Ligeros pasos y el sonido de unos gatillos y disparos se escucha por todo ese amplió lugar donde solo puedes ver árboles que son deslumbrados por la luz de la luna tan brillante. Personas corrían huyendo de los que parecían ser sus perseguidores. Llevan máximo una hora corriendo, querido perderlos y poder llegar al lugar donde se suponía tenían que ir.

Les tocó bajarse del tren a dos horas de tierra canadiense, no les quedó de otra que tomar una ruta diferente en auto pero sus planes seguían siendo interrumpidos por lo que les tocó hacer lo que estuviera a su alcance para no ser atrapado.

—Yuri—Susurra cansado—¿De veríamos volver?—Les estoy poniendo las cosas difíciles, estar cerca de las personas que me importa, solo le trae desgracia.—Es mejor rendirse....ella no dejará que me marche—Estoy tan cerca pero creo que no lo lograremos.

Pero mi mamá nos interceptó y mucho antes que pudiera reaccionar, envío ha alguien disfrazado de camarero por mí, está vez no iba a sedarme, ella estaba decidida a romper que otra de mis extremidades para que no pudiera escapar lejos de ella.

Solo que esa orden no fue realizada a la perfección, pero al defenderme las heridas de mis muñecas se volvieron abrir y vine adarme cuenta cuando mi visión se tiñó de negro, había perdido una gran cantidad de sangre, a Yuri le ha tocado cargarme en su espalda mientras huimos cómo unos malditos prófugos.

—No diga eso—Expresa Yuri—Falta poco para tocar suelo canadiense. Pediremos asiló si es necesario, pero de que llegamos, llegamos. Se lo prometí....—Los disparos se escuchan cada vez más cerca.—Fredo, llevar al Joven maestro en tu espalda.

El guardaespaldas de la misma edad de Yuri, obedece las órdenes y sube a Misha, sobre su espalda. Decidido a todo para cumplir el objetivo, esa mirada de Yuri, le había dicho todo.

—Bien....te estaremos esperando en el otro lado—Yuri solo Sonrió.

—¡¿Yuri?!—Se asustó—¿Que piensas hacer?—Se niega a irse sin el.

—Misha—Sonríe mientras acaricia ese rostro pálido—Eres como mi hijo aunque no lleves mi sangre—Besa la frente de Misha—Como buen padre debo de protegerte a toda costa—Sonrie más ampliamente.

Siempre había querido decirle eso, y ahora que se lo hace saber en voz alta. Eso lo hizo sentir también bien. Por alguna razón su afecto por Misha, era tan grande que no podía entenderlo por completo del porqué ese gran sentimiento.

—Podria llamarme padre....aunque sea una vez. Es un deseo que he tenido desde hace mucho tiempo.

—¡No lo hagas!—Sus ojos se hunden en lágrimas—¡No quiero que nadie se sacrifique por mí! ¡Yuri!—Forcejea con Fredo para que lo suelte, pero este no le da oportunidad—¡Yuri.....papá!—Grito con agonía, con aquella mirada llena de importancia, Yuri vio como Misha se alejaba cada vez más.

Estoy tan feliz, muy feliz. He querido escucharte llamarme así, desde que te vi crecer. Ahora no tengo ningún arrepentido.

—¡Yuri!—Exclamó la ex señora Sokolov—¿Dónde está?—Observa a todos lados—¿Dónde está mi hijo? ¿Mi Misha?—Pregunta entre gritos.—¡Misha!—Grita desesperada.

Tengo que darles todo el tiempo posible para que suban algún auto que logré logren parar en la carretera luego de salir de este lugar.

—Mi señora—Aprieta la pistola en su mano—Solo por está vez puede rendirse—No quería hacerle daño—Es momento de que Misha, viva para él y no para usted ni por el bien del grupo Sokolov. Déjelo que decida por él mismo y que escoja con quién quiera estar...

