6. Falta poco para iniciar
Los emoticones que enviaba Christopher sin control de sus manos eran demasiados y, muy mal coordinados, ya que este mientras celebraba los enviaba sin el mero interés en revisarlos.
—Señor Nolan, aquí le entrego los documentos que me pidió —interrumpió la castaña un poco sorprendida de como actuaba su jefe.
—¡Monet! —exclamó con sobresalto el pelinegro —¿Qué haces aquí? ¿Porqué no tocaste la puerta? —interrogó él tomando un tono más serio y profesional al ver su empleada.
—Llame varias veces y usted no me escuchaba ¿Acaso se consiguió un novio de nuevo? —preguntó con curiosidad la joven mujer.
—El que sepas que soy gay, no significa que te cuente todo lo que haga, señorita Monet —respondió cortante —Traeme el contrato con la marca de hoteles Babari, tenemos que lograr a que accedan a firmar con nosotros y Monet, mi nueva conquista es un hermoso conejito. No te diré más —le ordenó Chris dándole un pequeño informe de quien era su nueva presa.
—Muy bien. Como usted ordene señor —afirmó la joven sin rechistar —Y espero conocer al conejito —agregó para luego dejar la oficina.
En cambio en la casa de Eros, él pudo recibir los correos algo confusos que le había enviado Christopher, como no lo había agregado a su contacto en su móvil, aprovechando la ocasión y lo guardo como: “Don Juan homosexual” junto con un emoji de maldad que lo representara.
—Mira como te tengo agendado —envío el rubio junto con una captura de su teléfono que mostraba el chat con el mayor.
«Yo también te agende mirá» —contestó al instante correspondiendo al chico y enviarle una foto donde se veía su mensaje anterior y el nombre decía: “Mi conejito” en conjunto de un conejo y un corazón después de las palabras, dejando una cara de enfado al pequeño.
«Puedo cambiarle el nombre y ponerle no sé... Mi hermoso, mi pequeño, propiedad de Nolan, mi esposo, tu eliges dime ¿cuál te agrada más?» —mandó una nota de voz el mayor citando con sexualidad sus palabras.
—¡Me niego! —exclamó enviando otra nota —Dejalo así bastardo arrogante, mujeriego pero de hombres —añadió al mensaje con furia.
«Lo dejaré así mi amor, no te alteres» —musitó él, que estaba más alegre por haber molestado al pequeñín.
—Nos vemos. Tengo asuntos que atender —se despidió el chico del mayor.
«No tienes ningunos asuntos, yo soy tu mayor prioridad. Deberías de estar empacando tus cosas; no, mejor solo empaca tu ropa y no empaques lo otro, yo me haré cargo de que lo vendan a un buen precio» —escribió dándole órdenes a Eros.
—Como te atreves a decirme eso, solo seré un novio temporal, no es nada del otro mundo. Y ya te dije que no me mudaré —respondió el chico, para luego dejar el móvil tirado por un lugar de la habitación.
El joven se paró y comenzó a recorrer su pequeña estancia. Tantos recuerdos en un lugar tan pequeño, cada paso que daba recordaba sus hazañas pasadas, aquellas que lo ayudaron y orientaron en su trayecto universitario. Cuando tocó las paredes los recuerdos invadieron su mente; su primera vez en su propia cocina; su primera borrachera; aquellos momentos que nunca olvidó ¿Cómo iba a dejar la primera casa que tuvo en su vida? ¿La primera en donde no tendría que preguntar cuando volver? ¿Ese primer lugar en donde te conoces a tí y vives para tí?
Muchas pregunta estaban en la mente del rubio, tenía que decidir rápido ¿pero cómo lo haría? ¿Tendría el valor suficiente para dejar atrás todos sus recuerdos en aquel viejo apartamento?
Se paseaba de un lado al otro pensando, analizando, y sobre todo planeando que iba hacer cuando terminara el empleo con Christopher. Las dudas de Eros no dejaban de crecer, eran miles de excusas y preguntas en su mente ¿Cómo las resolvería todas? ¿Qué era lo correcto? ¿Cómo iba a sobrevivir en un lugar desconocido? Y además con un hombre que se sintió atraído a él.
Eros luego de tanto meditar decidió hacer caso a las palabras de Christopher, y solo empacó sus pertenencias como la ropa, prendas, sus cientos de hojas de vida devueltas de varias compañías y sus artículos de baño en una sola maleta dejándola fuera de la habitación cerca del pequeño comedor.
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