque Demian, está libre de absolutamente todo maquillaje.
Si.
Ni un gramo de ese delineado o sombra oscura que rodea siempre sus ojos azules, haciéndolo más natural y descubriendo para mi asombro que no me abandona.
Un chico que si era extrañamente lindo con su look gótico de prendas negras y sofisticadas.
También ahora, pero con la diferencia, que su mirada es más profunda.
Podría decir que alegre y más cálida, pero es errada esa definición, ya que Demian siempre lo es.
¿Sería, como un Demian al desnudo?
No lo sé.
Pero supongo que lo provoca en mí, pasa a todos.
Verlo así, también llama poderosamente la atención.
Camina hasta donde estoy con sus manos en los bolsillos delantero de su pantalón.
- ¿Sorprendido?
- Bastante. - Soy sincero.
- ¿Asusto? - Me dice enfrentados ambos.
Me lleva poco más de media cabeza y obliga que eleve mi barbilla.
Niego y miro a Megan.
- ¿Me darías un poco de agua, por favor? - Le pido, porque me dio sed.
Agradezco cuando me lo alcanza y bebo con ganas, comprendiendo a Demian minutos antes.
Las sesiones, luces y todo esto, da mucha sed.
Parece.
Le entrego el vaso vacío con otro agradecimiento y volteo para mirar a Demian.
- Tienes buena piel. - Es la verdad y no entiendo como un chico puede tener ello, ya que no solo es de un blanco perfecto.
Además libre de alguna imperfección.
Toca con suavidad sus mejillas con orgullo.
- Gracias, la magia de no tomar sol y buenas cremas como máscaras nutritivas. - Me explica.
Miro como casi, estamos vestidos iguales.
- ¿Saldrás conmigo? - Toso ante su cara. - Quiero decir... - Corrijo y señalo el escenario de fotos, mientras caminamos hasta ahí. - ...serás modelo, también? - Lo miro nuevamente y me encuentro otra vez, con ese rubor en sus mejillas.
Y ahora él, es el que se aclara su garganta pero sin verme, me responde focalizado en esos medianos tachos con pinturas de diferentes colores llenos.
- Me dijiste que tendría que estar con mi obra. - Habla tomando una de varias brochas para tocar la densidad de un color, inclinándose apenas en ella.
Mi turno de poner mis manos en los bolsillos de mi pantalón, para evitar tocarme un lado del pecho que comienza a picarme y está marcado con sus pinceladas.
- Me gusta la idea. - Y otra curiosidad, me embarga. - ¿Lo hiciste, porque te pregunté?
Deja la pintura, pero no la brocha.
- Me parece la mejor opción. - Se incorpora y yo niego.
- No quise decir eso. - Lo miro. - Hablo del maquillaje. - Se endereza. - ¿Te lo sacaste, porque te pregunté de eso, antes?
- No. - Es sincero, lo noto. - Quiero que la gente vea a la obra y su pintor al natural y que los colores que solo habrá, como significado que tenemos cada uno... - Indica los enormes lienzos de fondo en blanco. - ...en ellos, sobre lo abstracto de la vida de cada uno... - esto último lo dice, ante la seña de estar listo del fotógrafo en posición como el resto, mientras me entrega otra brocha y me incita a que no solo sumerja en uno de tachos y que elija yo el primer tono, también que lo descargue sobre los lienzos como él lo hace desde una distancia y al aire, causando que un lindo y uniforme trazo de pintura roja, cruce de un lienzo a otro.
Y miro, tanto a Demian como el resto por eso.
- Solo, sean ustedes mismos. - Cael responde a mi duda sobre la sonrisa de Demian y afirmación del fotógrafo que ya comenzó con los disparos consecutivos de fotos a nosotros.
FRESITA
Quiero que mi obra, haga su arte también.
Cael me conoce como el resto de los chicos y captaron mi idea, por eso formentan al tímido Connor a que se anime.
Y lo hace con ciertas dudas, pero logrando al pincelar sin saber mucho como hacerlo, una bonita delineación ascendente que al cruzarse con mi color, forma otro.
Y con ello.
Sonrío feliz.
La magia de los colores comienza.
El fotógrafo va y viene sobre nosotros con ayuda de Matías con la iluminación.
Disfrutando y sin darnos cuentas o más bien Connor de ello, a veces con la brocha y otro tanto con pinceles de diferente grosor, ambos damos rienda suelta a la creatividad entre los lienzos que poco a poco, toman vida con las diferentes tonalidades de pigmentos.
