CAPITULO 3

CONNOR

Y el sol que me llenaba de lleno un lado de mí, algo atravesándolo impide que me llegue ahora bajo el árbol, obligando a que mecánicamente mire a esa dirección.

- Dios... - Digo, por tomarme por sorpresa al notar el motivo de ello.

Se sonríe.

- Aunque me saben decir así, muchos hombres como mujeres... - Señala su largo de pie y con orgullo Demian. -...prefiero Fresita. - Prosigue, tomando asiento como si nada al lado mío, pero sin antes y sacando un por demás elegante pañuelo de seda con encaje.

Hoy, color granate.

Limpiar donde su trasero se sienta de restos de hojas y tierra.

- ...es más seductor y tentador... - Finaliza, también apoyándose como yo en la gran base del tronco y mira el parque de lo más natural como si fuéramos los mejores amigos de secundaria disfrutando de un día libre.

Yo no.

No lo miro.

Cerrando el libro, solo lo observo a él a centímetro mío de forma rara.

- Continúa...continúa... - Me alienta a que siga mi lectura, sin percatarse que mi motivo de perplejidad.

Para variar.

Son sus repentinas apariciones conmigo.

- Es mi día libre, no trabajo. - Suelto y señalo la tienda a la vista del otro lado de la calle.

- Realmente me alegro mucho, corazón... - Me dice, sin siquiera percatarse.

O mejor dicho, darse por aludido mis pocas ganas de compañía.

Su compañía.

Pongo el libro sobre mi regazo y lo enfrento.

- Demian, como no entiendes...

- ...comprendo perfecto... - Me interrumpe. - ...y sincero por eso, te dije que me alegra ello... - También se mueve, para enfrentarme sonriente.  - ...porque, te necesito...

Me obligo a echarme hacia atrás.

- ¿Qué?

Asiente feliz y como si nada.

- Tranquilo, no es nada indecente... - Ríe. - ...aunque me encantaría. - Larga, pero se corrige de inmediato, ante la mueca de mi cara que lo hace reír más. 

Saca del interior de la bolsa de compra dos cajas de leche de soja saborizada y me ofrece una.

Como no reacciono ni gesticulo movimiento desconfiado, lo abre por mí a su parte superior, seguido de introducir el sorbete para dejarlo en mi mano libre del libro.

Continuo a con delicadeza elevar mi mano con la leche a la altura de mis labios e incitarme a que  beba su fresco y dulce contenido.

Y mi boca como con vida propia, lo hacen por un sorbo.

Sabor fresa y es agradable al sentirlo recorrer mi garganta.

No me había dado cuenta que tenía algo de sed.

- Te necesito nutrido. - Prosigue, ahora abriendo el suyo y dejándose por unos momento llevar por lo que nos rodea, mientras bebe pequeños tragos con ganas.

- ¿Qué? - Vuelvo a decir, dejando el jugo.

Me mira sin soltar el sorbete y beber.

- Quiero que modeles para mí... - Me dice con eso entre sus labios.

- ...olvídalo... - Ni le doy tiempo a que prosiga, porque me pongo de pie veloz, tomando mi mochila y cosas con dirección a la bicicleta. - ...no posaré para ti, ni vestido ni desnudo...

- En realidad, lo harás para millones de personas... - Me corrige.

- Vete a la mierda... - Me calzo la mochila, pero su repentina carcajada me hace detener de montarme a la bici.

A duras penas se puede poner de pie por la risa, limpiando con delicadeza uno de sus ojos con un dedo por lágrimas de reír tanto.

- ¿Se me corrió? - Me consulta ante el maquillaje negro que siempre rodean sus ojos azules.

- Adiós, Demian... - Ni me molesto en responder, lanzando la caja de leche de soja vacía a un cesto con precisión.

Y sí, su ojo era un desastre de sombreado negro, convirtiéndolo en un gótico mapache.

Pero como en mis planes no estaba seguir con esta charla y rara propuesta, mi pie en el pedal para impulsarme, era la despedida.

- ¡Para una editorial! - Su voz alta, quiere detenerme.

Y lo hago por curiosidad, ya que no termino de entender.

También tira su caja de leche ya bebida y camina a mí.

Y me doy cuenta que mi mano sin mi permiso.

Cosa, que lo detengo al momento.

