—Ameliaaa—toco su mejilla el oji celeste

—Ya te escuche Jesica

—Despierta niña—pico su nariz

—Ya estoy—gritó de repente asustando al dj

—Jesús niña—toco su pecho fingiendo enojo

—¿Llegamos?

—Hace diez minutos, diez minutos en los que te llevo hablando y tu nada—se quejo.

—Perdón, tengo el sueño pesado.—sonrió y la llevo hasta el auto.

Jade iba viendo la ciudad con alegría, estaba feliz de haber dejado su triste pasado, Dillon la miraba feliz, estaba feliz de poder ayudarla a rehacer su vida.

—Bien, esta es mi casa—abrió la puerta

—Que ordenado—sonrió

—Vivo Sólo—dijo riendo—el es Gerald y el Claus.

—¿Una piñata y un inflable tienen nombre?

—Es la Piñata y es El inflable—le corrigió.

—Okay—sonrío y subieron las escaleras

—Ese es mi estudio y esa mi habitación —le señalo —y está es la tuya—prendió la luz de la última dejando ver una amplia cama y una pequeña habitación con baño.

—Gracias Dillon—lo abrazo de repente y el sonrió

—No es nada Amelia, descansa, creo que mañana mismo iremos con Wesley—sonrió y salió dejándola sola.

Jade se dispuso a ordenar su ropa y la habitación. Paso cinco horas ordenando y limpiando hasta la hora de  la cena, antes de bajar se dispuso a hablarle a Jesy la cuál grito de emoción al ver a su castaña amiga.

—Estoy feliz, pero tengo que reconstruir mi corazón

—Lo harás Amelia, podrás tener todo y ser feliz—dijo Jesy despidiéndose

Jade bajo y sonrió al ver a Dillon bailando con un delantal y la cara llena de comida.

—Siguete riendo y comerás aire—dijo con los brazos en jarra

—Pues creo que no lo estas haciendo bien—se acercó

—Definitivamente no, nunca he tenido una chica en casa aparte de mi mamá y ella cocina cuando viene

—¿Y tu que comes?

—Pues...—señaló unas cajas y ella  soltó a reír

—Ven te ayudo dj tonto—sonrió y entre los dos cocinaron.

Platicaron sobre sus vidas, sus gustos y lo que pensaban el uno de el otro, después de todo si se puede vivir de nuevo.