Cuales además nos salpican a nosotros mismos, provocando que riamos y convirtiéndome también yo, en mi propia obra de arte.
Casi, olvidando donde estamos.
Como casi además, no percibiendo la cámara de foto que no deja de robarnos imágenes de nosotros mismos y de fondo, todo este juego de pinceles, color y lienzos.
Y otra exhalación de aire, suelto de mis pulmones satisfecho y feliz.
Porque, descubro sin dejar de hacer como ver a Connor disfrutando de este favor que le pedí.
Que esta obra de arte, va ser mi favorita...
CONNOR
Después de una ducha altamente reparadora como de limpieza para sacarme toda la pintura, agradeciendo a Demian que me ofreciera su baño de la galería.
Saliendo de este y secando vigorosamente mi pelo húmedo con una toalla pequeña y ya vestido con mi ropa.
Me encuentro que por delibery y liberando una de las mesas por haber acomodado casi todo de la sesión, Cael invitó a todos con pizzas y docenas de latas de cerveza.
No rechazo la porción de comida, porque mi apetito es voraz, pero sí, la bebida y solo lleno un vaso con gaseosa de naranja.
- ¿ No bebes? - Charly me pregunta mientras tomo asiento dejando la toalla sobre el respaldo en la silla y lugar que Demian me guardó entre él y Megan.
- No mucho, creo que no soy bueno... - Respondo, ya que es verdad.
Aunque con mi hermana lo hago esporádicamente en tardes de verano como recompensa del arduo calor, prefiero tomar unos mates o simplemente agua.
Todos ríen señalando a Cael que noto su vaso como el mío, con solo con gaseosa.
- Eres flojo como el jefe. - Ríe Matías sobre la cara descontenta de Cael. - Huele la botella y hay que cargarlo hasta su casa. - Sus palabras hacen reír a todos a carcajadas, inclusive a él.
- La verdad, es cierto. - Rasca su nuca avergonzado. - El alcohol, no es lo mío...
- ¡Pero, solo un poco para brindar que gracias a ti, la revista Féminam saldrá con éxito! - Esteban unos de los gemelos, llena mi vaso con algo de cerveza por sobre la gaseosa de naranja. - Mezclado con la otra bebida, no repercutirá en tu organismo. - Me explica mientras veo como la espuma, colma sobre el naranja de mi gaseosa.
- ¿Si se mezcla con dulce, no es mayor el efecto? - Santiago su hermano, dudoso consulta a todos y sonrío tomando mi vaso y siendo el primero en elevarlo sobre nosotros para el brindis.
- Tomaré solo un vaso. - Miro a todos. - Puedo con ello.
- ¿Seguro? - Demian preocupado, me dice y vuelvo a reír, siendo suficiente para que todos choquemos los vasos y bebamos con gusto, inclusive yo.
No solo, por descubrir que esa mezcla de gaseosa de naranja y cerveza es muy sabrosa.
Si no también, por ellos y notar que aparte de una fuerte amistad los une.
Miro a Demian, mientras me sirvo otro vaso.
Se siente bien haber ayudado a todos y en especial a él.
FRESITA
¿Control de daños, una hora y media después?
Casi todos ebrios.
Si.
Menos Cael, Matías y yo.
Y si.
Inclusive Connor que resultó ser, que la combinación de la cerveza con gaseosa le gustó tanto y creyendo que es agua, la bebió como tal.
- Lo siento... - Matías cargando casi todo el peso de una alegre y muy borracha Megan, me dice sobre la puerta de entrada mientras vemos como los gemelos abrazados entre ellos y Charly desde la acera por demás ebrios, cantando vaya a saber que canción, toman un taxi que pidieron.
Lo dice por Connor y en nombre de los chicos, que totalmente en ese estado y con sus brazos cruzados sobre la mesa, dormita plácidamente.
Palmeo su hombro libre del cuerpo de Megan en el momento que Cael estaciona su coche para llevarlos.
- Tranquilo... - Lo señalo. - ...desde su celular, llamaré a su hermana para que venga por él, ya que no tengo idea donde vive...
- Mañana vendrán los chicos por las cosas. - Cael llegando a nosotros, me dice por lo que quedó de la producción.
- Ok. - Lo tranquilizo mientras nos despedimos y veo como entre ambos, procuran acomodar a Meg en el asiento trasero.