Quiere limpiar una lágrima negra por su eterno maquillaje, siendo su recorrido final a mitad de una de sus mejillas.

Haciéndolo para mi asombro en esa eterna princesa de las tinieblas, lejos de una connotación de tristeza por tal con su vestimenta.

Lo observo y es extraño.

Pero lo catapulta entre llamativo sin ser peligroso a ilógicamente y por su forma de mirarme al acercarse hasta donde estoy sobre mi bicicleta.

Y por más lágrima del mismo tono que todo él, irradia.

En algo de mucho color.

Como alegría.

¿Será por la situación, tan cómica para él?

No lo sé.

- Te escucho... - Un resoplido de mi parte, dándole una oportunidad.

- Mi mejor amigo... - Guau, no lo sabía. - ...junto con su familia, dirigen una editorial. - Me explica usando uno de los espejitos de mi bicicleta para mirarse y con el mismo pañuelo de momentos antes, limpiar esa lágrima negra que yo por un momento la vi de colores. - Llegando la apertura de temporada y con las horas encima de ello, ante lo que oficialmente sería la producción fotográfica de su portada dando la bienvenida a tal...

- ¿Qué pasa con ello? - Interrumpo.

Con su rostro lejos de maquillaje corrido, se eleva y me mira, limpiando ahora su dedo de mancha negra.

- El modelo masculino que habían contratado, no llega por encontrarse en otro país como también por mala ingesta estomacal.

- ¿No me jodas? - Mi índice me señala, captando a donde quiere llegar. - ¿Yo...

Afirma como si nada.

Y es mi turno de reír con ganas, mientras decido irme y dejarlo a solas con su locura.

Pero se interpone con sus piernas, rodeando la rueda delantera para que no huya.

- Hablo muy en serio, Connor. 

- No soy modelo, yo soy... - Sacudo mi cabeza. - ...voy hacer un ingeniero en mecánica...

Me mira curioso por ello.

- ¿Por qué, hablaste en futuro?

También lo miro sin ganas de dar mucha explicación, sin embargo lo hago.

- Aunque dejé mis estudios por el momento... - Indico la tienda. - ...estoy trabajando en ello.

- ¿Para solventar los gastos?  - Dice y lo miro con obviedad.

Analiza todo.

Creo.

Sonríe.

- Entonces, esta es la gran oportunidad para ello. - Ante mi cara silenciosa, continúa. - ¿Conoces la revista Féminan?

- Si, la vendo en la tienda... - Y ante su gesto de mano como rostro siendo ahora su turno de mirarme con suficiencia, mi boca se abre. - ¿Es esa editorial? - Ya que es muy importante como de alto reconocimiento en el mercado del magazine.

- La mismita, papasito...

- No soy tu papasito. - Lo corrijo y ríe.

- Por solo unas horas de sesión fotográfica, podrías ganar lo suficiente para pagar un semestre de tu ansiada carrera. - Me advierte.

- No soy modelo. - Excuso.

- Nadie cuando arranca, lo es.

- No quiero esto para mí...

- Tampoco, me agradaría que lo fuera. - Responde.

- ¿Qué?

- Nada... - ¿Eh?

Me observo de lleno sobre mi bicicleta.

- No soy alto y no creo poder cumplir con lo que ellos pueden llegar a exigir o esperar... - Me digo en voz alta, sin comprender como Demian puede creer ello.

Solo soy un chico normal y sin ningún atributo llamativo.

FRESITA

Y ahí, estaba él.

Montado en esa vieja bicicleta, cargando su mochila en la espalda y vestido con su siempre prendas simples y diciendo sin entender en voz alta, cómo podía ser modelo de costura masculina, sin un gramo de comprender justamente lo que todo él emanaba.

Justamente, una gran como hermosa belleza simple y nada compleja.

Más bien diría y por más que todo Connor es lo contrario o lo que quiere demostrar.

Una, delicada como un castaño atractivo en todo su ser.

Niño, si te vieras con mis ojos...

Corrección.

Si te vieran o más bien descubriera el mundo.

Y apostaría sin dudar todo lo que tengo.

Se pelearían por él.

- ¿Confías en mí?

Niega en el acto sin dudar y mi pecho se agita por una risita ante su honestidad bruta, causando que algo parecido sus labios, también parezcan que sonríe.

- Está bien, si confío. - Me dice algo indeciso y resopla.

CONNOR

Exhalo un duro aire.

