Capítulo 1

Faltan tres viernes

     Respiro profundo antes de entrar al edificio. Dentro de él, igual que cada viernes, el pasillo está lleno de personas que se juntan de a grupos pequeños. En eso, me cruzo con mi profesor favorito de Música, Martín Iglesias:

     —Adelina, ¿cómo estás? —Aquel joven bonachón, de cabello anaranjado, sonríe—. ¿Aún continúas enojada con Anna?

     —Uffff... Supongo que ya te enteraste lo que pasó el miércoles —Él asiente—. No puedo creer que me haya puesto un cinco por el poema, ¡si era una pieza poética extraordinaria! ¿Me vas a decir que Federico García Lorca habría podido escribir algo tan impecable como lo que hice yo?

     —¡Ay, Adelina! ¡El tiempo pasa y tú no cambias! —Estalla en carcajadas, aunque es rebasada por el imbancable timbre que me rompe hasta el último huesito de la oreja.

     Me despido de Martín, para luego aferrar mi mano derecha al cinto de la mochila y dirigirme al salón 1, empujada por la corriente de estudiantes de ciclo básico que no conocen a los señores Agua, Jabón y Desodorante.

     Cuando llego a mi destino, cruzo la habitación y lanzo la mochila hacia el asiento de la esquina donde hay una ventana; lejos del escritorio de los profesores, pero cerca del aire acondicionado y los chismes que cuentan en el patio.

     —¡Adeeee, amore mío! —chilla una voz que reconozco enseguida. Su fragancia dulce, una mezcla de frutilla con flores silvestres, destruye mis fosas nasales al igual que cada día—. ¿Viste lo que te conté ayer de Emiliano? ¡Bueno, ahora vino y me preguntó si salía temprano hoy! ¡Y quedamos para tomar un vinito en la plaza!

     —Pará, pará... ¿Cómo que "un vinito en la plaza", Natalia? Si a vos ni siquiera te gusta el alcohol.

     —Pe-pero...

     —No, Natalia, no me hagas esa carita de pollo mojado. ¿Qué dijimos sobre aceptar cualquier invitación chota de un gurí? ¡Aparte ayer me dijiste que Emiliano es un panfleto!

     —¡Shhhhh! No digas eso en alto... —Ella pone su mano encima de mi boca. Le doy una lamida, y, como era de esperarse, la aleja asqueada y limpia la baba en mi ropa. Noto su expresión de enojo, pero ella es una cabeza menos de altura que yo, por lo que me provoca más ternura que miedo.

     —Buenas tardes, chiquilines. Siéntense —Los tacones de la profesora Anna Literarisch retumban en el salón ocupado por quince personas—. Hoy les traigo una actividad importante para aquellos estudiantes en los que aún existan dudas sobre su calificación, ya sea por las notas que tienen o por su conducta —Al decir esto último clava sus ojos en mí. Entendí su indirecta, señora.

     —¿Y de qué va a tratar la actividad? —pregunta la chica lamebotas de los profesores. No es que me caiga mal, solo que... ¡Agh! Bueno, sí, me cae mal.

     —Admiro su entusiasmo, señorita Torres, pero antes deben entregarme el análisis de La Divina Comedia que les propuse por correo el viernes pasado.

     Observo la cuadernola encima de mi mesa. En el margen de la izquierda hay una nota recordatoria que me hice, y, como podrán ya suponer, olvidé completamente. Si me tuviera que llevar Literatura a examen ahora, no podría oponerme a ello... Me lo merezco por irresponsable.

     Solo unos pocos quedamos en nuestros asientos, mirándonos en señal de "eu, ¿vos tampoco lo hiciste?". Las personas que sí escribieron algo vuelven a sentarse. Suspiro y dirijo mi atención hacia el pizarrón, el cual ya está siendo escrito por la mujer cincuentona que desprecio mucho. Copio sin siquiera saber si se puede o todavía no, pero, ¿qué más da? Capaz que me sirve como referencia de información cuando tenga que estudiar para el examen.

Parcial final: Convivencia con Quinto Humanístico.

Deberán hacer equipo con un compañero del otro grupo y elegir uno de los textos trabajados en clase. A partir de lo dado en la asignatura, crearán un texto con uno de los dilemas adaptado a nuestros tiempos. Para el último viernes de clase tendrán que presentar ante ambos grupos el trabajo realizado. Además, entregarán una hoja de justificación que debe contener:

*Explicación sobre qué hicieron, cuáles decisiones tomaron y por qué.