Sonrío cerrando la puerta y mirando a Connor.
- Oye, chico lindo... - Me acerco a él. - ...lo siento por esto... - Me excuso por palparle los bolsillos. - ...pero, necesito el teléfono de tu hermana. - Y una especie de resoplido sale de él, apenas abriendo sus ojos.
Ver su estado hace que desista para ir hasta un cajón por unos analgésicos y regresando, que llene su vaso solo de agua.
- Toma un par y bebe, que te hará bien. - Le digo.
Se queja pero me obedece, intentando acomodarse sobre la silla.
Su mirada fija, con las pastillas en la boca y ebria en mí, hace que ría.
Apoyo divertido un brazo en la mesa y mi puño en mi barbilla sentado a su lado.
- Si no lo tragas, odiarás a todo el mundo mañana por la resaca que tendrás. - Le advierto y los traga con ayuda de un sorbo de agua.
Un hipo borracho, sale de él.
Sonrío, otra vez.
Es lindo.
Un índice insipiente, me señala.
- Tienes otra vez...ese color... - Me dice con otro hipo.
Toco mi rostro.
- ¿Tengo, todavía pintura? - Paso mi mano, ya que pensé que con la ducha, lo había sacado todo.
Miro mi mano abierta.
- No veo. - Le digo y Connor niega tambaleándose, pero se recupera en la postura.
- No...hablo... - Ese mismo dedo, toca con suavidad una de mis mejillas y me toma de sorpresa que se atreva a tocarme. - ...de este color... - Otro hipo. - ...de tu color. - ¿Qué? - El tuyo y que yo veo... - Saca su dedo y me muestra dos en el aire. - ...lo vi dos veces hoy. - Se corrige y comprendo.
Habla de la explicación que le di antes de la sesión, que las personas tenemos colores.
Y quiero preguntarle, cuál es el mío.
Pero me abstengo, porque mi corazón late fuertemente en este momento por culpa de su contacto inocente y no es bueno para mí.
Miro como Connor, ahora también apoyado con ayuda de sus brazos en como me observa sin preámbulo y lejos de ser el mismo.
Y mucho menos para él.
Por eso, vuelvo a lo que estaba antes.
- Necesito tu móvil, Connor. - Miro por abajo de la mesa en sus bolsillos. - Tenemos que llamar a tu hermana.
Se derrumba fastidiado contra mesa y sus brazos por el sueño.
Creo.
- Tengo sueño...
- Lo sé y por eso, llamaremos a tu hermana para que venga por ti. - Le explico. - ¿Dónde está tu celular? - Ni se molesta sobre otro hipo en sacar su rostro de sus brazos, apenas levanta su mano que me indica abajo.
- En el bolsillo de mi pan...talón... - Hipa.
- Muy bien. - Digo buscándolo y creo ubicarlo en el momento que gira su rostro y me mira.
- Ese, no es mi celular... - Me aclara y arde mi rostro abriendo mi mano de golpe por sobre sus jeans.
- Lo siento...yo...no... - Ni sé que decir.
Me regala una sonrisa ebria.
- De este color hablaba... - Logra decir haciendo caso omiso a lo que pasó antes, con su mano sacando por abajo de su rostro, para que ese dedo palpe suave mi mejilla de nuevo.
Esta vez, no lo saca.
Lo mantiene en mi piel y se limita a bajarlo apenas, para seguir indagando ese lado de mi cara.
- Tu color es rojo, Demian...tu color de perso...na... - Me dice como puede por su estado y todavía con su dedo en mi mejilla, para luego reemplazarlo con su mano completamente abierta para acariciar mi rostro.
¿Con cariño?
No lo sé.
Pero, jodidamente se siente bien.
Tuve varias parejas.
Salí con varios chicos y tuve sexo con ellos.
Pero el simple gesto como tacto de cariño de Connor hacia mí, no se compara su simpleza y naturalidad con ellos.
Nada.
Y por eso miro el techo, en realidad al cielo por fuerza divina.
Mucha, fuerza divina.
- Connor, estás muy borracho y no sabes lo que haces, cual puedes arrepentirte mañana cuando te levantes... - Vuelvo a él.
Sacude su cabeza incorporándose, dejando mi rostro y decidido tomando el vaso que sigue algo lleno de cerveza que era de Meg, la bebe robándome una exclamación y se lo saco rápidamente.
