Extra

Los años había pasado más rápido que, una hoja seca al caer en el suelo en otoño. Así de rápido pasaron 10 años y con ello hemos vivido muchas cosas agradables como triste.

Empezado por la partida de mi abuelo Herbert, lamentable murió hace tres. Fue un momento difícil para todos, en especial para mí tía Ruby.

Ella estuvo por dos meses encerrada en su habitación, no salía por más que fuéramos a visitarla. La entendíamos, los humanos son seres frágiles y muy emocionales.

No digo que no me dolió su partida, sin embargo tanto Asier como yo, somos mentalmente fuertes por lo que, esas emociones no nos consumen hasta ese punto.

Lo bueno es que mi tía, tiene un buen esposo. El tío, Corand. Estuvo acompañándola y tratando que comiera sus tres comidas a tiempo. También tenía ese grupo de amigos, ellos siempre le enviaban mensajes todos los días.

Para poder animarla y que saliera de esa oscuridad, mis padres le regalaron a ella y al tío un viaje como compensación de su luna de miel atrasada. Ellos dos fueron a explorar el espacio por un largo año, en una nave espacial piloteada por A1.

Eso fue una sorpresa aterradora para el tío, Corand. Él no es muy fanático de las alturas, sin embargo todo para poder ver feliz a su esposa. Él tuvo que pasar un entrenamiento infernal para vencer un poco ese miedo y así fue.

Fue agradable volver a ver esa tía, que siempre nos acompaña en nuestras travesuras y está siempre para nosotros.

Con respecto a mis abuelos Jenson y Ellie, ellos dos salieron de viaje no hace más de dos meses. Querían recorrer diferentes países en tren, celebrado sus cuarenta y tanto de aniversario de boda. Los despedidos con nuestros mejores deseos.

En cambio mi otro abuelo, Vincent. Él se fue a vivir con ni viejo abuelo, todo porqué allá el tiempo es más lento que aquí. Y porqué mi abuelo demonio, estaba buscando la manera de prolongar la vida de su amado.

Quién diría que ese viejo gruñón, seguro de simimos. Tiene tanto miedo de perder al abuelo Vincent. Y es entendible, ya perdió una vez a la abuela, a quien también amo mucho.

Está decidido irse está vez con su ser más amado si no llegase a encontrar una forma, a renunciar a su propia vida. Porqué no soportaría quedarse solo y extrañado al amor de su vida.

Tanto Asier como yo, vivimos rodeado de mucho amor en el aire. De personas que se muestran su amor con tanta pasión.

Tengo 17 años y sigo sin entender que es ese sentimiento llamado "amor" ni mi inteligencia no puede darme una respuesta, quizás algún dia lo entienda aunque, estoy en mi último año de preparatorio y sigo sin sentirme atraído por nadie.

No es por presumir, pero recibo muchas cartas con confesiones, solo que son anónimas. Suelen dejarlas en mi casillero, no soy el único. Asier también recibe justo como ahora.

—Asier—Con timidez levanta su mirada.—¿Podría hacerme un favor?—Le temblaba la voz por la timidez.

—Sí, seguro.—¿Dónde está Asher?

Asier observó no muy lejos de dónde está, se encuentra su hermano mayor, acostado en el césped bajo la sombra de esos árboles. Ha Asher le gustaba ir a la parte detrás del colegio, así podía descansar de las persecuciones de las chicas y chicos sin excepción.

—¿Qué es?—Ahí está ese tonto, le daré un buen golpe por no esperarme.

Solo nos quedamos nosotros dos, hace cinco años que no vemos a Kiel o a Elián. Mis tíos, ellos llevaron a Elián de viaje a Rusia.

Querían que Elián conocieran a su abuela luego de tanto tiempo, ver partir al abuelo, Herbert. Eso los puso en que pensar y por eso decidieron ir a Rusia por un corto periodo de tiempo, sin embargo ya pasaron cinco años.

Seguimos en contacto constante todo los días, charlamos de nuestro día a día. Tenemos pensado ir en vacaciones a Canadá, a visitar a mis tíos, Ezekiel y Dexter.

Kiel si suele verse con Elián tres veces al mes, nosotros también podríamos ir sin problemas. Pero, no podemos dejar solo a padre con papá.

—¿Entonces?—Dejó de ver al distraído Asher, prestándole atención a la persona que tenía enfrente.

—Podría entregarle esto a, Asher—Muestra la carta.

—¿Qué?—La expresión amable de Asier cambió por completo, volviendo su mirada dos fríos témpanos de hielos.

Si había algo que odiara es que lo quieran utilizar como mandadero, si era tan cobardes para entregar una triste carta, mejor que ni pensaran en tener algo con su hermano mayor.

—Por favor...—Sintió muy frío de repente.

—Bien—La tomo de mala gana, posando sus manos sobre los hombros de ese joven.—Seguro que se la daré.—Sonrió.

Sin embargo, a los ojos de ese joven. La sonrisa de Asier, parecía todo menos una sonrisa y eso lo tensó al mismo instante en que se quedó frío al tener ese rostro tan cerca de él.

