capitulo 59
—¿Estos son todos los pendientes?
Toda la mañana me la he pasado ocupado, no he tenido tiempo de nada, ni de responder las llamadas de cierta persona. Solo le dejé un mensaje donde le hago saber que, nos reuniremos más tarde, para el almuerzo. No hemos hablado desde ayer por la noche.
Mi oficina huele a orquídeas, por dónde quiera que vea, se encuentra un ramo de orquídeas de diferente color. Por poco me envía todas las flores de la florería. Eso es un tanto vergonzoso, jamas imaginé ser cortejado cómo una chica. Pero Ruby, dice que los hombres también podemos recibir flores. No hay nada de malo con eso.
—Sí. Eso es todo—Apaga la tablet.
—Puedes retirarte.
—Con permiso.
Faltan diez para las doce de la tarde, es hora de irme al lugar acordado. Hay que ser puntual, llegaré cinco minutos antes.
Lewis se puso su abrigo gris, verifico que su billetera y celular estuvieran en los bolsillos de su pantalón de vestir, salió de la oficina. Obed, iba detrás de él. Cuidado los pasos de su joven maestro. Subieron al ascensor y en unos minutos volvieron a bajar.
Obed, abre la puerta para su joven maestro, Lewis toma asiento en el asiento del copiloto, abrocha el cinturón de seguridad. El guardaespaldas se pone en marcha.
Al final el único que regresó al país, fui yo. Mi padre y Ruby se quedarían en Canadá junto a la familia Well y Lee. Pasarán las fiestas festivas de diciembre con ellos dos. Al poner todo en orden aquí, y terminé mi trabajó pendiente, regresaré nuevamente a Canadá.
Solo que ahora lo estoy pensando un poco, si quiero conocer un poco más a Misha, y ver cómo se desarrolla todo esté desenlace de está extraña relación, tendré que quedarme aquí. Pasar las fiestas con él....¡Mierda, mierda, mierda! No aprendes ¿verdad, Lewis? Inconscientemente estoy pensando demasiado en ese descarado ruso.
—Llegamos, joven maestro—Estaciona el auto.
—Bien....—Iba abrir la puerta y bajar del auto cuando alguien me levanto en sus brazos—¡Bajarme!—Susurró avergonzado.
Era un hombre y lo habían levantado más fácil que una pluma, Misha ni siquiera estaba usando toda sus fuerza para sostenerlo en sus fuertes brazos.
—Te extrañe—Poso sus labios sobre los del sorprendió Lewis, una vez más lo besaron sin pedir su autorización. Solo que, está vez no puso resistencia.
Con sus manos abraza el cuello de Misha, sus piernas también se aferran a la poderosa cintura del mayor. Esto si, sorprendió a Misha. Sentir los labios del menor, mezclándose con los de él, sin ninguna resistencia. Eso lo encendía.
Ser correspondido es mucho más emocionante de lo que creía. Sus labios tiene un diferente sabor, uno más dulce, adictivo. Mi entrepierna está empezando a reaccionar, en cualquier momento puede pinchar el firme trasero de Lewis.... ¿Lo puede atrapar? ¿Atrapé el corazón de Lewis...?
—¡Ugh!—Joder. Cante victoria muy pronto.
Lewis había mordido lo suficientemente fuerte, el labio de Misha. Podías ver una pequeña cortada, y como si eso no fue suficiente, Lewis le metió un tremendo puñetazo en el pecho.
—Eso te pasa por besarme sin mi consentimiento, no una, sino que tres veces. ¡Tres veces!—Lame sus labios con una mira un tanto perversa.—Debes de estar agradecido que, soy muy comprensible contigo al darte ese puñetazo en vez de un tiro en la cien—Sonrío, pero no era precisamente una sonrisa.
Misha se estremeció al ver esa nueva mirada y sonrisa en el rostro Lewis. Es una muy distinta a las que había visto anteriormente, esa mirada puede ponerlo un tanto nervioso.
Leo le había dicho e enseñado unas cuantas cosas a Lewis, principalmente como hacer que, Misha se emocione, que crea que tiene el control y se sienta dueño de las emociones de Lewis. Y luego dejarle caer un valde de agua fría, justo como haces unos momentos.
En ese momento Lewis se siento tan avergonzado, nunca se le pasó por la cabeza que algún día, tendría algún tipo de sentimiento por una persona de su mismo sexo, ho que estaría recibiendo consejos de su cuñado, que anteriormente creyó, que era su rival por el amor de Anne.
— Creí que habíamos avanzado ¿Estoy equivocado?—Toca su labio para después ver sus dos dedos, tenían unas gotitas de sangre. Lewis le había roto el labio con sus dientes.
—No recuerdo que habláramos sobre eso, algo que no existe. Solo recuerdo que te aprovechaste de mi buena fe, hacia a ti.
—¿Entonces sobre lo que hablamos ayer?
—Por eso estoy aquí.
Se acerca a Misha, lo toma por el cuello de la camisa, tirando hacia abajo. Misha jadeo al tener el rostro de Lewis, tan cerca. Quería besarlo una vez más.
—Vamos hablar sobre tus extrañas intenciones hacia mí persona—Susurró atraves del oído de Misha—Si tus palabras son convincentes, tal vez puede que haya un algo entre nosotros. Tal vez—El aire que entrá al oído de Misha, lo hace estremecer.—¿Entiendes?—Misha solo asintió.