Alejo todos de su vista y ríe limpiando su boca con el puño.
- No me quiero ir. - Me habla y pestañea para focalizar, haciéndolo tan tierno en su estado, que repercute en mi corazón y otro lado. - Me divertí mucho hoy...con ustedes, gracias Demian... - Con dos hipos me lo dice, mierda es muy bonito. - ...pero, paso la noche aquí...
¿Qué?
No, no y no.
No puede.
No es sano para mí y muy cotraproducente para él.
Me pongo de pie y extiendo mi mano.
- Tu teléfono, por favor... - Sería incapaz de tocar otra vez ahí.
Y río, porque ahora comprendo a mi dulce amiga Juno cuando no podía decir la palabra pene en Caldeo.
Suspiro, comprendiendo perfectamente el motivo ahora.
Connor niega apuntando la mesa con su dedo inquisidor y sin siquiera, tomar atención ante mi negativa de pasar la noche.
- No...dije que me quedo... - Decidido, pero borracho. - ...y antes que me niegues otra vez, te anticipo que tengo planeado tener sexo contigo... - Se cruza de brazos decidido.
- ¿¡Qué!? - Chillo por lo que escucho.
No sé, si reír o llorar.
¿Lo que tanto desee, puede ser una desgracia?
No sé, pero en su condición, jamás.
Ni se inmuta por mi queja, se encoje de hombro afirmando más y tambaleando para ponerse de pie.
- Si y hoy mismo...esta noche, contigo... - Me vuelve a confirmar, llegando hasta mí.
Y me entra la risa.
Lo siento, pero es imposible con su carita ebria pero muy tierna, que me dice a gritos que es nuevo en todo esto y sin embargo muy decidido.
- No te rías... - Hipa. - ...hablo en serio... - Friega su nariz propio de su estado, haciéndolo más dulce.
Me cruzo de brazos divertido.
- Ya veremos que pasa con eso, pero hoy no... - Y me gano otra vez, su dedo inquisidor sobre nosotros.
- Bueno...como yo le ve...o... - Hipo. - ...esta noche... - Nos señala. - ...va a pasar de todo... - Y no lo aguanto, una enorme carcajada se apropia de mí, naciendo desde los más profundo de mi pecho y agradezco que no volví a maquillarme, ya que las lágrimas de tanto reír salen de mis ojos, obligando a limpiarme con mis manos.
Pero niego a sus dichos, mientras procuro calmar mi risa por toda esta situación.
- No, no sabemos que puede llegar a pasar. - Le explico, dándome por vencido de pedir auxilio a su hermana y tomando sus hombros, lo obligo a que camine a la única habitación que la galería tiene una cama para que se duerma.
Yo lo haré en el sillón de dos cuerpos que tengo en mi estudio.
Me mira mientras se deja llevar.
- Si, lo sabemos... - Me responde trastabillando por costarle caminar, pero lo ayudo. - ...y es que...tu pene, va a estar en mí... - Indica bajo sus pantalones, para ser exacto en su entrepierna, seguido a la puerta cerrada y que lleva a la habitación. - ...ahí dentro...
Río con ganas por su sinceridad ebria abriendo la misma y lejos de su amorosa advertencia, lo ayudo a recostarse.
- Bueno, eso lo charlaremos mañana si quieres, cuando despiertes y tras analizar todo lo que me dijiste. - Le prometo tapándolo como puedo, ya que lo mejor para ambos que se mantenga vestido.
- Lo quiero... - Me dice con un bostezo y acomodándose sobre la almohada de lado y en mi dirección, luchando contra el sueño y no cerrar sus ojos.
No lo puedo evitar y me siento sobre la orilla, cubriéndolo más con la única cobija.
Quiero sacarle un mechón de pelo, que cubre un lado de su frente y ojo, pero me abstengo de ello.
Me limito a sonreír.
- Gracias, por decírmelo... - Murmuro ante su confesión ebria y linda, al parco Connor de emociones.
Se acomoda mejor sobre la almohada, sin abrir jamás sus ojos.
- De nada, Demian... - Ya no hay hipo, solo mucho sueño en su voz, cosa que noto que se deja llevar por él, ya que en pocos minutos cual quedé mirándolo, su respiración ralentizada me confirma que cayó en uno profundo.
Palmeo mi pecho.
Mierda, que lindo y raro, fue todo esto...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top