capitulo 76

Lukyan, se encuentra en este mismo instante como un fanático loco, sacado muchas fotografías de su hermosa y amada familia. Los pequeños gemelos descansa en el brazo de Leo, quién también se encuentra descansado.

Los pequeños suelen ser muy inquietos, y se podría decir que un poco traviesos. Despiertan cuando siente la presencia de Lukyan, al acercase a su papá.

—Dormidos se ven tan humildes—Comenta Lukyan con una sonrisa en sus labios.—"Tan humildes" los pequeños diablillos.

Ya pasó dos meses desde el nacimiento de los gemelos y Kiel, así es como llamaron al bebé de Dexter y Ezekiel. Es un niño muy hermoso de cabello negro, de grades ojos dorados como los de Dexter. Tiene un poco de ambos padres.

Su crecimiento y desarrollo va yendo muy bien. No hay momento en que ambos padres no estén cuídalo, falta poco para poder sacarlo de la incubadora.

La mansión Lee nunca se encontró más ruidosa de como lo es ahora. Es un milagro que no se encuentren todos en la habitación de los esposos, porque todos quieren pasar sostenido a Asher y Asier.

También suelen ir a ver a Kiel, ansiando el momento en que puedan sostener ese hermoso bebé, en sus brazos.

—¿Hora?—Leo se había despertado, aún se encuentra con somnolencia—¿Por qué estas despierto?—Ve a su esposo.—¿Tomado fotos, otra vez?

—Son las cuatro de la mañana—Besa la frente de su esposa—Sigue durmiendo un poco más.

—¿No se han despertado querido comida?—Mira a los gemelos, ello llevan puesto unas pijamas peluditas negras con cuernitos.

La idea fue de Leo, quería verlos vestidos de esa forma. Y Ruby fui quien llevo acabo esa idea. En ese mismo instante se puso a diseñarlas, ella también se moría por verlos vestidos de ese modo.

—Desde que despertaron a las dos de la mañana, no han vuelto a despertar.—Enrolla el cabello de Leo.

Ese hermoso cabello azabache había creciendo durante todo este tiempo, al parecer, Leo no tenía ni la más mínima intención de hacerlo.

—Entiendo—Frota sus ojos—Podemos tener un tiempo para nosotros—Sonríe lascivo.

Con cuidado, Leo se aleja de los gemelos. Tenían que aprovechar este momento a solas por más pequeño que sea. Leo se alejó sumamente despacio de los pequeños gemelos, antes de levantarse dejó un beso en la frente de cada uno.

Leo con una sonrisa pícara y ansiosa jaló a Lukyan hasta el sofá y subió arriba del regazo del mayor. Ellos tenían exactamente dos meses sin poder disfrutar del placer carnal.

Eso había sido un gran reto, cuando los dos son grandes calenturientos que solo quieren pasar arriba del otro, dándose mucho amor.

—Me encanta como te vez con tu cabello largo—Besa los mechones azabaches—Me recuerda a tus días de almirante—Sonríe juguetón.

—¿Quieres que me ponga el uniforme?—Pregunta seductor.

—¡¿En serio?!

Fue tanta la emoción que su miembro se levantó y golpeo el trasero de Leo. Ese pantalón de dormir le queda un poco holgado a Lukyan, por eso fue más fácil la movilidad para esa cosa entre sus piernas.

—Si—Lame y mete su lengua en el oído de Lukyan, al mismo tiempo que frota sus caderas sobre esa dura e erecta bara de carne.

Leo sonrió ampliamente al escuchar a la perfección, la forma que su esposo, traga con dificultad su propia saliva.

—Bien—Lleva su mirada a la cama, esperando que los mellizos, no despierten, mientras ellos están en la habitación de a lado.

Es raro que esos pequeños diablillos duerman tanto, aparté son tan revoltosos. Asier suele estrellar su mano sobre el rostro de Asher, de la nada. Pero Asher tampoco se queda con el golpe, se lo regresa muy agresivamente. Eso pasa cada vez que los estoy amamantado.

Y estaba eso otro, Asher es más apegado a Lukyan y Asier a mí, él no se duerme a menos que Lukyan ya lo este o se haya ido. Es un niño celoso y protector desde temprana edad.

—Siento que en cualquier momento despertaran—Desliza sus manos bajo la camisa de Leo—Estoy perdiendo con ellos desde antes que puedan hablar y caminar—Frota los pezones de Leo.

Leo muerde su labio para no gemir ruidosamente, sus piernas ejercen presión cada vez que Lukyan, masajea lascivamente las caderas del menor.

Leo se desconcertó al ver que Lukyan, dejo de tocarlo, y en vez de eso lo cubrió con una manta que se encontraba en el sofá.

—No van a despertar....¡Que demonios!—Se exaltó bajito.—¡¿Es en serio?!—Ve a esos ojos azul negro con ferocidad.—En verdad tengo ganas de matarlo, en este mismo instante.

—¡¿Puedes tocar la maldita puerta?! padre—Le sugirió con irritación—Este no es un hotel donde puedes entrar y salir cuando te plazca.—Bufo furioso.

—Solo larguense a otra habitación—Ve a los gemelos.

Paso junto a ellos, ignorado las miradas asesinas de su hijo y yerno. Era algo que no le afectaba en nada a Brais, un ser con su rostro más grueso que el cemento.

—Yo los cuidaré, vayan a disfrutar de su tiempo juntos.

—Las mamilas están ahí—Señala las pachas—Se un buen niñero, padre—Levanta a Leo, en sus brazos.

Leo se aferra de Lukyan, como un oso panda a la momento de abrazar el bambú. Leo no tenía la intención de refutar o negarse a la sugerencia de su suegro Brais. Ambos esposos en verdad querían tener un momento candente.