Que vergonzoso, ¿como pude decir eso? Pero, Leo tenían mucha razón. Lo he dejado sin habla. Sigue siendo tan humillante que todos estén enterados de mi situación, hasta mi padre, lo sabe. Lo peor es que no fue Ruby, quién se lo dijo. Se enteró por Lukyan, eso no me lo esperaba.
—Entremos, tengo hambre.
Leonardo le aconsejó que por ningún motivo muestre sumisión o se sienta intimidado por las repentinas acciones e atrevimiento por parte de Misha, que contraataque de la misma manera en que lo hace Misha. Es por eso que, no puso resistencia y se dejó llevar por el beso.
Ambos entraron a una de las salas privadas del restaurante, ordenaron unos cuantos platillos elegantes y una botella de vino.
—¿Cómo te llamas?—Aún no sé su apellido—Quiero que seas sincero—Corta en pequeños trozos su bistec.
—Misha Sokolov. Uno de los primeros hijos, del magnate petrolero, Fabricio Sokolov. Puedo aparentar tener cierta edad, pero en realidad tengo 30 años...
Lewis casi escupe el pedazo de carne que, hace un momento metió en su boca.
—¿Te asusta mi edad?—Le entrega una servilleta.
—No es la edad, eso solo es un número. Lo que me sorprendió es tu apellido y el nombre de tú padre...es un tanto famoso por...
—Por tener cuatro mujeres aparte de mi madre, su esposa legítima.
—Sí—Que incómodo.—Pero no te pareces en nada a él, nunca hubiese imaginado que eras el hijo mayor de ese señor.
—Me parezco más a mi madre. Mi tercer hermano se parecía más él.
—¿Se parecía?—Mueve su cabeza en confusión.
—Esta muerto—Sus ojos se tornaron fríos—Era muy revoltoso y a sus ojos me veía como un enemigo, pero lo quería, era mi hermanito después de todo...—Y solo yo, podía matarlo.
—Lo siento...
—Ya pasaron varios meses, no duele tanto como al principio.—Sonrió un tanto triste.
Lewis no sabía como consolar a una persona, aveces empeora las cosas en vez de ayudar. No tiene ese tacto.
—No hablaremos de cosas tristes, estamos hablando de nosotros dos—Pone sus manos sobre las de Lewis.
Lewis se estremeció al sentir las caricias provenientes de las manos del mayor. La frecuencia cardiaca se eleva de apoco.
—No sabría decirte exactamente lo que me atrajo de ti, pero puedo decirte lo siguiente con toda la franqueza. Cuando te veo y veo ese deslumbrante cielo e hipnóticos que tienes por ojos, logras que mi corazón entre en un desenfrenado frenesí de emociones que en su momento desconocía. Es por eso que quería estar más cerca de ti, para descifrarlas. Y ya lo hice.
Misha coloco un poco más de fuerza a la hora de sostener las manos de Lewis, esa mirada azul brillante y esas mejillas sonrojadas eran la cosa más tierna que sus ojos haya visto. Por un momento deseo que, sus caminos no se hubiesen cruzado de está manera.
—¿Cuál fue el resultado?
—Que me gustas.
No es momento de perder mi objetivo, lo haré muy feliz, al obtener todo de él, voy a destruirlo por completo. Confesaré y lo veré perderse en el dolor. Será una escena magnífica de ver.
—¿Que quieres exactamente de mí?—Mi pecho sigue muy alterado por esa confesión.—¿Soy un experimento para descubrir tu sexualidad o solo alguien que te gusta y quieres seguir conviviendo para saber que pasara después?
—Quiero todo de ti, desde tu mirada hasta tu corazón. Estar en tus pensamientos todos los días. No eres un experimento, se muy bien sobre mi sexualidad, me gustan los chicos.
—¿Haz salido con alguien más? ¿No tienes una prometida o prometido?—Preguntar eso volvió mi boca amarga.
—Sí, pero nada serio—En eso no estaba mintiendo—Y no tengo pareja tampoco salgo con nadie desde hace mucho tiempo—Eso también es cierto.—Espero no te importe mi pasado.
—No me importa, yo también tengo uno. Estuve enamorado de una señorita. Por eso no entiendo lo que tú me haces sentir—Confesó—Nunca he salido con un hombre, hasta unas semanas atrás, seguía creyendo que era heterosexual, pero lo estoy empezando a dudar. O quizás solo eres tú, quien hace estremecer mi corazón.
Ruby me mostró fotos de diferes tipos con diferentes figuras, pero ningún me pareció atractivo es más, me causó escalofríos el solo verlos.
—¡Te gusto!—Se levanto para sentarse junto a Lewis—¿Me darás una oportunidad?
—No te acerques tanto—Empuja hacía un lado la cara de Misha.—No sé si lo que siento es gustar, pero de que me haces sentir ciertas emociones, lo haces. ¿Aún a si quieres tener algo conmigo?
—Sí—Tendré la oportunidad de tocarlo más, poder besarlo sin esperar golpes.—¿Entonces aceptas ser mi novio?
Lewis asintió con su cabeza, en ese mismo instante Misha, sostiene con sus manos el rostro de Lewis, lo besa apasionadamente.
Misha subió a Lewis ha su regazo, todo un descarado. Solo por esta vez, el menor iba a dejar que el mayor, lo fuera. Luego se las pagaría.
Olvidando por completo la comida, bueno, de por sí, ya estaba fría. Se enfrió desde el momento en que empezaron hablar.
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