*Fundamentar citando e interpretando el texto elegido.

*Conclusiones (puede ser por separado o en conjunto).

     —Fah, profe, no entiendo nada... —comenta uno de mis compañeros. Me levantaría a agradecerle por decir lo mismo que, creo yo, estamos pensando todos.

     —¿En serio debemos convivir con ellos? —se suma Natalia, fingiendo desagrado ante la idea. ¿Cómo lo sé? Porque Emiliano, su obsesión del mes, es del otro quinto. Así que ya la imagino pidiéndole al gurí para formar equipo y terminen en la cama cuando vayan a juntarse para "trabajar". Ella tiene un año más que yo, ya que repitió una vez por algo que nunca me contó, y tuvo su primera relación sexual cuando apenas cumplió los dieciséis. Desde entonces, aprovecha cada oportunidad que puede para garchar. Lo único que me molesta es que quiera contarme con detalles innecesarios cómo le fue en cada encuentro. ¿Acaso tengo cara de escribir literatura erótica?

     Nati y yo, en el exterior, parecemos el alter ego de la otra, incluso la gente cree que somos cercanas por la famosa frase "polos opuestos se atraen", pero, en cuanto a personalidad, comparto algunos aspectos con ella. En lo sexual seguro que no, ya que no me llama la atención exhibir mi cuerpo desnudo frente a alguien, que mis dedos acaricien el de esa otra persona y viceversa, o cualquier tipo de contacto físico que se torne muy íntimo...

     —¿Señorita Clavijo? —La profesora hunde sus ojos color fuego Disney (verde claro o radioactivo para los mundanos) en mí—. ¿Entendió la actividad o la figura de su compañera la dejó en las nubes?

     —La figura de mi compañera es una obra esculpida por el mismísimo Miguel Ángel... Podría hablar de ella en otro poema, si usted lo desea —sonrío falsamente—. Y para que sepa, sí, entendí que tengo que encontrar un compañero del otro quinto para el trabajo que está en el pizarrón anotado.

     —Veo que esa parte sí la comprendió, pero, ¿el resto? Especifique el trabajo —Estoy por abrir la boca cuando ella, con el mismo tono altanero, agrega—: sin mirar tanto la pizarra, por favor.

     ¿Me está provocando? Perfecto, perfecto... Ahora va a tener su merecido.

     —Tenemos que utilizar alguno de los dilemas que aparezcan en los textos trabajados en clase, como por ejemplo Antígona o el mito de Edipo Rey, y crear un texto donde este dilema sea trasladado a la realidad. El último viernes de clase lo tendremos que presentar frente a los dos quintos.

     —Y faltó mencionar la entrega de una hoja de justificación. Igualmente, noto que sí comprendió la actividad, mis disculpas... Aunque al final de la clase tendré que hablar con usted sobre el tema.

     ¿Pe-pero...? ¡Le respondí todo bien! Mi táctica de cambiarle las palabras a lo que estaba escrito funcionó perfectamente, ¿qué carajos hice mal? Agh, ¿es que nadie ve que esta mujer quiere que me lleve su materia a examen de una u otra manera?

     Seguido de esto, un generalizado "uuuhhh" rebota en las paredes de la habitación. La mirada de aquella mujer es severa y logra que mis compañeros se dispongan a atomizar con preguntas en cuanto al formato, la extensión y algunas cuestiones que ya estaban aclaradas en la actividad. Siempre hay algún despistado que no se da cuenta, ¿verdad?

•••

     El timbre aturdidor eclipsa la voz de Anna Literarisch. La hora de clase por fin termina. Guardo mi teléfono en el bolsillo y salgo disparada hacia la salida junto con el resto, escabulléndome de la profesora. El dulzor de la victoria está tan cerca que ya siento mis labios humedecidos... 

     —Adelina Clavijo, ni siquiera piense cruzar esa puerta o Carolina va a estar muy contenta de verla en la adscripción.

     Me detengo en seco.

     Mierda.

¡Buenas, personitas del multiverso! ¿Cómo están?

Espero que les haya gustado este primer capítulo. ¿Ustedes qué opinan? ¿Qué creen que la profesora Anna le dirá a Adelina? En la época de secundaria, ¿qué tipo de estudiante eran? Cuéntenme en los comentarios. Y no duden en hacer preguntas respecto a las expresiones utilizadas en la historia en caso de no conocer alguna, ¿sí?

¡Saludos desde las nubes y tengan un lindo día/tarde/noche!

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