capitulo 72
Ninguno de los dos hablaba, solo se veían con esas frías miradas que te podían matar en cualquier momento. Era difícil adivinar en que estaba pensando ese hombre de ojos azul negro, si esa expresión era de felicidad por ver a su hijo o de enojo por ver escapado y creado este lugar para escaparse de sus responsabilidades como futuro monarca de su lugar de origen.
Leonardo sentía la tensión en el aire, la manera en la que Lukyan está alerta y preocupado de que su padre, haga cualquier movimiento que ponga en peligro a su pareja e hijos.
—Veo que estuvistes inventado cosas inútiles, otra vez—Ve a su alrededor, sorprendiéndose un poco—Aunque no voy a negar que este lugar es algo magnífico, ¿Cómo lograstes construir un mundo como este? Tuvistes que poner un poco de tu vitalidad para ponerlo en marcha, ¿me equivoco?
Desde que es un niño, Lukyan tenía la tendencia de crear cosas extrañas y a la vez muy extraordinarias. Como por ejemplo las dos de las reliquias familiares, ISIS y Danel. Una pareja de seres poderosos nacidos a base de la ciencia y tecnología.
—Si solo eso es lo que tenías que decir, puedes regresar por el mismo lugar donde llegaste.—Algo es muy extraño, su manera de actuar no es común.
—Tan frío como siempre—Su mirada hizo contacto visual con la mirada inexpresiva de Leo, eso lo desconcertó.
Le desconcertó el hecho de que siga moviéndose luego de congelar el tiempo dónde solo tenía permitido moverse él y Lukyan.
—¿Él es?
—No es de tu incumbencia, padre—Cubre por completo a Leo—Vamos hablar a otro lugar—Su mano está temblando, por miedo a que entren en rigor de una pelea y en el proceso terminen lastimado a Leo.
—Tranquilo—Sostiene la mano de Lukyan—Se te olvida quién soy—Lo abraza por a espalda—Soy un almirante con ciertas habilidades.—Susurró para calmar los nervios de su esposo.
¿Quién ese niño al que protege con tanto esmeró? ¿Que es él de mi hijo? Es la primera vez en cientos de años que, Lukyan pone una expresión como esa, más que miedo es preocupación de que una pelea entre ambos llegué a lastimar a esa persona que esconde detrás de él. La manera en la que hablan, se miran y se tocan no es la de un par de amigos....
—¡¿Hu?!
Por unos segundos esos ojos azul negro tuvieron un extraño brillo, al igual que una expresión llena de diversión adornó su bello rostro.
—¡Sorpréndete!—Exclama eufórico—¡¿Cómo puede ser esto posible?!
Leonardo no se sorprendió al escuchar esa voz detrás de él, de un momento a otro. Su mirada esmeralda sigue inquebrantable.
—No se atreva a tocarme—Aprieta con fuerza esa mano que quería tocar el abultado estómago de Leo.
—¡No te acerques a él!—De su mano izquierda salió una espada negra con la empuñadura de una serpiente de tres cabezas con unos ojos que parecía gemas escarlatas.
Era tan surrealista que podrías jurar que en cualquier momento se transformaría en una serpiente real muy escalofriante.
—Lukyan—Sus ojos se volvieron negros, un aura negra aterradora salía de sus puros cubriéndolo por completo—¿Te atreves a desafiarme, a mí?
El cielo retumbó tan fuerte que si lo escucharás pensarías que se está rompiendo y que algo escalofriante descenderá a la tierra.
—¿Estás seguro que quieres que destruya tu creación?—Su alrededor fue adornado con cientos de espadas y la que más resaltaba era la que sostenían sus manos, esa espada de doble filo roja que vibraba cómo si estuviese viva.
—Eso está por verse, no cantes victoria cuando a un no haz ganado, padre—Sonrió con arrogancia.
Leo se sobresalto al ver esa nueva apariencia jamás vista en Lukyan. En su cabeza aparecieron unos bonitos y filosos cuernos adornados por una corona roja, el azul de su ojos se tiñó de rojo sangre. El dorado de su cabello en azul negro.
Aquella vestimenta que viste su cuerpo es un traje de guerra de alta costura, negro con rojo. Que dejaba al descubierto parte de su sobresaliente y fornido pecho.
—Por su reacción, se nota que no había visto tu verdadera apariencia.—Sonríe mostrado su dentadura.
Lukyan aprieta con fuerza la empuñadura de su espada, tenía miedo de mirar esos ojos esmeraldas. Su apariencia de un híbrido no era algo que quería mostrarle a su amado. Lukyan es hijo de una reina demonio con sangre de bruja y de un dios.