—¡Noo!—Le apunta con la pistola—Misha no puede escoger a ese maldito mocoso sobre mí. ¡Ese es él hermano del asesino de mi otro hijo! ¿Ya se te olvidó?

¿Por qué tienen que hacerme ésto? Primero él, luego tú y ahora mi propio hijo. ¿Por qué quieren abandonarme? Se supone que los hijos escogen a sus padres sobre todas las cosas. Ese maldito mocoso tiene la culpa, mi Misha cambió desde que conoció a ese Lewis. Maldita la hora en la que estuve de acuerdo que viajará a ese pais.

—¡Y usted ya se le olvidó que si no llegó a tiempo, Neo hubiese matado a Misha!—De solo recordarlo le hierve la sangre— Él amaba a su hermano y Neo solo quería matarlo para mostrarle a la familia Sokolov, que era mucho mejor que Misha. Lo que le sucedió, él mismo se lo buscó...¡Agh!

Ella había jalado el gatillo, dándole directamente en el hombro izquierdo, Yuri era zurdo por lo que su destino ya estaba decidido.

—Me duele hacerte esto—Las lágrimas se deslizan por sus mejillas—¿Sabes cuánto te aprecio? Pero desistes traicionar mi confianza. ¡Se suponía que tú tenías que está de mi lado, darme siempre la razón! ¿Entonces por qué? ¿Por qué dejas que Misha me abandone como tú lo estás haciendo? ¡¿Cómo él lo hizo?!

Yuri apretó sus dientes con aquel dolor inmenso que desgarra su piel, con una mirada adolorida mira fijamente a la ex señora Sokolov.

—Porque la felicidad de Misha, es mucho más importante que cualquier cosa. Por él estoy dispuesto a todo e incluso traicionar a la mujer que admirado y he amado desde hace mucho tiempo—Ya no era necesario seguír ocultado este secreto que me asfixiaba hasta el punto de enfermarme.—¡Y fue usted quien abandono a mi hermano mayor, su codicia no lo incluía a él!

—Eso es muy propio de ti, y sí, tienes razón y por mí codicia mi vida se volvió de está forma—Sonrío con tristeza—Misha fue tu favorito y con Neo fue completamente diferente, despues de todo él era más cómo yo. Bueno, bien dicen que la sangre siempre llamara.

—¿Qué?—Está confundido—¿De que habla?—Su corazón empezó a latir ansiosamente.

—Vas a morir de todas maneras ya no es necesario que lo oculté. Después de que me case, seguía viéndome con él—Aprieta los puños—Aunque el siempre me ignoraba. Una noche como despedida de ese gran amor que una vez nos tuvimos, le dije que quería dormir con él. Nueve meses después nació Misha, y él lo sabía.

Yuri no sabía que sentir exactamente, ahora comprendía del porque su hermano mayor, se veía ansioso y un día solamente desapareció.

—¡Lo mató! ¡Mataste a mi hermano mayor y me tomates como tú perro fiel, su remplazo!—La herida de bala había dejado de doler y ahora solo podía sentir frío.

—Bueno....—Baja su mirada—Él quería llevarse a mi hijo, decía que no podía permitir que Misha, creciera en una familia tan asquerosa como la Sokolov. Ese fue su gran error, no quedó de otra que eliminar lo que me estorba.

Entre más hablaba la Madre de Misha, Yuri se sentía mal, su visión se estaba tornado borrosa. La perdía de sangre le comienza pasar factura.

—Tenía que mantener mi posición como esposa, no iba a permitir que alguien más estuviera encima de mí. Todo fue inútil, pero de igual manera no me arrepiento, Misha es lo más bonito que he tenido y seguiré teniendo, es por eso que no pienso dejarlo irse con ese tipo.

¡Soy el tío de Misha! Ahora entiendo del porqué me preocupa demasiado por él, no, ya sea mi sobrino o no, siempre estaría preocupado por su felicidad y seguridad. Es lamentable que no pueda darle un último abrazo, decirle cuánto lo quiero.