- Acepto, si la paga va ser tan buena como me aseguras. - Murmuro, sin poder creer que lo hago y sobre sus palmaditas de festejo. 

Sinceramente, no lo puedo desaprovechar.

Ya que a mi economía le vendría muy bien y como me asegura Demian, solo será por unas horas.

Saco mi celular.

- ¿Dime, dónde y a qué hora? - Quiero agendar, pero se lanza sobre la parte trasera de mi bicicleta sonriente.

- Ahora mismo. - Empuja la misma en dirección a la calle.

Precisamente en dirección a su camioneta.

Lo miro sin poder creer.

- ¿Ya?

Asiente.

- Ya, corazón...el tiempo apremia. - Me obliga a desmontar y con sorpresa veo y pese a toda esa delicadeza que todo él emana, que sin fuerza exigida sube mi bicicleta a la cajuela de la misma.

Sacude sus manos al verla asegurada.

- ¿Listo?

Ni respondo.

Su risa alegre lo hace por mí, seguido de abrir la puerta del acompañante para que suba.

FRESITA

Bajo con el comando general y de mi lado, su ventanilla al notar que le agrada en su silencio mirar por esta, mientras manejo en dirección a mi galería.

Y aunque no gesticulo ningún movimiento sin dejar de manejar y mirar al frente, alcanzo a ver por el rabillo del ojo en como apoyando su rostro en él, se deja llevar por la brisa que golpea con suavidad su rostro por la velocidad de mi camioneta y provocando.

Jesús...

Que el sol de lleno, bañe no solo el mismo.

También, que su pelo pase de ese atractivo tono castaño algo ondulado que mencioné anteriormente a un dorado nativo sensual.

Niego para mí.

Este niño, realmente no sabe lo que puede provocar.

En una detención de semáforo, miro las docenas de transeúntes como coches con personas.

A la sociedad, si percataran de su inocente pero infartante belleza natural.

Y finalmente con reproche, hacia mi entrepierna.

Como a mí, maldita sea.

CONNOR

Un guau para mis adentros, se escapa cuando llegamos a su galería.

Sabía de una,no muy lejos de la tienda de comestibles.

Y lo mismo, que Demian era dueño y el mismo artista de ella.

Pero para ser franco, jamás la había visto como tampoco había entrado a una, más lo que se puede ver de alguna en la televisión o a través de las revistas.

Una edificación de construcción irregular muy contemporánea, tapizada en vidrios con su diseño.

Agradable y llamativo a la vista con su pequeño jardín frontal muy bien cuidado, junto a grandes letras con el nombre de ella y la firma de Demian como artista.

Cual llegar a la entrada, un largo y gran tipo banner atractivo como vistoso al lado de la puerta principal, señala su horario abierto al público al igual que fechas próximas de nuevas puestas de arte.

Y el interior, también es como afuera.

Sorprendente.

- Guau... - Esta vez, si dejo que mi asombro hable por mí, una vez dentro.

El sonido de sus elegantes zapatos en el pulcro piso de porcelanato como las humildes zapatillas que calzo, son los únicos ecos con cada paso que damos, Demian cerrando la puerta y encendiendo algunas luces, como yo sin abandonar las riendas de mi mochila con mis manos, caminando algo por el lugar mirando en detalle cada obra de arte pintada por él decorando las paredes.

Un solo ambiente, pero interponiendo algunos espacios, más obras.

Estas, arte plástico de forma abstractas y de gran tamaño.

Miro a Demian para luego una, deteniéndome a poca distancia superando los dos metros su altura y hecha con lo que parece resto reciclados de material de aluminio y hojalata.

- De colegas... - Me dice a mi pregunta silenciosa, mirando cada obra. - yo, solo pinto... 

Asiento, siguiendo mi curiosidad hasta llegar a un mediano cuadro que solo, se encuentra en una gran pared.

No entiendo nada de arte, pero sus colores cálidos en su marco blanco sobre esa pared en un tono naranja, llama mi atención.

Es vistoso y te obliga a mirar como no pasar desapercibido el cuadro, no solo por los contrastes de colores.

Sino, también.

Inclino mi cabeza, mirando con más detalle.

Por su teórica pintura en abstracción con ellos.

- ¿Te gusta? - Me pregunta llegando hasta donde estoy, mirando su cuadro como yo.