—Que está sea la última vez—Susurró con frialdad.—No soy el de los malditos recados.—El joven salió huyendo.—Cobarde.—Bufó, caminando rápidamente a donde está su hermano mayor.

Una sonrisa malvada apareció en los labios de Asier, sin previo aviso salto sobre Asher. Sin intenciones de usar sus poderes para amortiguar su caída.

—Deja de fingir que estas durmiendo.—Apoya sus brazos sobre el pecho de Asher.—Eres pésimo en eso.

¿Cómo no llamar la atención cuando se ha vuelto tan guapo? Entre más crece más se va pareciendo a padre, y dicen que yo, soy la versión adolescente de papá.

Sin embargo, que tengo la personalidad de padre. Tanto Asher como yo tenemos algo de los dos, ya sea en parecido o personalidad.

—¿Quieres matarme?—Lo ve con molestias.—Siento que mi espalda se hundió en el suelo.

—Exagerado.—Sonríe.—Te has vuelto muy devil, hermano mayor.—Se burlo mientras mordía una de las esquinas de esa carta.—Que lamentable.

—¿Quieres perder como la última vez?—Arqueo su ceja.

—Ja—Se sienta en el regazo de Asher.—Según recuerdo fui yo quien barrio el piso con tu cara.—Hablo con arrogancia.—¿Lo olvidaste?

—Ya quisieras.—Dejo de estar acostado para poder sentarse.—Yo fui quien barrio el suelo con tu cara, ese cabello casi queda inservible.

De sus miradas salían chispas, no aceptan que en su momento había perdido o que quedaban empatados y cuando uno estaba por ganar, llegaban sus padres y los castigaba por arruinar el jardín por cuarta vez.

—Mejor lee esto—Le tira la carta tras levantase y sacudir su ropa.—Es un fastidio que me usen de recadero, la próxima vez es a ti a quién le voy romper las extremidades—Frunce el ceño, se encuentra irritado.

—¿A mí por qué?—Pregunta confuso.—Para empezar, para que te tomas las molestias en decirles que sí.—Asher la destruyo sin intenciones de leerla.—Ya te dije que no aceptes.—Yo tampoco acepto las que van dirigidas a él y si las tomo ese papel termina dispersó en miles de pedacitos.

Estas personas son muy superficial, lo que les atrae es mi rostro y el trasfondo familiar. Puedo saberlo con solo ver sus ojos codiciosos. A ellos no les interesa el querer conocer más de mí, porqué si lo hicieran saldrían huyendo de miedo.

—¿Feliz?—Preguntó luego de eliminar esa carta.

—¿Cuando estuve enojado?—Sonrió disimuladamente.—Vamos a casa.—El timbre había sonado era hora de irse.

Asher solo siguió a su hermanito, ellos siguen tan unidos como le eran de pequeños, tanto así que siguen compartiendo habitación. Dejarán de compartirla hasta que ambos cumpla 18 años, había llegado a ese raro acuerdo.

Aunque, en ocasiones suelen ir a molestar a Lukyan y terminando durmiendo junto a ellos, solo que Lukyan los llevá nuevamente a su habitación, cuando los gemelos se encuentra dormidos.

Su relación sigue siendo igual que cuando eran niños, solo que ahora, los gemelos le muestran más amor a su padre, han ido madurado poco a poco. Sin embargo, su lado diabólico creció mucho más con el pasar de los años.

—Jovenes maestros.—Hendrix, el exguardaespaldas de Lukyan, paso a ser el guardaespaldas y chófer de los gemelos.—¿Cómo estuvo su día?—Abre la puerta.

—Aburrido como siempre—Respondieron al unísono.

—Entiendo.—Se pone en marcha.—Los señores, ellos salieron por un momento.—Comunicó.—Expresaron que regresarían por la noche.

—¿No dijeron a dónde irían?—Preguntan.

—Es por parte del trabajo.—Mis maestro no irían a ningún lugar a divertirse sin llevar a sus hijos.—Solo fueron a inspeccionar unas instalaciones del nuevo proyecto que ambos tomaron.

—Bien.

No les gustaba estár lejos de sus padres por tanto tiempo, aunque saben que son fuertes, en ocasiones es difícil el no pensar que un día, no regresarán a casa porqué hasta las personas invencibles pueden tener dificultades.

Así este mundo sea pacífico, nada graniza que en cuestión de segundos puede derrumbarse, es por eso que ellos siempre están alerta, y al mismo tiempo es una excusa para estar siempre junto a sus padres.

—¿Asher?—Sostiene la mano de su hermano mayor.

—¿Qué pasa?—Deja de ver por la ventanilla para poner toda su atención en Asier.

—¿Deberíamos ir a molestar al viejo abuelo, antes de que nuestros padres vuelvan?—Susurró con maldad.—¿También podemos ir a visitar a nuestros primos?

—¿Deberíamos?—Sonrío perverso.—¿No creó que lo noté?....

Dejen de esa loca idea de salir del país y mucho menos salir del planeta, se van arrepentir de ver pensando en esa idea, pequeños diablillos.

Asher y Asier chasquearon sus lengua, sus padres había visto mucho antes atraves de ellos. Hendrix solo negó con la cabeza luego de apagar el audio dejado por Leo y Lukyan.

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