Leo sabía que Lukyan pertenecía a uno de esos esos lugares donde solo reina la oscuridad, demonios, bestias demoníacas, maldiciones entre otras especies pero de igual manera perteneciente a la oscuridad.
—¿Te da miedo?—Pregunta con burlas el padre de Lukyan.
La apariencia de Lukyan es tan majestuosa, me recuerda la primera vez que conocí a su madre. Esa mujer fría e imponente, empoderada que me veía desde la cima con esa mirada rasgada color rojo sangre.
Era inevitable no enamorarme de ella, esa fue la primera vez que mi corazón tembló de miedo, miedo a traicionar todo por ella.
En ese entonces ara un dios que practicaba devoto todas sus creencias, pero verla a ella con ese porte, elegancia y vestida con ese vestido rojo con una abertura en su pierna izquierda y esa corona roja con un patrón de león negro demoníaco. Eso fue como ver un hermoso paraíso.
Todos decían que me había hechizado, pero no era así, mi nivel contra los hechizos o la manipulación era muy alto, nadie ni ella podía lograr algo como eso. Además ella ni siquiera me ponía en sus ojos.... ganar su corazón fue más difícil que desintegrar un mundo o ganar una guerra.
—¿Te repugna? Puedo ver el color de tu alma y con ello puedo deducir que vienés de una de las galaxias donde se práctica y estudias el credo de la luz tiene que vencer al mal.—Eso me hace recordar aquellos tiempos.
¿Como terminaron relacionados? ¿Por qué no se repudian como tiene que ser? ¿Este mocoso tiene algo que ver con la renuncia de mi hijo, a sus deberes?
—Habla demasiado viejo—Expresa Leo, en un tono aburrido.
—¿V-Viejo?—Frunce el ceño.
Leonardo no pensaba respetar a una persona que desde un principio se comportó déspota y prepotente. Es muy obvio del porque, Lukyan no quiero verlo.
—No eres bienvenido a este mundo, tu presencia es molesta para mí esposo y ahora incluso para mí.
Debería solo matarlo, pero no quiero dejar huérfano a mi esposo, por más que Lukyan lo desprecie o se odien. Lukyan sigue sintiendo un poco de afecto por él.
—No sé con qué motivos venistes a este lugar, pero si es para llevarte a mi hombre—En su mano apareció una lanza negra con un patrón de una serpiente dragón de tres cabezas.—Es mejor que regresé solo.—Sus ojos esmeraldas se tornaron brillantes casi transparentes.
—Leo—Susurró, Lukyan.
Leo mira dulcemente a su esposo, Lukyan tiene una mirada complicada casi llorosa, porque a los ojos de Leo, sigue siendo importante sin importar como se vea.
—Te amo, seas un demonio o una bestia en realidad no importa. Te amo a ti, no tu aparecía....pero debo de admitir que te vez malditamente caliente y quiero follar contigo en este preciso momento—Susurró.
—Vamos a la habitación entonces....
—Todavia estoy aquí malditos mocosos.—Su intención asesina se esfumó al igual que las espadas y su arma principal.—¿Por qué en su poder se encuentra ISIS?—Pregunta curioso—¿Por qué en su estómago hay dos niños y con ese gran poder?
La verdad es que no hubiese podido hacerles algo en primer lugar. Esos niños desde antes de nacer son unos monstruos con respecto al poder que llevan en su interior...¿Fueron ellos quienes me permitieron entrar? Ahora entiendo del porque el campo de energía de un instante a otro se debilitó.
Lo sabía, sabía que Lukyan no me permitirá entrar. Conozco las habilidades de mi hijo, y no son débiles. Él se a vuelto mucho más fuerte que la última vez que lo vi...Feliz, él está feliz.
—¿Acaso es un nuevo truco que estás probando?—Lukyan sigue alerta.
¿Por qué solo se sienta? Mi padre no es una persona habladora, él de una sola vez hubiese cargado hacia a mí con la intención de matar. Entonces, ¿Por qué actúa así? ¿Le sucedió algo en su aislamiento?
—Como dijo ese niño irrespetuoso, ya estoy viejo—Cruza sus manos y piernas—En mis últimos años solo en ese lugar, meditando...me puse a pesar en muchas cosas con respecto a mi único hijo de sangre. En nuestra relación luego de que ella murió—Su tono se volvió melancólico al hablar sobre su difunta esposa, quizás.
Mira de pies a cabeza a Leonardo, este se siento incómodo con esa mirada extraña e inexpresiva. Es como si esos ojos pudieran ver atraves de su ropa.
—No me mire así, es repugnante parece un maldito pervertido.—Se esconde detrás de Lukyan.