- Supongo... - Respondo, causando que sonría por ignorancia. - ¿Te gustan los colores? - Lo miro curioso, ya que está lleno de ellos su lienzo.

- Si. - Es sincero. - La vida, está llena de ellos...

- ¿La vida? - Repito, volviendo mis ojos al cuadro.

Se sonríe más.

- Así es, corazón... - Afirma. - ...No solamente las cosas que nos rodea, también la música...

- ¿La música? - ¿Qué?

Voltea a mí.

- Colores que a veces no necesitamos de la vista, Connor. - Me explica. - Una canción... - Cierra sus ojos por un momento. - ...puedes ver sus colores a través de sus notas. - Empiezo a comprender. - Los sentimientos también tienen colores, como cada palabra con su sentimiento que decimos... - Los abre de golpe y yo veo ese azul más intenso que nunca de su mirada. - ...la vida es color, está en uno elegir, cuál es tu color para que vean los demás...

Aunque siento cierta verdad en el trasfondo de sus palabras, no puedo evitar reír algo.

- ¿Yo tengo un color?

Asiente.

- ¿Y cuál es? - Pregunto, ya que él es el artista.

Vuelve a sonreír, pero lejos del humor que lo caracteriza.

Más bien, con inteligencia cálida que no llego a comprender.

- Lo descubrirás con el tiempo... - Es lo único que me dice, interrumpiendo una llamada entrante de su celular.

Su índice en alto, me dice que aguarde un instante mientras atiende y no tengo problema.

Vuelvo a su cuadro de muchos colores abstractos, pero lleno de vida.

Según él.

Pero el sonido de disparos de sacar fotos consecutivamente y sin haberme dado cuenta que ya colgó la llamada, hace que nuevamente voltee hacia su dirección.

Tomándome por sorpresa que con su móvil no deja de hacerlo.

- ¿Qué haces? - Una vergüenza se apropia de mí, porque robó alfo así, de más de media docena de imágenes mías.

- Cael, mi mejor amigo de la editorial... - Camina unos pasos alrededor mío. - ...necesita algunas fotos tuyas, ¿eres el modelo, recuerdas? - No deja de sacar otro tanto sin dejar de caminar en círculo sobre mi persona, cosa que yo también lo hago avergonzado y sin saber como reaccionar a ello.

- ¿Así? - Si no fuera por el dinero. - ¿No sería mejor, una presentación...en persona? - Rechazo un flash casi en pleno rostro.

- Los chicos demandan... - ¿Chicos? Arrugo mi ceño y se sonríe, enviando la última imagen. - ...tranquilo, son los chicos de su equipo... - Me explica con su vista en el celular y chequearlo.

- ¿Estás seguro, que cumplo para todo esto? - Ni sé, como llamarlo. - Yo no soy... - No puedo proseguir, ya que su mano extendida sosteniendo el móvil para que vea la pantalla es mi respuesta.

- Carajo... - Solo puedo decir y me acerco a la pantalla tímido, porque me cuesta creer lo que dice en los mensajes de texto, tras las fotos enviadas.

Ya que son varios y elogian las fotos que envió.

Uno, poniendo en duda que no sea modelo por mi apariencia.

¿En serio?

Otro, preguntando mi nombre y razón social.

Mierda.

Un tercero si soy parte de la comunidad y miro ceñudo a Demian que ríe a carcajada, encogiendo sus hombros.

- Charly... - Lo justifica alegre. - ...tranquilo, yo te protejo de su enamoramiento precoz. - Desliza la pantalla, para que vea el siguiente comentario. - Este, es el que importa, Cael... - Me dice, donde otro hombre da un gran ok, seguido a la palabra:

"Te debo una, amigo."

Para luego otro mensaje llegando en ese momento.

"Ya saliendo con los chicos para allá, con el equipo necesario para mañana."

https://youtu.be/CaObfQL9_NY

- ¿En la noche? - Repito, parte del mensaje.

- Y equipo... - Continúa del mensaje, Demian elevándome juguetonamente sus cejas.

¿Qué?

Y mierda, mierda y re mierda.

Cuando minutos después los veo a ellos llegar, sobre las palabras de Demian decirme y palmeando con cariño uno de mis hombros, bajo mis ojos abiertos de asombro.

- Showtime, corazón... 

¿Eh?

Trago saliva.

Cristo.

¿En qué, me metí?

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