—Saluda a tu hermano mayor en el infierno, mi fiel guardaespaldas—Jalo el gatillo.

—¡Nooo!—Misha salto sobre Yuri—¡Agh!—La bala había atravesado su espalda.

—¡Mi..Misha!—Exclama al unísono.

—¡¡Lo siento...mi bebé, mamá lo siente!!—Su voz temblaba, ella no quería hacerle eso.

—Creo...creo que no podré pedirle perdón—Sonrío con lágrimas en sus ojos—....No podré verlo...—Sus ojos se tiñeron de sangre al igual que su boca que no dejá de derramar sangre como si fuera agua.—Puedes....cof, cof.

—¡No hables más!—Las manos de Yuri temblaba al igual que su cuerpo, intenta detener el sangrado de su sobrino—Lo verás, dije que lo verías—Lo sube a su espalda, él saca fuerzas donde no hay para poder llevarlo a una clínica o hospital que se encuentre cerca.

—¡¿A dónde crees que lo estás llevando?!—Reacciono—Yo lo llevaré al hospital, mi auto está cerca de aquí.

—¡Si quieres detenerme, entonces tendrás que matarme! Pero no pienso soltarlo!

—¡No me obligues hacerlo!—Recoge la pistola—¡¡Yuri!!—Él la ignoró y sigue caminando mientras le susurra a Misha, que luche.

Misha ya había perdido mucha sangre anteriormente, por lo que en este preciso momento, apenas puede tener sus ojos abiertos.

—¡Suelta a mi hijo!—Volvio a jalar el gatillo.

Ella esperaba ver caer a Yuri, pero para su sorpresa o terror, una persona o androide había atrapado la bala con sus dedos como si no fuera nada.

—Creo que llegué a tiempo—Desintegro dicha bala.

—¿Quién....Quién eres?....¡Mounstro!—Jadeo.

—Eso me ofende mucho, soy A1...si lo entendió. Me disculpo maestro—Leo le había gritado que se calle y sigan las instrucciones que le dio.

A1, camina en dirección a Misha, Yuri se aleja mostrado esa mirada de que dice; si lo tocas morirás. No comprendía lo que estába sucediendo pero eso no era lo que le importaba en este instante.

—No le haré nada, él joven Lewis se pondría aún más triste si le llegase pasar algo más malo que esto.

—¡Lewis!—Murmuró—¿Mi...mi Lewis está vivo?

Podré verlo, estoy tan feliz. Él está vivo, vivo, mi Lewis sobrevivió. Pero ahora parece que soy yo, quién está con un pie en la tumba.

—Sí, él es quien le pidió a mis maestros que viniera a ver tu estado—Escanea el cuerpo de Misha—Tienes suerte. La bala no daño ningún órgano interno, pero la perdida de sangre es el problema, necesita una transfusión de sangre lo más rápido que se pueda o terminara muriendo.

[Traerlo a la villa junto a ese hombre que al parecer está mas allá que para acá.] <¿Que hago con los demás?> [Noquearlo a todos, luego los atas. Los chicos y mí tío están yendo en camino por ellos.] <Bien, llegaré en un momento>

—Lo siento—Hace una reverencia—Mentiras, no lo siento para nada—A una gran velocidad terminó por derribarlos y atarlos.

Yuri froto sus ojos, creía que la perdida de sangre le estaba jugando bromas o haciéndole alucinar.

—El viaje será un tanto brusco, así que espero no se Mareen más de lo que ya están.

La mansión de la familia Lee, no estaba tan lejos de ese ese lugar. Ellos no estaban tan perdidos al tomar ese desvío, pero no había sido esa su intención. Ellos solo querían encontrar a Canadá. Jamás imaginaron que la mansión Lee, quedaba tan cerca entre los límites de Canadá y Rusia.

A1, usó sus otras habilidades que Leo y Dexter implantaron en él. La velocidad es lo único que bastaba para llegar antes de que padre e hijo terminen muriendo por perdida de sangre.