—Que malvados.

Brais tomo asiento sobre la cama, con sus brazos cruzados y una mirada incrédula fijamente en sus pequeños y hermosos rostros.

—Se que están despiertos—Expresa con burlas—Apuesto a que solo estaban esperando que sus padres, estuvieran en el mejor momento para despertar e interrumpirlos ese afecto que se estaban dando.

Los gemelos abrieron sus ojos, esa mirada tenían una sonrisa tan perversa como esa sonrisa en sus bonitos labios. Brais solo niega con la cabeza.

—¿Creen que su padre no era consiente de ello?—Les habla porque sabía que lo entienden a la perfección—Claro que Lukyan, lo sabía.—Sonrió con burla—Cuando ustedes vienen, el fue y vino dos veces.

Asher con todo el descaro del mundo, agarra con sus manitas el dedo de Brias, empezó a robarle tanta energía como pueda, faltaba poco para dejar de necesitarla.

—Deben de compartir a su papá—Comenta—No ser celosos, eso es malo—Acaricia los cabellos de cada uno—De quién deben de protegerlo, es de las demás personas, con ellos juguen sus juegos perversos.—Les sugiere.

Tanto Asher cómo Asier lo ven con una expresión de "hacemos lo que queremos, y lo que queremos es molestar a padre" esas miradas están apunto de ponerse en blanco.

—Son peor que Lukyan—Suspiro derrotado—Más perversos que su padre, cuando era bebé....

—¿Que haces aquí?—Vincent entró a la habitación, esperado ver a la pareja, no a Brais—¿Dónde está Leo y Lukyan?—Los busca por todos lados.

¿Cómo entró ese hombre? No recuerdo haberlo visto ayer por la noche en este lugar. Otra vez evadió la seguridad de está mansión. No, no lo creó. Lukyan y Leo debió darle la autorización de entrar a la hora que les plazca.

—Los estoy cuidando—Responde monótono—Ellos se están tomando un tiempo a solas.—¿Los necesitabas para algo?

Brais llevá su mirada en dirección a Vincent, este solo llevá una bata negra con el pecho descubierto, los cordones se habían aflojado un poco.

¿Recién salió de bañarse? Su cabello aún está húmedo, puedo oler el jabón gel y el shampoo con un olor a floral entre otros componentes....¡Maldición!

Brias retiro su mirada del cuerpo de Vincent, no fue su intención pero había visto en la manera que Vincent, se había bañado hace unos minutos atrás. Se había quedo viendo por mucho tiempo esos ojos verdes esmeraldas.

—Solo venia a ofrecer mi ayuda para cuidar de los Gemelos.

Ayer le toco a Ellie y Jenson. Ahora me toca a mí y en la noche a Herbert, Ruby. Así también nos turnamos para cuidar del pequeño Kiel.

—Puede irse, yo cuidaré de ellos.—Vincent si hablaba respetuosamente, no como el maleducado de Brais.

Los gemelos se ven uno al otro, dándose una sonrisa de complicidad. En menos de un segundo, se echaron a llorar, con Brais no funciona ese llanto fingido, pero si con Vincent.

—Ya, ya—Vincent sostene a, Asier, en sus brazos—¿Quieres que vuelva papá?....

—No les hagas caso—Se levantó de la cama—Si no te comportas, no voy a darte tu mamila

"No eres para nada divertido, abuelo demonio" es lo que me decía esa mirada aburrida en el rostro de Asher.

—Ellos solo quieren molestar a su padre.

Brais se inclina un poco hacía adelante, para levantar a Asher. Al momento de ponerse recto, su rostro quedó muy cerca del de Vincent, este había tenido la intención de evitar que sostenga a, Asher. Es por eso que terminaron en esa situación.

El azul negro conectó con el verde esmeralda. Vincent había olvidado como se respira, ese deslumbrante rostro está demasiado cerca de el.

Asier y Asher se miran, esos ojos tienen un destello de maldad pura. Ellos son dos pequeños con una inteligencia anormal. Al mismo tiempo que una sonrisa se pintó en sus labios, ese instante habían usado sus poderes.

Los ojos verdes esmeralda están por salirle de las cuencas, no podía creer que en estos momentos alguien estaba besado sus labios, labios que no habían sido tocados más de dos décadas.

Vincent no es el único consternado, sorprendido. Brais también lo está, el cual se cuentra perplejo sin saber que hacer. Los gemelos lo habían agarrado con la guardia más que baja.

¿Que está pasando? Quiero mover, pero entre más me muevo, más termino cerca de este sujetó atrevido de ojos azul negro, quiero darle una paliza. ¿Qué se trae entre manos para hacer algo como esto?

Vincent tampoco quería hacer un movimiento brusco y terminar lastimado al pequeño Asier, que se encuentra en sus brazos.

—¡¿Mmgh?!

Brais se había estremecido al sentir como los dientes de Vincent, rompieron su labio, logrando que reaccioné y se alejara rápidamente de Vincent.

—¡Ustedes!

Esos ojos eran más negros que azules. Tan negra como el aura fría a su alrededor. Pero los gemelos ni siquiera se inmuta y solo muestran sus encías porque aún no tienen dientes.

—Deja de gritarles—Le dejo ir un puñetazo—No se porque demonios hizo eso, pero ya estoy viejo para sus extrañas bromas—Lo fulminó con la mirada.—Deja a, Asier en la cama y luego a, Asher—Largo de aquí.

Sacó de la habitación al aturdido Brais, cerro con seguro la puerta. Por la cual se deslizó porque sus piernas tiemblan, con vergüenza escondido su sonrojado rostro.

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