13. Empleo en camino

Los dos que portaban el apellido Nolan se quedaron callados ante las iniciativas del rubio. Y era de esperarse, ya que la empresa estaba en buenas condiciones y sus aliados estaban satisfechos, pero no contaban con alguien que les hiciera ver, que su modo arcaico de manejar un negocio, poco a poco estaba empezando a caducar en esta nueva era tecnológica.

—Tus puntos de vista son realmente buenos, en comparación con los viejos publicistas con los que tenemos años de tener contratos.

—Muchas gracias señor Nolan.

—No sabía que la poca publicidad harían tanto mal a una empresa —enunció Christopher.

—Cariño, es que mira, si ves un anuncio de un restaurante muy vistoso y elegante, con los mejores platos jamás vistos y una atención de cinco estrellas. Y al otro día, vas a ese lugar y encuentras todo lo contrario...

—Que decepción sentiría la verdad, usando la publicidad para engañar a los demás —comentó el moreno indignado.

—Ciertamente. Sin embargo cumplió con el cometido de atraer clientes, y eso queridos colegas, es exactamente lo que buscan esta y todas las empresas, pero cada una usa una manera distinta, para acaparar la atención del consumidor, todo depende del mercado al cual apuntan.

—Entoces eso es lo que sus competidores están aprovechando, están haciendo toda clase de publicidad y ustedes solo cuentan con un anuncio televisivo, uno en la radio y un par de afiches en la ciudad ¿creen que los jóvenes inversionistas los miran? ¿Cuando fue la última vez que una persona de mediana edad le interesó invertir aquí? Ustedes mismos hagan sus conjeturas y ya obtendrán sus respuestas —culminó para luego dirigirse al bebedero que había en la oficina e hidratar su cuerpo.

«¿Como es que nunca se les ocurrió a esos viejos? Este tipo de propuestas son realmente innovadoras, que clase de empresa es la que mi padre me dejó a cargo» —Pensó el moreno cuestionando lo expuesto por su adorado conejito.

—¿Quieres el puesto de secretario en jefe aquí? —Salió de la boca del padre de Christopher —Mejor aún, quieres dirigir el equipo de gestión administrativa. Eres joven pero visionario. Me gusta tu actitud ¿y de donde sacaste toda esa información, has estado investigando? —preguntó él.

—¡Padre!

Dadas las palabras del viejo Nolan, a Eros se le cayó su vaso desechable con un poco de agua en el, y quedó atónito ante las propuestas y cuestiones que descansaban en la mente calculadora del padre de su adorado jefe por contrato. Sus pensamientos dieron un vuelco y su cara era de total asombro, no pudo ocultar su expresión en lo más mínimo.

—¿A que se... Refiere señor Nolan? —preguntó aún reconponiéndose —Solo dije un par de cosas que son mi más sincera opinión. Además la información solo son conclusiones mías, y ayuda del internet con cuestiones de la empresa como tal. Soy joven, y necesito aprender muchas cosas más para alcanzar esa clase de puestos.

—Dime algo, te crees capaz dirigir una empresa algún día.

—Si. Lo soy.

—Eres un muchacho prometedor. Habrá una entrevista con algunos aspirantes al área de secretariado y gestión administrativa, quiero ver que estés allí. Te prometo algo, vas a ser contratado, no importan tus resultados. Sin embargo espero grandes cosas de tí.

—Muchas gracias señor, es un honor. No se arrepentirá —enunció el luego de haber levantado y botado el vaso desechable y tomar asiento junto su suegro.

—No te quitare más tiempo. Los dejaré solos, tengo que organizar una junta con los agentes de nuestras pequeñas sucursales, me diste trabajo que hacer chico —Comentó, para luego dejar el lugar.

Seguido del señor Nolan, le siguió Eros que inmediatamente salió de allí con intenciones de ir al baño y de pasó explorar el área un poco, aunque estando en los niveles superiores del edificio, no iba a encontrar tanto personal que digamos... Solo unos cuantos altos mandos y el resto de personas en sus respectivos cubículos u oficinas.

—«Que suerte la mía, al fin tendré un empleo, pero solo será temporal. Bueno de todas formas ya el señor Harlem me tiene en la mira, asi que por lo menos evitare el acoso y los abusivos malos tratos, que se les da a los novatos» —enunció en su mente el chico, mientras orinaba.

De regreso a la oficina, Christopher quizo una vez más apoderarse del chico, pero no de manera sexual, más bien solo era un cariñito del momento, al menos eso era lo que dió a entender cuando fue visto por una mujer que tenía toda clase de lujos.

—Ya ves que hiciste. Tu y tus malditos mimos hicieron que esta mujer con joyas hasta en las uñas se quedará boquiabierta ¡Dime es que no sabes de la prudencia, maldición! —gritó de enfado Eros al notar la presencia de la joven chica y su bolso de un par de miles en el suelo.

—¿Christopher Nolan, porque diablos besas y acaricias a un hombre? —Chilló la mujer exigiendo una explicación.

—Vamos Maritza, deja el drama, no somos amantes ¿Ademas porque tendría que darte una explicación? No soy tu hombre y menos tu juguete.

Y ahí estaba la suerte de Eros. Comenzando la bendición y terminando en maldición.

¿Cuantas veces tendra este joven que aguantar a este don juan homosexual?

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