"Nuestras vidas están rodeadas de puros conflictos familiares, si no son los padres son con los hermanos y sus enamoramientos luego de interar matarse uno con los otros. Espero que cuando nuestros niños nazcan, ya no hayan tales problemas" es lo que pensaba Leo.
—Tu padre es tan raro, ¿Seguro que son padre e hijo? Deberíamos matarlo ahora que está con la guardia baja.
—Puedo escucharte maldito mocoso, no tientes a tu suerte solo porque posees una de las reliquias familiares. Respeta a tus mayores—Fulmina a ISIS, el podía transformarse en cualquier arma que su amo, quisiera.
—Deja de insultar a mi esposa, padre.—Ve a Leo—Creo que si, tienes razón en lo que dices. Vamos a matarlo.
Al padre de Lukyan. Brais, casi se le cae la mandíbula al escuchar las palabras de su hijo, se tenían un poco de odió y todo pero nunca pensó que llegaría el momento de escuchar "matarlo" pero eso no era lo importante en estos momentos.
—¡¿Cómo que esposa?!—Eso era lo importante.—¿Cuando te casaste y con un hombre?
No me molesta que sea un hombre, eso solo son detalles. He visto peores cosas durante mi transcurso de vida, que dos hombres se quieran no es un problema. Pero el no ser invitado eso de alguna manera me hace enojar, ¡soy su padre después de todo!
—No es como si fueras bienvenido—La apariencia de Lukyan volvió hacer la misma de siempre.
—¿Creistes que me opondrían a esta relación?—Pregunta indignado.
—Sí—Responde firmemente sin pensarlo—¿Querias que pensará diferente con tu actitud?
—Creí que lo sabías—Se pone de pie—Es cierto que te crié estrictamente y de una manera que se considera pesado. Pero....
—¿Pesado?—Sonríe con burlas—Me lanzastes a un laberinto de pumas demoníacos cuando tenía tan solo 10 años.
—¿Qué?—Leo fulmina con la mirada a Brais—El titulo de demonio le queda perfecto a alguien como usted.
La infancia de Lukyan no fue nada dulce, nuestros padres eran peores que las bestias. Pero aún así, ambos crecimos bien aunque con heridas pero bien y con grandes corazones para darnos mucho amor.
—En mi defensa, desde un principio no eras un niño normal. Tenía que sacar tu potencial en un mundo donde solo sobreviven los fuertes.
—Que excusa más barata—Abraza a Lukyan—Vamos a dentro, ya no quiero ver este señor.
—Bien.
—La salida queda por allá—Señala la puerta—Adiós, padre.
—Lukyan, todavía tenemos mucho de que hablar. ¿Dime cómo es posible que él lleve a mis nietos?—En toda mi existencia, es la primera vez que veo un caso así. ¿Como es posible que un hombre pueda dar a luz?
—Te lo dire cuando nos visites adecuadamente como una persona normal.—Comenta Lukyan.—Y en este lugar no son tus nietos.
—¡Me estás ordenando!
Brais era un hombre curioso, quería saber sobre lo que jamas a visto y como un hombre que a vivido tanto, es inaudito que esto no lo haya visto antes.
—Solo es una sugerencia.
—Bien—Susurró entre dientes—Dejo de parar el espacio tiempo que los rodeaba.—Voy a regresar en otro momento.
—Una última cosa más, en este lugar tengo un padre. No se te ocurra presentarte como mi padre—Sonríe.
—¡Qué!
Sus ojos se volvieron oscuros al igual que el aura a su alrededor, la tierra empezó a temblar. Brais están mas que solo molesto, está vez si iba a darle una paliza a su hijo.
—¡Leo, Leo!—Vincent se asustó al creer que estaba sucediendo un terremoto.—Hijo...
—¡¿Vincent?!
De un momento a otro llegó junto a un sorprendido Vincent. El cual no podía retirar la mirada de esos hermosos ojos azul negro.
Está demasiado cerca, ¿Cómo llegó tan rápido si hace un momento estába junto a Leo y Lukyan? ¿Que es esa vestimenta que lleva? ¿Están gravado una película antigua en los alrededores?
Vincent se sintió nervioso al sentir esa mirada fija en él, al igual que Leo, se sintió incómodo como si estuviera siendo visto por los ojos de un pervertido.
—¿Nos conocemos?—Mira a Leo. Él solo encogió sus hombros al mismo tiempo que le decía que era un hombre con problemas mentales.—Si no se marcha tendré que llamar a seguridad.
—¿No me recuerdas? Soy yo...—Fue entonces que vio el color del alma de Vincent.
Tienen la misma apariencia pero al mismo tiempo no es él. Viéndolo bien, ese mocoso se parece mucho a él. ¿Son padre e hijo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top